Tal parece atrapó por
sorpresa, la pregunta de la periodista Judith Gómez del Diario el País de Cali
- entrevista publicada el pasado martes 17 de junio -, a la Medica Dilian
Francisca Toro Torres; este fue el reparo ¿Cómo explica que Santos perdiera en
Cartago, que es territorio de la Unidad Nacional?
El exabrupto comenzó cuando
afirmó: “Cartago es muy paisa, muy uribista y también conservadora…” Es decir
le puso la lapida en la espalda a Cartago y al Norte del Valle. Quien lo iba a
creer.
Todavía no salimos del
asombro queriendo entender, que motivos habrá tenido para salir “en lanza y
ristre” contra los nortevallecaucanos.
Luego de una reposada
reflexión, creemos fueron los infortunados resultados electorales, en cuerpo
ajeno obtenidos - tal vez por eso -, donde se confirmó que sigue perdiendo
terrero en el escenario político local y subregional.
Un poder que aparentemente
quedó atomizado en manos de políticos de Pereira, Tulua, Buenaventura y Cali
asistidos por politiqueros de la ciudad.
Intentando sacudirnos del
estigma no pierda de vista, usted atento y respetado lector, que la ciudad
colocó 18.892 votos para el presidente Santos; unidos en una gran cruzada por
la PAZ de la que hicieron parte el Partido Liberal (PL), un sector del Partido
Conservador (PC), Cambio Radical (CR), la Izquierda, voto de opinión (VO) y finalmente
un sector de la U.
Ante el mutismo colectivo; las
razones en gran parte obedecen a que, muchos, no gustan leer la prensa escrita
- pocos nos enteramos - y el resto sucumbió ante la actitud mediocre de unos
cuantos comunicadores y líderes políticos que tal vez por temor, negligencia o vergüenza
guardaron silencio cómplice frente al hecho descalificador.
En todos los casos “la gran
amiga de Cartago” por alguna extraña razón se mostró ajena de la realidad
política en la ciudad y tal vez del Norte del Valle la que simplemente expresa
una grave crisis económica, política y social, pero en especial todos los
cartagüeños de nacimiento o por adopción.
Primero. La exsenadora estuvo
más cerca, cuando atribuye, los resultados, a la ascendencia antioqueña - sin
olvidar, nosotros, la estirpe caucana -.
Cierto es que nos encantan
las arepas en los diferentes aromas, tamaños y sabores; y que venimos de emprendedores
que regaron, con olvido, su sangre por el Viejo Caldas y parte del Norte del Valle.
Cierto también es y no nos
avergüenza reconocerlo nuestros tatarabuelos, de profesión arrieros, fueron por
antonomasia solitarios, soñadores, mujeriegos y borrachines en busca de fama y
fortuna; sin faltar los que huían del infortunio fruto de erróneas decisiones. Aún
así nos sentimos muy Norte Vallecaucanos.
Intentando tazar el mal
hecho, por lo mucho que algunos le deben, recordemos que en esa balanza pesan
algunos antecedentes, desencantos, que en parte la exculpan pero no le dan la
razón a Toro Torres. Leamos.
Segundo. Vamos a comprobar
que la militancia conservadora no representa, como ella afirma, la vocación
política en la ciudad.
La votación para Senado de
2010 alcanzó los 39.621 sufragios; de los cuales 18.172 (el 46%) sumaron para la por ese entonces Senadora reelecta
de la U; y solo 6.530 votos (el 16%) pertenecían al PC.
Ese mismo escrutinio, de
2014, se detuvo en 34.573 votos, 5.048 menos, de los cuales 6.833 (el 20%) eran
de la U; y 4.790 votos (13.8%) pertenecían al PC.
Lo anterior significa que,
para nuestro caso, los dos partidos analizados en relación a las justas
(2014-2010) disminuyeron su participación: la U en (-11.339) y el PC (-1.740)
votos respectivamente.
Abro paréntesis, tener muy
presente que el Partido Liberal (PL) en el mismo análisis aumentó la votación
en 6.054 votos. Sugiero ver artículo de marzo 15 de 2014. Elecciones 2014 - ¿Una lección para la dirigencia actual?
Para esta última campaña, al
no aspirar al Congreso en cuerpo cierto, en su reemplazo llegó Roosevelt
Rodríguez -su protegido- que solo obtuvo 1.513 votos; perdiendo la excongresista
16.659 simpatizantes. Tremendo porrazo recibió en especial por la inversión
realizada. “Esa platica se perdió.”
Hoy se presume que por lo
menos la mitad, de esos votos perdidos, fueron a parar en la segunda vuelta a
manos Uribe.
Lo anterior, hemos acordado
llamarlo “el voto utilitario”; que con certidumbre volverá “sin vergüenza” a Dilian
Francisca Toro, en las próximas elecciones para Concejo, Alcaldía, Asamblea y
Gobernación en la ciudad.
Tercero. A renglón seguido
pretendemos demostrar que la ciudad no es Uribista; continuando con las mismas
elecciones de esos 34.573 votos, sin duda, hoy día le pertenecen a Uribe 7.558
(el 21.8%); debemos reconocer que fueron votos espontáneos - sin maquinaria -, limpios,
sin mentiras, embustes, ni cizaña y responden al indiscutible caudillismo del
expresidente; pero sin un categórico liderazgo local - son votos sin dueño y expuestos
a la enorme maquinaria local - que garantice de nuevo esa misma votación.
Con el dato anterior más los
resultados para presidencia de 24.812; queda sobre la mesa, el debate, si está Cartago
preparada para convertirse en fortín Uribista, o simplemente son estrategias fríamente
calculadas donde $la negociación$ tiene mucho “peso” en esas decisiones.
Hoy día y después de esos
resultados en segunda vuelta, lo más seguro es que tradicionales y oportunistas
politiqueros, algunos de bolsillo, intenten
avocarse el derecho de capitalizar en su
favor ese resultado que obtuvo Uribe; sin entender, los no conocedores de la política
local, que podrían estar bien
equivocados.
Volvamos entonces a esos
24.812 votos; para facilitar el análisis castiguemos esa votación, y así
proyectar las siguientes elecciones locales del 2015, y solo contabilicemos los
primeros 7.558 votos limpios - obtenidos para Senado - entonces la pregunta es
¿De donde salieron los restantes 17.254 votos?
Se presume que el partido
conservador le puso alrededor 6.500 votos, opción ciudadana 3.000, la U 4.000
votos y los restantes 3.754 es el voto útil, el de opinión afín a la ideología incendiaria,
y el oportunista – al líder que no le ofrecieron nada a cambio – que incluye a los demás partidos; inclusive al
liberal.
Finalmente que será de los
16 municipios, incluido Cartago, que votó por Uribe ¿Cual será la suerte del
Norte del Valle? en materia de apoyo político y de inversión por parte del
Presidente el economista Juan Manuel Santos Calderón.
Seguramente la, hoy multimencionada,
descalificación por parte de la poderosa excongresista tendrá sus consecuencias
a nivel subregional, solo resta esperar que el Presidente en su enorme sabiduría
entienda que finalmente quien más pierde es el ciudadano de común que necesita obras
de infraestructura. Amanecerá y veremos.
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