Desconcertante, en especial,
para el ciudadano del común que intenta entender el porqué de la negativa y comprobando el modo
paquidérmico como, casi siempre, se aplazan las trascendentales decisiones
sobre la administración pública. ¿Un enorme poder tras el gobierno de turno? O
¿Miopía institucional?
Entonces no fue motivo de sorpresa,
pero si muy cuestionable, la reciente noticia sobre el hundimiento de la
propuesta, sin llegar a ser discutida en el Congreso de la República, de la ampliación
del periodo de los gobernantes.
Más grave aún, si la misma invitación
ya había sido aprobada en primer debate en el Congreso en octubre 23 de 2013,
publicada la segunda ponencia el 31 de ese mismo mes y finalmente archivada por
vencimiento de términos el 20 de
noviembre del mismo año. ¿Se estaba cocinando algo desde esa fecha?
Convirtiéndose en la típica
forma como las buenas iniciativas se ahogan en un mar de trabas jurídicas,
componendas y apetitos burocráticos en manos de los “Padres de la Patria” que
en su actuar, la mayoría, demuestran desconocer cómo funciona un ente
territorial y por supuesto el Estado.
No pierdan de vista que la
sumatoria de municipios en camino de la quiebra da como resultado un país
propenso a la crisis o a la recesión económica.
Sorprende la forma como, la
bancada de la Unidad Nacional, le da la espalda a una realidad - muy colombiana
- que urge de ideas sencillas pero audaces.
Tan necesarias para salir
del estancamiento institucional, no solo el ocasionado por la extenuante guerra,
sino por los comprobados intereses mezquinos de una dirigencia política
supuestamente mayoritaria - tal vez por eso -, en el Congreso de la República,
que en su actuar confirman que solo quieren… “Pan y pedazo debajo del brazo”.
Lo menciono porque tal
parece la principal motivación, fue la cercanía de las próximas elecciones a
realizarse en Octubre de 2015, donde se espera una apretada lucha por las
alcaldías y gobernaciones que afianzaría, permitiría alcanzar o recuperar el
poder burocrático de los “señores” dueños del poder; entonces - según ellos -
no es conveniente ampliar el plazo en 2 años a los actuales gobernantes muchos
de ellos con “padrinos políticos” que perdieron el poder.
La iniciativa, en campaña,
del Presidente de la República el economista Juan Manuel Santos Calderón de
ampliar el período en 5 o 6 años - consideramos que el tiempo justo son seis - solo
intenta darle más tiempo a los gobernantes, alcaldes y gobernadores, para
terminar satisfactoriamente su obra de gobierno, poder enfrentar con éxito la
creciente deuda pública y mejorar los indicadores de gestión y de inversión o
gasto público en los diferentes sectores productivos.
En el caso contrario - de resultarle
grande el municipio o departamento - y
como complemento, se debe motivar a la opinión pública, además de revisar la ley
134 de 1994 para afinar los requisitos necesarios y facilitar los procesos,
para que se adelante en el menor tiempo posible la revocatoria del mandato por
comprobada incompetencia o negligencia del gobernante.
La decisión apunta a crear
las condiciones necesarias, el tiempo disponible, facilitándole la tarea al
ordenador del gasto para que le de aplicabilidad a su Programa de Gobierno a
través del Plan de Desarrollo; siempre y cuando esas iniciativas estén
articuladas con el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Y que no le sirviera como
excusa al buen mandatario, al término de su periodo, la falta de tiempo para
terminar su obra, como en muchos casos ha sucedido a lo largo y ancho del país.
Empecemos entonces con el
final; tenemos muy claro que 6 años es demasiado tiempo para un gobierno incapaz
de administrar; lo que se convertiría en su peor pesadilla, además del
justo escarnio público para un
politiquero que, seguramente, vería terminado su mandato durante ese primer o
segundo año; como resultado de la aplicabilidad de la norma, en su articulo 6,
de la revocatoria del mandato.
Todo lo contrario, esos seis
(6) años, para un buen mandatario es el tiempo justo y necesario para que
siente las bases del crecimiento y desarrollo sostenible con responsabilidad
social y ambiental.
Dándole la oportunidad para fortalecer políticas tributarias, fiscales y
de inversión; lo que le daría el tiempo suficiente para darle continuidad y desarrollar
políticas públicas, en el mediano plazo, que garantice solucionar problemas
estructurales como empleo productivo, a través de la mejora en la educación,
entre muchas otras variable macroeconómicas.
Ya es tiempo de no seguir
actuando con base en presupuestos, en el corto-plazo, expresados en 4 años y
muchos menos con Marcos fiscales de Mediano Plazo (MFMP) de 10 años; recordemos
que, los ciclos económicos tiende a regresar mas pronto, con la nueva dinámica
impuesta por la globalización de la economía, se exige que cada vez deban ser más
cortos los tiempos de respuesta del ente territorial; lo que demanda un análisis
y unas actuaciones bien diferentes a lo que estamos acostumbrados a ver.
Citemos un ejemplo,
genérico, existen recursos que fueron aprobados por el Fondo Financiero de
Proyectos de Desarrollo - Fonade - en la vigencia fiscal 2012, a la fecha no se han iniciado los tramites de
licitación por parte de la Administración Municipal y necesarios para comenzar
las obras publicas. ¿Qué se ha hecho con esos recursos? ¿Se destinaron a
rendimientos financieros? ¿Qué entidad? En todos los casos ¿Existen sanciones?
Con el actual periodo de
gobierno los alcaldes y gobernadores
disponen de menos tiempo para actuar - eso si actúan proactivamente -,
por aquello que durante el primer año, es tiempo dedicado para conocer el
municipio de cerca - en caliente – escenario algunas veces diferente a los
informes de resultados derivados de las comisiones de empalme, por aquello que
algunas quedan mal hechas.
Esas no son las cuentas
completas, restémosle el cuarto año dedicado casi siempre, así muchos lo
nieguen, a prepararle el camino político a su “sucesor”; quedan entonces dos
para gobernar e invertir.
El segundo año, si la tarea
se hizo bien desde el comienzo, es el de gestionar en los diferentes ministerios
– en caso de haber credibilidad - los recursos necesarios para adelantar los
proyectos de inversión.
Corre la leyenda que
proyectos de inversión que no se radiquen - en los respectivos Ministerios -
durante el primer y segundo año de gobierno; la probabilidad, por aquello de las trabas
burocráticas, para ejecutarlo territorialmente es mínima.
A lo anterior réstele el
tiempo perdido por aquello de la ley de garantías – entonces el tiempo para
ejecutar obras de importancia estratégica es menos de dos años y algunas
demandan mucho mas tiempo.
De ahí la importancia que el
Gobierno Central se preocupe más por el desarrollo integral de las provincias;
ya que a la fecha ha centrado su atención en las grandes capitales y allí no
solo está concentrado el consumo de bienes y servicios, hagan cuentas y verán.
De otro lado y mirando la
mala notica en el contexto, algunos analistas manifiestan que no se debió de
proponer la unificación de los periodos de gobierno; más pretextos infundados.
Estas y otras razones a
favor de tramitar el debate para ampliar el periodo de los gobernantes tal vez
no sea atendida por los congresistas; el problema radica en que tal parece los
padres de la patria, a parte de los votos, poco le interesan estas minucias en la opinión
de las provincias.
En todos los casos queda, casi
que confirmada, la imagen que lo que mueve al Congreso de la República es la
burocracia y el clientelismo. Amanecerá y veremos.
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