sábado, 28 de agosto de 2021

EN CIUDADOS INTENSIVOS LA SALUD EN LA CIUDAD DE CARTAGO

 

Si bien es cierto, en teoría, la salud en la República de Colombia es considerada un derecho fundamental; en la práctica, lejos está de serlo, ya que a diario se entorpece, limita, se agrede y finalmente se viola ese derecho fundamental.

LA SALUD COMO DERECHO FUNDAMENTAL

Maltratado este derecho, como consecuencia de lo anterior, al paciente enfermo – es un verdadero triunfo personal lograr convertirse en paciente sano – se le violan otros derechos de igual o mayor valía.

Empecemos por el principal, el derecho a la vida, surgen entonces los primeros interrogantes ¿Quién o quiénes son los verdaderos responsables? ¿Cuál es el grado de responsabilidad de los diferentes actores que directa e indirectamente intervienen en la calidad de la salud?

Desde la ética médica…¿Es responsable el médico, o el personal de la salud, que abandona el cargo porque hace 5 meses no le cancelan sus salarios y le deben años de prestaciones sociales?

LA SALUD PRIVADA… TODO UN NEGOCIAZO ¿PARA QUIÉN?

Del lado del empresario de la salud ¿Cómo justifica que el personal de la salud sea contratado a través de una orden de prestación de servicios, por horas, y por un periodo de tiempo determinado?

Antes de avanzar en el asunto que nos ocupa hoy, remitámonos a otros derechos que le son vulnerados al ciudadano del común, para este caso, en la ciudad de Cartago en el Norte del Valle.

LA VULNERACIÓN DE ESE DERECHO FUNDAMENTAL

Regresando al derecho a la salud, cuando es vulnerado de alguna manera se quebranta la integridad personal, la intimidad, la honra, el trabajo, la libertad personal y finalmente a la participación ciudadana entre otros.

Lo anterior lo explicaremos con un par ejemplos de la cotidianidad… Empecemos cuestionándonos lo siguiente…

UN CASO DE LA COTIDIANIDAD DOMÉSTICA

En qué situación de vulnerabilidad se encuentra una paciente adulta mayor, que hace parte del régimen subsidiado en salud, que espera 4 horas en una sala de urgencias con agudo dolor de espalda, parte baja, con un síntoma alarmante como expulsar sangre en la orina.

Luego de una consulta que dura 15 minutos el medico diagnostica, sin haber practicado exámenes, infección urinaria; y siguiendo el protocolo procede a ordenarle un tratamiento vía antibióticos.

La paciente regresa, a la EPS, ocho días después con un cuadro clínico más grave, deben de sondearla para que libere líquidos – léase coágulos de sangre – una enfermera la tiende y la remite al médico general de turno.

En este caso le cambian el tipo de tratamiento; se queja del diagnóstico anterior, autoriza acetaminofén para el dolor, al tiempo que le ordena grupo de exámenes para el diagnóstico.

Casi dos meses después del primer episodio la paciente, adulta mayor, sigue a la espera que la EPS le programe los exámenes vía telefónica y/o presencial.

Mientras todo esto sucede la señora, en casa, no tiene otra opción que acudir a la medicina natural a través de bebidas; y lo asume como única opción de recuperación, sin tratamiento médico.

Lo anterior se podría tipificar como afectación a la integridad personal ya que, observada la situación de la señora, se podría estar presentando una forma, muy sutil, de tortura física y moral que por supuesto disminuye sus capacidades y calidad de vida; solo soportada con analgésicos.

Lo es también su intimidad y su honra cuando, en otros casos, se viola la reserva sobre la información relacionada con la salud de los pacientes.

FALSOS POSITIVOS MÉDICOS

Dicho en otras palabras, cuando el personal médico o paramédico, de forma irresponsable diagnóstica y difunde erróneamente – léase casos como Covid-19, Dengue, tuberculosis, VIH-SIDA u otras patologías – cayendo engañosamente en el “síndrome de la chiva o el chisme”.

Explicado con otro ejemplo a manera de duda razonable ¿Cuántos pacientes, en Cartago, fallecieron a causa del Dengue Hemorrágico; pudiendo haber sido diagnosticados erróneamente como, la causa del fallecimiento, Covid-19? Incluidos, esos casos, en sus estadísticas. ¿Reembolsan más dinero las aseguradoras cuando la causa de la muerte obedeció a la pandemia?

Estos y otros casos casi siempre dejan en la total indefensión a los familiares del ciudadano del común que no puede comprobar el dictamen médico para así exigir que esa información diagnóstica sea la verdadera y no afecte la reputación y tranquilidad de la familia.

Otro ejemplo una persona tuberculosa que fallece, según informe médico, por enfermedad pulmonar obstructiva crónica, EPOC, en este caso no se prenden las alarmas en la EPS, familia o en la comunidad para la posterior trazabilidad y tratamiento de su familia ante un posible contagio por TBC.

Afectando colateralmente a derechos como: al trabajo y a la participación ciudadana; que son consecuencia directa de un paciente que sabe que está enfermo, pero desconoce su verdadera enfermedad. Y a lo mejor en igual situación se encuentra el médico de turno o los que hacen las veces de médicos en algunas EPS.

SESIÓN SOLEMNE ANTE EL HCM

Entrando en materia…el pasado 24 de agosto de la presente vigencia fiscal, previa invitación del Honorable Concejo Municipal, HCM, hicieron presencia, no todas, los representantes de las Entidades Prestadoras de la Salud (EPS).

El propósito de la corporación al escucharlas fue el de disponer de los elementos de juicio para valorar el estado actual de la salud en la ciudad, aunque todos sabemos lo que está sucediendo; sobre una esperada y profunda crisis en el Sistema General de la Seguridad Social en Salud, SGSSS, en la ciudad.

UN SISTEMA CARENTE DE UN NODO, HSCJ, DE ARTICULACIÓN

Ya que tal parece, lo que la opinión pública expresa, no funciona como un sistema integrado de salud que garantice el óptimo y oportuno servicio en la ciudad; todo lo contrario, son múltiples las quejas sobre el pésimo servicio en especial el que corresponde al régimen subsidiado que debería ser atendido por un hospital público en la ciudad.

Porque, dada la actual situación, a todas luces e independiente del régimen en que se encuentre el paciente así sea mediante el sistema contributivo; la mejor opción, aparte de la prevención, es simplemente evitar el enfermarse.

Ya que luego de escuchar a todas las entidades que respetuosamente acudieron al llamado del HCM es evidente la profunda crisis que enfrenta, hoy, el sector.

LAS POSIBLES CONSECUENCIAS DEL COVID-19 PARA LOS INFECTADOS

Hacemos hincapié en el hoy, por aquello que es urgente e importante que la ciudad disponga en el corto y mediano plazo de unas condiciones mínimas sanitarias y hospitalarias para enfrentar las consecuencias de la actual pandemia del Covid-19.

Consecuencias en un par de años, o menos, que tienen que ver con la estimación del incremento del número de casos de pacientes con enfermedades: renales, presión arterial alta, diabetes, cardiacas, pulmonares y cáncer entre otros.

Que demandarán cuantiosos recursos para la eficiente y eficaz atención de esas patologías… ¿O el sistema los dejará morir lentamente?

Si bien es cierto lo anterior está por suceder, es tiempo de cuestionarnos sobre a realidad del Covid-19 en la ciudad; aclarando los excelentes resultados del programa de vacunación – Mí vacuna – a través del Gobierno Nacional y ejecutado por el gobierno municipal.

Es reconfortante observar que el ciudadano de a pie está acudiendo, en forma masiva, a los diferentes puestos de vacunación concientes y conscientes de la importancia de hacerse aplicar el biológico e independiente de la farmacéutica que lo produzca. Todos son efectivos previniendo la muerte.

A propósito de los fallecimientos en la ciudad a causa del Covid-19, aclarando que muchos cartagüeños fallecieron en otras ciudades del país, que al 27 de agosto se contabilizaban 451 decesos.

Surge la pregunta ¿Cuántas muertes se habrían evitado si el gobierno departamental hubiera cumplido con la dotación de esas quince (15) – de hecho, eran pocas - Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, que prometieron desde el inicio de la pandemia y nunca llegaron?

ALGUNAS CONCLUSIONES

Escuchando la intervención de las EPS que atendieron el llamado, con el propósito de contextualizar la realidad de la salud en la ciudad, y basados solo en la información allí entregada por sus representantes, hemos podido llegar a algunas conclusiones.

1.   Es preocupante el colapso financiero de algunas EPS que ha obligado a la autoridades departamentales y nacionales a cancelar el contrato de prestación de servicios con algunas de ellas.

2.   La asignación y traslado forzoso de esos usuarios “sin servicio” hacia otras Entidades prestadoras de salud de la ciudad algunas sin capacidad operativa y del músculo financiero para atender esa mayor demanda de servicio. ¿Se avecinan más quiebras? Por aquello del efecto dominó.

3.   Limitación o imposibilidad de nuevas afiliaciones de las EPS por parte de las que actualmente están en funcionamiento.

4.    Desde el pasado, a causa del modelo, un mayor incremento en el número de afiliados bajo en régimen subsidiado que “compiten” por el servicio frente a los que se encuentran en el contributivo.

5.   Disminución de la cantidad y calidad de la atención médica oportuna de todos los afiliados al sistema general de seguridad social en la ciudad.

6.   Posible colapso financiero, en el corto y mediano plazo, de algunas de las restantes entidades prestadoras de salud; actualmente en funcionamiento.

7.   Lo anterior genera un creciente desequilibrio sectorial desde el punto de vista financiero y operativo en el SGSSS de la comarca norte vallecaucana, que recoge afiliados de otros municipios norte vallecaucanos.

OTRAS CONCLUSIONES

Una de ellas: de hecho, el Gobierno Nacional debe de estar trabajando en una profunda reforma a la salud; a todas luces hoy comprobamos que la privatización de la salud – mediante la ley 100 de 1993 – se constituyó en un total fracaso para el bienestar de los colombianos.

Derivado de lo anterior, podría significar que el modelo a proponer es, de nuevo, EL FORTALECIENDO LA SALUD PÚBLICA corrigiendo las fallas del pasado; concentrando la inversión social en los hospitales públicos.

Lo anterior permitiría regresar al balance sectorial entre el régimen contributivo y subsidiado a nivel nacional y por supuesto, local y de la actualización de esas bases de datos.

Buscando que la carga que presiona operativa y financieramente a las EPS, aparte de la corrupción al interior de ellas, que proviene del régimen subsidiado sea atendida por el sector público.

LAS INICIATIVAS FRENTE A LAS ALARMAS LOCALES

Es el momento oportuno, sin entrar en más detalles, de reconocer el coraje de la veedora en salud, Maria Emma Vélez Toro que desde hace décadas lucha contra el modelo de salud pública en la ciudad. Un modelo que hoy prácticamente no existe, porque no funciona correctamente.

La cruda realidad es que ciudad no dispone de un hospital público – léase antiguo Hospital Sagrado Corazón de Jesús – ya que desde hace décadas la Gobernación del Valle del Cauca, de ese entonces, entregó en arrendamiento esa infraestructura física a un OPERADOR PRIVADO MÁS CONOCIDO COMO HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS.

PRECARIEDAD LABORAL EN EL HSJD

En su operatividad con profundas falencias que resumidos en: terminación de contratos laborales sin justa causa y sin mediación alguna, precariedad laboral para los profesionales de la salud, falta y escases de insumos médicos y hospitalarios, paseos de la muerte más una limitada prestación del servicio de urgencias y ambulatorio.

Ausencia de atención médica permanente mínimo con cuatro especialistas: anestesiólogo, cirujano, ginecólogo y medicina interna; que, como política privada, se expresa en la deshumanización por parte de los directos responsables de la salud en la ciudad y el departamento; este último como ente rector.

LA INTERVENCIÓN DE LOS HONORABLES CONCEJALES

Igual de válida la intervención de los Honorables concejales, HC, en especial Sandra Viviana Alzate y Janeth Alexandra Quintero Herrera; quedando claro para la opinión pública que si esos momentos de verdad negativos les sucede a ellas cuando prestan un servicio humanitario; no obstante transitar por los pasillos del poder en Cali y en la ciudad.  

¿Cuál será la suerte del ciudadano del común que se traslada en una ambulancia, o vehículo particular, acompañando un familiar, vecino o amigo?

LA URGENCIA DE UN HOSPITAL PÚBLICO EN LA CIUDAD

Si bien es cierto la acertada citación del HCM a las diferentes EPS, difícil situación para las que no asistieron, deja claro los enormes retos administrativos y financieros de esas entidades.

Así como la precariedad del servicio, por aquello de la crisis del sector, es decir del SGSSS en la ciudad; creemos, a riesgo de equivocarnos, que mientras la ciudad no cuente con un Hospital Público; la crisis, de la IPS Municipal y de las EPS, de la salud en la ciudad no se detendrá; todo lo contrario, seguirá su actual proceso de deterioro y colapso privado.

Para comprender mejor la propuesta volvamos a la pregunta del millón… ¿Da la capacidad, en la ciudad, para tener dos Instituciones como la IPS Municipal y el Hospital San Juan de Dios? La respuesta es un ROTUNDO NO.

Es entonces el momento de volver a plantear lo que en esta columna de opinión ha venido manifestando durante muchos años y en diferentes escritos; entonces recordemos…

Finalmente, y desconociendo el recorrido jurídico, para deshacer lo mal hecho y la improvisación que le siguió; para de esta manera empezar a resolver la grave situación financiera que enfrenta el Hospital San Juan de Dios, HJSD, sique vigente la solución propuesta, por el Secretario de Salud Departamental de ese entonces. Llevamos décadas en lo mismo.

“La propuesta es técnicamente factible, la venimos proponiendo desde el año pasado, no es un tema de liquidación ni de cerrar el hospital, ni la I.P.S. sino conjugarla en una sola entidad más fuerte y transformada”.

Será posible que el antiguo Hospital Sagrado Corazón de Jesús, vuelva a ser patrimonio de las Cartagüeños; ya que quedó comprobado que en manos de privados fue todo un desacierto para la salud pública de la ciudad afectando de esta manera a los demás operadores de salud.

SUS INTERESES PERSONALES TENDRÁN

Finalmente es evidente que balanceando todas las intervenciones del lado de los privados y de la corporación edilicia; el problema de fondo, creemos nosotros, no son las EPS, si es una consecuencia e independiente del manejo administrativo de las mismas; lo es sí el pésimo manejo de la salud pública del Departamento del Valle del Cauca y desde hace décadas.

Mientras el modelo de salud siga en manos de privados y para el beneficio personal y político de unos pocos; la salud en la ciudad será todo un caos y desastre.

Nada nos ganamos con alzar la voz de protesta ante la injusticia, cometida diariamente, contra la población vulnerable que es la mayoría; frente al servicio de la salud no publica prestado en la ciudad; si algunos servidores públicos – léase HC - siguen arrodillados y excusando al que está tras el  poder central departamental; algún interés personal y político tendrán. Amanecerá y veremos.

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