El pasado jueves,
primero de julio, en horas de la mañana el gerente del Hospital San Juan de Dios,
sede Cartago, concedió una rueda de prensa; ante la problemática que viven
trabajadores y usuarios del que se creía, después de la reestructuración, sería
el primer centro de atención en salud de la ciudad y del norte del valle.
LA
RUEDA DE PRENSA DE MORERA
Como era de
esperarse, con actitud autoritaria, defendió su gestión administrativa dejando
claro que el centro de salud no se encuentra en las mejores condiciones financieras;
buscando un exorcismo echó mano de la pandemia como piedra angular de la actual
crisis de la salud en la ciudad.
Generalizando esa
cruda realidad – léase colapso financiero - para los demás centros que hacen
parte de la red hospitalaria en todo el departamento… ¿Mal de muchos, consuelo
de tontos? O será que nos creen así…
A lo anterior podríamos
agregar que “la desgracia no es mas llevadera cuando afecta a un gran número de
personas” y es lo que tal parece, visto desde su arrogancia gerencial, ha
querido justificar; perdiendo de vista la otra realidad.
Y es que con la promulgación
de la ley 100 de 1993 la salud se convirtió en un atractivo negocio para los
audaces intermediarios privados; donde solo buscan obtener positivos balances
financieros; quedando la protección y la responsabilidad social en un segundo
plano. La salud no vale nada para el sistema, todo lo contrario, es solo un
negocio.
La visión miope
del Gerente General, centrado en los balances, citando un solo ejemplo, deja de
lado la pregunta que debería formularse… ¿Cuantas madres gestantes deben hacer
trabajo de parto en casa, con el grave riesgo que ello implica, o en otros
municipios circunvecinos? Ya que no existe una sala de partos en el HSJD.
EL
RIESGO DE LAS ENFERMEDADES PREVALENTES
Igual,
seguramente, desconoce las estadísticas sobre enfermedades prevalentes: oncológicas,
infeccionas y parasitarias, de la sangre, del sistema inmunitario, endocrinas,
trastornos mentales y del sistema nervioso entre otras; que padecen los cartagüeños
y norte vallecaucanos.
Ignora cuantos
pacientes, en la ciudad de Cartago en el Norte del Valle, ya sea bajo el régimen
subsidiado o contributivo, desde la responsabilidad social importante el
primero; hoy no están recibiendo un tratamiento, y en cobertura, oportuno para
enfermedades como: la diabetes, hipertensión, cáncer, VIH-SIDA, cardiopatías,
pacientes renales o EPOC entre otras.
RECORDANDO
LA TRISTE HISTORIA
Volvemos a
repetirlo… La salud pública prácticamente desapareció en la ciudad, desde que
el Hospital Sagrado Corazón de Jesús, HSCJ, fue intervenido; quedando en manos
del Departamento del Valle del Cauca.
Para luego entregarlo,
la Gobernación de ese entonces, en arrendamiento a un grupo privado de
comerciantes en salud; y que hoy se denomina Hospital San Juan de Dios, HSJD, primera
conclusión de esa rueda de prensa… La realidad, en salud, no es como la quiere
hacer aparecer el director general del HSJD, Carlos Alberto Morera.
Ya que tal
parece no ha podido solucionar nada, por aquello que la situación sigue empeorando
cada día; dado que los motivos de la protesta por parte del personal médico, el
pasado 20 de abril, que los llevo a un paro parcial de actividades y donde solo
se atendían y hoy atienden casos de urgencia.
UN
ACUERDO QUE NO LO CUMPLE EL PATRONO
Hoy son exactamente
los mismos requerimientos, al punto que un mes después de haber sido firmada el
acta No. 001; de nuevo un grupo de enfermeras regresaron al cese parcial de actividades
y por las mismas justas causas: la falta de soporte técnico y tecnológico,
medicamentos, equipos de protección para médicos, enfermeras, paramédicos y en
general con el personal involucrado con la salud.
Lo que no se
evidenció, en la nueva protesta, fue sí continuaron los supuestos abusos e
intimidaciones por despidos sin justa causa al personal de la salud; por parte
de una gerencia arrogante que intimida a sus subordinados.
La excusa, de Morera,
no se debe de enfocar en centrar la atención, que mientras el HSJD se gastaba el mismo oxígeno en
diez días, hoy lo hace solo en uno o dos… Eso no debe de ser el argumento. ¿Dónde
está la relación inversión versus bienestar y salud pública?
La pregunta es, si
el hospital o la red hospitalaria no tiene el suficiente músculo financiero
para enfrentar la crisis ¿Por qué no desisten de ese modelo negocio en la
ciudad?
LAS
TRANSFERENCIAS DE LA SALUD
Aclarando que hoy
no nos detendremos en temas relacionados con el manejo de los recursos que el Gobierno
Nacional y Departamental – hay unos municipios certificados en salud, no siendo el caso de Cartago - transfiere al actual Sistema General de Seguridad
Social en Salud y de la forma como estos son administrados, léase transferencias
en las EPS, IPS en general en la ciudad y a lo largo y ancho del
departamento. ¿A cuánto asciende la cifra transferida en billones de pesos?
Y es en este
punto al que queríamos llegar… pero antes y para colocar en contexto la cruda
realidad del HSJD, es menester recordar el objeto social.
EL
OBJETO SOCIAL
“la sociedad
tiene por objeto social la prestación de servicios médicos de mediana y alta
complejidad, especialmente en lo referente al desarrollo de la Unidades de Cuidados
Intensivos o de cualquiera otra unidad médica, así como de actividades complementarias”.
LA
BELLA ÉPOCA DEL HSCJ
Regresando a la “bella
época” del Hospital Sagrado Corazón de Jesús, HSCJ, sin pandemia, recordando,
hoy, que esa no es la disculpa, del hoy HSJD, que ha derivado en la ineficaz prestación
del servicio de salud.
Era la época cuando el HSCJ prestaba
todos esos servicios integrales, de los que hoy nos habla Morera, de urgencias provenientes de los municipios norte vallecaucanos, al menos los más próximos.
Hay que volver leer la historia del HSCJ.
HOY ES
UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA SIN RESOLVER
Regresando al
asunto que nos ocupa hoy, en esa rueda de prensa, según Morera, cuyo mensaje, nosotros, lo interpretamos como un acto de caridad para con esos entes territoriales, en medio de la pandemia, al recibir esos pacientes, ya sean uno, dos o más…
Y de otros
municipios circunvecinos y que por ello, destaque el recibo de notas de agradecimiento; no viene al caso porque es su obligatoriedad el hacerlo, so pena, al no realizar el procedimiento, tipificar algún tipo de hallazgo sea administrativo, fiscal o penal, el reconocimiento sólo es válido, eso creemos, para su ego; aparte de presentarlo como un refinado discurso populista.
Lo anterior no
lo aleja, o mejor confirma, de la responsabilidad institucional y social el
prestar de manera oportuna un servicio obligatorio de urgencias en la ciudad e
independiente del origen o destino del paciente.
EFICIENCIA
Y EFICACIA
Avanzando en la próxima pregunta, y lo que nos formulábamos sobre éste mismo tema , en dos artículos relacionados, el pasado mes de mayo.
¿Seguirá siendo
factible jurídica y financieramente mantener una concesión con un privado que no
ha garantizado la prestación eficiente, eficaz y efectiva de un servicio de
salud; con un mercado potencial de 500 mil usuarios en el Norte del Valle ¿Hoy
prácticamente sin atender?
Más allá de la
auto alabanza de Morera, por su oportuna gestión para con unos pacientes de otro
municipio; frente a ese acto de solidaridad, debemos de tener una perfecta
claridad en el sentido que el director general, por muy buenas intenciones que
aparentemente tenga para con la ciudad, es un funcionario más, así sea de nivel
directivo, y que en sus manos no está el resolver la calamitosa situación que
enfrenta, hoy, el HSJD.
Utilizamos el
término calamitoso ya que es evidente, volvemos a repetirlo como en otra
oportunidad lo señalamos, el deterioro de la salud pública y el pesado ambiente
laboral; más la manifiesta ausencia de una rectoría territorial por aquello que se
espera gerencie en forma permanente en la localidad.
La ciudad
requiere, por la urgencia manifiesta en salud derivado en parte por la pandemia
y en mayor proporción por la creciente pobreza en la región que deteriora la salud pública, de una gerencia
24/7 así la cobarde envidia concluya que está haciendo campaña para una futura alcaldía,como suele suceder en estos casos de escasez de candidatos; bajo el lema “Los mismos con las mismas”.
LA
REALIDAD FINANCIERA
Aún persisten
las enormes deudas entre los actores del sistema – léase: las EPS y el
Hospital; más la incorrecta asignación de los recursos en inversión de capital;
dejando sin prioridad la cancelación oportuna de sueldos, salarios y
prestaciones sociales.
Donde todo lo
anterior, siendo totalmente válido, lo podemos resumir en lo que los estudiosos
de la actual y profunda crisis de la salud en el HSJD han denominado como
PRECARIEDAD LABORAL.
UN
PROBLEMA ESTRUCTURAL SIN RESOLVER
Es tan claro que
el problema es estructural que aún persiste la disminución, tal parece, desde hace
más de ocho (8) meses, en los flujos de caja del HSJD.
Hoy tampoco es de
abordar el tema de si se ha cumplido, o no, lo acordado en la primera acta
firmada con el personal médico, enfermeras, paramédico y personal administrativo.
Es evidente que persiste la crisis en la prestación del servicio de salud pública y continúa
alterado el ambiente laboral en el Hospital San Juan de Dios en la ciudad. Frente
a todo esto ¿Que realmente es lo que sucede, en materia fiscal y financiera? Averiguelo vargas.
¿No existirá una
cláusula en el contrato de concesión – entre el departamento y ese privado - que
permita la terminación unilateral del contrato de prestación de servicios en salud;
para que de esta manera el HSJD o HSCJ vuelva a ser patrimonio de los
cartagüeños?
Lo anterior ya que
está claro el incumplimiento frente a lo pactado en esa acta 001 en lo que
tiene que ver con los pagos – no leer abonos - a los salarios y las
prestaciones sociales de los médicos, enfermeras y en general trabajadores de
la salud.
Y más allá de las
cifras preliminares que indican que el HSJD acumula una deuda por valor de más
de 80 mil millones de desvalorizados pesos y desde hace varios años atrás.
Todo lo anterior
significa que el modelo de negocio que se buscaba realizar mediante la
concesión con ese privado, fracasó y que el déficit fiscal inicial por valor de
40 mil millones; al momento de liquidar el Hospital Sagrado Corazón de Jesús sigue
vigente y aumentando. ¿Finalmente quién pagará esa deuda?
EL
PROBLEMA ES LA AUSENCIA DE VOLUNTAD POLÍTICA
Finalmente … ¿Dada
la limitada capacidad operativa del HSJD y de la IPS Municipal, es financieramente
factible sostener las dos Instituciones, cada una por su lado?
Entonces debemos preguntarnos ¿Cuál es el papel que debe desempeñar la Gobernadora
del Valle del Cauca, o quien haga sus veces, para que se solucione esta grave crisis? porque está claro que la solución no
es esperar que mejoren los flujos de caja del HSJD, la verdadera solución es política.
Recordemos que
las cosas se desatan de la misma forma como fueron atadas. ¿O cuál es el
negocio socia? Amanecerá y veremos.
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