“Humildemente le pedimos que nos liberase de
nuestros defectos”
LAS ESTADISTICAS HABLAN POR SI SOLAS
Antes
de abordar el asunto, que nos ocupa hoy, observemos algunas estadísticas
relacionadas con el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas en relación
con los accidentes de tránsito.
Lo
primero que hay que resaltar es que, al 31 de diciembre de 2020, no se dispone,
o la opinión pública desconoce, de una cifra consolidada sobre los fallecimientos
en el país y, creemos, mucho menos en la ciudad de Cartago en el Norte del
Valle.
Acudamos
entonces a un par de datos parciales, en primer lugar, según la Agencia de Seguridad
Vial, entre enero y octubre de 2020 se registraron 4.156 muertes por accidentes
de tránsito en todo el territorio nacional. Cifra que debería preocupar a las autoridades competentes..
Esa
escalofriante estadística se distribuye de la siguiente manera: motociclistas
(53%), peatones (21.8%), vehículos automotores (12%), bicicleta (8%) y otros
(5.2%).
En
segundo lugar, en una entrevista la viceministra de Transporte, Carmen Ligia
Valderrama, señaló que solo durante el pasado fin de año; asumimos fue solo durante
el mes de diciembre, se presentaron 446 siniestros viales que dejaron 559
heridos y 61 muertes trágicas en todo el territorio nacional.
LOS
MUERTOS LOS PONE CALI Y EL VALLE
Según
esos datos, suministrados a la viceministra por el Observatorio Nacional de
Seguridad Vial, de ese total nacional y en ese mes, el Departamento del Valle
del Cauca participaba de la mayor cantidad de muertes por accidentes de
tránsito; que corresponderían entre un 13% y 17% del total nacional. Frente a
esta delicada situación ¿La Gobernación del Valle del Cauca prendió las
alarmas?
Intentando
acercarnos a un rango de cifra, representativa, podemos concluir que en el Valle
del Cauca fallecieron, por accidentes de tránsito, durante el 2020 entre 433
(fuente: Diario el país, 04/12/020) y 707 personas (Fuente: Infobae). Creemos
que las cifras oficiales deben de ser diferentes y superiores.
Basados
en la declaración, en enero del presente año, por esa fuente oficial, cabe
entonces preguntarnos ¿Habrá alguna razón para que el gobierno insista en los
subregistros en materia de accidentes? ¿Las cifras entregadas, serán apenas la
punta del iceberg? ¿Es tan grave la situación? ¿Cómo impactan, esos episodios, en
los recursos destinados para la salud pública?
Complementando
sugiere, Valderrama, que dichos estudios arrojan posibles causas que determinaron
esas muertes trágicas a saber: no se respetan los protocolos y las señales de
tránsito – léase ausencia de inteligencia vial – mal o pésimo estado de la
malla vial, fallas tecno-mecánicas, exceso de velocidad y conducir bajo los
efectos del alcohol y/o otro tipo de sustancias psicoactivas.
LO
SUCEDIDO RECIENTEMENTE EN LA CIUDAD
Como
era de esperarse, dado el grado de confidencialidad que maneja la actual
administración municipal; no fue posible obtener la cifra consolidada de
muertes por accidentes de tránsito, en la ciudad durante el 2020 y lo corrido
del presente año.
Siembargo
no debemos dejar pasar por alto la reciente muerte, de Diego Javier Grisales
Quiceno, funcionario del Instituto Cartagüeño de Vivienda, Incavi.
Según
parece, por el mal estado de la malla vial en la multimencionada Avenida Santa Ana;
que desde hace solo un par de años fue puesta en funcionamiento y donde diariamente
abundan las quejas por el mal estado de la vía y desde hace mucho tiempo. ¿Qué
ha hecho el alcalde municipal al respecto?
Lo
que también nos debemos preguntar es ¿Cuántos accidentes de tránsito suceden
anualmente en la ciudad? y de esos ¿Cuándos sobre la avenida Santa Ana? Y
¿Cuántos van durante el presente año, con corte al mes de febrero?
Como
lo ordena la ley son las autoridades de transito municipales: Alcalde, Secretaria
de Gobierno, de Tránsito y Policía Nacional; instituciones que deberían hacer
algo por detener el cada vez mayor número de accidentes de tránsito.
Lo
importante es que no vuelva a suceder, como en el pasado, que se ordenó un
estudio de movilidad -Léase Plan Maestro de Movilidad – que, tal parece, tuvo
un costo aproximado de 400 millones de pesos.
¿Qué
pasó con ese estudio? ¿Pensarán hacer otro igual, socializándolo con la
comunidad y actualizando solo cifras y estadísticas?
A
propósito de la Avenida de Santa Ana… ¿Dónde quedaron plantados los miles de árboles
que iban a reemplazar los centenarios samanes que fueron sacrificados para ajustarse
al diseño de la famosa avenida? ¿Dónde están las veedurías ciudadanas? Ya que
es un delicado tema ambiental.
¿Dónde
está el crecimiento y desarrollo sostenible con responsabilidad social y
ambiental en la ciudad?
EL
REITERADO ABANDONO DEPARTAMENTAL Y LA DESIDIA MUNICIPAL
Polémica obra - entre muchos otras, de infraestructura, incluyendo las que no se han adelantado o no se han terminado – y sobre la que se han presentado, desde el comienzo, reiteradas quejas por parte de los veedores ciudadanos.
Inicialmente por las diferencias
entre lo señalado en los planos frente a la ejecución de la obra principal y
complementarias; al punto que, al día de hoy, tal parece no se ha hecho la entrega
oficial, de la obra por parte del gobierno departamental, al municipio. ¿Hasta
ese nivel llega el olvido de la gobernación?
Lo
anterior significa que la responsabilidad administrativa y fiscal – léase por
la posible demanda por parte de los familiares del funcionario público muerto -
recae sobre la Gobernación del Valle del Cauca.
Y solo ante este trágico suceso, la actual administración municipal, tomó cartas en el
asunto; orientando “una jornada tapa huecos”, para así evitar futuras tragedias;
por favor no leer…” Solo hecho en
Cartago”.
¿Se
hubiera podido evitar este u otros trágicos accidentes o accidentes menores?
Que suceden diariamente en toda la ciudad principalmente por el deteriorado
estado de la malla vial. En una avenida que lleva muy pocos años de construida.
En
todos los casos vuelve a quedar sobre la mesa, la polémica, el abandono de la
Zona Norte, o la falta de gestión del funcionario responsable, por parte de la
Gobernación o quien haga sus veces.
LA
CARACTERISTICA DEL ALCOHÓLICO
Entrando
en materia, Empecemos reflexionando sobre la frase “Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos”
La
palabra clave es “humildemente”, cuyo sinónimo “modestamente”; nos permite, creyendo
en si mismo, empezar a conjurar ese poderoso, si dejamos que suceda, monstruo
denominado “egolatría” que conduce al enfermo a sufrir: de envidia, ira, gula,
avaricia, pereza, lujuria y soberbia.
Esos
estados anteriores son lo que el alcohólico proyecta en su entorno familiar y
social; la otra lectura es lo “que siente en su interior” y que solo él es
consciente de ello como lo son: soledad, miedo, rencor, agitación, depresión y la
ansiedad entre muchas otras revelaciones que convierten, su vida, en todo un sufrimiento
como si se hallara confinado en el infierno.
Entonces
¿Cómo comienza el camino de la recuperación? La respuesta es sencilla… Es reconocer
la derrota frente a la botella de licor, que hace de su vida una deplorable
existencia; así se esfuerce por vivir de las apariencias.
EL
PODER DE LA HUMILDAD
Ese
primer paso si es dado con fe y humildad; significa que lentamente emprendes el
camino de la recuperación física y sicológica.
Aparte
de esforzarte por tener una sana rutina diaria que incluya: ejercicio físico,
buena alimentación, trabajo y el desarrollo de actividades para ocupar el
tiempo libre como la meditación, la lectura y/o la escritura.
En
todos los casos debe existir una rutina de trabajo diaria; dedicada a cultivar,
la autoestima perdida, desde el plano espiritual tan necesario para lograr, desde
lo personal, la paz y la tranquilidad tan esperadas.
Que
sirva de sostén en los momentos de adversidad, apoyándote en la existencia de ese
ser superior; para así responder con serenidad cualquier trance o aprieto.
Para
avanzar, hacia el séptimo paso, recuerda los tres primeros: ACEPTACIÓN, FE Y
ENTREGA a ese ser superior independiente de cómo lo concibas.
Porque,
aparte de aceptar el programa de recuperación, solo hay tres posibles salidas:
el diagnostico de una delicada enfermedad que lo lleve abruptamente a tomar la
decisión radical e inmediata de dejar la bebida (algunas veces siendo ya demasiado
tarde), la cárcel o el cementerio.
EL
OTRO RESULTADO – VIVIR DE APARIENCIAS
Si
bien es cierto ese es el destino trágico del borrachín: Un hospital, una cárcel o
el cementerio; existe un final, también doloroso para el enfermo que padece de
esa enfermedad y es el FRACASO PERSONAL Y SOCIAL.
Lo
anterior significa que hay miles o millones de músicos, deportistas,
profesionales en las diferentes áreas, ministros de las iglesias, políticos y ciudadanos
del común entre otros; que ante el fracaso personal y profesional de su existencia; se deciden erróneamente por una vida llena de apariencias.
Entonces
debes insistir, en la primera condición, como es aceptar que fuiste derrotado
por la botella y las drogas; que has sufrido las consecuencias funestas que provienen
del abuso del licor que entre muchas otras son: la pérdida de oportunidades
laborales, de liderazgo y de la autoestima.
A
esta altura del proceso de tu recuperación, de lo que se trata es HONRAR LA
HUMILDAD, que no significa pobreza; y lo que su práctica significa para la
recuperación que irremediablemente lleva al éxito personal y social.
Además,
sirve para saber enfrentar con éxito todo tipo de adversidades y los daños
colaterales de una vida dedicada al alcohol y las drogas… Donde el orgullo y la
soberbia solo eran una falsa careta que escondía, y esconde, una vida fecunda
de fracasos y de solo apariencias.
RECONOCER
LOS ERRORES Y EL DAÑO HECHO
En
esa existencia alcohólica nunca se te ocurrió basar tu vida en la honradez,
robabas para beber; en la tolerancia, agredías para justificar una borrachera;
y del amor propio, que lleva a la ausencia del respeto para contigo mismo,
siendo ésta la peor desgracia que podías obtener como ser humano.
Ante
tanto sufrimiento es el momento de reconocer, con humildad, que te fallaste a
ti mismo; y cada vez que te equivocas es
necesario pedir perdón a las personas afectadas; para también, y al tiempo,
perdonarte, alejándote del remordimiento, en un acto individual de crecimiento y
sanación personal y espiritual.
Con
humildad y teniendo fe en un poder superior descubrirás que era necesario
abandonar la creencia que solo con la fuerza y la inteligencia y creyendo solo
en ti mismo; eran los únicos requisitos necesarios para triunfar en la vida y vencer la adicción…. y
además atendiendo al refrán popular: “solo se llega rápido pero acompañado se
llega lejos”. Busca entonces apoyo y ayuda.
EL
SÉPTIMO PASO
El
séptimo paso es un llamado a que constantemente cultives la humildad
entendiéndola, no como una falsa modestia o hipocresía donde es necesario
agachar la cabeza para aceptar todo lo bueno, regular o malo que nos suceda en
la vida.
Es
un cambio de actitud que te permite salir de ti mismo (miedo egocéntrico) y caminar
hacia los demás y hacia Dios; logrando la eliminación uno a uno de tus defectos
de carácter que de seguro te servirá para desterrar la mortal obsesión de
continuar bebiendo o de consumir drogas; como hasta ahora lo has estado haciendo.
Finalmente
practicar la humildad es entender que no tienes la verdad revelada y que siempre
habrá personas mucho más grandes y mucho más pequeñas que tu… y de paso saber
reconocer la diferencia; tratándolos y respetándolos por igual. Amanecerá
y veremos.
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