sábado, 14 de noviembre de 2020

LOS DOCE PASOS DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS – EL TERCERO

 “Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos”

Antes de entrar en materia, de nuevo repudiamos el asesinato del menor, de apenas 12 años, Juan Camilo Gómez Rosero; lamentablemente este es un caso más, de los que casi diariamente suceden.

Esta lamentable situación, a lo largo y ancho del país, de tiempo atrás debe de haber llamado la atención de expertos en criminalística y de otras disciplinas conexas en las diferentes líneas de investigación.

Tendientes en determinar, entre muchas otras variables, la relación entre el consumo de sustancias sicoactivas como el alcohol; y la ocurrencia de los diferentes delitos como: suicidios, homicidios, asesinatos, violencia intrafamiliar, feminicidio, infanticidio, lesiones personales entre otros tipos de agresiones.

LA DOBLE MORAL DEL ESTADO

Parte del mensaje, de hoy, tiene que ver con la doble moral del Estado que solo se limita a reglamentar el no consumo – en una etiqueta - para los menores de edad.

Cuando en la realidad podrían ser los que más estén consumiendo. Urge entonces ¿Campañas didácticas masivas de concientización sobre los peligros del alcohol? y/o ¿Aumentar el impuesto al consumo?

EL TRATAMIENTO

El haber empezado reconociendo el problema, de no poder controlar el consumo moderado de alcohol, es dar el primer paso hacia el tratamiento de ésta crónica enfermedad – que empobrece y enferma -  que tiene como propósito la búsqueda de la salud mental y física.

Es decir, que mucho antes - inclusive días - de consumir, de nuevo, un primer sorbo o trago; ya sentías ansiedad, y al “satisfacerla”, inmediatamente se detonaba una casada de sensaciones de placer y de seguir bebiendo sin detenerte.

Para después, de un rato, saltar a otro tipo de bebida… Por aquello que ¡da muchas ganas de orinar!… tremendo autoengaño soportado por una simple mentira. 

Definido el problema, parte de la solución, es trabajar seriamente en fortalecer esa FUERZA DE VOLUNTAD; al tiempo de recordar el sufrimiento experimentado en algún momento por la humillación al despertar, tirado en el suelo, y en las más deplorables condiciones.

UN PRIMER DIAGNOSTICO

Hoy ocupándonos sobre el diagnostico… Debes de aceptar que lo primero que se destruye en el enfermo alcohólico es su parte anímica; la que se degrada, sin un tratamiento que le ayude, lo que significa que nunca estarás del todo bien.

Ya que siempre estará allí la ansiedad, dado que lo primero que has arruinando es lo principal que tenías…TU VOLUNTAD Y EL LIBRE ALBEDRIO.

Sin esa fuerza interior que lo guíe, el borrachín,  vive y actúa inconscientemente  a merced de la botella de licor y de sus amigos más cercanos, generalmente todos alcohólicos igual o peores que usted.

De manera que confiada e inexplicablemente, siempre, acude a ella (la botella) ya sea en momentos de: alegría, angustia, temor, confusión o soledad; es siempre buscar un pretexto para beber.

Solo piensa en el licor y lo utiliza como un bálsamo para refugiarse (así sea temporalmente) para así evitar enfrentar la realidad de los retos o problemas ya sea como padre/madre, cónyuge, hermano o hijo.

De las consecuencias frente al trabajo o alguna otra obligación es faltar o llegar tarde, lo que se vuelve recurrente, con cientos de escusas; o delegando su responsabilidad en otros.

Para finalmente frustrarse a si mismo, a su familia, amigos que lo tenían como referente y siempre esperaban un comportamiento digno de imitar.

Al tiempo que destruye su autoestima y arruina su salud; no es raro encontrar en dichos pacientes problemas como: hipertensión, diabetes, problemas en vías digestivas, hígado, riñón, páncreas, retina y disfunciones sexuales entre otras.

También nos ocuparemos del plano espiritual - muy diferente de la religiosidad o del ateísmo, para algunos, como negación de un ser superior - y específicamente relacionado con la “voluntad”; la que ya no acompaña al borrachín común y corriente.

Con la anterior aseveración no nos referimos al ciudadano del común; porque no olvidemos que ésta enfermedad afecta a todos por igual: sin distingo de edad, raza, sexo, género, religión, escolaridad, ocupación y condición socioeconómica.

Igual no perdamos de vista que el borrachín, no solo, es aquel sujeto que todos deprecian y evitan; que camina a diario con la “botella de chirinche” en la mano.

La cruda realidad  es otra, el alcohólico está en todas partes y en cabeza de quienes menos nos lo imaginamos y que seguramente está sufriendo esa, u otra, terrible enfermedad.

¿FUERZA DE VOLUNTAD O BUENA VOLUNTAD?

Continuando con la exhortación para usted, respetado y atento  lector, ¿Cuantas veces ha escuchado o usted mismo se ha creído la siguiente sentencia?: “Yo cuando quiera dejo de tomar trago”… “Para dejar el vicio no se necesita sino fuerza de voluntad”. ¿Qué resultados positivos ha obtenido en el pasado?

Recuerde… ¿Cuántas veces  intentó o de hecho dejó de tomar: uno, dos, tres meses o hasta años; para después volver a empezar de manera pausadamente cada ocho o quince días?

Usted no se ha dedicado a reflexionar el porqué, sin un motivo aparente, ocasionalmente se despierta un día cualquiera y decide tomarse unos traguitos con sus mejores amigos o solo.

La alarma debería prenderse cuando a usted ya no le dé pena reconocerlo o pretenda  ignorar, a manera de mecanismo de autodefensa, que todo el mundo ya conoce su rutina de borrachín.

EL TERCER PASO

Este tercer paso no se opone a que te aferres a la “fuerza de voluntad” para intentar controlar el vicio; a sabiendas que en el pasado lo has intentado y habías fracasado.

Los testimonios recibidos y las experiencias compartidas nos llevan a la conclusión, que NO existe ningún ser humano que este libre de ser atacado por el azote del Alcohol y que necesite apoyo.

Puede que la soberbia y el orgullo, de muchos, los lleve a concluir que a ellos no les llega este mensaje; Dios quiera que tarde que temprano busquen ayuda, porque siempre habrá una mano tendida que estará dispuesta a ayudarlo.

Camino de la recuperación atrás queda su condición social, su nivel cultural, su ideología… en fin todos sus triunfos y fracasos pertenecen al pasado; ya que poco a poco, si te lo propones, vas a obtener una mente más abierta para así lograr ese despertar espiritual tan necesario para la recuperación.   

La experiencia confirma que la mayoría que intentaron SOLOS enfrentar el problema del vicio, algunos lograron dejarlo por un mes o por un año, para luego recaer desencadenando una nueva y mayor obsesión por el licor.

Lo anterior significa que la sola fuerza de voluntad – si la buena voluntad - de nada sirve para guiar la torcida mente del alcohólico y que no necesariamente es aquel ser humano que anda de a pie cubierto con harapos y en sitios lúgubres.

Todo lo contrario, dicha enfermedad ataca de manera indiscriminada y mide absolutamente a todos con el mismo rasero.

Abandonar ese camino es la mejor decisión de su vida ya que en muchas ocasiones, no tiene retorno alguno, en todos los casos solo encontraras cuatro salidas: la prisión, el cementerio,  un sanatorio o un hospital.

Para terminar, déjenme compartirles la oración de la serenidad…

“Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia. Hágase tu voluntad y no la mía”. Amanecerá y veremos.

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