domingo, 23 de enero de 2011

EL INVENTARIO…CUARTO PASO…EL REENCUENTRO CONSIGO MISMO

Antes de iniciar este importante paso, intentemos nuevamente describir el perfil o los síntomas más comunes de un enfermo alcohólico, no sin antes aclarar que los seres humanos nunca son totalmente idénticos.

Para comenzar, cada uno y hasta donde le sea posible elaborará su propio perfil, es muy probable que al intentar hacerlo reconozca que usted poco se conoce y lo más seguro es que firmemente esté convencido, independiente de que ocupación y edad tenga, que lejos está de ser un alcohólico y que para usted no aplica este mensaje, entonces es aquí donde debe empezar a considerar que posiblemente pueda necesitar ayuda, pues la negación es el primer síntoma.

Nunca olvide, alcohólico no es solo aquella persona que cada ocho días trastabilla con la botella en la mano, se orina o defeca en la ropa y al otro día no se acuerda de nada; siendo este el primer error que se comete en el auto análisis tan necesario para avanzar en el camino de la concientización sobre el problema y la posterior recuperación del enfermo, ya que nunca es tarde para el cambio.

Empezando con solo generalidades, se puede decir que lo más particular de todos los enfermos alcohólicos puros (aclaro por cuanto existen personas con múltiples adicciones como la mentira, el juego, la drogadicción, el tabaquismo, etc.) es que le tienen un miedo vago a todo y a nada.

Principalmente son personas acorraladas por diferentes tipos de miedos pues en ellos abundan los celos, la ira, la venganza, la envidia, el rencor, la frustración etcétera y todos estos comportamientos mal encaminados llevan irremediablemente a la angustia y la depresión…detonante principal de la mayoría de las tragedias que vive el ser humano… estado emocional éste que abunda como tipo de consulta en los consultorios de sicólogos y siquiatras o en el peor de los casos, el desesperado enfermo cae en manos de inescrupulosos yerbateros, adivinos o espiritistas.

Textualmente el cuarto paso dice: “Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos…”.

Debemos de reconocer que el conocimiento y la puesta en práctica principalmente de los doce pasos, recordemos que existen también las doce tradiciones y los 12 conceptos, son la clave en el proceso de recuperación del enfermo alcohólico en A.A. (Alcohólicos Anónimos).

Pero no cabe la menor duda que llegar, realizar y practicar honestamente el cuarto paso es fundamental para el éxito de este programa “individual” de recuperación.

Queda entonces claro que los tres primeros pasos son de aceptación, fe y entrega a ese ser superior independiente de cómo cada uno de nosotros lo concibamos; porque ya no hay otra salida real, salvo el diagnostico de una delicada enfermedad que lo lleve abruptamente ha tomar la decisión inmediata de dejar de beber; pero antes de que eso ocurra es determinante el aceptar que fuimos derrotados por la botella y que sufrimos las consecuencias funestas que se derivaban del abuso del licor, que entre otras pueden ser la pérdida de oportunidades laborales, abandono del hogar, perdida de la familia, un hospital o la cárcel entre muchas otras.

Felicitaciones para todos aquellos que dieron los primeros tres pasos; aunque lo único que esto significa es que solo han decidido dejar de tomar (tapar la botella) y si bien es cierto pudo haber resultado una fácil decisión, es aquí donde reside el primer peligro pues siempre queda abierta la posibilidad de una grave recaída, por ejemplo en la ocurrencia de algún suceso sea este positivo o negativo, como el nacimiento o muerte de un ser querido situación esta que se evita cultivando la humildad y aceptando la ayuda incondicional del programa de A.A.

Todo aquel que se considere un buen hombre de negocios llámese comerciante, empresario o político en todos los casos debe tener un detallado inventario de lo que posee y dependiendo de la naturaleza del negocio realizará un inventario diario, semanal, mensual o anual clasificándolo como bueno, regular o inservible, de esta manera sabe a ciencia cierta cuanto tiene y que debe de reemplazar o desechar, de tal forma que le permita mantenerse exitoso en la profesión que desempeña y de la cual se espera le este dedicando todo su esfuerzo, organización y disciplina par alcanzar los objetivos propuestos.

Igual acontece con nosotros mismos, debemos por estrategia elaborar un listado o inventario personal de todas las cosas buenas, regulares y malas, que para mayor comprensión son denominadas, en el programa de AA, como los defectos de carácter.

A todos nosotros a lo largo de nuestras vidas, y en algún momento en particular alguien nos debió de haber dicho…. hombre si que tienes un mal carácter; o pudimos haber escuchado cuando alguien o nosotros mismos refiriéndonos sobre terceras personas… ese tipo si que es prepotente y vanidoso, lo cual tampoco significa que sea alcohólico simplemente hace parte de su personalidad, la cual fue moldeada por terceras personas desde el nacimiento, niñez y adolescencia ya que siempre tenemos un referente o modelo de conducta al que pretendemos parecernos y que intentamos imitar sea bueno o malo.

Pero entonces que significa eso de realizar un “inventario moral” de nosotros mismos; para algunos resultará aterrador enfrentar dicha frase por que inmediatamente la asociarán con “aberraciones”, tranquilo tampoco se trata aquí de profundizar en esos fangos sicológicos si es que existen, ya que generalmente son casos excepcionales pero igualmente alimentados y potenciados por el alcohol.

Simplemente se busca es determinar la realidad del común de las personas, identificando cuales de esos instintos (de conservación, de asociación, de supervivencia, de reproducción, etcétera) fueron desbordados por el consumo obsesivo del alcohol.

Para facilitar las cosas y como guía remitámonos a las flaquezas humanas que son mencionas en el programa de AA y que no son otra cosa que los Siete Pecados Capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

Entonces con este marco conceptual, tome papel y lápiz y elabore una detallada lista empezando por el primero con el que usted más fácil se identifica; pero como no se trata de darnos látigo por solo lo oscuro o tenebroso que tengamos en nuestro interior, es preciso balancear en cada uno de ellos y resaltar también virtudes: humildad, generosidad, recato, serenidad, moderación, conformidad y laboriosidad.

Una vez identificadas, se hace necesario darle el peso que tienen en nuestra conciencia y modo de actuar, de esta manera colocaremos en primer lugar aquel defecto de carácter que más dificultades nos ha dado, que no son otra cosa que expresiones a través de una personalidad intoxicada por el alcohol.

La aplicabilidad del cuarto paso, no es sino el comienzo de una practica ya sea diaria, semanal, quincenal o mensual y que habrá de durar por el resto de la vida. Ya que identificar el problema es solo el comienzo de una larga lucha contra el alcohol.

Una vez se ha hecho el inventario y después de reconocer por ejemplo que la ira nos trae muchos problemas, entonces lo importante es examinar cuando se presenta con mas facilidad y proceder a controlarla y evitar esas situaciones donde somos volubles a ella, el error podría estar en ocultarla como un acto de contrición y de buena fe para demostrar que se encuentra dentro del programa de A.A.; no, todo lo contrario dichas reacciones hay que reconocerlas plenamente para poder enfrentarlas, lo importante es no negarlas.

Finalmente este Cuarto Paso si se hace con honestidad, no es otra cosa que reencontrarnos felizmente con nosotros mismos, con ese ser lleno de virtudes y defectos, entendiendo con madurez y humildad que estos últimos fueron agrandados por el terrible monstruo que es el alcohol.

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