sábado, 10 de enero de 2015

CAMPAÑA CONTRA LA CORRUPCIÓN

Créanme que sospecho la sonrisa maliciosa y beatona - devotos que frecuentan los templos pero en su rutina diaria hacen de la intriga una poderosa arma de destrucción individual y masiva - de todos los que terminen de leer, pocos lo logran, esta misiva.

Sazón que, hoy, tiene una gran carga de realidad y un sutil adobo de fantasía, lo que hace difícil trazar una línea divisoria entre la realidad y la ficción, entre las acertadas y las erradas acciones  administrativas; entre la depresión, estabilización y la recuperación económica.  

Para comenzar intentemos concluir que la corrupción la engendran todos los males y vicios; es la matriz del desempleo, la violencia, la injusticia, la desigualdad y por supuesto la falta de oportunidades al punto que muchos se acogen al difícil desafío del exilio voluntario; para algunos obligatorio.

Hoy no intentamos demostrar ni lo uno ni lo otro; éste artículo solo hace parte de una larga serie, que intenta con diferentes enfoques y argumentos encontrar el origen - son diversos -  de la postración económica, política y social por la que atraviesa la ciudad de Cartago en el Norte del Valle.

Realidad corroborada por las últimas noticias que la ubican,  según un sondeo de opinión, en el primer lugar a nivel departamental  y quinto a nivel nacional, que mide el nivel de rechazo del ciudadano del común hacia su gobernante; muestreo realizado en ciudades de más de 50 mil habitantes. ¡Que mala noticia!

Para enfrentarla, no basta la resignación y la espuria disculpa del gobernante - es preferible que no utilice más a los medios para intentar exculparse -, la solución solo la encontramos reconociendo y atacando todos esos males que la agobian.

Visto el caso y desde otra perspectiva, la cura, solo se logra cuando el adicto reconoce su enfermedad y acepta el tratamiento. Este es parte del procedimiento.

Entonces examinemos, los orígenes, esta vergonzosa realidad que se viene creando desde hace más de 50 años; hoy, a los ojos del país y el mundo, que hizo crisis y tocó fondo desde lo Institucional.

La historia de la administración pasada, se signa como la que alcanzó el mayor grado de corrupción; ésta, la actual, nos confirma y frente a los hechos recurrentes, que los responsables y el método en poco ha cambiado; hoy la expectativa de liquidez es infinitamente menor.

Entonces es claro que los elementos que determinaron el quiebre político y económico son, basados en lo actual, la incompetencia y negligencia de la administración municipal.

Si usted atento y respetado lector desprevenidamente le pregunta al trabajador informal, profesional, ama de casa o al desempleado… ¿A qué se debe la situación actual?

Muchos coinciden en afirmar que todo obedece a que el alcalde de turno cuando era candidato convino un aporte, logístico y económico, y en atención a lo acordado debe pasar - los cuatro años que dura su mandato - pagando deudas por préstamos obtenidos del bajo mundo; esa es la esperada respuesta que suena en la calle.

Tras décadas de suceder lo mismo, las especulaciones lo confirman, con la diferencia que, hoy día, la opinión pública con pruebas o sin ellas “sospecha” y acierta sobre lo que está sucediendo al interior de la administración municipal y en contravía de lo que con anhelo espera;  el progreso.

Tan sencillo como cuando el primer contribuyente  obtiene rebajas - en línea - del pago del valor impuesto predial o industria y comercio inmediatamente “corona” el pago, sale y comparte su “buen ánimo” con otros cinco amigos y así rápidamente crece la red de evasores.

Así se deduce que la mayoría de las actuaciones del gobierno local están orientadas a pagar favores y “deudas por hechos cumplidos”, en algunos casos el voto va amarrado a la promesa de disminuir el pago del impuesto.

Por esta razón - y con el resultado financiero a la fecha - quedó claro que desde lo fiscal es imposible mantener unas finanzas públicas por lo menos  equilibradas… Salvo sean maquilladas; ya sea por un mayor o menor valor, todo dependiendo de los intereses del gobernante de turno. Eso en el caso que el mandatario pueda exigir ese tipo de decisiones, lo contrario queda todo en manos del alcalde adjunto y su grupo de asesores.

La hipótesis anterior propone, en la actualidad,  unas arcas municipales endeudadas con la banca y técnicamente vacías para invertir vía recurso propio en el mediano plazo; ya que el recurso disponible está destinado para los gastos de funcionamiento y supuestamente para atender la deuda publica que dicho sea de paso se desconoce su monto y la amortización real.

Esta situación de iliquidez municipal, supone una perdida del interés - salvo sostener algunas cuotas burocráticas - por parte de esos particulares que siempre la costean - las campañas -; tal parece, hoy día, negándose a futuro para seguir financiando  esas operaciones desde lo político.

Frente a la misma pregunta anterior, ¿A qué se debe la situación actual? Otros insisten, socarronamente, en afirmar que son los mismos con las mismas - los funcionarios -; eufemismo que hace referencia a la crema y nata de la corrupción administrativa, en manos de burócratas y asesores, donde anida la forma más sutil de como se reproduce la descomposición desde la parte administrativa; siendo ésta la más nociva.

Todo sucede frente a la incompetencia del gobernante - acéfala la alcaldía -, el manejo, de la cosa pública, se asume – en ocasiones con petulancia - desde algunas secretarias, institutos descentralizados y a través de la contratación y las interventorías desde donde saquean los recursos del municipio.

Esta forma de actuar es la más sofisticada y va más allá de la apropiación directa y sin escrúpulos de los impuestos depositados en los bancos y las cajas del  municipio.

En este orden de ideas se hace necesario “reconocer” las culpas y proceder a exorcizarlas.

Incorporando el análisis inicial, me pregunto: hace treinta años ¿Quien era más bandido si el narco, traficando en la noche y haciendo uso de su cruel justicia, o el prestigioso y exitoso profesional, industrial o comerciante que prosperó y educó con éxito a su familia, pero que estuvo junto o muy cerca y se lucró de los hoy desaparecidos o condenados personajes?

Para nadie es un secreto que las mega y grandes fortunas se construyeron entre las décadas de los 70´s y los 90´s a nivel nacional; guardadas las proporciones, la ciudad, no fue ajena a ese fenómeno.

Fortunas, las bien manejadas, hoy día “la tasa del rendimiento del capital supera de modo constante la tasa de crecimiento de la producción y del ingreso” tomado del libro el Capital en el siglo XXI.

En otras palabras esas grandes fortunas locales expresadas en liquidez, terrenos, edificios, activos fijos, planta física, maquinaria y equipo no contribuyen a través de un equitativo impuesto con los ingresos del municipio. Siendo ésta otra forma sofisticada y despiadada de corrupción en manos de poderosos particulares.

El deber de “Todos por Cartago” y el  próximo gobernante es combatir con mano firme las diferentes formas de corrupción; y tal parece desde ahora se lo ha propuesto.

Tiene claro que para combatirla no solo se logra, a través de un fuerte liderazgo que controle y de cuenta de todos los actos administrativos, exija pulcritud y respeto por el manejo de todos los recursos, fortaleciendo y exigiendo resultados en la gestión fiscal y administrativa logrando, al final, estabilizar las finanzas del municipio.

Va más allá de exigir transparencia en la información que permita que los entes de vigilancia y control adelanten un juicioso análisis para compilar las pruebas  y sugerir acciones que corrijan posibles hallazgos administrativos; evitando problemas fiscales que conlleven sanciones disciplinarias, fiscales o penales al funcionario que comete una falta leve, grave o gravísima; parte de la solución es poner en marcha la capacitación y la prevención para el cambio.

Para combatir la corrupción desde la base, ha comprendido que  es necesario oponerse que el ciudadano del común, comerciante, empresario e industrial y en general el que tributa - principales agentes que corrompen -; haga uso de los tradicionales favores de sus amigos los políticos o intermediarios, evitando esa siniestra alianza que busca – muchas veces con éxito - paguen menos o no paguen sus impuestos o las facturas de los servicios públicos. Amanecerá y veremos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario