“Estuvimos
enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos”
No
han transcurrido dos semanas de la nefasta noticia – ojalá los medios de
comunicación divulgaran más sucesos positivos iniciando el día – sobre ocurrencia
de un fatal accidente automovilístico en la capital de la República de Colombia.
LICOR
– VELOCIDAD - DROGAS
Aclarando
que las frías estadísticas demuestran, de ésta otra pandemia, que esos hechos continuamente
suceden – desconociendo cuántos por hora, semana y mes - a lo largo y ancho del
país.
Con
un común denominador y es la fatal mezcla donde intervienen: el exceso de
velocidad y el incontrolado consumo de licor; para el caso de hoy en mención.
Sin
poder confirmar, por parte de las autoridades competentes, el consumo adicional
de alguna otra sustancia sicoactiva; que generalmente tiene como propósito
ofrecerle “claridad mental” al eterno borracho.
Accidente
vial en el que, casi de manera inmediata, fallecieron dos personas; el primero socorrista
de profesión que acudió inmediatamente para auxiliar al segundo que estaba en
indefensión porque acababa de accidentarse; los dos, con toda seguridad, no
esperaban el desenlace que les tenía preparado destino, la eternidad.
De
los noveleros, que se acercaron, cuyo propósito es generalmente otro y distinto
al de prestar pronta ayuda; y que también resultaron atropellados, por el
infractor alcoholizado; solo los familiares y las autoridades conocen de su
suerte y salud. ¿Decesos adicionales?
EL
CIRCO SIN PAYASOS Y VACUNAS… NO ES CIRCO
Ese
silencio frente al desenlace de lo ocurrido obedece, e independiente del perfil
del autor material de los repudiables hechos, a que estamos en modo vacuna; y en el inicio – que llevará
todo el año - del Plan Nacional de Vacunación. PNV.
Que
dicho sea de paso hay saturación con ese tipo de información en los diferentes
medios hablados y escritos. “Bueno es cilantro pero no tanto”. De hecho, hay que
seguidamente pasarse a modo lectura o película.
Y
del éxtasis que produce, en algunos, la exquisitamente elaborada parafernalia
alrededor del” boom” por el arribo, a cuenta gotas, de los biológicos europeos
y asiáticos.
Donde
la dificultad en la entrega oportuna, tal parece obedece, a que esas farmacéuticas
estuvieron negociando con un país rico en factor humano, minerales y
biodiversidad; pero pobre según el producto interno bruto, PIB.
Por
falta de tauromaquias, siendo esa una fortuna, nos quedamos con el insólito montaje
del circo mediático que, solo produce pena ajena, y como era de esperarse fue
hábilmente utilizado por audaces y maltrechos – léase por los dolores que causa
el ejercicio del poder – políticos.
Que
aprovecharon, como siempre, las cámaras para triunfalmente reinventarse y
mostrarse como redentores de la salud pública nacional; lo único, positivo, sí,
fue el reconocimiento, por la protección, a los héroes de blanco y azul y del
personal hospitalario.
Regresando
a los políticos, en este caso, no tuvieron que inventarse una enfermedad
catastrófica para viajar a otro país, buscando fama y fortuna electoral, para hacerse
exámenes; al tiempo de lograr casi que una milagrosa sanación por aquello de la
inmediata recuperación.
Todo
por la popularidad y para satisfacer el gusto por “el otro yo”; ese que
insaciablemente requiere de mayor atención; dícese de aquellos que los mueve la
egolatría.
ES
PARA USTED… CONOCIDO BORRACHO
Ahora
si entrando en el asunto que nos ocupa hoy. Empecemos por intentar darte a entender,
a usted popular alcohólico ¿Qué es eso de estar “dispuestos”?
Pero
antes le mostraremos a lo que puedes llegar si no decides alejarte del venero,
físico y espiritual, que se denomina licor; que comienza con esa bebida amarga
y espumosamente fría. Sin faltar los que la toman al clima.
“Casi
toda persona desea liberarse de sus defectos más notorios y destructivos. Nadie
quiere ser orgulloso para que los demás lo ridiculicen por ser un fanfarrón, ni
tal avaricioso que se le acuse de ladrón”.
“Nadie
quiere que su ira le impulse a matar, ni que su lujuria le incite a violar, ni
que su gula le lleve a arruinar su salud. Nadie quiere verse atormentado por el
sufrimiento crónico de la envidia ni paralizado por la pereza”. Tomado de Doce
Pasos y Doce Tradiciones de A.A.
Antes
de convertirte en alcohólico o borrachín; los síntomas, de esa fatal
enfermedad, inicialmente fueron imperceptibles… Inclusive para tu propia familia. Pero
luego…
Empecemos
con, el inicio, ese inofensivo propósito oculto de beber – léase ”Es viernes y
el cuerpo lo sabe”- recordemos que solo bastaba, o basta, con que se acercara el
final de la jornada laboral, incluso mucho antes, entre semana o ese esperado “juerves”
o el dichoso viernes.
Para
Inventarte excusas con la intención de “celebrar algo”, consciente, o no, entonces
decides llamar o visitar al cómplice amigo en los asuntos de licor; que a su
vez se hace acompañar del conocido(a) borrachín, o en solitario, para degustar
unos traguitos y con el tiempo medido ¿Bebedor social? regresar con su familia.
El
otro, más enfermo física y psicológicamente, sin medir el tiempo logra también terminar
de beber; pero acaba borracho tirado en algún lugar; siendo el mejor de los
casos en su propio hogar.
Pero
con la mirada atónita de sus seres más queridos, estorbando y decepcionándolos,
sin recordar nada, o casi nada de lo sucedido al siguiente día; y como siempre,
sin saber por el qué, lleno de remordimientos y angustias.
EL
SEXTO PASO
Hoy
para dar ese sexto paso, no es mediante un acto de fe, todo lo contrario, es
sinceramente el “estar dispuestos” al cambio, radical o no, en su proyecto de
vida. Donde en realidad, en esas circunstancias, no existe ningún proyecto;
solo hay caos y confusión.
Es
genuinamente convencerse de la necesidad de avanzar espiritualmente, cada día, enfrentando
miedos (celos), angustias (ira), temores (rencor), vacilaciones (pereza) que
intentan evitar que crezcas como persona útil desde lo individual, familiar y
colectivamente.
EL
CAMINO DEL CAMBIO Y LA TRANSFORMACIÓN
Lo
anterior significa que no basta con que llegue ese día y la obsesión por beber
haya desaparecido; o superando pruebas, como el deber de iniciar un tratamiento
o de asistir a una reunión alcohólica o toxicológica.
Para,
por fin, empezar a entender que ya no necesitas beber para sentirte bien y
seguro de ti mismo; además de comprobar que sin beber la pasas mucho mejor; y que
todo en tu entorno cambia en tu favor.
Inicialmente
puede suceder, sin entender el por qué, una mañana o en medio de la madrugada
despiertes con un miedo vago a todo o a nada; y es ahí cuando debes entender
que el programa de recuperación está funcionando.
Entonces
bebe un sorbo de agua, invoca a ese ser superior e independiente de como lo
concibas; al que denominamos Dios; que te dará la fortaleza espiritual mediante
la oración.
DEJAR
ATRÁS EL PASADO
Entonces
atrás empezaran a quedar los días o noches, en los cuales consumías alimentos,
no para recuperar energías, por glotonería y terminar arruinando su salud
(nauseas, vómito y diarrea).
Cuando
creías que a través de la lujuria habías alcanzado el sueño romántico de amar y
ser amado; para finalmente comprender que te habías equivocado y que todo era
un espejismo que te llevó al error, muchas veces irreparable.
Para
empezar de nuevo, debe de quedarte claro que el alcohol destruye la salud; recordemos
las principales enfermedades derivadas del abuso del licor: diabetes,
hipertensión, ceguera, disfunciones sexuales, cáncer de páncreas, hígado, vías
digestivas y de transmisión sexual entre muchas otras enfermedades catastróficas.
Pero
en especial recuerda como se afecta tu personalidad. Cuántos sufrimientos y
perdida de oportunidades te han causado por culpa de: celos, ira, arrogancia,
orgullo, vanagloria y envidia entre otros defectos de carácter.
Que
te hacen erróneamente sentirte un ser especial y superior a los demás, de más
clase o alcurnia; viviendo una vida de apariencias, para después entender que
solo eres un borrego más dominado por el alcohol.
El
sexto paso, le ayuda a recuperar ese amor propio, perdido durante muchos años
por andar corriendo detrás de una botella, convirtiéndote en un idiota útil
donde todos los caminos que emprendías te llevaban al fracaso.
Recuperar
el amor propio es entender que vales mucho como persona, que puedes reinventarte,
y que definitivamente no todo está perdido. Amén.
Que
no debes dejarte paralizar por la pereza y el desánimo y que, si intentan hacerte
daño a través de la calumnia, burla, crítica, agresión o la hipócrita adulación
es una inequívoca señal que vales mucho.
No
olvides que todo se resume en mantener abierta la mente a la misericordia de
Dios. Como cada uno de nosotros lo conciba. Amanecerá y veremos.
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