Antes de entrar en detalle, me
dirijo a usted atento y respetado lector que por alguna razón continúa con la duda sobre ¿A cuál candidato apoyar? Esta lectura le podrá servir de algo para tomar
una acertada decisión. En todos los casos VOTE, el próximo 27 de octubre, recuerde
que en sus manos tiene el poder democrático.
Con su actitud, la duda
razonable, demuestra que hace parte - para fortuna de la República - de esa creciente,
educada y maliciosa franja de opinión que no da puntada sin dedal; además de no
estar atada a una estructura política.
Con la fe puesta que después
de esta lectura juiciosa; usted elija, vuelvo y lo repito, con el poder de su
voto el próximo alcalde de los cartagüeños y cartagüeñas de nacimiento y por
adopción.
La metodología empleada,
para dar claridad y generar opinión favorable o no, se basa según nuestro
criterio en 3 aspectos imprescindibles: lo programático, la estrategia, y la Inteligencia
emocional (IE) de cada uno de los aspirantes.
La valoración se mide en un
rango entre (0 y 100 puntos). A lo programático se le asignan 40 puntos, la
estrategia 40, y la IE con un puntaje de 20. La anterior medida se determinó
con base en conceptos recogidos de personas estudiosas de las nociones sobre cómo
adelantar una adecuada estrategia política electoral y en la que, un candidato,
puede fracasar dando papaya por un mal paso.
También recordemos que no se
puede subestimar ese líder de cuadra, barrio o comuna porque - observa y
escucha – apoyado en las bondades de la tecnología y la comunicación instantánea
global, posee una lectura educada y muy crítica de lo que sucede a su alrededor
y con facilidad percibe en los discursos, en algunas ocasiones populistas, una
actitud pendenciera y autoritaria; lo que rápidamente procesa como una amenaza.
Entrando en materia, de los
iniciales ocho (8) candidatos que se postularon para el primer cargo del
municipio de Cartago en el Norte del Valle; realmente quedan seis (6) la razón:
el primero desistió poco después de su inscripción – tal parece impidiendo la postulación
de otro del mismo partido - y el segundo, hace unas pocas semanas, adhirió a
otra campaña política.
Para el asunto que nos ocupó
durante los tres últimos meses; de los seis restantes candidatos solo tres (3)
nos hicieron llegar su programa de gobierno - agradecemos de nuevo la
deferencia - requisito necesario para evaluar y de paso nos permitió conocer el
diagnóstico y el alcance de cada una de las propuestas de esos candidatos.
Era necesario conocer, si el
municipio les cabía en la cabeza y si tenían claro para dónde iban…porque el
que no sabe para dónde va cualquier camino lo conduce a ninguna parte. Otro asunto
muy diferente es si sabe lo que le espera; al que resultare elegido, alcalde,
el próximo 27 de octubre.
En este orden de ideas los restantes
tres: Robinson Arango, Hugo Cedeño y Húber Calle no cuentan, desde lo programático,
con los 40 puntos de valoración.
Sin embargo y honrando el
principio de igualdad - así sea en desventaja en el presente análisis que, aclaramos,
está lejos de pretender ser la verdad revelada – es solo un examen; realizaremos
una breve sinopsis de cada uno de ellos.
El publicista Robinson
Arango centró su estrategia en una campaña cómoda, tal parece se ajustó a un
libreto predeterminado; llamando al imaginario colectivo a prácticamente votar
por la doctrina filosófica del Uribismo, impidiéndole mostrar su carácter y su
iniciativa desde lo local - colectividad que en la ciudad, tal parece, no le
marcha como el espera - actuó bajo la premisa “el poder omnipresente, de Uribe,
arrastra los votos cautivos necesarios”. ¿Le dará resultado?
El Medico Hugo Cedeño centró
su campaña alrededor de la salud, que es en lo que se mueve con mayor
facilidad; por limitaciones logísticas y de seguridad no pudo recorrer ni
llevar si propuesta a todos los rincones de la ciudad, tampoco supo aprovechar
al 100% los foros a los que asistió. ¿Una posible adhesión a otra campaña? Ya algunos lo dudan.
El contador público Húber
Calle, sin un plan, carente de una estructura política que lo respalde;
prácticamente en solitario hizo uso el añejo discurso de la izquierda
revolucionaria intentando llamar la atención de esa franja de opinión en la
ciudad; no aprovechó los foros en los que asistió para mostrar una propuesta coherente
y vanguardista. Se le abona el entusiasmo y carácter con que enfrentó la
contienda política electoral.
Los tres (3) que nos
hicieron llegar su programa de gobierno son: Víctor Alfonso Álvarez Mejía, Carlos
Eduardo Marín Rueda y por último Gabriel Benjamín Agrado Restrepo.
El abogado Víctor Alfonso Álvarez
Mejía y su equipo ideológico lograron contextualizar, en lo programático, la
ciudad desde su entorno territorial; lo cierto es que la globalización obliga a
los estrategas, que para la ciudad salir de la crisis que enfrenta desde hace
una década; debe de sentar las bases, a través de alianzas con los empresarios,
en salud, educación, turismo, cultura, deporte e infraestructura entre otros para
crear las condiciones necesarias; y lograr convertir, la ciudad, en un nodo (árbol
de decisiones desde el centro) articulador con perspectivas de crecimiento y
desarrollo desde y hacia lo subregional (involucrando, de los 18 municipios,
inicialmente los 7 vecinos territoriales).
Acertó en la estrategia ya
que sin descuidar el sector social - de opinión -, empresarial, comercial y de
oferta de bienes y servicios en general; centró su atención - como público objetivo
- y el mensaje llegó a los estratos 1,2
y 3; de hecho proviene - convirtiéndose en su fortaleza – de una familia del
común y trabajadora.
Recordemos que las clases populares,
aquí, siempre han elegido alcalde. Su inteligencia emocional lo muestra como un
individuo sencillo, cordial, respetuoso y carismático; base para presumir que
el poder - prestado por 4 años - no lo va a obnubilar. Usted proceda a
calificar.
El abogado Carlos Eduardo Marín
Rueda en su programa de gobierno – en un documento breve y sencillo - no
presentó un diagnóstico de ciudad y por supuesto no propuso soluciones de fondo
para resolver los retos que enfrenta la ciudad; en el mensaje le dió prioridad
a la juventud – intentó venderse como candidato joven para los jóvenes - pero
sin claro contenido social y progresista. ¿Lo logró?
De familia acomodada, no
supo tomar prudente distancia de esa condición social y la opinión pública lo
etiquetó como un candidato alejado de las clases populares y favoreciendo a los
estratos 4, 5 y 6, sus principales adeptos provienen de allí, de hecho eso no
es un amenaza, ni de mal gusto, es todo lo contrario; pero lo alejó del voto
popular, la gran mayoría, ya que no se ven representados en el candidato.
Su inteligencia emocional lo
muestra como una persona inteligente, respetuosa y carismática de temple y carácter,
pero sin objetivos precisos, claros, medibles que denuesten que realmente desea
ganar. Usted proceda a calificar.
El ingeniero Gabriel benjamín
Agrado Restrepo y su equipo ideológico también acertaron, desde lo programático,
en el diagnóstico de ciudad, en contraposición al primero, en su estrategia centra
el enfoque hacia el interior de la ciudad y rápidamente se aleja del entorno de
integración territorial (solo lo menciona en una ocasión), acierta en la
propuesta del manejo de la economía naranja.
Proviene de una familia, de
docentes, de clase media, su estrategia la centra en proponer la construcción de
un tejido social, “porque lo social y comunitario están primero” el espíritu de
la propuesta es de perfil humanista.
Realista de aplicar pero para
un municipio ubicado en categoría fiscal segunda (2a) , donde existen los recursos propios necesarios
para realizar ese tipo de inversiones; iniciativa que lo aleja de la realidad económica
de nuestro municipio escalafonado, según el Departamento Nacional de Planeación,
en categoría cuarta (4ª) más una enorme deuda pública adquirida en el 2008 y que
obligatoriamente debe de terminar de cancelar, el que resulte elegido alcalde, en la vigencia fiscal 2023.
Su inteligencia emocional
quedó evidente, cuando en
una airada
declaración, cometió
un error craso, estas fueron sus palabras: “le juro que me van a tener que matar por que
ésta candidatura no me lo quita nadie” frase que tiene muchas lecturas; una de
ellas es que tal parece diera a entender que - no sabemos cómo - de antemano
tiene asegurada la alcaldía; igual deja manifiesta una personalidad camorrera y
ególatra, contrario a lo que muestra en fotos y videos; lo que sus defensores
de oficio denominan “carácter”; esa justificación no se la cree nadie.
La experiencia del pasado daría
para concluir que la dirigencia y el ciudadano del común no estarían en la disposición
de querer repetir episodios funestos acaecidos; cuando la gobernanza se expresó
en manos de un emperador, un semidiós, poseedor de la verdad revelada y en contravía
de los intereses de toda una ciudad. Amanecerá y veremos.
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