Son muchos los desafíos que enfrenta la institucionalidad vistos desde
la gobernanza y la gobernabilidad, sin embargo, eso concluimos, la salud
pública es el eje fundamental sobre el cual se construye el tejido social de todos los cartagüeños y norte vallecaucanos.
En nada avanzamos en la búsqueda de una ciudad competitiva si el derecho
fundamental a la salud pública que se ofrece carece de los mínimos estándares de
calidad para hacerla eficiente, eficaz y efectiva.
RECORDEMOS UN POCO LA HISTORIA RECIENTE
La premisa de fondo es que existe un mercado potencial de 500 mil
usuarios en el Norte del Valle del Cauca. Preguntas que esperamos sean
resueltas, más adelante, por usted atento y respetado lector.
Sin embargo, y para darle contexto a esta problemática retomemos la última pregunta de esta reflexión, hoy, comenzando semana ¿O será que la otra solución es la privatización de la salud en la ciudad?, adquiere notable importancia por aquello del reciente pronunciamiento de la directora del Partido de la U. Dilian Francisca Toro Torres cuando tajantemente se opone a la Reforma de la Salud.
La sorpresa es por aquello, siendo de conocimiento público, del enorme
protagonismo que ha tenido, Toro Torres, durante su larga trayectoria como dirigente
política: inicialmente como concejal y alcaldesa de Guacarí, Secretaria de Salud del Departamento, Senadora y finalmente como Gobernadora; aspirando a tan importante cargo por tercera (3) ocasión; siendo en la actualidad la más opcionada para lograrlo.
Sinembargo, fue definitivo su paso por la secretaria de Salud del
Departamento del Valle del Cauca en el año 1995 periodo durante el cual entregó en arrendamiento el hospital público de la ciudad a un consorcio privado hoy Hospital San Juan de Dios (HSJD); en la actualidad enfrentando una enorme crisis financiera.
Y de eso hace ya un poco más de veinte y ocho (28) años; ese recorrido, sin lugar a dudas, le da el suficiente conocimiento y la experiencia sobre la forma como se administran los recursos de la salud pública en el departamento y en la ciudad.
¿COLAPSÓ EL SERVICIO DE LA SALUD EN LA CIUDAD?
Entrando en detalle… No es excusa la que esgrimió, en su momento, el director general
del HSJD, Carlos Alberto Morena, frente a los motivos de la protesta por parte
del personal médico, el pasado 20 de abril de 2021, cuando se anunció el paro parcial
de actividades; donde solo se atendian urgencias.
Por aquello, según Morera, de la disminución, tal parece, hace ocho (8)
meses, en los flujos de caja derivado de la intervención, por quiebra, de uno
de los operadores de salud denominado: Asocial Mutual Barrios Unidos de Quibdó.
Cuando la realidad parte de lo que sucede en el hospital aparte de la, aparente,
mala gestión del gerente que, de hecho, despachaba - desconociendo si actualmente aun lo hace - virtualmente desde Cali; era su comprobada incompetencia para manejar la operación de la salud en una ciudad con más de 160 mil habitantes.
Como lo es el deterioro de la salud pública y el ambiente laboral, la
marcada ausencia de una rectoría territorial, enormes deudas entre los actores
del sistema – léase: entre las EPS y el Hospital; más la incorrecta asignación
de los recursos en inversión de capital; dejando sin prioridad la cancelación
oportuna de sueldos, salarios y prestaciones sociales.
Creemos lo que llevo al paro (2021) por justa causa aparte del mal carácter fue, entre otras, la falta de soporte
técnico y tecnológico, medicamentos, equipos de protección para médicos y
personal relacionado con la salud, los abusos e intimidaciones por despidos sin
justa causa al personal de la salud por parte de una gerencia que intimidaba, en su momento - desconocemos si aun lo hace en la actualidad - a
sus subordinados.
Donde todo lo anterior, siendo totalmente válido, lo podemos resumir en
lo que los estudiosos de la actual y profunda crisis de la salud en el HSJD han
denominado como PRECARIEDAD LABORAL.
LO ACORDADO EN ESA ACTA 001
ü Protección de los derechos laborales de los
trabajadores sin ningún tipo de represalias por parte de los directivos de la
institución.
ü No aceptaremos la terminación injustificada de los
contratos de ninguno de los miembros que participa en la protesta pacífica.
ü No aceptaremos la no renovación de los contratos
laborales a la terminación de los contratos a término fijo.
ü No aceptaremos ninguna medida de acoso laboral por
parte de las directivas a ningún miembro de los trabajadores que están
participando en la propuesta pacífica.
Lo anterior deja claro un nocivo ambiente laboral en el Hospital San
Juan de Dios en la ciudad de Cartago en el Norte del Valle; lo que de por si es
muy grave para la prestación del servicio de salud pública en la ciudad o en
los pacientes que lo requieran provenientes del Norte del Valle.
A renglón seguido se establece un acuerdo de pago de los salarios y
demás obligaciones de la siguiente manera:
ü Pago inmediato del salario de marzo del presente
año junto con el pago de la seguridad social del mismo mes y la continuación
con el pago oportuno (Primeros 10 días del mes) de los futuros meses laborados.
ü Que se presente un estado de cuenta de lo adeudado a cada trabajador y el plan de pagos de los dineros previos al mes de marzo del 2021el cual será estudiado por nosotros.
Surge la siguiente pregunta ¿A la fecha de hoy ha cumplido, la gerencia, con lo pactado en el 2021?
Lo anterior hace evidente un desordenado manejo administrativo que deja
muchas dudas frente al normal funcionamiento de una entidad responsable de gran
parte de la salud publica en la ciudad y en la región norte vallecaucana.
El problema sigue siendo estructural, como hace 18 años o más, por
aquello que en la misma acta queda constancia que “el hospital no recibe
ingresos estatales desde un buen tiempo atrás”.
Es tan grave la situación que en la misma acta queda consignado que “es
imposible que se haga el pago de manera inmediata, pero se asegura que el pago
de los salarios de los médicos se realizará lo más pronto posible”.
A riesgo de equivocarnos, y sin poder verificar si a la fecha se ha
realizado algún tipo de “abono” a los salarios de los médicos y trabajadores de
la salud, es comprobar la lenta agonía del HSJD que tiene en apuros económicos
a todos los que allí trabajan.
Las cifras preliminares indican que el HSJD acumula una deuda por valor
de 80 mil millones y desde hace varios años atrás. La pregunta es ¿La
mencionada deuda se ha venido acumulando durante los últimos 18 años?
Entonces es el momento de intentar responder las preguntas iniciales que
se formularon al inicio de este escrito.
¿Seguirá siendo factible jurídica
y financieramente mantener una concesión con un privado que no ha garantizado
la prestación eficiente, eficaz y efectiva de un servicio de salud; con un
mercado potencial de 500 mil usuarios en el Norte del Valle?
Dadas las actuales circunstancias está claro que el modelo de negocio
que se buscaba realizar mediante la concesión con ese privado, fracasó por
aquello que, tal parece el déficit fiscal inicial por valor de 40 mil millones;
al momento de liquidar el Hospital Sagrado Corazón de Jesús ha aumentado.
Por aquello que a la fecha prácticamente esa cifra, si hemos observado
los datos correctamente, se ha duplicado; lo que significa que no solo el
municipio perdió ese valioso activo; sino que los problemas, en la prestación
de los servicios básicos de salud han empeorado.
Lo que también hay que resaltar, es que si la actual Reforma a la Salud,
no hubiera tenido los enormes obstáculos que hoy presenta para su aprobación;
por aquello que no pretendía fortalecer las EPS y de paso evitar la privatización de la salud. Y es lo que prácticamente está sucediendo en la ciudad en la actualidad.
De hecho uno de los grandes perjudicados hubiera sido, eso creemos, el hoy
colapsado, Hospital San Juan de Dios; lo anterior significa que los que
pretendían beneficiarse de esa reforma (2021), hoy en entre dicho, no les quedaba otro
camino, por estrategia, que oponerse a ella.
Dos años después, Toro Torres, asume una posición diferente buscando lo mismo - que no desaparezcan la EPS - y lo logra; lo anterior podría significar - ojalá nos equivoquemos - que de nuevo se aleja la posibilidad que la ciudad vuelva a contar con un Hospital Público.
Frente a la pregunta del millón… ¿Da capacidad, en la ciudad, para tener
dos Instituciones como la IPS Municipal y Hospital San Juan de Dios?
La historia confirma los hechos sucedidos hace 18 años, hoy empeorando
con la crisis en el sector salud, en el sentido que esas dos instituciones,
cada una por su lado, no tienen el suficiente musculo financiero y operativo
para prestar un servicio de atención primaria en salud y mucho menos de alta
complejidad, que requiere la ciudad y el Norte del Valle.
Donde parte de esa enorme deuda la debe de asumir el Departamento del
Valle del Cauca como debió de contabilizase y pagarse desde el principio de la
intervención (1996). Eso es lo que creemos con la información que disponemos
Finalmente, y desconociendo el recorrido jurídico, para deshacer lo mal
hecho y la improvisación que le siguió; para empezar a resolver la grave
situación financiera que enfrenta el HJSD sique vigente la solución propuesta,
de ese entonces, por el Secretario de Salud Departamental.
“La propuesta es técnicamente factible, la venimos proponiendo desde el
año pasado, no es un tema de liquidación ni de cerrar el hospital, ni la I.P.S.
sino conjugarla en una sola entidad más fuerte y transformada”.
Será posible que el antiguo Hospital Sagrado Corazón de Jesús, vuelva a ser patrimonio de las Cartagüeños; ya que quedó comprobado que en manos de privados fue todo un desacierto para la salud pública de la ciudad afectando los demás operadores de salud.
Surge entonces la siguiente pregunta ¿Quién o quiénes se beneficiaron, durante estos 18 años, con ese modelo de gestión de la salud en la ciudad?
EN CIUDADOS INTENSIVOS LA SALUD EN LA CIUDAD DE
CARTAGO
Si bien es cierto, en teoría, la salud en la República de Colombia es
considerada un derecho fundamental; en la práctica, lejos está de serlo, ya que
a diario se entorpece, limita, se agrede y finalmente se viola ese derecho
fundamental que está dirigido a la población vulnerable.
LA SALUD COMO DERECHO FUNDAMENTAL
Maltratado este derecho, como consecuencia de lo anterior, al paciente
enfermo – es un verdadero triunfo personal lograr convertirse en paciente sano
– se le violan otros derechos de igual o mayor valía.
Empecemos por el principal, el derecho a la vida, surgen entonces los
primeros interrogantes ¿Quién o quiénes son los verdaderos responsables? ¿Cuál
es el grado de responsabilidad de los diferentes actores que directa e
indirectamente intervienen en la calidad de la salud?
Desde la ética médica…¿Es responsable el médico, o el personal de la
salud, que abandona el cargo porque hace 5 meses no le cancelan sus salarios y
le deben años de prestaciones sociales?
LA SALUD PRIVADA… TODO UN NEGOCIAZO ¿PARA QUIÉN?
Del lado del empresario de la salud ¿Cómo justifica que el personal
de la salud sea contratado a través de una orden de prestación de servicios,
por horas, y por un periodo de tiempo determinado?
Antes de avanzar en el asunto que nos ocupa hoy, remitámonos a otros
derechos que le son vulnerados al ciudadano del común, para este caso, en la
ciudad de Cartago en el Norte del Valle.
LA VULNERACIÓN DE ESE DERECHO FUNDAMENTAL
Regresando al derecho a la salud, cuando es vulnerado de alguna manera
se quebranta la integridad personal, la intimidad, la honra, el trabajo, la
libertad personal y finalmente a la participación ciudadana entre otros.
Lo anterior lo explicaremos con un par ejemplos de la cotidianidad… Empecemos
cuestionándonos lo siguiente…
UN CASO DE LA COTIDIANIDAD DOMÉSTICA
En qué situación de vulnerabilidad se encuentra una paciente adulta
mayor, que hace parte del régimen subsidiado en salud, que espera 4 horas en
una sala de urgencias con agudo dolor de espalda, parte baja, con un síntoma
alarmante como expulsar sangre en la orina.
Luego de una consulta que dura 15 minutos el medico diagnostica, sin
haber practicado exámenes, infección urinaria; y siguiendo el protocolo procede
a ordenarle un tratamiento vía antibióticos.
La paciente regresa, a la EPS, ocho días después con un cuadro clínico
más grave, deben de sondearla para que libere líquidos – léase coágulos de
sangre – una enfermera la tiende y la remite al médico general de turno.
En este caso le cambian el tipo de tratamiento; se queja el galeno del diagnóstico
anterior, autoriza acetaminofén para el dolor, al tiempo que le ordena grupo de
exámenes para el diagnóstico.
Casi dos meses después del primer episodio la paciente, adulta mayor,
sigue a la espera que la EPS le programe los exámenes vía telefónica y/o
presencial.
Mientras todo esto sucede la señora, en casa, no tiene otra opción que
acudir a la medicina natural a través de bebidas; y lo asume como única opción
de recuperación, sin tratamiento médico.
Lo anterior se podría tipificar como afectación a la integridad personal
ya que, observada la situación de la señora, se podría estar presentando una
forma, muy sutil, de tortura física y moral que por supuesto disminuye sus
capacidades y calidad de vida; solo soportada con analgésicos.
Lo es también su intimidad y su honra cuando, como en otros casos, se viola
la reserva sobre la información relacionada con la salud de los pacientes. Ojo con esto.
UN SISTEMA CARENTE DE UN NODO, HSCJ, DE
ARTICULACIÓN
Ya que tal parece la salud en la ciudad, lo que la opinión pública expresa, no funciona como un
sistema integrado que garantice el óptimo y oportuno servicio en la
ciudad; todo lo contrario, son múltiples las quejas sobre el pésimo servicio en
especial el que corresponde al régimen subsidiado que debería ser atendido por
un hospital público en la ciudad.
Porque, dada la actual situación, a todas luces e independiente del
régimen en que se encuentre el paciente y así sea contributivo; la mejor
opción, aparte de la prevención, es simplemente evitar enfermarse.
Ya que luego de escuchar a todas las entidades es evidente la profunda crisis que enfrenta, hoy,
el sector salud en una ciudad con mas de 160 mil habitantes.
ALGUNAS CONCLUSIONES
Desde el pasado hemos escuchado el pronunciamiento de las EPS que son conscientes
de la problemática de la salud en la ciudad.
Hoy con el propósito de contextualizar la realidad de la salud en la
ciudad, y basados solo en la información recogida durante un largo tiempo de
sus representantes, hemos podido llegar a algunas conclusiones.
ü Es preocupante el colapso financiero de algunas EPS
que ha obligado a la autoridades departamentales y nacionales a cancelar el
contrato de prestación de servicios con algunas de ellas.
ü La asignación y traslado forzoso de esos usuarios
“sin servicio” hacia otras Entidades prestadoras de salud de la ciudad algunas
sin capacidad operativa y del musculo financiero para atender esa mayor demanda
de servicio. ¿Se avecinan más quiebras? Por aquello del efecto dominó.
ü Limitación o imposibilidad de nuevas afiliaciones
de las EPS por parte de las que actualmente están en funcionamiento.
ü Desde el pasado, a causa del modelo, un mayor incremento
en el número de afiliados bajo en régimen subsidiado que “compiten” por el
servicio frente a los que se encuentran en el contributivo.
ü Diminución de la cantidad y calidad de la atención médica
oportuna de todos los afiliados al sistema general de seguridad social en la
ciudad.
ü Posible colapso financiero, en el corto y mediano
plazo, de algunas de las restantes entidades prestadoras de salud; actualmente
en funcionamiento.
ü Lo anterior genera un creciente desequilibrio
sectorial desde el punto de vista financiero y operativo en el SGSSS de la
comarca norte vallecaucana, que recoge afiliados de otros municipios norte
vallecaucanos.
LAS INICIATIVAS FRENTE A LAS ALARMAS LOCALES
Es el momento oportuno, sin entrar en más detalles, de reconocer el
coraje de la veedora en salud de la ciudad, Maria Emma Vélez Toro que desde
hace décadas lucha contra el modelo de salud pública en la ciudad. Un modelo
que hoy prácticamente no existe, porque no funciona correctamente.
Insistimos La cruda realidad es el mal servicio que presta el HSJD en la
ciudad – léase antiguo Hospital Sagrado Corazón de Jesús – ya que desee
hace décadas la Gobernación del Valle del Cauca, de ese entonces, entrego en
arrendamiento esa infraestructura física a un operador privado más conocido
como Hospital San Juan de Dios.
PRECARIEDAD LABORAL EN EL HSJD
En su operatividad con profundas falencias que resumidos en: terminación
de contratos laborales sin justa causa y sin mediación alguna, precariedad
laboral para los profesionales de la salud, falta y escases de insumos médicos
y hospitalarios, paseos de la muerte más una limitada prestación del servicio
de urgencias y ambulatorio.
Ausencia de atención medica permanente mínimo con cuatro especialistas:
anestesiólogo, cirujano, ginecólogo y medicina interna; que, como política
privada, se expresa en la deshumanización por parte de los directos
responsables de la salud en la ciudad y el departamento; este último
LA URGENCIA DE UN HOSPITAL PÚBLICO EN LA CIUDAD
Lo que también debemos reconocer e insistir es que no solo el HSJD se
encuentra en crisis financiera; también hacen parte del desafío de salud en la
ciudad las diferentes EPS. Es entonces difícil situación para las decisiones
que debe tomar la Gobernación del Valle del Cauca, deja claro los enormes retos
administrativos y financieros de esas entidades.
Así como la precariedad del servicio, por aquello de la crisis del
sector, es decir del SGSSS en la ciudad; creemos, a riesgo de equivocarnos, que
mientras la ciudad no cuente con un Hospital Público; la crisis, de la IPS Municipal
y de las EPS, de la salud en la ciudad no se detendrá; todo lo contrario, seguirá
su actual proceso de deterioro y colapso privado.
Para comprender mejor la propuesta volvamos a la pregunta del millón… ¿Da
la capacidad, en la ciudad, para tener dos Instituciones como la IPS Municipal
y el Hospital San Juan de Dios? La respuesta es un ROTUNDO NO.
Es entonces el momento de volver a plantear lo que en esta columna de
opinión ha venido manifestando durante muchos años y en diferentes escritos; entonces
recordemos…
Finalmente, y desconociendo el recorrido jurídico, para deshacer lo mal
hecho y la improvisación que le siguió; para de esta manera empezar a resolver
la grave situación financiera que enfrenta el Hospital San Juan de Dios, HJSD,
sique vigente la solución propuesta, por el Secretario de Salud Departamental de
ese entonces. Llevamos décadas en lo mismo.
“La propuesta es técnicamente factible, la venimos proponiendo desde el
año pasado, no es un tema de liquidación ni de cerrar el hospital, ni la I.P.S.
sino conjugarla en una sola entidad más fuerte y transformada”.
Será posible que el antiguo Hospital Sagrado Corazón de Jesús, vuelva a
ser patrimonio de las Cartagüeños; ya que quedó comprobado que en manos de
privados fue todo un desacierto para la salud pública de la ciudad afectando de
esta manera a los demás operadores de salud.
SUS INTERESES PERSONALES TENDRAN
Finalmente es evidente que el problema de fondo, creemos nosotros, no
son las EPS, si es una consecuencia e independiente del manejo administrativo
de las mismas; lo es sí el pésimo manejo de la salud pública desde el Departamento
del Valle del Cauca y desde hace décadas.
Mientras el modelo de salud siga en manos de privados; para el beneficio
personal y político de unos pocos la salud en la ciudad será todo un desastre.
Nada nos ganamos con alzar la voz de protesta ante la injusticia,
cometida diariamente, contra la población vulnerable que es la mayoría; frente
al pésimo servicio de la salud no publica prestado en la ciudad.
Y si la misma Gobernación del Valle del Cauca no se toma en serio la
multimencionada problemática; debiendo, desde hace décadas, actuar y darle una solución
definitiva que beneficie a la ciudad.
DEBILIDADES DEL SISTEMA DE SALUD LOCAL
ü Fragilidad en el Sistema General de Seguridad Social
en Salud.
ü Autoritarismo y precariedad laboral en el HSJD, algunas
EPS e IPS Privadas del municipio.
ü Déficit en la Infraestructura en Salud Pública y
Privada.
ü Los cambios en la población permiten evidenciar que
en los últimos años hay una disminución en la natalidad; la tendencia es que
disminuya la población joven.
ü Baja cobertura servicio de acueducto y
alcantarillado en el sector rural.
ü Barreras de acceso para ciudades en primera
infancia.
Cobertura vacunación BCG.
ü Un SGSS en salud frágil visto desde centros de atención,
ambulancias, camas USI, camas Adulto mayor y Camas cuidados intermedios.
ü Cobertura Educación Básica primaria y secundaria.
ü Vida saludable y enfermedades trasmisibles.
ü Manejo de la sexualidad, derechos sexuales y
reproductivos.
ü Planificación familiar jóvenes entre 10 y 19 años.
ü Seguridad alimentaria y nutricional en el sector
rural.
ü Alta porcentaje de hogares con empleo informal.
ü Tasa de mortalidad por EDA en menores de 5 años.
ü Prevalencia de hipertensión arterial y diabetes
mellitus.
ü Mortalidad por desnutrición infantil en niños
menores de 5 años.
ü Proporción de bajo peso al nacer.
ü Prevalencia de Enfermedades respiratoria agudas.
AMENAZAS DEL SISTEMA DE SALUD LOCAL
ü Crisis en el modelo de la salud.
ü Los indicadores son representativos en las edades
de 45 a 60 años; mostrando, la ciudad, una tendencia al envejecimiento.
ü los programas de La Tasa Especifica de Fecundidad
Total General en el Municipio es más alta que la Departamental para todo el
periodo en el grupo de edad analizado.
ü La principal causa de muerte en el Municipio
Cartago son las Enfermedades del Sistema Circulatorio.
ü Las principales causas de enfermedad, en ambos
sexos, son en su orden: (1) lesiones causadas por traumatismos, envenenamientos
o causas externas, (2) infecciosas y parasitarias, (3) respiratorias, (4)
cardiovasculares, (5) condiciones neuropsiquiátricas, (6) órganos de los
sentidos, (7) periodo perinatal.
ü El deterioro de la salud mental en todos los ciclos
vitales obedece principalmente a: Trastornos mentales y del comportamiento
agudizándose en la vejez.
ü La Epilepsia y el uso de sustancias psicoactivas
afecta de manera notoria a la Juventud edades entre los18/28 años.
ü El deterioro constante de los adultos mayores de 60
años, expuestos a trastornos mentales y del comportamiento.
ü Relativamente alta es las Tasa de incidencia de
insuficiencia renal crónica y VIH notificada (2018).
ü Salud pública en emergencia y desastres.
ü Potabilidad del agua.
ü Alto riesgo de adquirir enfermedades diarreicas
agudas.
ü Alta tasa de morbilidad por lesiones
ü Abordaje integral frente a problemas de salud
mental (altas tasas de mortalidad) en casos de suicidios y lesiones auto
infringidas.
ü Incremento de tasa de violencia intrafamiliar.
Nunca ha sido claro en manejo de la salud pública en la ciudad de Cartago
en el Norte del Valle; lo que si tenemos que tener claro es que se avecina una
enorme crisis.
Lo más preocupante de toda esta situación es que la responsable y la única
que puede resolver el problema es la Gobernación del Valle del Cauca y hasta la
fecha no se ha pronunciado al respecto.
¿Tendremos que esperar otros 18 años para que se resuelve el grave
estado de la salud pública en la ciudad? Al tiempo que la oferta del servicio privado
aumenta.
¿O será que la otra solución es la privatización de la salud en la ciudad?
Amanecerá y veremos.
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