miércoles, 9 de febrero de 2022

¿PERIODISTA O COLUMNISTA?

 

Con el advenimiento de la era virtual, de hecho, muy pocos han sacado un verdadero provecho de ello, la gran mayoría – en la que nos incluimos – han terminado, ingenuamente, postrados a lo que dictan como verdad revelada las redes sociales.

Para simplificar, por dos razones: la primera por aquello de la facilidad de la consulta y la inmediatez de la respuesta y segundo por la pereza mental, como común denominador, de realizar más búsquedas y de ir más allá, sobre algún asunto que en particular nos interesa.

Cuyo propósito sea adquirir o profundizar algún tipo de conocimiento o intentando aclarar alguna duda o sospecha sobre la existencia de otras versiones o enfoques – léase hipótesis - sobre ese algo que consideramos es de especial importancia sin creernos dueños de la verdad revelada.

LA RESACA DE PETRO

Abramos un paréntesis… Hace un par de días, derivado de las encuestas, se pronostica  que el 42% de la población – lo que no sabemos es si todos esos “encuestados” ese día saldrán a votar - da por hecho que el líder de la extrema izquierda Gustavo Petro Urrego será el próximo presidente de la República de Colombia.

Fue tal el entusiasmo despertado que el mismo “cacas” empezó a celebrar su presunta victoria, ya que hace unas pocas horas – hoy debe aún tener resaca - saltó, en estado de alicoramiento, a la tribuna pública para seguir adoctrinando sus devotos fieles… Cerramos paréntesis.

EL HÁBITO DE LA INVESTIGACIÓN

Volvamos al mensaje de hoy que no es otra cosa que desarrollar el hábito de investigar; condición sin la cual, e independiente que el sujeto se considere periodista o columnista, siempre estaría alejado de la realidad que le rodea.

Lo anterior es perfectamente válido, el no investigar, siempre y cuando lo que realmente está buscando, con verdades a medias o falacias, sea confundir para inducir al error, o la confusión, de manera "subjetiva" al desprevenido interlocutor.

Y es tal parece lo que está haciendo carrera en los diferentes medios de comunicación cuyo, propósito es entregar una determinada “información” que al final solo le reporta jugosos réditos solo a unos pocos.

Por aquello que el desprevenido internauta casi siempre no opta por utilizar, para confirmar, otras fuentes alternativas que le posibiliten otro tipo de lectura para de esta manera acercarse a un mínimo de verdad verdadera, base para tomar algún tipo de decisión que al final le beneficie o no.

Ya que, si esa verdad verdadera existiera en su contexto y profundidad, la frontera de la ciencia como la conocemos ya estaría definida y no existiría el objeto de la investigación misma que consiste en cada día formularnos nuevas preguntas con el propósito de entender lo que nos rodea y de si es realidad o fantasía los nuevos descubrimientos o lo que nos quieren hacer creer.

Ilustrémonos con un ejemplo palpable y que está de moda… Esa fascinante lectura del universo a través de los agujeros negros. Que hoy son objeto de profundos estudios por aquello que, tal parece, para comprender su naturaleza habría que romper con los principios básicos, desde Isaac Newton, que tienen que ver con las leyes de la física que rigen el modelo espacio-tiempo tan difícil de comprender para los estudiosos.

Algo que reta la imaginación de los científicos y que pasa casi que desapercibido para la gran mayoría que hacemos parte del rebaño humano atrapado por el consumismo, las apariencias y de la devoción por las verdades a medias que casi siempre tiene un propósito maquiavélico… Vivir engañados hasta de nosotros mismos.

PERIODISTA O COLUMNISTA

Poco se ha especulado y discutido sobre la existencia de una línea clara - no leer línea roja -  que los diferencie entre el ser periodista cuya principal intención es, eso es lo que creemos, conocido el suceso detenerse a investigar sus causas y/o consecuencias.

Y como generalidad estar al acecho y cazar nuevas noticias a lo que esto último podríamos denominar reportería que en algunas ocasiones, sino en todas, desconoce el derecho a la intimidad de sus "victimas" lo que iría en contravía de la sana libertad de expresión de todos aquellos que viven, localmente la mayoría sobrevive,  de la noticia.

Es nuestro criterio… Columnista somos todos aquellos que aprovechamos la oportunidad de utilizar en un medio de expresión ajeno para analizar, controvertir, imaginar y soñar sobre una realidad que nos rodea, con el genuino propósito de aportar los elementos necesarios para dar inicio a que un cambio en particular suceda.    

EL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA

Insistiendo en el columnista, es nuestro criterio, su función es opinar – buscando siempre el contexto -  sobre un acontecimiento que está de moda y si no lo está, ponerlo a consideración de sus adeptos para ponerlos a pensar...

En este punto se nos ocurre que se desprenden dos conceptos o estilos que tiene que ver si el sujeto, hoy de estudio, se decide por el análisis o la sola especulación de los hechos objeto de noticia.

Los otros son guiados por el comentario trivial sobre los mismos hechos, generalmente expresado con frases y conceptos rebuscados – rimbombantes - que hacen difícil su comprensión y casi siempre caen en el concepto de pseudointelectuales cuando en la realidad no lo son.

En todos los casos mientras no se siga alimentando esta discusión quedan fuera de foco algunos principios básicos sobre los cuales se sustenta el profesionalismo de una y otra ocupación.

EL EMPEÑO DE TRATAR DE ESCRIBIER BIEN

Los adeptos al más grande autor, premio nobel de literatura 1982, deben tener en su biblioteca el libro Gabriel García Márquez, Una vida. Del escritor londinense Gerald Martin.

En esa biografía, autorizada por el nobel, se encentran detallados sus inicios como periodista y columnista, aclarando que estamos frente a un genio literario, e independiente de sus pasiones y consecuencias de sus actos como ser humano.

Lo primero que debemos anotar es que semejante figura literaria siempre se quejaba de su eterna lucha contra la gramática, la cual solicitaba despareciera y de su pánico de enfrentar una hoja en blanco.

LA LUCHA DIARIA CONTRA EL CONFORMISMO Y LA MEDIOCRIDAD

Otros escritores, de talla nacional e internacional, cuando pueden se quejan de lo exigente y agotador y a la vez reconfortante que puede llegar a ser, mantener una columna de opinión así sea semanal u ocasional e independiente si reciben sueldo, o no, es decir que vivan de ello.

Peor aún la obligación de presentar una buena noticia diaria, ya que en algunas ocasiones se obtiene como recompensa la cruel critica, debiendo ser ésta, la critica, el motor que impulse al periodista o columnista a seguir perseverando con pasión en su búsqueda de una verdad bien informada.

LA PASIÓN POR LA VERDAD

En todos los casos lo principal es no tener temor a decir lo que se piensa, esto ocurre en especial a los periodistas por aquello del posible compromiso adquirido e independiente de la contraprestación, mientras medie la lealtad entre las partes para con la opinión pública.

En este punto renovamos nuestros respetos hacia esa profesión o hobby que algunos han escogido, ya sea por vocación, necesidad o pasatiempo que siempre busca el crecimiento personal.

Ya que el ciudadano del común desconoce la profundidad y dedicación – léase tiempo invertido - que se requiere para escribir una noticia, un reportaje, una entrevista, una crónica, una reseña, un editorial, un epistolar, un epigrama, una nota corta, un desplegado, una gacetilla o una columna de opinión.

LA ÉTICA COMO PRINCIPIO BÁSICO Y DE OTROS MENESTERES

Es importante señalar la ética como principio básico para actuar como periodista o columnista, y como eje el imprescindible conocimiento de lo que se trata; el que básicamente se soporta mediante el manejo de bibliografías o el habito de navegar en la red (ciberperiodismo).

El instinto para zambullirse en la noticia, buscar la variedad en los temas es decir no encasillarse en política, cultura, economía etcétera, evitar caer en la auto adulación o el egocentrismo y especialmente no perpetuarse en el pasado sino escribir para el presente esperando un futuro posible.

Hoy en día los diarios impresos cada vez pierden más seguidores frente al advenimiento de los diarios digitales (combinación de texto, sonido e imagen), los primeros empiezan a perder terrero frente a la tecnología derivada de la internet, es cada vez menor el tiempo que se le dedica a la lectura (hábito que se aprende en casa y se refuerza en el colegio) y menos a la de un periódico, debido al creciente uso de los teléfonos inteligentes entre otros dispositivos tecnológicos.

EL REQUISITO MÍNIMO DEFENDER LA VERDAD

La intención hoy es recordarle algo al ciudadano del común, aquel que de manera desprevenida o planeada escucha y observa algún género de información periodística en algún diario online.

Lo que debe de cumplir, como requisito mínimo, un medio de comunicación con el propósito de informar correctamente es mediante el análisis frente a la revelación de la verdad; donde lo que se busca es: además de informar, orientar, entretener, deleitar, convencer o persuadir, así esa noticia no sea del agrado de alguno, algunos o la mayoría de los lectores diarios y/o semanales; sin caer en el escándalo y la mezquindad que consideramos una forma de corrupción informativa.

El asunto de hoy, también está orientado para hacer un reconocimiento, hoy en su día, a todos aquellos periodistas que diariamente se sientan a escribir en sus escritorios frente al teclado de una computadora o maquina de escribir y pretenden decir algo ya sea un suceso o una simple cotidianidad, de carácter político, económico, social, cultural y deportivo entre otros.

Siempre intentando queriéndolo, o no, mostrar una línea programática ideológica que le dé ese sello personal que tanta valoración tiene en el mundo de la información y las comunicaciones; y al tiempo lo proteja de la censura editorial del dueño del aviso caso contrario lo hace ver como un instrumento servil ante la opinión pública; situación ésta que puede ser más molesta que satisfactoria si el protagonista no echa mano de su autoestima para intentar defenderse.

ALGUNAS DEFINICIONES

Si usted desconfiado, ocupado o desocupado lector busca en la internet, lo que significa la palabra columnista, rápidamente encontrará: “…Un columnista es un periodista que escribe una columna donde expresa su opinión y punto de vista en un medio de comunicación escrito…”.

“…También se podría definir columna… como un articulo firmado que se publica con regularidad y que ocupa un espacio predeterminado en un periódico…”.

EL RIESGO DEL PERIODISTA… PERDER CREDIBILIDAD.

Los primeros columnistas pudieron ser Montaigne y Bacon ambos redactaban columnas en el sentido de que sus reflexiones eran breves y regulares, versaban sobre ciertos temas, estaban presentadas con pulcritud y eran muy legibles, y constituían una satisfactoria mezcla de conocimiento, argumentación, opinión personal y revelación de su carácter.

También en aquella época se corría el riesgo de que sus ensayos o columnas fueran censurados, recortados, retenidos o rechazados.

Debe de quedar claro que tanto el periodista como el columnista tienen un trabajo dirigido a la opinión publica, lo tradicional era que lo leyeran más los ricos y poderosos.

Ahora es el ciudadano del común, aquel voto de opinión, que está siempre por fuera de las maquinarias para producir votos. y esa es una de las razones de ser del periodista y/o columnista, aportar su grano de arena en el acontecer diario para construir opinión pública bien informada.

Hay muy buenos - también malos - estudiantes, profesionales o autodidactas que ocasionalmente hacen de comentaristas o columnistas en los periódicos locales y que intentan hacer de la ciudad de Cartago en el Norte del Valle un municipio más ordenado, moderno, amable progresista y desarrollado. Para ellos van nuevamente nuestros respetos.

 No se trata de hablar siempre bien o mal - hay que buscar el equilibrio - de la institucionalidad, la sociedad civil o de los grupos de opinión, aunque está comprobado que esta posición critica frente al poder, genera interés y notoriedad, así como réditos en cualquier orden, el riesgo está en caer en criticas y posturas sin fundamento y en algunos casos temerarias.

Perverso cuando hay un autor intelectual diferente al que escribe; el propósito del periodista o columnista debe ser generar ideas para sacar adelante la ciudad; cuando alguien aporta algo positivo o negativo a Cartago no le está haciendo bien o mal a alguien en particular.

Se lo están haciendo es a la ciudad, es la imagen lo que prima a nivel local, departamental, nacional o internacional; cierto es que hay que señalar los actos reprochables, así como las acciones positivas que se emprenden, no solo por la institucionalidad, sino por la sociedad civil, los gremios, la academia, etcétera.

LA CONSTANTE ES EL CAMBIO

La realidad es otra en el sentido que las personas – léase dirigentes y lideres – pasan, muy pocos perduran, y las penurias se quedan, por décadas o centurias, y aumentan. La diferencia está en intentar hacer del cambio un propósito para bien de la comunidad Cartagüeña y Norte vallecaucana.

LA OBJETIVIDAD

Los que tienen el oficio de informar objetivamente, los periodistas, deben de darle más trascendencia y despliegue a cualquier hecho o acción positiva que se emprenda, aun cuando provengan de aquellos con los cuales no se comparten los ideales y puntos de vista de un periódico en particular.

Bien documentado, o no, es la costumbre de diarios, o panfletos, que se aferran a una doctrina o ideología, y quedan etiquetados como conservadores, liberales, de centro, de derecha, de izquierda, vanguardistas, etcétera; pudiéndose perder la objetividad en casi todos los casos.

Periódicos algunos centenarios, casi todos hoy comprados por el gran capital, aún en circulación, con narrativas que buscan un nuevo orden institucional para su propio beneficio, el de unos pocos.

Y aunque hace algunos años esperábamos algo bien diferente, en ese momento no entendimos que en este nuevo milenio y aún desde antes los hábitos, las costumbres y las formas de pensar están cambiando radicalmente y a un ritmo acelerado; el viejo truco de antaño ya no da los mismos resultados hoy en día.

PERIODISMO INDEPENDIENTE

En el plano informativo asumir posiciones radicales, significa intentar mantener un periodismo independiente difícil de mantener desde lo económico.

La información, la noticia y la opinión son solo una parte de la gran realidad nacional que se vive a nivel económico, social o político, hay que tener la mente preparada a la diversidad de pensamientos; porque un periódico necesita es adeptos y no clientes desinformados.

Lo anterior solo se logra fomentando las diversas opiniones en especial aquellas ideas que contrastan la realidad ya que originan poder de convocatoria; a la competencia o a la oposición que se apoya en el disenso no hay que tenerles encono y/o temor que es casi lo mismo; hay que hacerles, con serenidad, una correcta lectura para controvertirlos con altura y discreción.  

Para terminar, debemos de dejar claro, según nuestro criterio, que la profesión de periodista – muy lejos estamos de considerarnos periodistas por el respeto hacia esa profesión, pero si insisten en ello no nos molesta – tiene, según nuestro criterio, dos enfoques:

El periodista analítico: “…persona que escribe realizando el análisis o la explicación objetiva de los hechos noticiosos y que aporta los datos precisos para interpretarlos correctamente…”.

Y el periodista comentarista: “…persona que enjuicia subjetivamente los acontecimientos e impulsivamente manifiesta de manera explícita su opinión…”. Este último cuando actúa fuera de contexto, ya sea por ignorancia o no, generalmente busca causar un daño en ocasiones irreparable; caso en el cual no debe considerarse periodista.

Finalmente… ¡Felicitaciones! para todos aquellos profesionales que diariamente se esfuerzan en ser buenos periodistas lo que los hace ver fuera del montón. Amanecerá y veremos.

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