sábado, 7 de noviembre de 2020

CARTAGO… ¿HACIA UNA NUEVA VISIÓN?

El municipio de Cartago en el Norte del Valle, enfrenta enormes desafíos, sin embargo en algunos aspectos pareciera que estuviera, la ciudad, congelada en el tiempo.

Gobernada metódicamente por la misma dirigencia política, que hábilmente se ha venido reencauchando, la mayoría de las veces en cuerpo ajeno, y desde hace más de 50 años.

Que la ciudad haya crecido, nadie lo duda, en especial en urbanismo, desarrollo comercial y turístico, pero falta mucho más.

Ausente está la inversión que jalone una industria que resuelva, en parte, el problema del desempleo en la ciudad que podría superar el 37.2%; siendo prudentes en éste porcentaje que definitivamente lleva a miles de personas al trabajo informal.

Trabajo informal que se expresa en: vendedores ambulantes y estacionarios de todo tipo, mototaxismo, braceros, tricicleros, carretilleros, mensajeros, servicio domestico y mendicidad entre muchas otras formas de ganarse la vida y que golpea más al sexo femenino.   

Es una realidad que de lo corrido del siglo XXI, los ordenadores del gasto, cada vez tienen menos autonomía – no leer poder -  para gobernar y materializar en obras, lo propuesto en sus programas de gobierno y planes de desarrollo.

Las razones son muchos, y no vamos a mencionarlas, hoy intentaremos dejar algunas inquietudes, en el imaginario colectivo, sobre cómo empezar a salir del  atraso institucional y de una gobernanza que realmente vele por los intereses del ciudadano del común.

LA ECUACIÓN QUE POTENCIA EL DESARROLLO

En el pasado, siempre hemos insistido, cuando abordamos asuntos que demandan de una rigurosa planeacion estratégica que compromete el futuro de la ciudad; vemos necesaria la utilización de la ecuación, que facilita el desarrollo, y que involucra estas tres variables: lo privado – lo público – y la academia.

Abordamos de nuevo, visto desde lo institucional, la urgente e importante necesidad que la ciudad construya una correcta visión; la situación que nos alentó a escribir, sobre éste tema, fue algunas entrevistas concedidas por directores empresariales y académicos  a un reconocido medio de comunicación de la ciudad.

Y después de reflexionar sobre esas entrevistas realizadas al Rector de la Universidad del Valle – Sede Seccional Norte – Fernando Echeverry Valencia; y a la Presidenta Ejecutiva de la Cámara de Comercio de Cartago, Sandra Milena Santa Ocampo. 

Más allá de los temas de moda, tratados en su momento, que de hecho, la mayoría son viejas aspiraciones de los cartagüeños y norte vallecaucanos y que afectan la competitividad de la ciudad y de la región.

Lo fue la oportunidad de volver abrir el capítulo, sin concluir, sobre la construcción de una Visión Cartago a 20 o 30 años; cuyo propósito debe de ser prepararnos para tener claro que le podemos aportar a la región y no que sacrificios o limosnas nos puede exigir, y a cambio de qué, la región.

El primer paso es abandonar la timidez en las exigencias, sin apetito, y en los procesos de negociación; que conlleven a que nos traten como un valioso aliado estratégico; ya sea por parte de los Risaraldenses, Quindianos y por el mismo Departamento del Valle del Cauca.

A propósito, recordemos que el Valle del Cauca tiene construida una visión al 2032; donde es muy posible que a la subregión del norte del valle, no se le haya dado la importancia que se realmente merece. 

¿Subestimados por la arrogancia de algunos políticos que actúan como depredadores del fisco departamental?

Lo anterior por cuanto y de lo que va corrido del actual mandato departamental,  en poco, o en nada se menciona a la ciudad o a la subregión en los proyectos de importancia estratégica.

El norte del valle, no se les olvide, solo existe para obtener votos; y muy pocos son los favorecidos en esas fiestas democráticas.

DE LA CAMARA DE COMERCIO DE CARTAGO

Entrando en materia, en el asunto que nos ocupa hoy, lo primero que resaltamos es la actitud de la presidenta: centrada, amable, abierta y tal parece muy conocedora de la problemática y del entorno socioeconómico de la ciudad y de la subregión.

Y cuando hablamos de la región, nos referimos, por supuesto al Norte del Valle incluimos A San José del Palmar y a los Departamentos de Risaralda y Quindío; con los que constantemente estamos intercambiando bienes y servicios.

Tampoco vamos a abordar la multimencionada integración Cartago – Pereira, o las diferentes caracterizaciones que le han querido dar; ya que consideramos no es el momento, ni las condiciones fiscales están dadas.

De hecho no nos oponemos, pero guardamos serias reservas sobre ese tipo de “alianza estratégica, de asociación o conurbación”. Que por supuesto será motivo de análisis, a futuro, y en otra oportunidad que se presente. Si Dios lo permite.

Nos llamó poderosamente la atención cuando, Santa Ocampo, tiempo antes de la última entrevista, y sobre ese tema, manifestó que una de las salidas era acudir a una consulta popular.

En la última, abordada sobre el tema del Peaje Cerritos II se refirió a la participación de unas mesas técnicas, aunque lo fundamental, y para el asunto que nos ocupa hoy; es primero, la necesidad de buscar acuerdos de voluntades. Reflexión que nos llegó como anillo al dedo anular.

Como de lo que vamos a tratar hoy, no es el peaje, ni la integración, sino de volver a plantear la necesidad de construir una nueva visión, de cambio, que le apunte al crecimiento y desarrollo sustentable de la región en términos de bienestar para la población.

Población que estimamos, para la ciudad, en más de 150 mil habitantes y de 1.200 en San José del Palmar (Choco biogeográfico) y de aproximadamente 500 mil en la subregión del norte del valle.

Volvemos a repetirlo…Sin perder de vista que tenemos frontera política con dos departamentos: Risaralda y Quindío que sumados alcanzarían de alrededor de 1.4 millones de habitantes.

Lo anterior significa que estamos hablando de un mercado potencial, de intercambio de bienes y servicios,  de alrededor de 2 millones de habitantes.

¿O ustedes por qué creen que los hijos de Álvaro Uribe Vélez invirtieron en la ciudad? O ¿Por qué viene otro proyecto, en la misma dirección, con otros privados?

El liderazgo que puede rescatar la Cámara de Comercio de la ciudad, si lo acepta, podría cambiar el rumbo de la subregión norte; recordemos el área de influencia de ésta: norte del valle y San José del Palmar.

Lo que le da peso a la agremiación es que cuenta con estudios demográficos, económicos, sociales y empresariales de su área de influencia.

No perdamos de vista que no estamos proponiendo, hoy, algún tipo de asociación; la propuesta se centra en la construcción de la Visión Cartago 2040.

En la que se podría incluir parte de una visión conjunta con los presidentes ejecutivos de las Cámaras de Comercio de Pereira y de Armenia; proyectos que tengan influencia en la ciudad o en el norte del valle. ¿Turismo religioso, ecológico o deportivo? Entre muchos otros.

DE LA SECCIONAL UNIVERSIDAD DEL VALLE SEDE CARTAGO

Aparte del papel a desempeñar por la Cámara de Comercio, multiplica en la ecuación la variable académica, por aquello que son centros de creación de pensamiento estratégico y de cambio; tampoco podemos perder de vista que la ciudad cuenta, aparte de la Univalle.

Con la Corporación de Estudios Tecnológicos, Universidad Cooperativa, Universidad Antonio Nariño entre otros centros educativos de nivel superior y a distancia.

Hoy compartiremos, de lo que creemos y a riesgo de equivocarnos, parte de la visión de, Echeverry Valencia, según entrevista concedida, en días pasados, en un importante medio de comunicación de la ciudad.

Centro de pensamiento - Univalle -  que, según sus palabras, busca continuar por el camino de la modernización administrativa, ampliar la oferta académica, la cobertura y por supuesto la eficiencia en los múltiples procesos académicos.

El aporte de la academia, podría ser verter el conocimiento con la experiencia en la construcción de esa visión, y en la formulación y evaluación de proyectos; con el aporte del recurso humano intelectual y de aprendices para articular, por sectores productivos, las múltiples iniciativas que resultaren de los acuerdos programáticos; en una gran mesa de concertación y de diálogo.

Hoja de ruta construida por empresarios, comerciantes, líderes comunales y sociales, Ong´s, gremios, las iglesias, notables y veedores ciudadanos entre otros; que lleven a un plan de acción en el corto, mediano y largo plazo.

La visión académica, construir competitividad mediante la formación de jóvenes y adultos cuyo enfoque es pensar en la ciudad – región; razonamiento que cristaliza, cuando en sus propias palabras, concluye “… El Norte del Valle es una región muy interesante, muy importante…”

Igual tiene muy claro, al referirse a las otras sedes: Calcedonia y Sevilla, tema que también aplica para el asunto que nos ocupa hoy, aquello que “es mejor articularse que competir, sin olvidar la competitividad de la región”. Valido para la construcción semántica de esa visión esperada.

Lo anterior, visto desde lo académico, y lejos del discurso populista y por supuesto oportunista propio de algunos políticos de la ciudad y la región; es el tema de unir propósitos y fuerzas de los 17 municipios del norte del valle.

Con el propósito de proyectar macro proyectos de importancia estratégica para la subregión del norte del Valle: banco de maquinaria pesada, centros de acopio, planta de sacrificio de ganado, acueducto, escombrera y rellenos sanitarios, vías terciarias, aeropuerto y zona franca o parque logístico entre otros.

DE LA ALCALDIA MUNICIPAL

La tercera variable es el sector público representado en la alcaldía municipal, que encontraría la oportunidad de liderar procesos de coordinación con otros municipios superando las fronteras políticas e integrando planes de desarrollo territoriales de estos pobres y olvidados municipios del norte del valle.

FALTA LA CUARTA PATA PARA PARAR LA MESA

Como puede observar usted, atento y respetado lector, para la construcción, y uso correcto  de la mesa técnica le falta una pata; y es la voluntad política de todas las partes y es ahí donde los taimados y mojigatos políticos no permiten que algunas las iniciativas, de las que no pueden obtener provecho, lleguen a un buen término.

En todos los casos se exige. Cero avaricia y mucha claridad conceptual para alcanzar lo que para bien manifiesta el director académico, “un nuevo modo de pensar y de proyectarnos”. Amanecerá y veremos. 

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