Si bien es cierto,
en teoría, la salud en la República de Colombia es considerada un derecho fundamental;
en la práctica, lejos está de serlo, ya que a diario se entorpece, limita, se
agrede y finalmente se viola ese derecho fundamental.
LA
SALUD COMO DERECHO FUNDAMENTAL
Maltratado este
derecho, como consecuencia de lo anterior, al paciente enfermo – es un
verdadero triunfo personal lograr convertirse en paciente sano – se le violan
otros derechos de igual o mayor valía.
Empecemos por el
principal, el derecho a la vida, surgen entonces los primeros interrogantes ¿Quién
o quiénes son los verdaderos responsables? ¿Cuál es el grado de responsabilidad
de los diferentes actores que directa e indirectamente intervienen en la calidad
de la salud?
Desde la ética médica…¿Es
responsable el médico, o el personal de la salud, que abandona el cargo porque
hace 5 meses no le cancelan sus salarios y le deben años de prestaciones
sociales?
LA
SALUD PRIVADA… TODO UN NEGOCIAZO ¿PARA QUIÉN?
Del lado del
empresario de la salud ¿Cómo justifica que el personal de la salud sea contratado
a través de una orden de prestación de servicios, por horas, y por un periodo de
tiempo determinado?
Antes de avanzar
en el asunto que nos ocupa hoy, remitámonos a otros derechos que le son
vulnerados al ciudadano del común, para este caso, en la ciudad de Cartago en
el Norte del Valle.
LA
VULNERACIÓN DE ESE DERECHO FUNDAMENTAL
Regresando al
derecho a la salud, cuando es vulnerado de alguna manera se quebranta la
integridad personal, la intimidad, la honra, el trabajo, la libertad personal y
finalmente a la participación ciudadana entre otros.
Lo anterior lo
explicaremos con un par ejemplos de la cotidianidad… Empecemos cuestionándonos
lo siguiente…
UN
CASO DE LA COTIDIANIDAD DOMÉSTICA
En qué situación
de vulnerabilidad se encuentra una paciente adulta mayor, que hace parte del régimen
subsidiado en salud, que espera 4 horas en una sala de urgencias con agudo dolor
de espalda, parte baja, con un síntoma alarmante como expulsar sangre en la
orina.
Luego de una consulta
que dura 15 minutos el medico diagnostica, sin haber practicado exámenes, infección
urinaria; y siguiendo el protocolo procede a ordenarle un tratamiento vía
antibióticos.
La paciente
regresa, a la EPS, ocho días después con un cuadro clínico más grave, deben de
sondearla para que libere líquidos – léase coágulos de sangre – una enfermera
la tiende y la remite al médico general de turno.
En este caso le
cambian el tipo de tratamiento; se queja del diagnóstico anterior, autoriza acetaminofén
para el dolor, al tiempo que le ordena grupo de exámenes para el diagnóstico.
Casi dos meses después
del primer episodio la paciente, adulta mayor, sigue a la espera que la EPS le
programe los exámenes vía telefónica y/o presencial.
Mientras todo esto
sucede la señora, en casa, no tiene otra opción que acudir a la medicina natural
a través de bebidas; y lo asume como única opción de recuperación, sin tratamiento
médico.
Lo anterior se podría
tipificar como afectación a la integridad personal ya que, observada la situación
de la señora, se podría estar presentando una forma, muy sutil, de tortura física
y moral que por supuesto disminuye sus capacidades y calidad de vida; solo
soportada con analgésicos.
Lo es también su
intimidad y su honra cuando, en otros casos, se viola la reserva sobre la información
relacionada con la salud de los pacientes.
FALSOS
POSITIVOS MÉDICOS
Dicho en otras palabras,
cuando el personal médico o paramédico, de forma irresponsable diagnóstica y
difunde erróneamente – léase casos como Covid-19, Dengue, tuberculosis,
VIH-SIDA u otras patologías – cayendo engañosamente en el “síndrome de la chiva
o el chisme”.
Explicado con
otro ejemplo a manera de duda razonable ¿Cuántos pacientes, en Cartago, fallecieron
a causa del Dengue Hemorrágico; pudiendo haber sido diagnosticados erróneamente
como, la causa del fallecimiento, Covid-19? Incluidos, esos casos, en sus estadísticas.
¿Reembolsan más dinero las aseguradoras cuando la causa de la muerte obedeció a la pandemia?
Estos y otros
casos casi siempre dejan en la total indefensión a los familiares del ciudadano
del común que no puede comprobar el dictamen médico para así exigir que esa información
diagnóstica sea la verdadera y no afecte la reputación y tranquilidad de la
familia.
Otro ejemplo una
persona tuberculosa que fallece, según informe médico, por enfermedad pulmonar obstructiva
crónica, EPOC, en este caso no se prenden las alarmas en la EPS, familia o en la comunidad para la posterior trazabilidad y tratamiento de su familia ante un posible contagio por
TBC.
Afectando colateralmente
a derechos como: al trabajo y a la participación ciudadana; que son consecuencia
directa de un paciente que sabe que está enfermo, pero desconoce su verdadera enfermedad.
Y a lo mejor en igual situación se encuentra el médico de turno o los que hacen
las veces de médicos en algunas EPS.
SESIÓN
SOLEMNE ANTE EL HCM
Entrando en
materia…el pasado 24 de agosto de la presente vigencia fiscal, previa invitación
del Honorable Concejo Municipal, HCM, hicieron presencia, no todas, los
representantes de las Entidades Prestadoras de la Salud (EPS).
El propósito de la
corporación al escucharlas fue el de disponer de los elementos de juicio para
valorar el estado actual de la salud en la ciudad, aunque todos sabemos lo que
está sucediendo; sobre una esperada y profunda crisis en el Sistema General de la Seguridad Social en Salud, SGSSS, en la ciudad.
UN
SISTEMA CARENTE DE UN NODO, HSCJ, DE ARTICULACIÓN
Ya que tal
parece, lo que la opinión pública expresa, no funciona como un sistema
integrado de salud que garantice el óptimo y oportuno servicio en la ciudad;
todo lo contrario, son múltiples las quejas sobre el pésimo servicio en especial
el que corresponde al régimen subsidiado que debería ser atendido por un hospital
público en la ciudad.
Porque, dada la actual
situación, a todas luces e independiente del régimen en que se encuentre el paciente así sea mediante el sistema contributivo; la mejor opción, aparte de la prevención, es
simplemente evitar el enfermarse.
Ya que luego de escuchar
a todas las entidades que respetuosamente acudieron al llamado del HCM es evidente
la profunda crisis que enfrenta, hoy, el sector.
LAS
POSIBLES CONSECUENCIAS DEL COVID-19 PARA LOS INFECTADOS
Hacemos hincapié
en el hoy, por aquello que es urgente e importante que la ciudad disponga en el
corto y mediano plazo de unas condiciones mínimas sanitarias y hospitalarias
para enfrentar las consecuencias de la actual pandemia del Covid-19.
Consecuencias en
un par de años, o menos, que tienen que ver con la estimación del incremento
del número de casos de pacientes con enfermedades: renales, presión arterial
alta, diabetes, cardiacas, pulmonares y cáncer entre otros.
Que demandarán
cuantiosos recursos para la eficiente y eficaz atención de esas patologías… ¿O el
sistema los dejará morir lentamente?
Si bien es
cierto lo anterior está por suceder, es tiempo de cuestionarnos sobre a realidad
del Covid-19 en la ciudad; aclarando los excelentes resultados del programa de vacunación
– Mí vacuna – a través del Gobierno Nacional y ejecutado por el gobierno municipal.
Es reconfortante
observar que el ciudadano de a pie está acudiendo, en forma masiva, a los diferentes puestos
de vacunación concientes y conscientes de la importancia de hacerse aplicar el biológico
e independiente de la farmacéutica que lo produzca. Todos son efectivos previniendo
la muerte.
A propósito de los
fallecimientos en la ciudad a causa del Covid-19, aclarando que muchos cartagüeños
fallecieron en otras ciudades del país, que al 27 de agosto se contabilizaban
451 decesos.
Surge la
pregunta ¿Cuántas muertes se habrían evitado si el gobierno departamental hubiera
cumplido con la dotación de esas quince (15) – de hecho, eran pocas - Unidades
de Cuidados Intensivos, UCI, que prometieron desde el inicio de la pandemia y
nunca llegaron?
ALGUNAS
CONCLUSIONES
Escuchando la intervención
de las EPS que atendieron el llamado, con el propósito de contextualizar la realidad
de la salud en la ciudad, y basados solo en la información allí entregada por sus
representantes, hemos podido llegar a algunas conclusiones.
1. Es
preocupante el colapso financiero de algunas EPS que ha obligado a la autoridades
departamentales y nacionales a cancelar el contrato de prestación de servicios con
algunas de ellas.
2. La
asignación y traslado forzoso de esos usuarios “sin servicio” hacia otras Entidades
prestadoras de salud de la ciudad algunas sin capacidad operativa y del músculo
financiero para atender esa mayor demanda de servicio. ¿Se avecinan más
quiebras? Por aquello del efecto dominó.
3. Limitación
o imposibilidad de nuevas afiliaciones de las EPS por parte de las que actualmente
están en funcionamiento.
4. Desde el pasado, a causa del modelo, un mayor
incremento en el número de afiliados bajo en régimen subsidiado que “compiten”
por el servicio frente a los que se encuentran en el contributivo.
5. Disminución
de la cantidad y calidad de la atención médica oportuna de todos los afiliados
al sistema general de seguridad social en la ciudad.
6. Posible
colapso financiero, en el corto y mediano plazo, de algunas de las restantes
entidades prestadoras de salud; actualmente en funcionamiento.
7. Lo
anterior genera un creciente desequilibrio sectorial desde el punto de vista financiero
y operativo en el SGSSS de la comarca norte vallecaucana, que recoge afiliados
de otros municipios norte vallecaucanos.
OTRAS
CONCLUSIONES
Una
de ellas: de hecho, el Gobierno Nacional debe de estar trabajando en una profunda
reforma a la salud; a todas luces hoy comprobamos que la privatización de la salud
– mediante la ley 100 de 1993 – se constituyó en un total fracaso para el bienestar
de los colombianos.
Derivado
de lo anterior, podría significar que el modelo a proponer es, de nuevo, EL
FORTALECIENDO LA SALUD PÚBLICA corrigiendo las fallas del pasado; concentrando la
inversión social en los hospitales públicos.
Lo
anterior permitiría regresar al balance sectorial entre el régimen contributivo
y subsidiado a nivel nacional y por supuesto, local y de la actualización de
esas bases de datos.
Buscando
que la carga que presiona operativa y financieramente a las EPS, aparte de la corrupción
al interior de ellas, que proviene del régimen subsidiado sea atendida por el
sector público.
LAS
INICIATIVAS FRENTE A LAS ALARMAS LOCALES
Es
el momento oportuno, sin entrar en más detalles, de reconocer el coraje de la
veedora en salud, Maria Emma Vélez Toro que desde hace décadas
lucha contra el modelo de salud pública en la ciudad. Un modelo que hoy prácticamente
no existe, porque no funciona correctamente.
La
cruda realidad es que ciudad no dispone de un hospital público – léase antiguo Hospital
Sagrado Corazón de Jesús – ya que desde hace décadas la Gobernación del Valle
del Cauca, de ese entonces, entregó en arrendamiento esa infraestructura física
a un OPERADOR PRIVADO MÁS CONOCIDO COMO HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS.
PRECARIEDAD
LABORAL EN EL HSJD
En
su operatividad con profundas falencias que resumidos en: terminación de
contratos laborales sin justa causa y sin mediación alguna, precariedad laboral
para los profesionales de la salud, falta y escases de insumos médicos y hospitalarios,
paseos de la muerte más una limitada prestación del servicio de urgencias y
ambulatorio.
Ausencia
de atención médica permanente mínimo con cuatro especialistas: anestesiólogo, cirujano,
ginecólogo y medicina interna; que, como política privada, se expresa en la deshumanización
por parte de los directos responsables de la salud en la ciudad y el
departamento; este último como ente rector.
LA
INTERVENCIÓN DE LOS HONORABLES CONCEJALES
Igual
de válida la intervención de los Honorables concejales, HC, en especial Sandra
Viviana Alzate y Janeth Alexandra Quintero Herrera; quedando claro para la opinión
pública que si esos momentos de verdad negativos les sucede a ellas cuando
prestan un servicio humanitario; no obstante transitar por los pasillos del
poder en Cali y en la ciudad.
¿Cuál
será la suerte del ciudadano del común que se traslada en una ambulancia, o vehículo
particular, acompañando un familiar, vecino o amigo?
LA
URGENCIA DE UN HOSPITAL PÚBLICO EN LA CIUDAD
Si
bien es cierto la acertada citación del HCM a las diferentes EPS, difícil
situación para las que no asistieron, deja claro los enormes retos administrativos
y financieros de esas entidades.
Así
como la precariedad del servicio, por aquello de la crisis del sector, es decir
del SGSSS en la ciudad; creemos, a riesgo de equivocarnos, que mientras la
ciudad no cuente con un Hospital Público; la crisis, de la IPS Municipal y de las
EPS, de la salud en la ciudad no se detendrá; todo lo contrario, seguirá su
actual proceso de deterioro y colapso privado.
Para
comprender mejor la propuesta volvamos a la pregunta del millón… ¿Da la capacidad,
en la ciudad, para tener dos Instituciones como la IPS Municipal y el Hospital
San Juan de Dios? La respuesta es un ROTUNDO NO.
Es
entonces el momento de volver a plantear lo que en esta columna de opinión ha
venido manifestando durante muchos años y en diferentes escritos; entonces recordemos…
Finalmente,
y desconociendo el recorrido jurídico, para deshacer lo mal hecho y la
improvisación que le siguió; para de esta manera empezar a resolver la grave
situación financiera que enfrenta el Hospital San Juan de Dios, HJSD, sique
vigente la solución propuesta, por el Secretario de Salud Departamental de ese
entonces. Llevamos décadas en lo mismo.
“La
propuesta es técnicamente factible, la venimos proponiendo desde el año pasado,
no es un tema de liquidación ni de cerrar el hospital, ni la I.P.S. sino
conjugarla en una sola entidad más fuerte y transformada”.
Será
posible que el antiguo Hospital Sagrado Corazón de Jesús, vuelva a ser
patrimonio de las Cartagüeños; ya que quedó comprobado que en manos de privados
fue todo un desacierto para la salud pública de la ciudad afectando de esta
manera a los demás operadores de salud.
SUS
INTERESES PERSONALES TENDRÁN
Finalmente
es evidente que balanceando todas las intervenciones del lado de los privados y
de la corporación edilicia; el problema de fondo, creemos nosotros, no son las
EPS, si es una consecuencia e independiente del manejo administrativo de las
mismas; lo es sí el pésimo manejo de la salud pública del Departamento
del Valle del Cauca y desde hace décadas.
Mientras
el modelo de salud siga en manos de privados y para el beneficio personal y político
de unos pocos; la salud en la ciudad será todo un caos y desastre.
Nada
nos ganamos con alzar la voz de protesta ante la injusticia, cometida
diariamente, contra la población vulnerable que es la mayoría; frente al servicio
de la salud no publica prestado en la ciudad; si algunos servidores públicos –
léase HC - siguen arrodillados y excusando al que está tras el poder central departamental; algún interés personal y político tendrán. Amanecerá y veremos.