Pese a lo corrido del año, más
de quince días, lo más probable es que esta herramienta de análisis fiscal y financiero
aún esté en la etapa de diagnostico y formulación. Tal parece las cuentas no
cuadran en ninguna parte.
Lo anterior sucede por cuanto
no se cumplen los criterios mínimos necesarios para su elaboración que descansan,
en el sueño del olvido y tal vez por conveniencia, en el decreto 111 de 1996.
Y en general en los diferentes
cronogramas y normas de disciplina fiscal que fija el Gobierno Nacional a través
del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, con el seguimiento del
Departamento Administrativo de la Función Pública (DAFP); aparte de la competencia
que recae sobre los entes de vigilancia y control.
Esas circunstancias que afectan
los resultados del informe hacen que una
vez elaborado, el cierre fiscal, éste no intérprete la realidad financiera que tanto
esperamos; tan necesaria para formular y adelantar acciones acertadas, coherentes
y definitivas que por lo menos frenen y estabilicen el paulatino deterioro de
las finanzas públicas en el municipio de Cartago en el Norte del Valle.
Manejo de esos escenarios
financieros que incluyen, a los diferentes entes e institutos descentralizados
regulados por las citadas normas. Quedan excluidos todos aquellos donde la participación
accionaria, por parte del muncipio, es inferior al 50%.
Ejemplo: Teléfonos de Cartago
S.A. E.S.P. Cartagüeña de Aseo total y Alumbrado Público - Dicelecsa. Que,
dicho sea de paso y a través de sus Juntas Directivas o Gerencias deben rendir –
al municipio - informes periódicos, o por lo menos anuales sobre el estado de
sus finanzas.
Ya que en promedio, se presume,
recaudan mensualmente entre $500 y $800 millones de pesos. Preguntas: ¿Se
reinvierte ese recurso financiero en el municipio? O ¿solo es para gastos de
funcionamiento y/o nominas? Y ¿la diferencia como excedente?
Volviendo al tema central, es
todo lo contrario; en su elaboración, tal parece, se recurre al uso de “viejos
trucos” y subterfugios al interpretar la doctrina presupuestal; para de esta manera, supuestamente “ajustar” o maquillar
cifras.
Aumentando el riesgo de pasar inadvertido, gran parte
del déficit fiscal real; que para nuestro criterio puede venir acumulando
cifras desde el cierre fiscal de 2011. ¿Cómo
lo hacen? No lo se.
Hoy solo nos limitaremos a
compartir algunas reflexiones que bien pueden servir de punto de partida y referencia
- comprender lo que puede estar sucediendo en tiempo real - y dirigido a todos
aquellos que genuinamente estén interesados y preocupados por estos temas.
Que ojalá, y asistidos por otras
lecturas, en el corto plazo hagan parte de sanos debates y otro tipo de
iniciativas; que enriquezcan el conocimiento, no de unos pocos, sí del dominio
público; sobre el que, como, cuando, donde y el porqué del destino político,
económico y social deseado por Todos por
Cartago.
Eran otros los tiempos
cuando los alcaldes recibían, dentro de los primeros diez días del inicio de
cada vigencia, funcionarios encargados de la auditoria por parte de la Contraloría
Departamental para revisar “en caliente” los resultados de ese cierre fiscal.
En la actualidad los
informes son enviados “On line” y tal parece, salvo no llegue el mensaje de
recibido, muy pocos - de los 42 municipios
- son revisados por el ente de control, por aquello del muestreo
representativo que aplican. ¿Burocracia?
Para comenzar debemos
reconocer que el primer gran ejercicio de “planificación” tiene que ver con la
elaboración de un aterrizado Programa de Gobierno, pero éste será tema de otra
oportunidad y en su debido tiempo.
El último ejercicio de “planeación”
dentro de una vigencia depende del liderazgo y que tan organizado y
preparado se encuentre la administración en materia de informes; mediante un cronograma
que fije los pasos a seguir para su oportuna elaboración y socialización, para
nuestro caso de hoy, del citado cierre fiscal.
Puesta en orden la idea central
entenderá, usted atento y respetado lector, al final el ¿por qué? las cifras no
le cuadran.
Todo comienza con la decisión
del ordenador del gasto, y a iniciativa de la Secretaría de Hacienda, para
citar - por tardar la última semana del mes de noviembre - al Consejo Municipal
de Política Económica y Fiscal (COMFIS) para determinar los pasos a seguir encaminados
a la programación y ejecución del multi-mencionado cierre.
En esa primera reunión deben
de estar presentes como invitados especiales el Tesorero, el Contador, el
Coordinador de Presupuesto y el Jefe de Sistemas.
Seguido y en el orden del
día quedaran establecidos las fechas para: adelantar los cierres parciales en cada una de esas dependencias, que deberán
quedar listas por tardar al 29 de diciembre, por citar una fecha y a manera de
ejemplo, en todos los casos antes que finalice el año y el posterior cierre definitivo.
No después, como en la práctica
- que hizo ya costumbre - suele suceder,
actuación que origina el primer déficit de
la actual vigencia; por cuanto, ya muy avanzado el primer mes se terminan utilizando
los recursos del 2015 para cancelar acreencias del 2014.
Inmediatamente termina esa
reunión, el Alcalde Municipal - generalmente en estos casos no asiste y se
limita a enviar a un delegado - indicará la fecha para citar a un Consejo de
Gobierno y socializar lo acordado en el comfis y así involucrar, a cada una de
las secretarias y subsecretarias, en los pasos y en el tramite a seguir para la
legalización de los diferentes gastos de funcionamiento e inversión.
Lo anterior significa que a
partir de una fecha ya determinada, por ejemplo 15 de diciembre, el municipio debe
evitar cualquier tipo de nueva contratación, salvo los pagos recurrentes -
nominas - y en casos comprobados de importancia estratégica o urgencia manifiesta.
Con las anteriores
salvedades: primero, la sección de presupuesto depurará el listado de
disponibilidades presupuestales (DP) - quedando el listado en cero – y se abstendrá
de elaborar nuevas, quedando cerrado el modulo de presupuesto
Segundo, dejará identificado
el, pendientes por unos días, listado de los Registros Presupuestales (RP) y las Ordenes de
pago (OP) a la espera que Tesorería haya llegado a un primer cuadre interno con
sus cajas y bancos. Aquí juega un papel fundamental la entrega oportuna de los extractos
por parte de los bancos; y la experticia del funcionario para el cuadre.
Proceso que se facilitará si
ha hecho buen uso del Plan Anual Mensualizado de Caja (PAC) herramienta si
es utilizada, pocos lo hacen, evitará el desbordamiento del gasto mensual; para
finalmente poder certificar el recurso
disponible en la tesorería hasta la fecha antes prevista para el cierre, y de esta
manera constituir las cuentas por pagar, solo por citar un ejemplo.
La Tesorería se negará a
recibir cuentas de cobro y a girar cheques, a partir de esa fecha determinada.
Lo anterior para facilitar la conciliación bancaria con los diferentes bancos;
dándole, en estos casos, un tratamiento
especial para pago de prestaciones sociales y nominas por tardar al 29 de
diciembre de esa vigencia fiscal que termina. Lo ya escrito.
La realidad es bien
diferente para citar un solo ejemplo, las tesorerías de algunos municipios
giran cheques en el peor de los casos la última hora hábil del último día del año.
Cheques que pasan en tránsito
para ser cancelados, en algunos casos, con recursos de la siguiente vigencia,
dificultando y contaminando el análisis del cierre, en especial en manos de
funcionarios inexpertos.
Contabilidad al tiempo
adelantará el proceso de depuración contable, en la fecha prevista, cerrará el
modulo y no permitirá ajustes en las diferentes áreas comprometidas en el
cierre.
El área de sistemas debe
garantizar que por tardar, a la fecha antes prevista, estén cerrados e
inmodificables los módulos de contabilidad, presupuesto y tesorería. Para así
evitar “ajustes” en cualquier de los cuatro módulos; ya que dificulta y extravía
el cierre.
En la cotidianidad ocurre
todo lo contrario, tal parece, a la fecha algunas dependencias apenas están terminando
de elaborar actas de liquidación de todo tipo de contratos.
Lo anterior significa y es
posible que desde presupuesto, a la fecha, se sigan expidiendo RP y OP que
afectan los módulos de tesorería y contabilidad, haciendo imposible, de esta
manera, un cierre fiscal.
El problema es más delicado,
por cuanto, en casos extremos las administraciones municipales por esta época
tienen abierto, desde esos módulos, tanto el presupuesto del 2014 como el del
2015.
Dificultando o quedando mal
liquidados los nuevos impuestos – quedan abiertas las bases de datos - por ejemplo:
predial e industria y comercio afectando el nuevo recaudo.
El cierre fiscal en su
expresión más simple consiste en conciliar desde la tesorería que las cuentas
por pagar – previo cuadre entre contabilidad y presupuesto - tengan un
verdadero respaldo al 31 de diciembre en las cajas y los bancos.
El asunto se hace más
complejo de analizar desde lo financiero cuando de manera audaz se constituyen
CP sin respaldo en bancos; y posteriormente se cancelan vía tesorería sin
afectar esas cuentas vía presupuesto, considerado una falta gravísima desde lo
administrativo y fiscal.
Los cierres fiscales se han
convertido en un terrible dolor de cabeza para los funcionarios involucrados,
máxime cuando estos “cuadres” desde lo contable arrastran déficit de vigencias
anteriores; que obliga, a los encargados, ha realizar una serie de “ajustes”
que hace casi imposible seguir el rastro - por parte del novato observador – de
lo sucedido en la anterior o anteriores vigencias. Amanecerá y veremos.
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