Examinado desde el ángulo de
la financiación, las elecciones del 14 de Marzo de 2010, se convirtieron en las
que presumiblemente más recurso económico se invirtió (visto desde el Estado) o
se dilapidó (visto desde el inversionista).
¿Que como lo hicieron?... no
sé; ¿Cual fue el negocio? también; solo me resta traer hoy a colación una
mordaz frase popular cuando intenta referirse a la utilización de los recursos
del Estado “las correas salen del mismo cuero de la vaca”; y sin pretender precisar su cuantía (seguro que es imposible);
algunos afirman que entre $3.000 y $6.000 millones.
Dicho en otras palabras e
independiente de todos los análisis y las conclusiones a la que lleguemos o
lleguen los organismos de control; la
plata con la que se financian todas las campañas finalmente, así sea en 4 años,
sale del bolsillo del contribuyente.
Aprovecho la oportunidad
para manifestar lo propicio de la iniciativa que los periodos constitucionales
de Alcaldes, Congresistas y Presidente sea el mismo. Gracias.
Hoy reflexionaremos sobre, y
más allá de los resultados, la enseñanza que nos deja esa experiencia de “la forma de hacer política” en época de
elecciones.
Empecemos entonces con el
análisis de los resultados de ese día y para los Congresistas activos a la
fecha: Carlos Arturo Quintero Marín es elegido Senador de la República por el PIN, Político natural del hermano Municipio de Ansermanuevo con
60.816 votos de los cuales 5.894 votos (9.7%) son de Cartago y 5.142 (8.5%)
pertenecen a su tierra natal.
Adolfo León Rengifo
Santibáñez es elegido Representante a la Cámara, por el partido de la U,
Odontólogo y natural del Municipio de Cartago con 32.553 votos de los cuales
14.987 votos (46%) son de su ciudad. y 490 (1.5%) pertenecen a Ansermanuevo.
Supongamos, un costo
promedio de $4.500 millones para esa campaña; en Cartago se contabilizaron 48.588
sufragantes, proporcionándonos un costo promedio aproximado por voto de $93.000.oo.
De esos, si sumamos los en
blanco, nulos y no marcados obtenemos 10.673 votos (perdidos) multiplicados por
el costo promedio, nos da la no despreciable suma de $993 millones.
Lo anterior significa que de
la inversión inicial promedio de $4.500 millones, se perdieron casi mil
millones.
Otra, del total de votos válidos
por partido, para Cámara, igual a 37.915 y solo para este caso puntual restemos los 14.987 de Rengifo y los 5.626 de
Restrepo; la diferencia de 17.302 son votos $negociados$ que van a parar a las
estadísticas de otras ciudades, regiones o departamentos; y que finalmente le
cuestan al municipio $1.609 millones; esa plática también se perdió.
Conclusión: Si usted tiene
el sartén por el mango, le creo en su interés; lo contrario, usted es la papita
frita o bien le dan un bombón de trapo.
Finalmente de los validos
que eligieron los dos lugareños suman 20.613
votos que le están costando al Estado $1.917 millones y tal parece también se
perdieron.
Otro análisis, si multiplicamos
el numero de votos obtenido por el Representante Rengifo que fue de 14.987
votos por la media, nos daría lo que supuestamente le costó al contribuyente
elegirlo; cifra cercana a los $1.394 millones, (aparte del gasto de la
Registraduría) no olvidemos que el contribuyente finalmente paga todo con sus
impuestos y se me ocurre pensar que en ocasiones dos veces.
En honor a lo justo, el
elegido debería haberle retribuido, al municipio, por lo menos lo que le costo
elegirlo y eso arrojando pérdida, por aquello del “Costo Social” de oportunidad.
Lo justo sería que a través de
ponencias convertidos en documentos COMPES SOCIALES de inversión “trajera”
recursos a su municipio, y no se destinaran a otras regiones; equivalentes,
para nuestro caso, digamos a siete veces el costó de elegirlo, lo que
equivaldría a aproximadamente $9.800 millones para obras en infraestructura y
así pasar a la historia como un buen legislador y el mejor Representante a la Cámara
de todos los tiempos.
Las cifras para Senado son
muy similares; para terminar: Si un Congresista se gana, valor neto de $16.9
millones mensuales; cifra multiplicada por 48 meses, entonces le ingresarían: Libre
de todo costo $811 millones.
Si como en un cuento
macondiano, en un acto de buena fe decidiera no pagarle al que le prestó la
plata (esto bajo el supuesto que el contribuyente no asumiera el costo de la
campaña), que para nuestro caso serian $1.394 millones; entonces no trabajaría
gratis 4 años y no quedaría debiendo $583 millones.
La última pregunta… entonces
¿donde está el negocio de ser Congresista? Si finalmente tiene que pagar el préstamo.
Amanecerá y veremos
.
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