sábado, 8 de mayo de 2010

EL BULLYING Y LA CONVIENCIA CIUDADANA

Poco se ha investigado en Colombia sobre un fenómeno que es mas común de lo que se conoce y se sospecha entre niños y adolescentes; hoy buscaremos el origen de esta naciente problemática que ya inclusive se manifiesta como cyberbullying, que no es otra cosa que amenazas o acosos a través de la red; pero empecemos por el principio… ¿Dónde se origina esta cruel practica de violencia sicológica y física? que cada vez se presenta con mayor frecuencia entre niños y jóvenes, manifestándose de manera real en los jardines infantiles (cuando su hijo(a) llega mordido en la nariz, oreja, cachetes, brazos, manos o pies), colegios de básica y básica primaria; para luego en la secundaria hacer metamorfosis en los llamados combos o pandillas, que anteriormente se denominaban galladas.

Quien de nosotros en algún momento de nuestra niñez o adolescencia no se trenzó en una disputa verbal, un simple empujón o un intercambio de puños, ya sea por defender un liderazgo, por una chica, por tener buena conducta, o simplemente por no caerle bien a algún compañero de clase; quien no llego a su casa con chichones, ojos moreteados, bocas hinchadas, fruto de riñas a la salida de las escuelas o colegios; bueno eso sucedía en raras ocasiones e independiente de quien revolcara, en la mayoría de los casos terminaban siendo los mejores amigos o parceros.

Hoy en la mayoría de las riñas se involucran armas blancas y armas de fuego, y en muchos casos el niño o el joven agredido prácticamente esta en total indefensión o es atacado a mansalva y de manera colectiva, otra forma de violencia es la sicológica que puede terminar como ya ha sucedido en crisis de autoestima que fácilmente conllevan al suicidio, situación ésta que se deriva, cuando éste síntoma no es atendido en forma oportuna ya sea por el padre de familia en casa o por el docente cuando debiendo monitorear el comportamiento de sus alumnos dentro y fuera de las clases no lo hace por negligencia.

Así como el habito a la lectura se aprende en casa y se refuerza en el colegio, lo mismo ocurre con el habito sobre una sana convivencia ciudadana, se aprende en casa y se refuerza en el colegio; lo anterior significa que hoy los sentaremos en el banquillo, no para juzgarlos sino para alertarlos de que algo estamos haciendo en forma incorrecta con nuestros hijos, como padres de familia y/o docentes.

Primera pregunta… ¿Qué tipo de castigo físico ejerce usted como padre de familia y en el peor de los casos como docente? Le doy algunas opciones para que escoja una o varias según sea su caso, estas son a continuación: Nalgadas, palmadas en las manos, bofetadas, coscorrones, pellizcos, empellones, pisotones, patadas, puños, golpes contundentes con objetos como fuetes, correas, chancletas, zapatos, cepillos, reglas y palos; en casos extremos muchos niños presentan quemaduras causadas por padres como forma de castigo, si su respuesta es positiva en más de una opción; usted padre de familia o profesor está perdiendo el año.

La consecuencia de “estar perdiendo el año” es simplemente que usted como padre o como docente ha perdido la confianza por parte de sus hijos o alumnos lo que simplemente significa es que usted no es capas de relacionarse de manera abierta y tranquila con ellos; lo que se reflejará luego en las relaciones personales, de pareja y con los demás adultos, es decir estamos formando el infractor de las normas básicas de convivencia, el que al iniciar la vida social en el colegio, sus relaciones con los compañeros serán difíciles, distantes y en la mayoría de las ocasiones agresivas, es así como nuevamente surgen paradigmas erróneos, preñados de anti valores, donde el niño o joven que es tranquilo, estudioso y reporta buena relación con les demás es considerado como débil, bobo o cobarde, por el contrario aquellos que tienen los valores invertidos con trastornos en su moralidad y ética, mienten constantemente, son charlatanes y tramposos rápidamente se convierten en modelos a seguir, hacen uso de la fuerza para intimidar y a la larga se convierten en los matones del curso.
Lo anterior ocurre por que lo que hacen estos niños o niñas, los matones, es replicar el maltrato y las palizas que recibieron de los mayores y aprenden modelos donde cualquier tipo de relación, es en la que todo se resuelve a golpes o en forma violenta, intimidatoria y amenazante. Esa actitud de no ser corregida a tiempo, la llevara consigo a lo largo de su vida personal y profesional y nunca entenderá que su comportamiento es molesto o antisocial.

Como ya se indicó, este tipo de comportamiento aparece en la escuela o colegio el cual es denominado intimidación escolar o bullying, el modelo es el siguiente: existen una o varias victimas que no pueden defenderse adecuadamente por cuando sus agresores han identificados sus “debilidades” donde las victimas son acosadas por varias personas de sus misma edad o por un individuo mayor en edad o corpulencia cuyo objetivo es el hostigamiento físico y emocional donde se busca es aislarlas socialmente y dominarlas por medio de miedo mediante amenazas y agresión reiterativa y constante, terminando muchas veces en explotación económica (origen de la extorsión), social (los mandaderos o lavaperros) o personal ( explotación sexual).

Estas situaciones empiezan de una manera muy sutil en el salón de clase, donde el agresor o los agresores se burlan del comportamiento o actitudes de las victimas, también se presenta en los recreos o a la salida del colegio y terminan en la calle donde en el peor de los casos acaban siendo esclavos de sus opresores las 24 horas del día.

Las modalidades mas comunes de agresión son burlas y humillaciones, por su fisonomía, defectos físicos, esconder o dañar útiles escolares, sobrenombres ofensivos, o les inventan chismes, ejemplo: pepita es prepago, pepito es gay, etcétera, su función es excluirlos socialmente y los golpean o amenazan golpearlos, es más frecuente en escuelas y centros de educación básica y media, situación que está llevando a los escolares a vivir momentos de verdadero terror y angustia.

En la mayoría de las ocasiones las victimas tienden a mantener en secreto su situación y no la comentan a los adultos ya sean sus padres o profesores, por temor a represalias; es aquí donde se cierra el circulo ya que como se dijo anteriormente las victimas hace mucho tiempo perdieron la confianza en sus padres y/o profesores pues fueron éstos los primeros en ejercer violencia física y sicológica sobre ellos.

Finalmente es significativo resaltar la puesta en marcha de los talleres sobre valores por parte de la Casa de Justicia que busca sensibilizar a la comunidad, mediante la coordinación del programa de Familias en Acción, de la importancia de los valores a cultivar que nos lleven a una adecuada y tranquila convivencia ciudadana, buenos hijos, buenos padres, buenos esposos(as), buenos ciudadanos; igualmente que bueno sería que la Secretaria de Educación Municipal, hiciera también algo al respecto inicialmente dirigido a sus docentes, capacitarlos y darles herramientas para que actúen, ya que con su labor preventiva y correctiva ganaríamos mucho terrero en la lucha contra ésta amenaza; pues es bien sabido por los estudiosos de estos temas; que en muchos casos los profesores pueden no darse cuenta de la situación o restarle importancia o simplemente no actuar, por negligencia.

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