viernes, 13 de junio de 2014

¿QUÉ ADJETIVO DEFINE A SU CANDIDATO?


Sin haber  pasado el suficiente tiempo - de la sucia artimaña -  entendimos que todo hacía parte de una estrategia para solo obtener votos y bien diferente a ganar adeptos; todo por aquello que la política, como negocio, perdió su doctrina como esencia.

Frente a esta cruda realidad y de  manera deductiva entendemos que, casi, todo es cíclico en especial la política y la economía; entonces estamos cerrando un ciclo, de la violencia, para abrir el de la prosperidad.

Si logramos entenderlo así - aclarando que la restricción está en la decisión que tomen los juapa y los zurriagas - no cabe la menor duda  la reelección del presidente Santos.

Entonces el gran reto, para el domingo, es mover la enorme maquinaria de la Unidad Nacional para garantizar darle esa segunda oportunidad a la patria de avanzar a la tan anhelada PAZ. Para que eso suceda, la orden debería ser, cada líder debe de salir y mover por lo menos 2 votos.

Dicho de otra forma…Si cada uno de los 3.3 millones de votos, después de madrugar a votar vuelve y mueve 2 votos más, se asegura el triunfo.

Hoy reposadamente y basado en la observancia de los pasados hechos y con la balanceada carga de esa experiencia de cada uno en sus espaldas, toda campaña debe de servir de práctica para avanzar un paso más en búsqueda de la madurez política, recordemos que se deja de crecer cuando se abandonan los sueños y las metas.

Como viene al caso; el talante, carácter, temple y liderazgo del gobernante se debe ajustar la frase de Nelson Mandela “Si quieres hacer la paz con tu enemigo tienes que trabajar con él. Entonces se convierte en tu compañero”.

Al final aprendimos a reconocer en el adversario político la calidad y cantidad de sus propuestas, nada diferentes a las nuestras; salvo en la genuina PAZ donde hay un abismo que nos distancia de su precepto, el de Zuluaga, y es la orden que debe de observar y guardar como súbdito; del que no desea la paz sino, la otra, la que supuestamente se logra con el uso de las armas.

Más que un aprendiz de brabucón, para gobernar este país se requiere de un pacifista; o mejor aún se requiere de un “Sereno en el peligro y peligroso en el sereno”

Tolerante es el adjetivo con el que defino al presidente Santos; guardó pausa y silencio cuando le gruñían intentando colmar su paciencia; resistió y soportó la injuria y la calumnia porque entendió que era el desespero del adversario; olvidó la ingratitud porque no era el tiempo de facturarla.

Sonrió cuando, si se igualaba, tenía que aullar; hizo pausa cuando tenia que replicar airadamente, Ignoró cuando tenía que atacar, y soñó cuando tuvo que marchar aprisa para no dejarse alcanzar.

Si se quiere avanzar en al camino de la PAZ lo primero que hay que hacer es desarmar el intelecto para ponerlo a pensar en paz y tranquilidad; porque los retos que se avecinan son definitivos. Ahora sí ¿Que adjetivo define su candidato? Amanecerá y veremos.

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