domingo, 8 de marzo de 2015

DEL ALCOHOL Y OTRAS ADICCIONES

Pasa un relativo y  corto período de tiempo para que nuevamente los titulares de los principales diarios y  las redes sociales  alcancen el clímax, mediático, a causa de esta enfermedad denominada Alcoholismo - Hace más de 30 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó con tal - y como consecuencia el abuso del alcohol (licor) y de otras sustancias (la trampa y el truquito).

Grave problema de salud pública que involucra a toda la población, sin distingo de edad, raza, sexo, escolaridad, condición social, creencias religiosas o políticas.

Es más, estudios han demostrado que la población es cada vez más vulnerable e incluye a menores con un promedio de edad alrededor de los 9 años y adolescentes que quedan marcados – algunos de por vida -  como potenciales consumidores y adictos. ¿Crisis en la niñez, infancia y adolescencia?

El tema es de tal magnitud que en la mayoría de las casos los pacientes presentan como mínimo doble adicción, mostrándola simple,  como alcohol y tabaco consumo que ha llegado a ser tan refinado que - en algunos casos - se realiza a través de los genitales femeninos.

Existe otra población que presenta múltiples adicciones que incluyen además: sustancias sicoactivas - marihuana, cocaína, bazuco y anfetaminas entre otros – antidepresivos y cocteles de barbitúricos por mencionar algunos.  

El paciente avanza en la enfermedad  saltando a otro tipo de alteraciones del metabolismo como trastornos alimenticios, de la personalidad como la ira, envidia, soberbia, avaricia y pereza y en materia sexual como la  lujuria; exponiendo al borrachín a enfermedades de transmisión sexual como la sífilis, herpes genital, gonorrea y VIH entre otras.

Los primeros síntomas, que se presentan después de haber ingerido licor, que posiblemente indiquen que se padece esa grave enfermedad son: lagunas mentales - el paciente no recuerda episodios por él protagonizados durante la borrachera anterior - agresión verbal o física-sin ningún motivo- a conocidos o desconocidos, se convierte en el  centro de atención - por lo grotesco - de la reunión, habla más de lo necesario y se queda dormido con facilidad como principales alteraciones de la conducta.

Otros comportamientos que marcan la diferencia son: le molesta los consejos para que deje de beber, deserción escolar, bebe en solitario en las mañanas, su actitud le ha generado problemas en su hogar, busca tragos extra en reuniones sociales, falta al trabajo o al estudio a causa de la enfermedad.

Si usted reconoce 3 o más de los anteriores síntomas, créame, que el consumo de alcohol le representa un grave problema para usted, su familia y la sociedad.

Frente a esta cruda realidad y cuando se encuentran encendidas todas las alarmas,   en especial cuando el enfermo se apropia, para vender, de artículos del hogar en su afán de comprarse una caneca o botella de licor, su familia recurre  al consejo de sacerdotes, psicólogos, siquiatras, curanderos, rezanderos, espiritistas, centros “especializados” de recuperación que incluye charlas, terapias y medicamentos.

En todos los casos si el borrachín no ha reconocido que tiene un problema con la bebida, ninguna ayuda de las anteriormente mencionadas tendrá éxito, entonces esa platica se perdió.

Otros graves efectos colaterales del abuso del alcohol y certificados por la OMS son: ceguera, cirrosis, hipertensión, disfunción sexual, pancreatitis, diabetes, trastornos del sistema digestivo y circulatorio.

Como estoy seguro que usted se siente excluido de estos signos y síntomas, le facilitaré el diagnóstico y las acciones a tomar para por lo menos controlar el consumo de alcohol.

Según los expertos en el tema, existen tres (3) tipos de bebedores: 1. Bebedor social, se toma máximo tres tragos en una reunión social. 2. Bebedor problema, con tres (3) tragos que ingiera termina borracho y ocasionando problemas. 3. El bebedor fuerte, se toma 30 tragos y aparentemente resiste hasta que termina la fiesta.


En todos los casos, cuatro caminos le esperan al borrachín: La clínica u Hospital, el cementerio, la cárcel o la ayuda especializada a través de grupos denominados Alcohólicos Anónimos (AA). Amanecerá y veremos.

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