Faltando escasos quince días, o menos, para que 21.5 millones, o más, de electores de
nuevo madruguen y acudan a las urnas para el elegir al próximo presidente de la
República de Colombia; nuevo mandatario que nos gobernará por solo cuatro años.
UNA
NUEVA FORMA DE HACER LAS COSAS
Salvo
que avance de nuevo, en el Congreso de la República, la iniciativa de
extender el periodo presidencial a seis (6) años; tiempo suficiente para
que el gobierno pueda diseñar y darles aplicabilidad a las políticas públicas,
y de paso alejarnos del pensamiento cortoplacista que hace que buenas
iniciativas no cojan la fuerza necesaria, desde su aplicabilidad, para empezar
a sentar los cambios estructurales que requiere la nación.
Un
ejemplo claro de ello es la ya consolidada política pública de vivienda de
interés social y de interés prioritario; entre otras modalidades.
De
hecho, ese cambio en el periodo presidencial no se aplicaría para el próximo
gobierno, sería… A partir de…
E
independiente de quién llegare, estamos totalmente seguros de dos cosas: La
primera es que saldrá airosa y fortalecida la democracia participativa; al
tiempo que se siembra la semilla de un nuevo orden político, económico y social
que empezará a tomar forma el próximo 7 de agosto.
Lo
anterior siempre y cuando el gobernante sea el correcto y no se encuentre atado, en la búsqueda
del consenso, a las elites que han gobernado durante los últimos 200 años.
¿En
este punto debemos preguntarnos que maniobrabilidad o independencia podría tener
un gobernante que, no tiene un solo congresista, y mucho menos lo respalde una amplia bancada en el poder legislativo?
Basados
en ese esperado nuevo orden… Se revela que el cambio se vaya consolidando durante
los próximos gobiernos, en un escenario de nuevas alianzas multipartidistas, que
entenderán el beneficio de darle continuidad y a la implementación de nuevas políticas
públicas que garanticen las condiciones necesarias para que la patria haga tránsito
hacia una PAZ ESTABLE Y DURADERA.
¿ES
EL TIEMPO DE DARLE TERMINO A LA VIEJA SAGA?
Y
no a través de una “nueva-vieja saga”, que como en el pasado se reencauche y
siga gobernando ese anacrónico poder que solo cambia cada cuatro años de protagonista
aprovechando, amparados en la constitución del 91, el actual contexto
multipartidista; ya que sería, de nuevo, regresar a lo mismo con las mismas.
De
hecho, es posible que ese anacrónico poder siga gobernando siempre y cuando, de
la mano de los lacayos/políticos/religiosos y ególatras oportunistas que defienden, porque se usufructúan,
las castas y casas tradicionales; ya que temen perder su cuota de poder y los
privilegios que de ella se derivan.
Lo
anterior significa que, probabilísticamente, se puede cometer un nuevo error
histórico – recordemos las elecciones donde le arrebataron el poder a Gustavo
Rojas Pinilla – y logren elegir al candidato peor preparado intelectualmente
y como si lo anterior fuera poco, emocionalmente incorrecto.
De
darse ese adverso paso, la mejor explicación que le podemos dar, aparte de lo anteriormente
expuesto, es el gravísimo problema educativo y cultural del pueblo colombiano que
permite – por su inconciencia e inconsciencia - ser manipulado – léase voto útil
- por esa propuesta machista y tal vez misógina*. ¡Recordemos cuál fue el
candidato que no asistió, el pasado jueves 2 de junio, al debate Feminista!
(*)
Un ejemplo de misoginia “Como todos los misóginos, Henry Miller, era un hombre que
necesitaba desesperadamente de las mujeres, y las odiaba a la vez, porque no
podía soportar su dependencia de ellas”. ¿Una forma peculiar de machismo,
encarnado en el viejito cascarrabias?
CANDIDATO
INFLADO EN LAS ENCUESTAS que promueve, a lo mejor sin proponérselo, una forma
de anticultura; es decir aquellos antivalores que atentan contra el respeto, la
tolerancia, la honestidad, la responsabilidad, la lealtad, la solidaridad y la
armonía.
LAS
CONDICIONES NECESARIAS
Volviendo
a las condiciones necesarias… Lo anterior porque debe de quedar claro para el
ciudadano del común que la desigualdad social y económica, o mejor el camino
correcto para abrazar LA PAZ, no se alcanzará sino después de un largo periodo
de ajustes y reformas que se podrían tomar otros 32 años, por decir lo menos.
Eso si pensamos y actuamos alrededor de un modelo socialdemócrata.
Es
importante también subrayar la lectura que hace el expresidente del gobierno
español José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Obrero Socialista Español, en
su visita a Colombia el pasado mes de mayo cuando expresaba.
“…Es
caminar hacia la igualdad y caminar hacia el fin de la violencia. Convertir a
Colombia en un país de paz definitiva”.
O por qué cree usted que figuras políticas como Antanas Mockus, Alejandro Gaviria, Mabel Lara, Luis Gilberto Murillo, Ariel Ávila, Camilo Romero, Griselda Restrepo, Guillermo Rivera, Jota P Hernández y un amplio sector del Partido Verde, apoyan el verdadero cambio.
Esperando,
la opinión pública, tome la misma decisión el Nuevo Liberalismo que encarna los
ideales de su padre Luis Carlos Galán Sarmiento; Todos bajo un común denominador
como es la decisión alrededor de una propuesta de una PAZ ESTABLE Y DURADERA.
Modelo
de cambio político, económico y social que de lejos está de ser una propuesta socialista,
a años luz de la utópica era comunista o del catastrófico modelo Castrochavista; lo
anterior es lo que la narrativa oficial, y los ególatras oportunistas, le ha
querido vender, hasta hoy con éxito, al electorado vía redes sociales. Ese si sería el engaño populista.
Regresando
a las condiciones necesarias…Lo anterior si soñamos y en verdad creemos que nos
merecemos – leer queremos y podemos - hacer parte, de la “Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE.
Que
debería ir más allá, esa narrativa, de simplemente servir, la OCDE, del parámetro
para medir el cumplimiento de una serie de indicadores socioeconómicos, cuyos
informes se convierten en un estribillo que no deja de ser un bien elaborado
discurso populista; que intenta, a manera de exigencia, justificar una posible cooperación
económica de esos paises fundadores y miembros para con Colombia. ¿Una utopía más?
PAZ
EQUIVALE A DERROTAR LA POBREZA
Que
al tiempo sirve de tapete, esas cifras proyectadas, para ocultar la pobreza y
miseria que campea a lo largo y ancho de la patria; ampliando cada día más la
brecha social entre ricos y pobres. ¿O por qué cree usted que se dio el
estallido social del 2021?
La
segunda CONDICIÓN NECESARIA tal vez la más importante es que, como a
todos nosotros, a usted atento y respetado lector, le tocará seguir madrugando como
de costumbre, sin rendirse, para buscar empleo, o como emprendedor buscar créditos
blandos y de esta manera salir de la informalidad.
O
si es lo suficientemente inteligente y proactivo decidir esforzarse intelectual
y/o físicamente para no perder el empleo público o privado que, como gran
privilegio, actualmente posee y que le permite vivir como si perteneciera a
otro estrato social. Recuerde con el nuevo orden no perderá su empleo, eso sí si hace lo correcto.
Recomendamos
leer sobre inteligencia financiera. ¿Tendrá el actual modelo económico la
capacidad de generar ahorro por parte de las familias, o en realidad están atrapadas
en el consumismo vía tarjetas de crédito? ¿Será lo anterior una de las trampas en
que viven los pobres vergonzantes?
Lo
anterior de inmediato nos lleva a reflexionar sobre esa enorme y parasitaria
burocracia Estatal, mucha de ella refugiada en el concurso de méritos, que se
la pasan concursando en busca de un empleo mejor remunerado; que dado el actual
estado de cosas poco, o ningún, valor agregado le aportan con su trabajo a los
indicadores** que finalmente miden la gobernanza de un país.
(**)
eficiencia fiscal y administrativa.
Los
otros es decir los mayores de 50 años pensionados, o no, estos últimos la gran mayoría,
con el nuevo modelo se les permita acceder a un trabajo digno a través de la
aplicabilidad de la Ley del Último Empleo; por aquello del conocimiento y la experiencia adquirida.
Iniciativas,
entre muchas otras, que no son otra cosa que avanzar hacia la igualdad de
oportunidades que redunden en el bienestar para toda una comunidad representada
en el 95% de los colombianos de nacimiento y por adopción.
EL
MERCADO HASTA DONDE SEA POSIBLE…
Tanto
al 1% como al restante 4% de la población en la que se concentra el poder y la riqueza,
derivado de la desinformación, así como a la mayoría de los empresarios y
comerciantes, les causa pánico la propuesta de UN NUEVO SOCIALISMO; máxime,
en estos tiempos de campaña, de la posibilidad de perder esos amplios privilegios.
Léase evasión y elusión de impuestos entre otros.
La otra realidad es que más allá de la necesaria aplicabilidad de la facturación electrónica
y que se grave progresivamente la renta, los dividendos o el patrimonio de ese
1% de los más ricos*** – son seis (6) los multimillonarios colombianos que aparecen en la
revista Forbes – el país seguirá avanzando en el proceso de la reactivación económica
de la mano de los empresarios, comerciantes y nuevos emprendedores.
(***)
Uno de los pilares del pensamiento socialdemócrata
Agentes
económicos que son la piedra angular en la lucha contra el desempleo y la
informalidad; lo anterior va en contravía de la narrativa oficialista, respaldada por ese 1% de la población, que actuando como titiriteros insisten en la expropiación. Esto último, nada más alejado de la realidad. El problema de fondo es que se niegan a pagar impuestos.
Insistimos
si logramos vencer la pereza intelectual, y nos informamos de otras fuentes
diferentes a la oficial, nos encontramos que esa frase UN NUEVO SOCIALISMO
está íntimamente ligada con el concepto de socialdemocracia.
Para
recordar los paises donde gobierna, o en coalición, la socialdemocracia son: Alemania,
Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Islandia. Rumanía
y Suecia.
¿QUÉ
ES LA SOCIALDEMOCRACIA?
La
definición más sencilla, de socialdemocracia, podría ser “Es una ideología
política, social y económica, que busca apoyar las intervenciones estatales,
tanto económicas como sociales, para promover la justicia social en el marco de
una economía capitalista”.
O
expresado de otra forma, así a algunos les incomode la frase del expresidente Juan
Manuel Santos Calderón (premio Nobel de Paz) … “EL MERCADO HASTA DONDE SEA
POSIBLE, EL ESTADO HASTA DONDE SEA NECESARIO”.
HASTA
HOY…ARANDO EN EL DESIERTO
A
continuación, citemos a Tomas Piketty… Tomado del libro “El Capital en el Siglo
XXI”
Son
nuestras palabras… Hasta hace poco era todo un desafío hablar de temas como la
“Estructura de las desigualdades”: y revisando los capítulos “de desigualdad y
concentración de la riqueza, desigualdad de los ingresos del trabajo, desigualdad
de la propiedad del capital”.
Citamos
lo anterior y tomando distancia del reto del conocimiento y cultural que deberá
enfrentar el país, porque son muchos – descontando el hoy voto de opinión – los
que no logran digerir, y no porque fuesen analfabetos políticos, que una nueva
propuesta política no está anclada en el modelo castrochavista.
Y
mucho menos lograban, o logran, entender el por qué durante el 2018 Colombia
medido a través del Coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en los
ingresos, era superior a 50 puntos; encabezando los paises con mayor desigualdad social después de Brasil y Honduras.
Cuyos
principales problemas sociales son: Orden público, Inflación, desempleo, informalidad,
educación, salud, pobreza, inestabilidad en el empleo y hambre entre otros.
Problemas
sociales que después de la pandemia afloraron, con mayor intensidad, llevando a un estallido
social, desequilibrios económicos y sociales fundados en un modelo económico que viene funcionando durante los últimos
32 años.
Insistimos,
llegó la pandemia, la perdida de familiares y amigos, la economía en picada y hacia una recesión como la del 1998/99, y en el peor de los casos hacia un posible proceso estanflacionario, que
se expresa como: desempleo, inflación, escases de alimentos y hambre, variables que tomaron en el 2021 otra mayor dimensión.
Al
tiempo que el gobierno pretendió hacer lo suyo; impulsando una tercera reforma
tributaria que, como siempre, recaía sobre la clase media, emprendedora y
trabajadora.
El
resultado no esperado por el gobierno de turno – léase el continuismo – fue el
estallido social que simplemente expresaba un airado rechazo a las políticas de
un gobierno que representaba los intereses del gran capital y, desde la
política, a los poderosos de siempre.
EL
ESPERADO CAMBIO DE PARADIGMA
Ya
es parte del proceso que el imaginario colectivo – léase electorado - tenga en
frente a dos candidatos que aparentemente representan el cambio; sin embargo, a
pocos días de elegir el próximo presidente de los colombianos, existe una enorme
sombra de duda.
Se
hace claro lo anterior si logramos observar más allá de la desinformación, a la
que nos llevan algunos medios que al tiempo realizan encuestas, y en relación a
los resultados de las mismas.
Tomemos
como caso ejemplarizante al candidato Rodolfo Hernández, que a escasos quince
(15) días de la primera vuelta no aparecía entre los tres primeros – Petro,
Fico y Fajardo – y luego de una encuesta, a ocho (8) días de las elecciones para
primera vuelta, ya superaba a Fico.
Que
finalmente salió derrotado, tal parece, por orden del mismo Establecimiento… La
razón, encarnaba escandalosamente el continuismo.
Lo sorprendente es que ese mismo 29 de mayo, la
primera adhesión que recibió Rodolfo Hernández, fue la de Fico quedando
evidente quién o quiénes son los que van a gobernar: Clan Char, Cesar Gaviria, Andrés
Pastrana y Álvaro Uribe ¿Estamos frente a un nuevo Duque versión clásicos de
antaño?
Y
como si lo anterior fuera poco rápidamente adhirieron figuras políticas que
generan profundas controversias como: Maria Fernanda Cabal, Paloma Valencia y
Enrique Gómez, este último – como intelectual - digno representante de la elite
conservadora que tras bambalinas a gobernado el país y que por supuesto
defiende los intereses del gran capital.
UN
CANDIDATO QUE EVADE LOS DEBATES
A
pesar de conocer cómo funciona la cosa pública y quién o quiénes gobiernan tras
el poder – Solo basta con observar el gobierno de Iván Duque Márquez - o tal
vez por eso fue Hernández el elegido por el Establecimiento y sin que el país le
quepa en la cabeza… Es esa la principal razón por la que se presenta como un candidato
de “armas tomar”, autoritario, machista y cascarrabias que siempre elude los
debates.
Lo
que confirma que en temas transcendentales y de conocimiento lejos está de ser
el esperado y requerido presidente que rija los destinos de un país pluriétnico
y multicultural como el nuestro.
Lo
cierto es que este complejo país no se
puede manejar a punta de fanfarronadas, cachetazos y patadas. Recuerden lo que
le cobraron a Vargas Lleras por el coscorrón. ¿No será el mismo caso o peor? ¿O
se lo perdonan por ser un adulto mayor?
Y
no porque sea un adulto mayor de 77 años; ya que, para bien, tenemos el ejemplo
del presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden (79) que luce
sereno, seguro y sigiloso. Y es lo que siempre se espera, de un gobernante, a
esa edad en la que debe primar la templanza y la sabiduría como virtudes que guíen
su actuar. Y Rodolfo Hernández es todo lo contrario.
Máxime
cuando aspira, Hernández, a regir el destino de una nación con más de 52 millones de habitantes.
Lo que ya no sorprende, a nadie, es que sea todo lo contrario y solo refleje,
cuando siente temor y se molesta: ansiedad, confusión, caos y tormentas
emocionales.
De
hecho, lo gobierna la tempestad, la imprudencia, ligereza y la temeridad. Y
para finalizar lo asecha el desconocimiento total del país; que lo lleva a la duda no razonable y
esta a la ineptitud. ¿Ese es el tipo de gobernante que precisa Colombia un
inepto, a su vez gobernado por las élites económicas y/o políticas?
En esta ocasión ahora
sí para finalizar esta epístola, transcribamos una frase de Thomas Piketty, ya
conocida por usted atento y respetado lector.
“He aquí que, treinta años después, en 2020, el hipercapitalismo ha ido demasiado lejos. Ahora estoy convencido de que hay que pensar en la superación del capitalismo, en una nueva forma de socialismo, participativo y descentralizado, federal y democrático, ecológico, mestizo y feminista”. Amanecerá y veremos.
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