Aplicando el modelo
gerencial entendí que para tomar decisiones y actuar; hay que saber diferenciar
entre lo importante y lo urgente.
Hoy lo importante es colocar
un grano de arena - bajo la premisa que la mejor salida es la paz
negociada a un conflicto armado por más
de 50 años - tan necesario para la construcción de una nueva sociedad.
Una nación de la que se
espera logre - durante el postconflicto - reencontrarse desde el perdón, la
reconciliación y la inclusión social con las bases del desarrollo económico; requisito
mínimo para intentar abrirse paso en un mundo totalmente globalizado.
Con el liderazgo del gobierno
nacional y desde lo regional cobra de nuevo trascendental importancia la Alianza del Pacifico que
permitirá a través del desmonte arancelario consolidar un nuevo bloque
económico con 10 nuevos socios en camino de cumplir los protocolos de admisión.
Lo que facilitará la inserción en los grandes circuitos
económicos mundiales; mediante el flujo de capitales, intercambio de bienes y
servicios, experiencia e intercambio científico y tecnológico.
Lo anterior fortalecerá - en
el mediano plazo - la economía nacional
y sus relaciones de intercambio; único camino para avanzar hacia la
prosperidad. ¿Quiénes se oponen a este propósito?
Tal parece, desde el mismo instante
en que se conformó la agenda de negociaciones en la Habana - Cuba; diversos grupos
de extrema que se han beneficiado de la
guerra, se organizaron, al ver ponerse en riesgo sus privilegios y los réditos - económicos
y políticos - que por décadas habían obtenido a costa de cientos de muertos, desaparecidos y desplazados de sus tierras.
Con enorme poder económico y
político organizaron una agenda paralela con la intención de perpetuar, no el
conflicto armado sino - según ellos - una cruzada contra el terrorismo.
Para tal efecto colocaron en
marcha un nuevo modelo de adoctrinamiento de masas que mezcla el componente anarquista,
comunista, libre pensador apoyado en teorías neoliberales; conformando toda una
enorme maquinaria que tiene como estrategia y punta de lanza el culto de la personalidad.
Su líder ejerce el oficio del
nuevo mesías intentando, de nuevo, darle vida a una nueva campaña por la
seguridad democrática.
Que en el pasado dió origen a
los multimencionados falsos positivos; un paréntesis…Jóvenes entusiastas menos
rumba y más lectura…porque el que no conoce
el pasado corre el riesgo de volver a permitir esos horrores.
Solo un ejemplo pocos
recuerdan jóvenes de familias humildes, como la suya, con discapacidades
funcionales y cognitivas mostrados como terroristas y supuestamente dados de baja en
combate.
Hoy no sorprende entonces
ver, a causa de la mala educación impartida en los planteles educativos y en
los mismos hogares que no participan de esta; briosos e ingenuos jóvenes, difundiendo
mensajes subliminales - sin entenderlos - sobre la causa guerrerista.
Son esos mismos jóvenes que hace
poco eran niños con pañales que rápidamente abandonaron la adolescencia.
Para servir, sin entender el
porqué, ciegamente a los intereses macabros de un pequeño grupo de ideólogos
que desean seguir manejando un multimillonario negocio donde sus dueños ponen
la plata, las armas y reciben cuantiosas ganancias; mientras el pueblo humilde pone
la sangre derramada de sus muertos.
Debemos reconocer que
estamos frente a un país polarizado
desde la extrema izquierda hasta extrema derecha. Cabe entonces preguntar ¿Quienes
les hacen el juego?
El primer responsable, es el
Gobierno que no logra tener coherencia entre lo que piensa, dice y hace; no
comunica de manera asertiva lo que acertadamente hace, vacila en las estrategias,
se tardó en el cambio de Ministro de Defensa y ha vacilado en el apoyo a sus
representantes en la mesa de negociaciones.
Con igual o mayor
responsabilidad unas guerrillas - el
secretariado - que no ha estado a la altura política e ideológica para plantear
y aceptar soluciones de fondo que den por terminada la guerra; y se dejaron
llevar por ese ego propio de celebridades donde la fama y la fortuna son sus
principales enemigos.
Uno ingenuamente pensaría,
en el mejor de los casos, que dos años después de estar negociando en la zona
de confort en la Habana - Cuba estuviera
listo el procedimiento por medio del cual van a blanquear los cientos de miles
de millones de dólares que tienen enterrados en la selva.
En sus comunicados y en el
lenguaje utilizado los muestra desconectados de la opinión publica – tal parece
no les interesa - y del mundo globalizado; aferrados al discurso revolucionario propio de
las décadas de los años 60s y 70s sin un liderazgo y sin un planteamiento ideológico
que los regrese al siglo XXI.
Todo lo contrario siguen en
la absurda dinámica - para mostrar fuerza ¿Cuál? - de hacerle daño a la
infraestructura energética del país, deterioro, perdida total y contaminación de los recursos naturales.
La mayoría de sus
combatientes pasando necesidades y refugiados en la espesa selva…Solo unos
cuantos disfrutando como millonarios en el extranjero.
Lo que me hace recordar -
para allá van - la increíble historia del militar, oficial de
inteligencia, japonés Hiro Omoda que
nunca recibió la orden que la guerra había terminado y por casi treinta años deambuló,
hasta quedarse solo, esperando algún tipo de mandato que le cambiara su
destino. Orden que nunca llegó.
Para terminar; también le
hace el juego a la guerra, las encuestas de opinión; y de las que nunca he
confiado por aquello que siempre favorecen al que las contrata.
No cabe la menor duda que
hoy día el principal agente terrorista desde lo mediático son los resultados de
esas encuestas o sondeos de opinión.
Tan proclives a interpretar
emociones pasajeras, de hecho en las ultimas tres campañas por la Presidencia
de la Republica han errado en sus predicciones y pese a ello siguen insistiendo
en ser los portadores de la verdad revelada. ¡Que desatino!
Es otro hábil negocio de
desinformar informando, de distraer a la opinión pública de lo fundamental para
llevar al desanimo y la confusión; solo defendiendo los intereses de los que la
contratan.
Las encuestas se
convirtieron en el método más efectivo de engañar, confundir y distraer a la
opinión pública.
Si seguimos desviados del camino, veníamos muy bien, para nada van
a servir los sueños consignados, en los miles de Programas de Gobierno a lo
largo y ancho del país; esperanzas y oportunidades de nuevo perdidas si caemos
en el maquiavélico juego de los enemigos de la Paz y en las manos de los
señores de la guerra. Amanecerá y veremos
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