Voy a empezar con el final. Las
guerrillas deben de entender que el ciudadano del común, dispone de todas las
herramientas tecnológicas, las redes sociales, observa los noticieros, programas
de opinión, escucha la radio, lee prensa; pero sobre todo piensa y siente en la
cotidianidad un País estancado por el desgaste de una larga guerra; que le da
motivos suficientes para entender, muy bien, lo puede estar sucediendo allá en
la Habana - Cuba.
Lo que no tiene claro -
aparte de verlos desfilar como vedettes a nivel internacional - es su verdadera
intención en este Proceso de Paz; entendiendo, todos, que también es la última gran
oportunidad que tienen, al igual que el País.
Las razones sobran, el desgaste
de los años - la mayoría tiene más de 60 años - sin un ideario revolucionario, la
carga a sus espaldas de una barbarie en sus acciones, su vinculación con la
droga, pérdida y disminución de territorio estratégico, dificultad para obtener
material bélico, medicamentos y alimentos, debilitamiento de sus principales bloques,
caída de los más experimentados cabecillas y el enriquecimiento de sus actuales
jefes, que solo buscan disfrutar del botín de guerra.
Que el principal acuerdo secreto,
al firmarse la Paz, es pasar a la historia no como criminales, sino como
hacedores de Paz y con garantías; dando ejemplo a nivel mundial.
Demostrando que, nuestra
Nación, puede caminar el sendero del
crecimiento y desarrollo sostenible con responsabilidad política, social y
medioambiental.
No pueden perder de vista que
en la actual coyuntura, la opinión pública está cansada e incrédula sobre la
verdadera voluntad de paz; máxime cuando insisten en el mismo discurso
romántico de la década del 60 y 70; esa clara ambigüedad frente a una realidad
del siglo XXI; los hace ver como dinosaurios políticos, que no logran descifrar
la oportunidad histórica que representan.
En otro orden de ideas y apuntándole
a lo mismo son los recientes acontecimientos políticos, previos a las
Elecciones Presidenciales del próximo 25 de mayo de 2014, donde se observa una
nueva señal para alcanzar la Paz.
Lo que para muchos, no significó
sorpresa, es la elección del Economista
Óscar Iván Zuluaga Escobar como candidato, por el recién creado Uribe Centro
Democrático; de hecho la Ley Electoral le obliga a cambiar el nombre. Tal vez
por aquello, del inapropiado y sutil llamado al culto de la personalidad, muy
propio de la era comunista de la década del 60 y hábilmente utilizado por la estrategia
Uribista.
En esa elección, que lo hizo
destacar - hago referencia a la convención que lo eligió - e independiente de
su trayectoria como Concejal y Alcalde de Pensilvania (Caldas) municipio del
que es oriundo, Senador de la República y destacado Ministro de Hacienda; no
cabe la menor duda, fue tener el valor civil de enfrentarse, después de más de
10 años de obligada convivencia política, al mariscal de campo y cerebro gris,
el polémico abogado José Obdulio Gaviria
Vélez.
Lo que no puede perder de
vista el Presidente, el economista Juan Manuel Santos Calderón es que, el
candidato de Uribe, conoce el país político y la forma como se administra la
economía; dos argumentos suficientes, para que le salga a esa reelección que
tanto esperamos. Porque le llegó la hora.
Lo que le resta, a Zuluaga,
es la ideología de quien representa; asunto que quedó comprobado con ese primer
discurso, sin ser su estilo, algunos afirman que, en su intervención, se movió temporalmente
a la derecha; quedando claro el mensaje de Uribe, en cuerpo ajeno, al país;
cuando afirmó que de ser elegido Presidente, acabaría con los diálogos de paz y
replantearía todo el proceso.
La pretendida omnipresencia
y las intenciones del ex presidente, nos debe llevar a recordar sus múltiples actuaciones
intentando acercarse, casi con éxito, al poder absoluto; ese es su estilo,
sobre todo en el último período presidencial, que reflejan una desbordada
obsesión por el poder.
No debemos olvidar el origen
y las consecuencias actuales de esos múltiples escándalos, durante el periodo
de gobierno 2002-2010; entre otros, como el desafortunado manejo de la salud, del agro, la infiltración
del poder legislativo y judicial - el enfrentamiento directo con las cortes - los
falsos positivos, el incendio y cierre de nuestras fronteras en especial con
Ecuador - hoy día un aliado estratégico - y Venezuela - progresando las
relaciones diplomáticas y comerciales.
Equivocado escenario creado
durante sus últimos 4 años de su mandato, que derivó en el aislamiento
económico y político del entono regional latinoamericano, en especial el fronterizo; afectando - la banca, los
exportadores e importadores - y en general toda la economía nacional.
Terminar con los diálogos de
paz, como lo propone Zuluaga, significaría justificar el despojo, dolor y la
pena de muerte para más campesinos y lugareños; además de una posible
urbanización de la guerra, lo que significaría revivir los episodios de una
guerra que pablo escobar emprendió contra las Instituciones.
Incluyendo un paréntesis, y en
especial nosotros los Vallecaucanos - que tanto le debemos al actual Jefe de
Estado - no podemos olvidar el inútil sacrificio
de los 11 Diputados del Valle, de ellos dos Cartagüeños.
Esa larga y cruenta guerra
irregular a hundido al País en el atraso
económico y social, que se ve reflejado en una deficiente infraestructura,
vías, educación, salud, servicios públicos, daño energético y contaminación
ambiental entre muchas otras; lo que no nos hace, por cuenta de las guerrillas,
competitivos a nivel mundial.
Votar, al Congreso, por el hasta
hoy Uribe Centro Democrático, es condenar a toda una Nación y entregarla en las manos de los señores de la guerra - de
ambos bandos - y con la firme intención de volver Uribe al poder, en cuerpo
ajeno, para posiblemente hacerla más intensa, sacrificando nuevamente valiosos
recursos económicos para atenderla.
Finalmente debemos tener muy
presente el apoyo de la comunidad internacional, frente al proceso, en la
intención que por fin se firme la tan anhelada Paz; al igual que prepararnos
para, por lo menos 10 años, lo que dure el postconflicto. Amanecerá y veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario