Ambos…Entonces causa asombro
e incredulidad que casi dos años después
de conocer esa realidad económica (durante el proceso de empalme) el actual Alcalde de la Ciudad de Cartago en
el Norte del Valle; insista en su discurso pesimista no solo para los
asistentes en el Honorable Concejo Municipal (HCM), el pasado viernes 31 de
mayo, sino a los casi 130.000 habitantes, sin contar con los que siguen las
noticias a nivel nacional e internacional por aquello de las redes sociales; cuando
insiste en poner de relieve el déficit de $16.000 millones y la deuda pública
de $32.000 millones, dejando entrever que es muy poco lo que se puede hacer para
remediar su actual situación.
Máxime cuando esa cifra no
es exacta, primero porque desde el año pasado la viene pagando (no sabemos
exactamente cuanto) y segundo porque “parte” de esa deuda tiene plazo para pagarla
hasta el 2015 año en que termina su mandato.
Recordemos que invocó un Programa
de Saneamiento Fiscal y Financiero que lo faculta para negociar con los acreedores
a través de una programación de pagos por grupos y además de refinanciar la
deuda pública.
Es decir de los $32 mil
millones solo paga algo más de $3.5 millones durante la vigencia 2013 y así
sucesivamente; volver a leer los informes.
Es más, el alcalde que le
suceda tiene que lidiar con esa deuda y los que le sigan hasta más allá de la
vigencia fiscal 2023; entonces revisar el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP)
que debió ser actualizado con lo aprobado por el HCM y el acuerdo con los acreedores. Es lo que se debe de hacer en estos casos, desde la
teoría, siendo tarea del equipo económico del municipio.
Todos nos preguntamos… ¿Por
que insiste, el alcalde, en el mismo discurso? Más grave, en su última
intervención dió a entender que a la fecha seguía encontrando más actos de
corrupción de la pasada administración.
Afirmación que insinúa un
panorama aún más sombrío para los 2 años y medio que le restan y sentencia un
aciago destino que le espera a la otrora Ciudad del Talento.
Reflexionando sobre su
intervención, solo quedan dos preguntas por resolver: La primera… ¿Es acertado
el discurso?
Intentando entender al
burgomaestre, me dejé llevar por su desanimo y sus “buenas intenciones”, y
concluí que “es acertado su discurso”.
La razón: aparentemente intenta
“tasar el mal hecho” exculpándose anticipadamente sobre lo imposible de liquidar la actual
sociedad Terminal de Transporte Terrestre de Pasajeros, para crear una nueva;
con el riesgo de incurrir en detrimento del patrimonio público.
En este punto no olvidemos
que no hace mucho salió un artículo en un medio de comunicación prensa escrita,
argumentando que los terminales de transporte que operan en las ciudades
intermedias se convirtieron en un embeleco y no son rentables financieramente,
será coincidencia o un sutil mensaje subliminal a todos los que aún soñamos con
un Terminal para Cartago.
Si el discurso no cambia,
entonces será imposible el reparcheo de las principales vías de la ciudad,
cofinanciar infraestructura física para el sector educación, salud, vivienda,
deporte, cultura, agua potable y saneamiento básico entre muchas otras
inversiones urgentes e importantes para el municipio intentar atraer inversión extranjera.
La segunda pregunta… ¿Es
equivocado el discurso? Claro que es erróneo, ya que la imagen que se proyecta
es la de un municipio con deudas al 31 de mayo de 2013 que ascienden a $48.000
millones de pesos y cada día con más hallazgos de corrupción.
Con semejante panorama y
visto desde el exterior, ¿quien se atrevería a venir desde Ámsterdam? Para invertir
en un aeropuerto; donde, desde el pasado, todo lo que llega al municipio se lo
roban. Amanecerá y veremos.
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