Comenzando la semana anterior asistieron, invitados por el Honorable Concejo Municipal, HCM, los representantes del gremio de los trasportadores los señores: Gustavo Echeverry, Arles Gil y el abogado Carlos Alberto Torres.
Las intervenciones giraron
alrededor de la problemática, por décadas, que enfrenta ese gremio que aglutina
a los taxistas y propietarios de microbuses en la ciudad de Cartago en el Norte
del Valle.
Antes de entrar en materia
hagamos un poco de historia; aquella que se remonta a la época en que la
Empresa Transportes Montoya Hermanos, operada como monopolio del transporte
colectivo por allá en la década de los 70´s.
LA
VISIÓN EMPRESARIAL
La historia anterior nos
lleva a una primera conclusión y es que el negocio del transporte público local,
en esa época, fue manejado por esos empresarios sin una clara visión de futuro.
A pesar de, en su momento,
haber sido el negocio muy rentable; ésta crisis por superar, se debe a varios
factores el primero: la visión empresarial.
Que tuvo que ver con la debida y oportuna
modernización del parque automotor de los microbuses; para que, hoy, estuvieran a la
altura de las exigencias de la vida moderna: cobertura total de la ciudad,
ágiles, cómodos y seguros; con el propósito obtener la fidelidad del usuario en
ese servicio prestado.
Para de ésta manera
competir, en precio $2.500.oo, con el multimencionado competidor que los tiene
al borde del colapso.
Inclusive hasta hace un par
de años, era claro el abandono y deterioro de gran parte del parque automotor; incluso,
un representante de esa época, propuso la repotenciación (cambio de cojineria y
pintura) de vehículos que ya habían alcanzado su ciclo de productividad; estando
completamente depreciados.
EL
DESEMPLEO Y LA CALIDAD DE VIDA
El segundo factor, que
incide en la crisis del sector transporte, agudizado por la pandemia del
COVID-19, es el desempleo que, tal parece, según cálculos locales, está por
encima del 37.5%.
Con repercusión en la calidad de
vida de la población cartagüeña y norte vallecaucana; en el entendido que, con
mayor razón, se ha visto afectado el empleo informal.
Más conocido como el
rebusque diario del pan de cada día; sumido, en meses, en la pobreza y
miseria a miles de hogares en la ciudad.
De hecho se cuentan por
miles las ayudas humanitarias, especialmente mercados y comidas, entregadas a
familias registradas en el Sisben; iniciativas municipales que,
lamentablemente, no resuelve el problema de fondo.
Entonces queda claro que el
alcalde municipal, administrador público y abogado, Víctor Alfonso Álvarez Mejía,
no solo le toca lidiar la crisis del sector transporte.
Debe, al tiempo, atender y
escuchar la crisis en la salud, educación, comercio formal - restaurantes, centros
comerciales, iglesias, hoteles, moteles, cafeterías, panaderías y centros
vacacionales entre muchos otros - aparte de velar por el cumplimiento del Plan
de Desarrollo 2020-2023 “Es contigo Cartago”.
LA
ECONOMÍA INFORMAL
El
tercer factor, derivado de la crisis social y económica, de tiempo atrás, es el
crecimiento de la economía informal, erróneamente, se cree compite con el
gremio de los taxis; y es el denominado mototaxismo, asunto que esclareceremos
más adelante.
Ya con la idea en contexto;
debemos de dejar claro, a usted atento y
respetado lector, que al igual que todos los Honorables Concejales, HC, que intervinieron
y aportaron cada uno sus ideas.
Nos solidarizamos con las
familias que, según Gil, dependen los casi 4.000 empleos entre directos e
indirectos; y que hoy sufren por esta crisis económica que azota, en general, a
toda la ciudad.
EL
ESTADO ACTUAL DEL SERVICIO DEL TRANSPORTE PÚBLICO
En su intervención, Gil,
hace una reseña desde el 2003, cuando operaban 4 empresas de colectivos que
movían 210 microbuses y, según él, maniobraban 20 motoratones – en adelante y acogiéndonos
al buen trato preferimos llamarlos mototaxistas.
Ya para el 2020, afirma que
en medio de la pandemia, solo funcionan 2 empresas de colectivos (Trans
Villarodas y Transportes la Vieja) con 60 microbuses, más un crecimiento
exagerado de 1.500 mototaxistas. ¿Qué estudio entregó esas cifras?
Donde tal parece el 80%, de
estos últimos, provienen de ciudades circunvecinas – la Virginia, Obando,
Anserma y Alcalá - lo que les llevó a concluir que la producción diaria de esa
economía “informal” se va para los municipios del eje cafetero y norte del
valle.
Honrando los principios de
esta columna de opinión, desde hace 10 años, como lo son: el respeto, la
justicia, la tolerancia y la imparcialidad; hoy, y en especial éste último; es
nuestro deber incluir dentro del análisis las siguientes cifras no incluidas
por los representantes del gremio automotor.
LA
REALIDAD DEL MERCADO
En el 2003 circulaban en la
ciudad aproximadamente 580 taxis, ya para el 2020, la cifra había alcanzado el
techo de los 643 vehículos amarillos; lo que indica que en la actualidad y basados
en el tamaño, no en la densidad de la población, en la ciudad existe una,
comprobada, sobreoferta de ese servicio público.
En este punto debemos
incluir un cuarto factor – que lleva a la multimencionada crisis - y es existiendo esa sobre oferta de taxis; el
resultado de la operación hace que la rentabilidad de cada móvil sea menor; ya
que si solo se movilizara solo el 50% de ese parque automotor destinado al
servicio público, el negocio sería más rentable para los propuestos 322 taxis.
Y como si lo anterior fuera
poco, lamentablemente no disponemos de cifras oficiales, se estima que en la
ciudad circulan más de 70 mil motocicletas; para una ciudad de 150 mil
habitantes; estaríamos hablando de 2,1428 habitantes por moto.
LA
REALIDAD DEL MOTOTAXISMO
Para acercarnos más a la
problemática del Mototaxismo, recordemos sus inicios, cuya actividad tiene
registrada su acta de nacimiento, por allá en el año 1980, en el Departamento
de Córdoba más exactamente en el olvidado municipio de Cotorra.
La tradición oral señala que
su origen obedeció a la necesidad de los lugareños para desplazarse hacia la
carretera principal que comunica a Montería con Lorica; en un recorrido de 5
kilómetros y que era atendido por un, costoso y malísimo, servicio de
transporte público intermunicipal.
Estudios han demostrado que
los factores socioeconómicos que dieron origen al Mototaxismo, son entre otros
los bajos niveles de escolaridad de la población, la falta de oportunidades;
que se expresa en el desempleo, la pobreza y la criminalidad de la región;
además, pesando mucho en las conclusiones, el costoso y pésimo servicio prestado
por parte de las empresas vinculadas al sector transporte.
Finalmente, Gil, indica que
ellos tienen estimado que lo producido diariamente - por esa economía ilegal –
aclarando que lo correcto es denominarla informal - asciende a 80 millones de
pesos diarios; que equivalen a 2.400 millones mensuales; cifras que un estudio oficial
debe demostrar.
La cifra anterior desglosada
significaría, en la ecuación, que si se cobra como promedio $2.000 pesos por un
servicio público en moto; y con una oferta 1.500 mototaxistas, las cifras que
arroja son las siguientes:
Se requerirían 40 mil servicios
diarios, lo anterior significa que con una oferta, según los representantes de
ese gremio, de 1.500 motos; cada trabajador informal necesitaría hacer, en
promedio, 26 carreras aproximadamente. Las cifras cuadran ¿Pero se ajustan a la
realidad del mercado de oferta y demanda en ese sector informal?
Lo que significa un
producido diario por moto de aproximadamente $52.000 pesos, ¿Es correcta esa
cifra, en el encargo diario?
La pregunta que surge es,
¿Se movilizan, diariamente, en la ciudad 643 taxis, 90 microbuses y 1.500
mototaxistas? ¿Cómo obtuvieron esa última cifra? Si de verdad se está buscando un beneficio
social, lo más aconsejable sería trabajar sobre cifras reales.
Primera conclusión, dado el
bajo nivel de ingresos del ciudadano del común que vive en los barrios
periféricos, que son la mayoría; no existe otra opción, salvo una emergencia en
salud, que caminar largos trayectos o utilizar el servicio de moto taxi.
LAS
LIMITACIONES DEL ANÁLISIS
¿Cuáles son las limitaciones
del análisis? que los mismos representantes del gremios del transporte presentaron…
Y es que los datos suministrados no son oficiales, pudiendo ser reales.
En este punto aprovechamos
la oportunidad para nuevamente señalar que el municipio carece de una
caracterización socioeconómica; pudiendo ser elaborada por la Secretaría de
Planeación Municipal – que dispone de las bases de datos del Sisben – y con el concurso de la Academia,
Cámara de Comercio y Fenalco.
Regresando a la presentación,
de los señores representante del gremio del transporte, ante el HCM son válidos
casi todos los argumentos y propuestas – de ambas partes - para empezar a resolver
la crisis.
Sin embargo y visto desde la
gobernanza; creemos, que una propuesta que involucre la economía legal con la
informal – mediante la utilización de medios alternativos de transporte - no es
viable; ya que vivimos en un Estado de Derecho que está reglamentado por la
Constitución del 91; y en ese sentido debe de actuar el burgomaestre.
El creciente servicio del
Mototaxismo a nivel nacional, informal y por reglamentar, creemos, debe de ser
iniciativa del Ejecutivo; y puesto en consideración y aprobación por parte del
Congreso de la República.
Sin perder de vista que por
ser su naturaleza un servicio público, que mueve más de tres millones de
personas diariamente a nivel nacional casi todos de escasos recursos económicos,
es deber del Estado el reglamentarlo.
El Mototaxismo – se ha convertido
en el chivo expiatorio – que se cree tiene en jaque al transporte legal en taxi
de la ciudad; nosotros consideramos, que de hecho es una consecuencia del bajo
nivel de ingresos en la ciudad.
Ahora, si hacemos una rápida
segmentación del mercado para el servicio del taxi, éste está dirigido a un
sector de la población de mejores ingresos como: comerciantes, funcionarios públicos,
profesionales, micros medianos empresarios entre otros.
Esa franja de la población no
demanda ese servicio público de moto taxi; de hecho está dirigido a la
población más vulnerable ubicada en los estratos uno y dos; siendo estos la
mayoría; con un agravante y es que muchas familias decidieron comprar una moto, o
varias, para movilizarse, a bajo costo, en la ciudad.
El Mototaxismo, creemos, como
el COVID-19 llegó para quedarse; si se trata de ejercer un control sobre su
operatividad; especialmente sobre el ingreso a la ciudad de ese estimado 80% que
son foráneos.
Debe de ser controlada y contenida,
por todas las partes involucradas, y liderada por las autoridades locales.
Lo que esperamos es que, a
futuro, cada moto taxista debe de estar organizado y carnetizado; debiendo de
cumplir con los requisitos mínimos para movilizarse como lo son: impuesto de
rodamiento, tarjeta de operación y demás seguros que exige la ley a ese, no tan
nuevo, tipo de transporte hoy informal. Amanecerá y veremos.
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