“Desconfía
- sin llegar a los extremos - de las personas que te quieren convencer sólo a través
de palabras vacuas. Pregúntate lo siguiente: ¿Hay coherencia entre lo que la
persona dice y hace?”
La
gente puede pensar ambigüedades acerca de lo que dices, pero siempre te creerá
por lo que haces. La acción prevalece sobre la verbosidad…”
Acción responsable – El semáforo de la vida.
Carlos Andrés Londoño Zabala
Relacionado con el asunto
que nos ocupa hoy, buscando evidencias, decidí ojear uno de sus libros - de
hecho es el único que tengo - entonces me detuve, atento a otro de sus
contenidos, y ante la premisa que demuestra cómo, según su libro, la lectura
nos hace más libres (pg.31); confirmando que ésta, es una sana costumbre y
principal fuente de conocimiento y quía para la correcta aplicabilidad de
acciones responsables; lo que, ampliamente, ha comprobado durante el primer año
de su mandato.
Guardando coherencia entre
lo que piensa, dice y hace; requisito fundamental para convertirse en un buen
gobernante; lo que lo hace respetable y creíble desde lo político.
Lo anterior nos lleva a
comprender que esa, la lectura, es una
de las múltiples formas, acertada por lo demás, de cómo podemos ver el mundo con
esperanza, sin prevenciones, menos a la defensiva; lo que finalmente se logra
siempre y cuando se posea una mente abierta; recuerda que la mente es como un
paracaídas solo funciona si está abierta. Abierta al cambio de paradigmas.
Así las cosas, consideramos
- para controlar el ego, me niego escribir en singular y no hay otra razón para
hacerlo - que el eje de la transformación de nuestra sociedad se ancla en la
educación ¿Una nueva forma de educar?
Convirtiéndose, esa nueva
estrategia - aprender practicando - en el camino expedito que abre las
oportunidades de cambio a través del fomento, no a la formación tradicional
para el empleo; sino a la alternativa del emprendimiento; camino correcto, para
crecer integralmente basados en la cultura de la generación de empleo productivo.
Todo da comienzo con
el cultivo del hábito de la lectura o mejor la lecto-escritura, en la básica
primaria, secundaria y educación media, valido siempre y cuando el docente o
padre de familia adopte una actitud propositiva; cuya única condición, es
sembrar en el alumno, la importancia de la disciplina y el gusto para
aprovechar el tiempo libre en el hogar o en algún lugar en compañía de la
familia. Padres de familia, hay que dar ejemplo.
De ahí que se espere, que el
alcalde Carlos Andrés Londoño Zabala, siga generando espacios donde se incluya
programas como los talleres para niños escritores, plan de lectura al parque y
el fomento al uso de la biblioteca; cuyo propósito es alejarlos del ocio y la
tecnología de punta; al tiempo que favorece el desarrollo intelectual de niñas
y niños.
Basados en las ejecutorias, audaces
y novedosas, y las iniciativas diarias; la opinión pública espera que, ésta,
sea la mejor administración, por lo menos durante la última década.
Para comprobarlo, basta con hacer la lectura de esos propósitos, consignados a través de su Programa de Gobierno y Plan de Desarrollo
– Todos por Cartago; que como bien lo ha decidido denominar, en esta primera
etapa; es “la revolución de las
pequeñas cosas”.
Del otro lado de la orilla, también ha quedado de manifiesto, la resistencia que lleva a algunas voces al
disenso, actitud que no nos debe preocupar, pero si insistir en la necesidad en los cambios de paradigma.
Cambios que nos deben llevar
ha no juzgar por juzgar, o nunca ver la parte buena y amable de las iniciativas
y ejecutorias; se hace entonces necesario, a través de los medios de
comunicación, para que la opinión pública en general asuma el compromiso de
pensar en positivo y hablar bien de la ciudad.
Regresando al libro
amarillo, lo anterior nos sugiere que ya es tiempo de abandonar “El vasallaje a
rajatabla” pg. 50; en especial hacia ese amo y señor que es la malintencionada crítica,
protestas que tanto daño le hacen a la imagen de la ciudad de Cartago en el Norte del Valle.
Termina el autor quejándose de “esa guerra entre poderes y
egos…” Lo anterior, precisamos, lleva al miedo o mejor al recelo, entre
gobernantes y gobernados. Por ello al comienzo de su escrito insiste, el hoy
alcalde, en promover que “En el liderazgo social debe de imperar el mérito
(sudor) y los conocimientos en gestión pública de parte de quien tiene la
regencia pasajera (les dicen huéspedes) de un cargo o una dignidad tribunicia”.
Más allá que lo anterior, se
convierta en lectura incomprensible, y que en apariencia contenga connotaciones
filosóficas y/o poéticas – de hecho no es mi estilo y mucho menos poseo el
talento para cultivarlas – insistimos en la intención y la necesidad de
cultivar la costumbre de hablar bien de la ciudad y de sus dirigentes; para de
esta manera “ignorar” al adversario que tercamente se niega en ver la obra
completa; sino la tenue mancha del ataque premeditado y sin medir la proporción en
las consecuencias negativas para toda una comunidad.
Regresando a la revolución
de las pequeñas cosas, las reciente noticias, dejan de manifiesto que seguirá
con los programas sobre el enlucimiento de las zonas verdes, avenidas, parques
y plazas públicas; mantenimiento de malla vial, funcionamiento del alumbrado
público; conformación de mesas de trabajo para la atención al adulto mayor e
inicio el próximo 27 de enero de los juegos intercolegiados.
Revisión de la agenda, con
los funcionarios de la Secretaria de Infraestructura del Valle del Cauca, a fin
de monitorear estado actual de la obra doble calza de la Avenida de Santa Ana.
Obra de importancia estratégica para la modernización de la red vial que nos
conecta con la región.
Para terminar con los
propósitos durante el 2017 es la grata noticia, del inicio en el mes de abril de
la remodelación y adecuación del Parque de la Isleta con una inversión de
$10.000 millones de pesos; obra de infraestructura social; que en una primera
etapa de ejecución se invertirán $4.500 millones de pesos, vía cofinanciación y
con recursos de la Gobernación del Valle del Cauca.
De nuevo esta es una
invitación para que nos hagamos participes del cambio que requiere la ciudad,
que merece siga siendo considerada - como en el pasado y desde el Departamento
Nacional de Planeación, DNP,- como una ciudad con un enorme potencial para
convertirse en una de las cinco primeras localidades del occidente colombiano.
Para lograrlo empecemos, ya no con el propósito sino con el compromiso, de
hablar bien de la ciudad, y por ende, de la actual administración. Amanecerá y
veremos.
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