Para ser exactos, de hecho
revisando fechas y contenidos me encontré con el 10 de junio de 2009 día en el que
escribí ese primer artículo (La Cosa Pública), publicado cuatro días después,
por ser domingo; con la anuencia del Director que sin conocerme y rompiendo
todos los protocolos para estos casos, ya que lo firmé con seudónimo (tal vez fue
- Paolo Malatesta - y no el nombre del autor lo que facilitó esa oportunidad) optó,
tal vez a riesgo de equivocarse, darme un espacio en su diario virtual, www.cartagonoticias.com, columna de opinión
que hoy se denomina COSAS DE CARTAGO Y EL
NORTE DEL VALLE.
Oportunidad que aproveche
cada semana, y sin interrupciones, hasta el día de hoy; exceptuando los casi cuatro
meses que estuve por fuera de ese periódico, no por voluntad; sino por los
avatares de una ardua campaña política, que me ubicaron en la orilla opuesta al
pensamiento del diario, lo que determinó que mis profanos escritos no fueran publicados.
Como el tiempo todo lo
decanta, humildemente solicite nuevamente se me aceptara; petición admitida de
inmediato, nuevamente muchas gracias.
Sin buscar protagonismo, y
leal a mis principios y valores, aún sigo en esa misma orilla, sin contraprestación
alguna, intentando separar el afecto personal, cuando interpreto los hechos consustanciales
que rodean a los que terminan siendo protagonistas en mis escritos, de uno de
los valores de este blogs, la imparcialidad.
Además siempre he defendido
aquello que “amigo no es el que oculta las verdades, que generalmente sabemos van
a incomodar, sino el que las dice con
respeto”.
Terminando, la intención de
esta nota es renovar mi sentimiento de gratitud para con usted atento y
respetado lector; que seguramente me acompaña, prudentemente, desde ese primer
domingo y le dedica, cada ocho días, un
par de minutos demostrando su interés por lo que este neófito columnista intenta
transmitir sobre el acontecer económico, político y social de esta olvidada Subregión
Norte Vallecaucana.
Solo me resta aprovechar nuevamente
esta oportunidad para precisarle que cuando el autor de estas letras se sienta
cómodamente en su estudio, en el 99% de las ocasiones no reflexiono sobre
alguien en particular, ya sea para exaltarlo y mucho menos para provocar u
ofenderlo.
Cuando escribo sobre alguien
en particular lo hago con la imparcialidad que mi sentido común me dicta, sin
apegos o compromisos de ninguna índole. Si por algún motivo usted atento y
respetado lector se siente aludido o identificado con algo que escribo, no se
tome la molestia de especular que estaba pensando particularmente en usted,
seguramente es solo coincidencia y no se
afane, además no se de tanta importancia, que seguramente no la merece.
Pero si de verdad usted se
siente reflejado en esas letras, tómese la molestia de hacer un ejercicio de reflexión,
intente alejarse de su orgullo y vanidad; entienda que yo no lo llamé aquí,
usted se hizo el invitado y si por alguna extraña razón tengo la razón, intente
cambiar su actitud que seguramente es para su bien.
Porque todavía tiene un camino
por recorrer que probablemente lo llevará al lugar que usted desea; entonces
evolucione…nuevamente relájese y sígase riendo de lo que este humilde servidor desinteresadamente
escribe. Amanecerá y veremos.
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