EL TRATAMIENTO
Todo
aquel que se considere un buen hombre de negocios llámese comerciante, empresario o político… En todos
los casos debe tener un detallado inventario de lo que posee.
Y
dependiendo de la naturaleza del negocio realizará un inventario diario,
semanal, mensual o anual clasificándolo como: bueno, regular o inservible, para
de ésta manera conocer a ciencia cierta cuanto tiene y que debe de reemplazar o
desechar.
De tal forma que le permita mantenerse
exitoso en la profesión que desempeña; y de la que se espera, le esté dedicando
todo su esfuerzo, organización y disciplina para alcanzar los objetivos
propuestos y de paso ganarse el respeto de los demás.
EL INVENTARIO PERSONAL.
Igual
acontece con nosotros mismos; debemos, por estrategia, elaborar un listado o
inventario personal de todas las cosas: buenas,
regulares y malas; éstas dos últimas, para mayor comprensión, las
denominaremos: los defectos de carácter.
Entendiendo
por carácter: la manera como una persona reacciona y de la forma de relacionarse,
con las demás personas, con el entorno que le rodea.
A todos a lo largo de nuestras vidas, en
algún momento y en particular, alguien nos debió felicitar, corregir, criticar
o ignorar; también pudo haber sido el mencionarnos que somos respetuosos, agradables,
amistosos o que tenemos mal carácter, prepotentes, taimados, arrogantes, vanidosos,
tímidos, temidos en fin… ¿Tendrán esas calificaciones algo que ver con lo que
realmente somos? O ¿Estamos equivocados y no nos conocemos?
Tampoco
significa que la persona se haya convertido en un alcohólico simplemente basado
en su personalidad; la que generalmente es moldeada en el hogar: desde el nacimiento,
niñez y adolescencia; ya que siempre tenemos un referente o modelo de conducta al
que pretendemos parecernos, en esa etapa de nuestras vidas; y que intentamos
imitar sea bueno o malo.
LOBO SOLITARIO O LIDER DE LA MANADA
En muchas ocasiones, si lo anterior carece
de bases sólidas o no existen, el aconductamiento lo realiza el clan al que
pertenezcas, o hayas decidido pertenecer; no perdamos de vista que todos desean
hacer parte, por seguridad o comodidad, de algo que sea superior a nosotros
mismos.
La
diferencia está, y dependiendo de lo
frágil de tu personalidad, hasta que nivel de compromiso entrega llegas… Ya sea
que adoptes en el modo de vestir, expresarte, de caminar… O de pensar de la
manada… En todos los casos, si te desbordas con el licor, pierdes la esencia; y
terminas en el alcoholismo.
Entonces
¿Qué significa eso de realizar un “inventario moral” de nosotros mismos?
Para algunos resultará aterrador enfrentar
dicha frase, porque inmediatamente la asociarán con “aberraciones”; tranquilo tampoco
se trata aquí de profundizar en esos fangos sicológicos, si es que existen, ya
que generalmente son casos excepcionales pero igualmente alimentados y
potenciados por el alcohol.
Simplemente
lo que se busca es determinar la realidad del común de las personas, identificando
cuales de esos instintos: de conservación, de asociación, de supervivencia, de
reproducción, etcétera; que lamentablemente fueron desbordados por el consumo
obsesivo del alcohol.
LOS PECADOS CAPITALES
Para facilitar las cosas, como guía, remitámonos a las flaquezas humanas ampliamente
señaladas, que no son otra cosa que los Siete Pecados Capitales: soberbia,
avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Entonces
con este marco conceptual, tome papel y lápiz y elabore una detallada lista
empezando por el primero con el que usted más fácil se identifica.
Tampoco se trata de darnos látigo por solo
lo oscuro o tenebroso que tengamos en nuestro interior; es preciso balancear cada
uno de ellos y resaltar también virtudes: humildad, generosidad, recato,
serenidad, moderación, conformidad y laboriosidad.
Una
vez identificadas, se hace necesario darle el peso que tienen en nuestra
conciencia y modo de actuar, de esta manera colocaremos en primer lugar aquel
defecto de carácter que más dificultades nos haya dado; y que no es otra cosa
que la expresión de una personalidad
intoxicada por el alcohol.
La aplicabilidad del cuarto paso, no es
sino el comienzo de una práctica ya sea: diaria, semanal, quincenal o mensual y
que habrá de durar por el resto de la vida. Ya que identificar el problema es
solo el comienzo de una larga lucha contra el alcohol.
Una
vez se ha hecho el inventario y después de reconocer por ejemplo que la ira nos
trae muchos problemas; entonces lo importante es examinar cuando se presenta
con más facilidad y proceder a controlarla.
Es
evitar esas situaciones donde estamos expuestos a ella, el error podría estar
en pretender ocultarla como un acto de contrición y de buena fe; todo lo
contrario dichas reacciones hay que reconocerlas plenamente para poder
enfrentarlas, lo importante es no negarlas.
Finalmente
este Cuarto Paso, si se hace con honestidad, no es otra cosa que reencontrarnos
felizmente con nosotros mismos; con ese ser espiritual y cósmico, colmado de
virtudes y defectos; entendiendo, con madurez y humildad, que estos últimos
fueron inflados por el terrible monstruo que es el alcohol. Amanecerá y
veremos.
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