sábado, 15 de agosto de 2020

CARTAGO Y LA CRISIS EN EL SECTOR DEL TRANSPORTE PÚBLICO

 Comenzando la semana anterior asistieron, invitados por el Honorable Concejo Municipal, HCM, los representantes del gremio de los trasportadores los señores: Gustavo Echeverry, Arles Gil y el abogado Carlos Alberto Torres.

Las intervenciones giraron alrededor de la problemática, por décadas, que enfrenta ese gremio que aglutina a los taxistas y propietarios de microbuses en la ciudad de Cartago en el Norte del Valle.  

Antes de entrar en materia hagamos un poco de historia; aquella que se remonta a la época en que la Empresa Transportes Montoya Hermanos, operada como monopolio del transporte colectivo por allá en la década de los 70´s.

LA VISIÓN EMPRESARIAL

La historia anterior nos lleva a una primera conclusión y es que el negocio del transporte público local, en esa época, fue manejado por esos empresarios sin una clara visión de futuro.

A pesar de, en su momento, haber sido el negocio muy rentable; ésta crisis por superar, se debe a varios factores el primero: la visión empresarial.

Que tuvo que ver con la debida y oportuna modernización del parque automotor de los microbuses; para que, hoy, estuvieran a la altura de las exigencias de la vida moderna: cobertura total de la ciudad, ágiles, cómodos y seguros; con el propósito obtener la fidelidad del usuario en ese servicio prestado.

Para de ésta manera competir, en precio $2.500.oo, con el multimencionado competidor que los tiene al borde del colapso. 

Inclusive hasta hace un par de años, era claro el abandono y deterioro de gran parte del parque automotor; incluso, un representante de esa época, propuso la repotenciación (cambio de cojineria y pintura) de vehículos que ya habían alcanzado su ciclo de productividad; estando completamente depreciados.

EL DESEMPLEO Y LA CALIDAD DE VIDA

El segundo factor, que incide en la crisis del sector transporte, agudizado por la pandemia del COVID-19, es el desempleo que, tal parece, según cálculos locales, está por encima del 37.5%.

Con repercusión en la calidad de vida de la población cartagüeña y norte vallecaucana; en el entendido que, con mayor razón, se ha visto afectado el empleo informal.

Más conocido como el rebusque diario del pan de cada día; sumido, en meses, en la pobreza y miseria a miles de hogares en la ciudad.

De hecho se cuentan por miles las ayudas humanitarias, especialmente mercados y comidas, entregadas a familias registradas en el Sisben; iniciativas municipales que, lamentablemente, no resuelve el problema de fondo.

Entonces queda claro que el alcalde municipal, administrador público y abogado, Víctor Alfonso Álvarez Mejía, no solo le toca lidiar la crisis del sector transporte.

Debe, al tiempo, atender y escuchar la crisis en la salud, educación, comercio formal - restaurantes, centros comerciales, iglesias, hoteles, moteles, cafeterías, panaderías y centros vacacionales entre muchos otros - aparte de velar por el cumplimiento del Plan de Desarrollo 2020-2023 “Es contigo Cartago”.

LA ECONOMÍA INFORMAL

El tercer factor, derivado de la crisis social y económica, de tiempo atrás, es el crecimiento de la economía informal, erróneamente, se cree compite con el gremio de los taxis; y es el denominado mototaxismo, asunto que esclareceremos más adelante. 

Ya con la idea en contexto; debemos de  dejar claro, a usted atento y respetado lector, que al igual que todos los Honorables Concejales, HC, que intervinieron y aportaron cada uno sus ideas.

Nos solidarizamos con las familias que, según Gil, dependen los casi 4.000 empleos entre directos e indirectos; y que hoy sufren por esta crisis económica que azota, en general, a toda la ciudad.

EL ESTADO ACTUAL DEL SERVICIO DEL TRANSPORTE PÚBLICO

En su intervención, Gil, hace una reseña desde el 2003, cuando operaban 4 empresas de colectivos que movían 210 microbuses y, según él, maniobraban 20 motoratones – en adelante y acogiéndonos al buen trato preferimos llamarlos mototaxistas.

Ya para el 2020, afirma que en medio de la pandemia, solo funcionan 2 empresas de colectivos (Trans Villarodas y Transportes la Vieja) con 60 microbuses, más un crecimiento exagerado de 1.500 mototaxistas. ¿Qué estudio entregó esas cifras?

Donde tal parece el 80%, de estos últimos, provienen de ciudades circunvecinas – la Virginia, Obando, Anserma y Alcalá - lo que les llevó a concluir que la producción diaria de esa economía “informal” se va para los municipios del eje cafetero y norte del valle. 

Honrando los principios de esta columna de opinión, desde hace 10 años, como lo son: el respeto, la justicia, la tolerancia y la imparcialidad; hoy, y en especial éste último; es nuestro deber incluir dentro del análisis las siguientes cifras no incluidas por los representantes del gremio automotor.

LA REALIDAD DEL MERCADO

En el 2003 circulaban en la ciudad aproximadamente 580 taxis, ya para el 2020, la cifra había alcanzado el techo de los 643 vehículos amarillos; lo que indica que en la actualidad y basados en el tamaño, no en la densidad de la población, en la ciudad existe una, comprobada, sobreoferta de ese servicio público.

En este punto debemos incluir un cuarto factor – que lleva a la multimencionada crisis -  y es existiendo esa sobre oferta de taxis; el resultado de la operación hace que la rentabilidad de cada móvil sea menor; ya que si solo se movilizara solo el 50% de ese parque automotor destinado al servicio público, el negocio sería más rentable para los propuestos 322 taxis.

Y como si lo anterior fuera poco, lamentablemente no disponemos de cifras oficiales, se estima que en la ciudad circulan más de 70 mil motocicletas; para una ciudad de 150 mil habitantes; estaríamos hablando de 2,1428 habitantes por moto.

LA REALIDAD DEL MOTOTAXISMO

Para acercarnos más a la problemática del Mototaxismo, recordemos sus inicios, cuya actividad tiene registrada su acta de nacimiento, por allá en el año 1980, en el Departamento de Córdoba más exactamente en el olvidado municipio de Cotorra.

La tradición oral señala que su origen obedeció a la necesidad de los lugareños para desplazarse hacia la carretera principal que comunica a Montería con Lorica; en un recorrido de 5 kilómetros y que era atendido por un, costoso y malísimo, servicio de transporte público intermunicipal.

Estudios han demostrado que los factores socioeconómicos que dieron origen al Mototaxismo, son entre otros los bajos niveles de escolaridad de la población, la falta de oportunidades; que se expresa en el desempleo, la pobreza y la criminalidad de la región; además, pesando mucho en las conclusiones, el costoso y pésimo servicio prestado por parte de las empresas vinculadas al sector transporte.

Finalmente, Gil, indica que ellos tienen estimado que lo producido diariamente - por esa economía ilegal – aclarando que lo correcto es denominarla informal - asciende a 80 millones de pesos diarios; que equivalen a 2.400 millones mensuales; cifras que un estudio oficial debe demostrar.  

La cifra anterior desglosada significaría, en la ecuación, que si se cobra como promedio $2.000 pesos por un servicio público en moto; y con una oferta 1.500 mototaxistas, las cifras que arroja son las siguientes:

Se requerirían 40 mil servicios diarios, lo anterior significa que con una oferta, según los representantes de ese gremio, de 1.500 motos; cada trabajador informal necesitaría hacer, en promedio, 26 carreras aproximadamente. Las cifras cuadran ¿Pero se ajustan a la realidad del mercado de oferta y demanda en ese sector informal?

Lo que significa un producido diario por moto de aproximadamente $52.000 pesos, ¿Es correcta esa cifra, en el encargo diario?

La pregunta que surge es, ¿Se movilizan, diariamente, en la ciudad 643 taxis, 90 microbuses y 1.500 mototaxistas? ¿Cómo obtuvieron esa última cifra? Si de verdad se está buscando un beneficio social, lo más aconsejable sería trabajar sobre cifras reales.

Primera conclusión, dado el bajo nivel de ingresos del ciudadano del común que vive en los barrios periféricos, que son la mayoría; no existe otra opción, salvo una emergencia en salud, que caminar largos trayectos o utilizar el servicio de moto taxi.

LAS LIMITACIONES DEL ANÁLISIS

¿Cuáles son las limitaciones del análisis? que los mismos representantes del gremios del transporte presentaron… Y es que los datos suministrados no son oficiales, pudiendo ser reales.

En este punto aprovechamos la oportunidad para nuevamente señalar que el municipio carece de una caracterización socioeconómica; pudiendo ser elaborada por la Secretaría de Planeación Municipal – que dispone de las bases de datos del Sisben – y con el concurso  de la Academia, Cámara de Comercio y Fenalco.

Regresando a la presentación, de los señores representante del gremio del transporte, ante el HCM son válidos casi todos los argumentos y propuestas – de ambas partes - para empezar a resolver la crisis.

Sin embargo y visto desde la gobernanza; creemos, que una propuesta que involucre la economía legal con la informal – mediante la utilización de medios alternativos de transporte - no es viable; ya que vivimos en un Estado de Derecho que está reglamentado por la Constitución del 91; y en ese sentido debe de actuar el burgomaestre. 

El creciente servicio del Mototaxismo a nivel nacional, informal y por reglamentar, creemos, debe de ser iniciativa del Ejecutivo; y puesto en consideración y aprobación por parte del Congreso de la República.

Sin perder de vista que por ser su naturaleza un servicio público, que mueve más de tres millones de personas diariamente a nivel nacional casi todos de escasos recursos económicos, es deber del Estado el reglamentarlo.

El Mototaxismo – se ha convertido en el chivo expiatorio – que se cree tiene en jaque al transporte legal en taxi de la ciudad; nosotros consideramos, que de hecho es una consecuencia del bajo nivel de ingresos en la ciudad.

Ahora, si hacemos una rápida segmentación del mercado para el servicio del taxi, éste está dirigido a un sector de la población de mejores ingresos como: comerciantes, funcionarios públicos, profesionales, micros medianos empresarios entre otros.

Esa franja de la población no demanda ese servicio público de moto taxi; de hecho está dirigido a la población más vulnerable ubicada en los estratos uno y dos; siendo estos la mayoría; con un agravante y es que muchas familias decidieron comprar una moto, o varias, para movilizarse, a bajo costo, en la ciudad.

El Mototaxismo, creemos, como el COVID-19 llegó para quedarse; si se trata de ejercer un control sobre su operatividad; especialmente sobre el ingreso a la ciudad de ese estimado 80% que son foráneos.

Debe de ser controlada y contenida, por todas las partes involucradas, y liderada por las autoridades locales.

Lo que esperamos es que, a futuro, cada moto taxista debe de estar organizado y carnetizado; debiendo de cumplir con los requisitos mínimos para movilizarse como lo son: impuesto de rodamiento, tarjeta de operación y demás seguros que exige la ley a ese, no tan nuevo, tipo de transporte hoy informal. Amanecerá y veremos.     

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