Para dar la primera puntada citemos las sagradas escrituras: Mateo 13:55 Jesús a sus 32 años, recién cumplidos, se dirigió a Nazareth a enseñar en su sinagoga.
La reacción de
sus conciudadanos, fue el preguntarse… ¿No es ese el hijo del carpintero? ¿No
se llama su madre Maria, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?
Al tiempo que se
preguntaban… ¿Dónde obtuvo éste esa sabiduría y estos poderes milagrosos?
EL
RÉGIMEN
Lo anterior
tiene muchas lecturas para entender a los adversarios naturales del redentor:
incredulidad, envidia, menosprecio, miedo, vanagloria; más una marcada
resignación, de los judíos de la época, a la suerte que le deparaba la miserable
vida que llevaban bajo el régimen, ya Maduro, del Imperio Romano.
Cruel imperio
que utilizaba como instrumento de dominación, infundiendo el desánimo y el miedo,
el uso de la fuerza letal que terminaba en la dolorosa – aunque estudiosos
afirman que el torturado, luego de un tiempo, no siente dolor - y angustiante
crucifixión.
Lo cierto es que
2021 años después, poco o nada ha cambiado en la forma como reacciona el
imaginario colectivo. Es más, deambulan los mismos Jacobo, José, Simón y Judas
con variadas vestiduras.
De hecho, muchas
cosas han empeorado, por aquello que las ansias de poder y de gloria, ahora
están en manos de nuevos, diversos y poderosos centros de poder.
EL
ÉXODO COMO ÚNICA PRERROGATIVA DEL LIBRE ALBEDRÍO
Entrando en
materia, es extensa la lista de cartagüeños que se han destacado y triunfado: a
nivel local, regional, nacional e internacional; la mayoría de manera anónima
ya sea desde el ámbito de liderazgo personal, profesional y empresarial.
Casi todos con
un denominador común, si bien es cierto nacieron en la ciudad, los
privilegiados se formaron en centros donde el acceso al conocimiento, el
entorno social, político y la calidad de vida fueron muy superiores a lo que les
ofrecía la ciudad.
Los otros,
emigraron, por diferentes razones: personales, familiares, económicas, de
seguridad o de nuevas oportunidades que les ofreció la vida.
Reconociendo
también que algunos, a pesar de esas nuevas circunstancias, fracasaron en el
intento; quedando atados, lejos, a la mediocridad en sus vidas. ¿Estarán
condenados al fracaso? Seguramente algo, como el carácter, no funcionó.
También hay
ejemplos que podrían contradecir la hipótesis anterior, siendo unos pocos casos
de profesionales, empresarios y políticos que emprendieron sus carreras en
otras ciudades, fracasaron, para al final regresar y alcanzar lo buscado en la
ciudad que los vió nacer.
Otros serán recordados
como personajes, tristemente célebres, que al no tener oportunidades, sin
perder de vista algunos que lo tenían todo, y motivados por salir de la pobreza,
o los segundos por ambición, se valieron del arrojo y la audacia para, los
primeros, salir del montón.
Como hoy estamos
en modo político, la semana que hoy termina fue noticia a nivel nacional e
internacional; por el fallecimiento del Ministro de Defensa, Carlos Holmes
Trujillo García.
LAS
CASAS POLÍTICAS
Antes de abordar
ese hecho noticioso y periodístico; hagamos un poco de historia, sin ser
expertos en la materia - los doctos habrán de corregir – recordemos algo de lo
sucedido durante las décadas de los 60´s y 70´s.
Para esas
épocas, ya se venían consolidando cuatro clanes políticos, en la ciudad de
Cartago en el Norte del Valle, con importante influencia a nivel departamental;
lo que de hecho llamó la atención del poder central político a nivel nacional.
Hoy, por aquello
del espacio y el tiempo, solo nos referiremos a dos de ellas; representados en
sendos dirigentes, para esa época, ya fallecidos: Ignacio Londoño Uribe y
Carlos Holmes Trujillo Miranda; los que a su vez marcaron el destino de sus
primogénitos, igual o más brillantes que sus progenitores.
Con el tiempo y en
el momento crucial de sus vidas, los herederos políticos en primera línea de
sucesión, que hoy de ninguna manera estamos comparando, tomaron cada uno
la decisión que consideraron la más apropiada para sus intereses personales y
de familia.
Cada uno escogió el
rumbo que el destino les ofreció y finalmente los marcó; seguramente derivado
de los hechos circunstanciales que a cada uno de ellos los rodeó.
TRUJILLO
GARCIA
Como el asunto
que nos ocupa hoy es el sensible fallecimiento, primero para su familia y luego
para la política nacional; aunque con seguridad ya tienen su reemplazo; así
funciona la política (léase piscina infestada de hambrientos tiburones).
Lo cierto del
caso es que su deceso, se debe, según nuestro criterio, no por haber asistido a
la playa o a reuniones sociales a las que por protocolo y por su rango era
invitado.
Creemos si, es
nuestra reflexión, su apretada agenda aparte de cumplir con sus exigentes compromisos
que la Cartera de Defensa le exigía; tenía la conciencia que era momento
perfecto para demostrarle, a su jefe, que estaba preparado, y en su mejor
momento, para aspirar, y llegar a la Presidencia de la República de Colombia.
Debemos de
señalar, en contravía de algunos de sus más enconados adversarios y contradictores,
el reconocer que su carrera política fue brillante al punto que lo posiciona,
después de cremado, como el mejor Cartagüeño en esa disciplina durante los
últimos tiempos.
Usted, atento y
respetado lector, en este punto concluirá que este reconocimiento tiene un
cierto tufillo de oportunismo e hipocresía de parte nuestra; es todo lo
contrario y a continuación esperamos demostrárselo.
A lo largo de su
carrera, y durante la presente administración de Iván Duque Márquez, nunca los
medios periodísticos se refieren a él como un ilustre hijo de Cartago; fue solo
con motivo de su fallecimiento por el COVID-19, la lacónica mención de su
ciudad de origen. ¿Habría alguna razón para ello?
SU
INICIO EN LA GESTA POLÍTICA
Contrario a lo
que algunos podrán esperar; no vamos a repetir la extensa y exitosa carrera
política y diplomática; que de hecho ya fue divulgada por los diferentes medios
noticiosos y periodísticos a nivel nacional e internacional.
Lo que si
queremos destacar y para ello es necesario recordar a su padre, Carlos Holmes Trujillo
Miranda, de hecho, en la ciudad existe un barrio que lleva su nombre.
Surge entonces
la pregunta, cuya respuesta nos lleva al olvido de los autores intelectuales,
aunque las obras perduren… ¿Cuántos de sus habitantes, hoy, reconocen cual es la
explicación del nombre de su barrio? Creemos muy pocos y seguramente algunos adultos mayores.
Regresando a
Trujillo Miranda, el abuelo, que dicho sea de paso los que lo conocieron y
ocasionalmente trabajaron con él; brevemente lo señalan como: “fue un buen dirigente
político…Correcto y buena paga, además de templado y orgulloso”.
Entonces su
mejor decisión, no sabemos si de común acuerdo con su amigo y adversario
político, Londoño Uribe, fue armar equipaje con familia, corotos y mascotas, para
abandonar ciudad en busca de nuevos rumbos y proyectos.
Lo anterior
sirve de corolario para explicar los resultados de una breve consulta, sobre su
hijo, que se hizo en la ciudad, casi un año antes de su reciente fallecimiento,
sobre la posible candidatura, de Trujillo García, a la Presidencia de la
República.
Nos topamos con
todo tipo de respuestas, muchas afirmativas, la más demoledora, y en algunos
sectores de la ciudad en las comunas más densamente pobladas.
“Ahora si se va a acordar de la ciudad… cuando
siempre le ha dado pena mencionar que es de Cartago”. De alguna manera. Esos
líderes de cuadra y barrio, tenían razón… más adelante comprenderán.
EL
KARMA DE LA DECADAS DE LOS 80´S Y 90´S
Por fortuna hoy es vista la ciudad, desde lo político, económico, social y de orden público, de una manera diferente: moderna, tranquila, amable y acogedora.
Aunque seguimos
haciendo el esfuerzo por cambiar ese pesado y costoso, por la mala imagen
proyectada, estereotipo de ciudad violenta; derivado del actuar de ese ostentoso y arrogante estereotipo del "personaje
traqueto” que imperaba en ese entonces.
Era tan
extravagante y legendaria la ciudad, vista desde fuera, en su modo de vivir y actuar, que en una ocasión en una corrida de toros en Cañaveralejo, cuando el matador no atinaba,
con la estocada al final de la faena, para acabar con el suplicio del torturado
toro de lidia.
Desde la tributa
un sujeto alicorado y enaltecido gritaba… ¡Manden al toro para Cartago!
LOS
QUE DENIGRAN DE LA CIUDAD
Lo que lamentablemente también debemos reconocer es que algunos periodistas, otros que actúan como sabuesos trabajando para los medios de comunicación recolectando y entregando información algunas veces amañada para dar gusto a sus patrones, líderes sociales, sindicales, gremiales y políticos de turno.
Han denigrado, y
lo siguen haciendo, de la ciudad posicionándola en el raiting de las ciudades
más peligrosas del país, con el único propósito de sacar provecho, según ellos, en su imagen personal y por supuesto en el tema económico.
Al tiempo, para
supuestamente conjurar peligros, se hacen acompañar de costosos esquemas de
seguridad pagados por el Estado; con el propósito maquiavélico de proteger sus
vidas. ¡Qué ignominia!
Lo anterior
significa que, desde muy joven, y en su lenta pero segura carrera política,
Trujillo García, concluimos debió alejarse de esa tenebrosa imagen que tenía la
ciudad.
Finalmente, si
bien es cierto, debemos reconocer que la ciudad perdió un ilustre hijo, que batalló
diaria e incansablemente para ser visto con buenos ojos por su jefe político y
por qué no de su fragmentada colectividad, cuya empresa era aspirar y llegar a
la presidencia.
En este orden de
ideas el que más sufrió, con esa esperada mala noticia, no fue su atribulado compañero
de trabajo, Iván Duque Márquez; que así lo demostró en su intervención a nivel
nacional.
El que más
perdió, con seguridad algo positivo ha de sacar de ese lamentable hecho, fue el
jefe político de ambos, Álvaro Uribe Vélez; lo que si debemos dejar claro es
que, si otro hubiera sido el desenlace, no habríamos votado por Carlos Holmes.
Y tampoco lo
vamos hacer por alguna candidata a la vicepresidencia y NO PORQUE SEA MUJER, LO QUE SERÍA UN DESPROPÓSITO… SINO PORQUE NO CUMPLE CON EL PERFIL.
Amanecerá y veremos.