El municipio de Cartago en el Norte del Valle, enfrenta enormes desafíos, sin embargo en algunos aspectos pareciera que estuviera, la ciudad, congelada en el tiempo.
Gobernada metódicamente por
la misma dirigencia política, que hábilmente se ha venido reencauchando, la
mayoría de las veces en cuerpo ajeno, y desde hace más de 50 años.
Que la ciudad haya crecido,
nadie lo duda, en especial en urbanismo, desarrollo comercial y turístico, pero
falta mucho más.
Ausente está la inversión que
jalone una industria que resuelva, en parte, el problema del desempleo en la
ciudad que podría superar el 37.2%; siendo prudentes en éste porcentaje que definitivamente
lleva a miles de personas al trabajo informal.
Trabajo
informal que se expresa en: vendedores ambulantes y estacionarios de todo tipo,
mototaxismo, braceros, tricicleros, carretilleros, mensajeros, servicio domestico y mendicidad entre
muchas otras formas de ganarse la vida y que golpea más al sexo femenino.
Es una realidad que de lo corrido del siglo XXI, los ordenadores del gasto, cada vez tienen menos
autonomía – no leer poder - para
gobernar y materializar en obras, lo propuesto en sus programas de gobierno y
planes de desarrollo.
Las razones son muchos, y no
vamos a mencionarlas, hoy intentaremos dejar algunas inquietudes, en el
imaginario colectivo, sobre cómo empezar a salir del atraso institucional y de una gobernanza que
realmente vele por los intereses del ciudadano del común.
LA
ECUACIÓN QUE POTENCIA EL DESARROLLO
En
el pasado, siempre hemos insistido, cuando abordamos asuntos que demandan de una
rigurosa planeacion estratégica que compromete el futuro de la ciudad; vemos necesaria
la utilización de la ecuación, que facilita el desarrollo, y que involucra estas
tres variables: lo privado – lo público – y la academia.
Abordamos de nuevo, visto desde
lo institucional, la urgente e importante necesidad que la ciudad construya una
correcta visión; la situación que nos alentó a escribir, sobre éste tema, fue algunas
entrevistas concedidas por directores empresariales y académicos a un reconocido medio de comunicación de la
ciudad.
Y
después de reflexionar sobre esas entrevistas realizadas al Rector de la
Universidad del Valle – Sede Seccional Norte – Fernando Echeverry Valencia; y a
la Presidenta Ejecutiva de la Cámara de Comercio de Cartago, Sandra Milena
Santa Ocampo.
Más allá de los temas de
moda, tratados en su momento, que de hecho, la mayoría son viejas aspiraciones
de los cartagüeños y norte vallecaucanos y que afectan la competitividad de la
ciudad y de la región.
Lo fue la oportunidad de
volver abrir el capítulo, sin concluir, sobre la construcción de una Visión
Cartago a 20 o 30 años; cuyo propósito debe de ser prepararnos para tener claro que le
podemos aportar a la región y no que sacrificios o limosnas nos puede exigir, y a cambio de qué, la región.
El
primer paso es abandonar la timidez en las exigencias, sin apetito, y en los
procesos de negociación; que conlleven a que nos traten como un valioso aliado estratégico;
ya sea por parte de los Risaraldenses, Quindianos y por el mismo Departamento
del Valle del Cauca.
A propósito, recordemos que el Valle del Cauca tiene construida una visión al 2032; donde es muy posible que a la subregión del norte del valle, no se le haya dado la importancia que se realmente merece.
¿Subestimados por la arrogancia de algunos políticos que actúan como
depredadores del fisco departamental?
Lo anterior por cuanto y de lo
que va corrido del actual mandato departamental, en poco, o en nada se menciona a la ciudad o a
la subregión en los proyectos de importancia estratégica.
El norte del valle, no se
les olvide, solo existe para obtener votos; y muy pocos son los favorecidos en
esas fiestas democráticas.
DE
LA CAMARA DE COMERCIO DE CARTAGO
Entrando en materia, en el
asunto que nos ocupa hoy, lo primero que resaltamos es la actitud de la
presidenta: centrada, amable, abierta y tal parece muy conocedora de la
problemática y del entorno socioeconómico de la ciudad y de la subregión.
Y cuando hablamos de la
región, nos referimos, por supuesto al Norte del Valle incluimos A San José del
Palmar y a los Departamentos de Risaralda y Quindío; con los que constantemente
estamos intercambiando bienes y servicios.
Tampoco vamos a abordar la
multimencionada integración Cartago – Pereira, o las diferentes
caracterizaciones que le han querido dar; ya que consideramos no es el momento,
ni las condiciones fiscales están dadas.
De hecho no nos oponemos,
pero guardamos serias reservas sobre ese tipo de “alianza estratégica, de
asociación o conurbación”. Que por supuesto será motivo de análisis, a futuro,
y en otra oportunidad que se presente. Si Dios lo permite.
Nos llamó poderosamente la
atención cuando, Santa Ocampo, tiempo antes de la última entrevista, y sobre
ese tema, manifestó que una de las salidas era acudir a una consulta popular.
En la última, abordada sobre el
tema del Peaje Cerritos II se refirió a la participación de unas mesas técnicas,
aunque lo fundamental, y para el asunto que nos ocupa hoy; es primero, la necesidad
de buscar acuerdos de voluntades. Reflexión que nos llegó como anillo al dedo
anular.
Como de lo que vamos a
tratar hoy, no es el peaje, ni la integración, sino de volver a plantear la
necesidad de construir una nueva visión, de cambio, que le apunte al
crecimiento y desarrollo sustentable de la región en términos de bienestar para
la población.
Población que estimamos,
para la ciudad, en más de 150 mil habitantes y de 1.200 en San José del Palmar
(Choco biogeográfico) y de aproximadamente 500 mil en la subregión del norte
del valle.
Volvemos a repetirlo…Sin
perder de vista que tenemos frontera política con dos departamentos: Risaralda
y Quindío que sumados alcanzarían de alrededor de 1.4 millones de habitantes.
Lo
anterior significa que estamos hablando de un mercado potencial, de intercambio
de bienes y servicios, de alrededor de 2
millones de habitantes.
¿O
ustedes por qué creen que los hijos de Álvaro Uribe Vélez invirtieron en la
ciudad? O ¿Por qué viene otro proyecto, en la misma dirección, con otros
privados?
El liderazgo que puede rescatar
la Cámara de Comercio de la ciudad, si lo acepta, podría cambiar el rumbo de la
subregión norte; recordemos el área de influencia de ésta: norte del valle y
San José del Palmar.
Lo que le da peso a la
agremiación es que cuenta con estudios demográficos, económicos, sociales y
empresariales de su área de influencia.
No perdamos de vista que no
estamos proponiendo, hoy, algún tipo de asociación; la propuesta se centra en
la construcción de la Visión Cartago 2040.
En la que se podría incluir
parte de una visión conjunta con los presidentes ejecutivos de las Cámaras de
Comercio de Pereira y de Armenia; proyectos que tengan influencia en la ciudad
o en el norte del valle. ¿Turismo religioso, ecológico o deportivo? Entre muchos
otros.
DE
LA SECCIONAL UNIVERSIDAD DEL VALLE SEDE CARTAGO
Aparte
del papel a desempeñar por la Cámara de Comercio, multiplica en la ecuación la
variable académica, por aquello que son centros de creación de pensamiento
estratégico y de cambio; tampoco podemos perder de vista que la ciudad cuenta,
aparte de la Univalle.
Con la Corporación de
Estudios Tecnológicos, Universidad Cooperativa, Universidad Antonio Nariño
entre otros centros educativos de nivel superior y a distancia.
Hoy
compartiremos, de lo que creemos y a riesgo de equivocarnos, parte de la visión
de, Echeverry Valencia, según entrevista concedida, en días pasados, en un importante medio de comunicación de la ciudad.
Centro
de pensamiento - Univalle - que, según
sus palabras, busca continuar por el camino de la modernización administrativa,
ampliar la oferta académica, la cobertura y por supuesto la eficiencia en los múltiples
procesos académicos.
El aporte de la academia, podría
ser verter el conocimiento con la experiencia en la construcción de esa visión, y
en la formulación y evaluación de proyectos; con el aporte del recurso humano intelectual
y de aprendices para articular, por sectores productivos, las múltiples
iniciativas que resultaren de los acuerdos programáticos; en una gran mesa de concertación
y de diálogo.
Hoja de ruta construida por
empresarios, comerciantes, líderes comunales y sociales, Ong´s, gremios, las
iglesias, notables y veedores ciudadanos entre otros; que lleven a un plan de acción
en el corto, mediano y largo plazo.
La
visión académica, construir competitividad mediante la formación de jóvenes y
adultos cuyo enfoque es pensar en la ciudad – región; razonamiento que cristaliza,
cuando en sus propias palabras, concluye “… El Norte del Valle es una región muy
interesante, muy importante…”
Igual tiene muy claro, al
referirse a las otras sedes: Calcedonia y Sevilla, tema que también aplica para
el asunto que nos ocupa hoy, aquello que “es mejor articularse que competir,
sin olvidar la competitividad de la región”. Valido para la construcción semántica
de esa visión esperada.
Lo anterior, visto desde lo
académico, y lejos del discurso populista y por supuesto oportunista propio de
algunos políticos de la ciudad y la región; es el tema de unir propósitos y
fuerzas de los 17 municipios del norte del valle.
Con
el propósito de proyectar macro proyectos de importancia estratégica para la
subregión del norte del Valle: banco de maquinaria pesada, centros de acopio, planta
de sacrificio de ganado, acueducto, escombrera y rellenos sanitarios, vías terciarias,
aeropuerto y zona franca o parque logístico entre otros.
DE
LA ALCALDIA MUNICIPAL
La tercera variable es el
sector público representado en la alcaldía municipal, que encontraría la
oportunidad de liderar procesos de coordinación con otros municipios superando
las fronteras políticas e integrando planes de desarrollo territoriales de
estos pobres y olvidados municipios del norte del valle.
FALTA
LA CUARTA PATA PARA PARAR LA MESA
Como puede observar usted,
atento y respetado lector, para la construcción, y uso correcto de la mesa técnica le falta una
pata; y es la voluntad política de todas las partes y es ahí donde los taimados
y mojigatos políticos no permiten que algunas las iniciativas, de las que no pueden obtener provecho, lleguen a un buen
término.
En todos los casos se exige.
Cero avaricia y mucha claridad conceptual para alcanzar lo que para bien manifiesta
el director académico, “un nuevo modo de pensar y de proyectarnos”. Amanecerá y
veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario