sábado, 26 de octubre de 2019

BALANCE ELECTORAL


Creemos es necesario dejar constancia de lo más relevante bueno, regular y malo, sucedido durante prácticamente casi tres (3) meses que duró esta campaña por la alcaldía de la ciudad de Cartago en el Norte del Valle.

¿Por qué hacerlo? Es necesario dejar constancia en lo que hemos avanzado, en lo que estamos estancados, en lo que hemos retrocedido, y en lo que nos falta por mejorar, con la intención de reflexionar sobre ¿qué es lo que más le conviene a la democracia participativa local?

Insistimos en esos meses, sin cansarnos, en la necesidad de adelantar un debate electoral – previo a las elecciones – con altura intelectual, respetuoso y tranquilo; donde las propuestas, los sueños y las ideas nos acercaran a la realidad que necesita Cartago – la otrora ciudad del talento – la ciudad: del pedagogo, Juan Evangelista Quintana Rentería, del músico y compositor Pedro Morales Pino, del Artista plástico, Leonel Góngora, del Músico Hernán Rojas, del padre Hernando Botero O´Byrne, del Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, del político y literato Luis Alfonso Delgado y de la  ex halterófila  Carmenza Delgado entre muchos otros.

Una realidad local que deberá marcar, para bien, la nueva historia donde el progreso continúe de la mano del crecimiento y desarrollo en lo que hoy, creemos, podemos interpretar como la vocación productiva de la ciudad a través del turismo en sus diferentes manifestaciones: de negocios, histórico, religioso, de sol y agua, de pesca deportiva, gastronómico, de aventura, de arte y cultura, de bordados hechos a mano y de salud entre otros.

Los diferentes candidatos en estas elecciones de alguna manera tocaron el tema alrededor del turismo, quedando sobre la mesa de discusión ese enfoque que deberá de ser consignado -  esta u otra vocación como por ejemplo de servicios - en el plan de desarrollo del que resultare elegido mañana (hoy) alcalde.

Definitivamente en lo que más hemos avanzado es en el uso - adecuado o no - de las redes sociales; pero lo más importante es la iniciativa y participación activa de los jóvenes, y desde las diferentes orillas políticas, pero en especial la mujer; observamos con mucha atención y admiración el vigor y la desbordante energía de lideresas; con seguridad futuras dirigentes de la ciudad.

En todos los casos no todas podrán llegar a ser elegidas, suceda lo que suceda, las que no llegaren - tal vez porque no era su tiempo, algunas han tenido que esperar -  deben atender a la paciencia y la perseverancia; porque abunda el talento. Felicitaciones a todas ellas por su aplomo, arrojo y decisión.

También avanzamos en unas propuestas – programas de gobierno - elaborados con rigor académico, que dió gusto y esperanza el analizarlas, coherentes en el diagnóstico de ciudad a través de propuestas serias, alguna sin el tufillo populista, donde lo único que hace falta es el recurso económico, vía recurso propio, para adelantarlas con la celeridad que requieren.

Avanzamos en las campañas hechas a pie desafiando el clima cálido y/o lluvioso, recorriendo la ciudad de palmo a palmo; en contacto directo, mirando a los ojos, con el ciudadano del común, atrás quedaron los largos y en algunos casos tediosos discursos en plaza pública; aunque añoramos esos talentos de la oratoria.

Estamos estancados en la actitud y en los pronunciamientos retardatarios, de estilo retrechero, en el uso la marrulla y el viejo truco para intentar (casi siempre lográndolo) desprestigiar al enemigo con bajezas y canalladas, propio de rufianes de esquina.

Negándose, tal vez por miedo o incapacidad intelectual, de ver al otro como un digno adversario para de esa misma manera enfrentarlo, en franca lid, con argumentos sólidos.

Todo lo contrario actúan escondidos, en la clandestinidad, en ocasiones haciendo mandados, enfrentando solo la pantalla de un ordenador; haciendo uso de la injuria y calumnia, como si fuera su estilo de vida; lo que nos hace recordar la sentencia milenaria “miras la paja en el ojo de tu hermano, sin percibir la viga en el tuyo”.

Hemos retrocedido en la tolerancia y en el respeto por la opinión pública y el electorado, abunda la arrogancia, la soberbia, la ira, la angustia; la egolatría se convirtió en un mecanismo de defensa y ataque para dar a entender que se es el mejor y que puede llegar más lejos, basan su estrategia en el poder que el dinero les otorga o por lo menos eso es lo que dan a entender con sus actuaciones intimidatorias; olvidando, de paso, que la gente ya no come cuento.

En lo que nos falta por mejorar, es imprescindible renovar el liderazgo y la dirigencia en la política local; ya están preparados, varios adultos jóvenes, para tomar las riendas del acontecer político en la ciudad de Cartago en el norte del valle.

Tarde o temprano el ciclo vital natural se cierra y la sentencia se haya en el DNA; es algo inexorable que no podemos evitar, los triunfos y el poder del pasado ya no volverán, si lo hicieron bien, regular o mal; ya la historia lo determinará. Es tiempo de pasar el bastón de mando que ya no saben utilizar y que hace tiempo debieron entregar.

Cuando los apegos son más poderosos que la razón, la historia misma ha señalado que con su actuación u omisión es más el daño que producen al progreso y la modernización de la ciudad, que lo bueno que puedan aportar; intentar sobrevivir políticamente a través del engaño y la mentira; eso es algo que salta a la vista del joven examinador que no desea más de lo mismo y del  pasado.

Pudimos superar las épocas siniestras en nuestra ciudad, hoy existe dialogo, esas crudas experiencias - violencia, desplazamiento y caos social - dejaron huellas psicológicas, que esta nueva generación por fortuna se niega asimilar, solo están en la tradición oral y escrita y allá se quedarán.

Querámoslo o no, los resultados de estas elecciones determinaran más que un nuevo mapa político; el surgimiento de nuevos liderazgos y la oportunidad de fortalecer, la cosa pública, desde el pensamiento estratégico, ideológico y programático para de esta forma, por fin, encontrar un esperanzador norte lleno de oportunidades para esta comarca norte vallecaucana.  Amanecerá y veremos.

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