domingo, 30 de enero de 2011

REFLEXIONES SOBRE LIDERAZGO CARISMATICO

En la medida que avanza este año político, lentamente empiezan a surgir candidatos y precandidatos para concejo, alcaldía y asamblea en el Municipio de Cartago en el Norte del Valle.

Se sigue insistiendo por parte de conocedores en este difícil arte de convencer y llevar a las urnas a las “mayorías”, en el sentido que aún no salen los aspirantes fuertes y que hay varios ….“Enmochilados” por ahí.

Aparte de que sea cierto o no, hoy me ocuparé de un tema que ha venido perdiendo vigencia en el quehacer y acontecer político; es solo una remembranza para todos aquellos que de una forma u otra desde la niñez vivieron cerca de esos primeros lideres carismáticos; pero que con el pasar del tiempo y con el advenimiento del mercantilismo político se convirtieron, sus herederos, en personajes polémicos, me refiero los políticos; es cuestión de recordar con nostalgia la entonces manera de hacer política, donde se buscaba el interés general.

Por aquella época, hace ya más de 50 años, el líder político surgía en forma silvestre su liderazgo era natural… esa disposición de animo de servir nacía con él, nada le era impuesto; en contraprestación ha esa actitud benévola, el pueblo al que servía sin hipocresía poco a poco le fue otorgando responsabilidades y jerarquía.

Emparentado por afinidad o consanguinidad con el alcalde, sacerdote, el juez y el medico se convirtió con el paso de los años en el oidor del pueblo, no le negaba el saludo ni se le escondía a ninguna persona por humilde o poderosa que fuera, siempre acudía al llamado de sus semejantes así fuera para atender buenas o malas noticias, nunca se hacia esperar y era diáfano en su actuar.

Una butaca en la plaza principal de su pueblo o caserío era su cuartel general, enderezaba entuertos, aclaraba mal entendidos, casaba a sus hermanas, sobrinas, hijas y nietas, reprendía a sus nueros, escuchaba a viudas y le daba ejemplo a sus ahijados, era el paño de lagrimas de toda una comunidad.

Los cargos más importantes como inspector de policía, jurado de conciencia, concejal honoris causa, alcalde, etcétera tocaban a la puerta de su casa sin necesidad de hipotecar su conciencia ni esforzarse económicamente para hacerse elegir; porque todo se lo había ganado a punta de dar consejos, ejemplo y de un arduo trabajo comunitario, era en general un hombre respetado y amado por toda su comunidad, hasta convertirse en el referente de las generaciones que le precedían.

Hoy en día pareciera que la nueva generación de políticos tuvieran origen “in vitro”, nueva estirpe de hombres y mujeres con un común denominador… fríos y calculadores; no dan consejos reciben ordenes, evitan usar la calle y cuando no les queda otra salida se sientan en la butaca dándole la espalda al transeúnte, se acompañan de gendarmes vestidos de civil en busca de abrigo y protección, emulando la cultura mafiosa de antaño; cada día que pasa y de manera inconsciente, con sus actos se alejan del pueblo al que tratan con desdén, clasifican de manera maquiavélica a sus congéneres; son particularmente soberbios con el humilde y humildes con el soberbio.

El anterior comportamiento es el resultado de la enorme necesidad de complacer a sus tutores con el objeto de llamar su atención; en el camino para lograrlo pierden la espontaneidad como seres humildes y tranquilos que fueron, al reprimir su natural forma de ser, enseñoreados olvidan rápidamente el camino que transitaron para llegar hasta donde están, comienzan ha obsesionarse y obnubilarse por el resplandor de un poder que aún no tienen y que nunca les será propio; todo lo contrario en su actuar como histrión deberá de seguir al pie de la letra el guión o la partitura que otros le impongan y todo a su alrededor será prestado, empezando por los votos que lo van a elegir.

Entonces que sucede cuando los precandidatos y candidatos sufren semejante metamorfosis y aprenden rápidamente que no es bueno decir la verdad y que mentir le ayuda, ejercitando día tras día el arte maquiavélico de manipular a los que le rodean, el resultado es que inevitablemente el pueblo que ya todo lo entiende reacciona y empieza a expresar resistencia, resentimiento y rechazo al personaje.

Lo anterior me lleva a concluir que el político nace con luz propia y su triunfo es duradero, cuando por primera vez ha tenido una mirada inteligente sobre si mismo, es aquel que recuerda y muestra gratitud con todos aquellos que cuando lo vieron desnudo lo socorrieron, con el desconocido transeúnte que lo acogió y le acepto su primera mirada humilde y que entendió que lo único que le podía ofrecer en ese momento era un sumiso saludo buscando la aceptación del desconocido que pedía ayuda.

Entonces el líder carismático, es aquel que se le sigue por solo tres razones: aprecio, respeto y admiración. El primero surge del afecto, sentimiento que es el más importante capital que un buen político puede atesorar y el más difícil de mantener, es aquella impresión que verdaderamente lo blinda (al político) de las adversidades repentinas, máxime cuando bien se sabe que en política no hay amigos solo asociados. Su peor enemigo (del político) es él mismo, guiado por su orgullo, prepotencia y vanidad.

El segundo, el respeto, proviene de la autoridad adquirida en calidad de préstamo y que se convierte en espada de doble filo, pues cuando no se la sabe obtener, la gente termina actuado no por compromiso sino por temor y este sentimiento cuando anida en el corazón de los subordinados todo lo destruye. Su igual enemigo… la soberbia.

La tercera, la admiración, esa maravillosa fuerza que todo lo transforma e inspira cambios profundos en la conciencia de los adeptos, es el faro que guía todos los caminos que llevan a la prosperidad individual y colectiva. Sus mejores amigos: la humildad, generosidad, serenidad, moderación y la laboriosidad.

Para finalizar…El último consejo para todos los candidatos y precandidatos, mañana antes de salir mírese bien en el espejo, observe cuanto ha cambiado su vida, deténgase unos minutos y recuerde lo que era hace 5, 10, 15 o 20 años atrás; cuando apasionadamente jugaba bolas en la calle, solo tenia un par de tenis y un par de zapatos de cuero, cuando hacia los mandados a pie o en bicicleta, cuando salía con la novia sin un peso en el bolsillo y cuando ya con mujer e hijos no tenia o no le alcanzaba la plata que se ganaba para comprar todo lo que necesitaba; Pero también si usted es de aquellos seres privilegiados que todo lo han tenido, nunca se canse de darle gracias a Dios por todas las bendiciones recibidas y por recibir.

Ahora si… salga con humildad y entusiasmo a conseguir los votos que tanto va a necesitar y que aún no se ha ganado… Amanecerá y veremos.

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