“Después de la tormenta siempre
llega la calma”… Para los que leímos, sin apasionamiento, los recientes escándalos
nos quedó muy claro que su origen, que de paso dejó al descubierto lo peor del ser humano, narcisista
se expresa a través de la avaricia, ira, envía y la soberbia; comportamientos que
desde lo siquiátrico se explican como profundos trastornos de la personalidad.
Esas perturbaciones, según algunos
expertos, son inducidas por diferentes traumas
como sobreprotección o maltrato desde la niñez, infancia o adolescencia, entre
otros.
Maquiavélicamente calculados
o no esos hechos sirvieron para, y con
sobrada razón, atizar el odio hacia las guerrillas,
acudiendo a la ignorancia, amnesia e ingenuidad de quienes juzgan parcialmente
la historia del conflicto armado sin tomar en cuenta el actuar, también
sanguinario, de aquellos que legítimamente actuaron representándonos como Estado,
más los que procedieron apoyándolo; todo en medio de la degradación de esa guerra
que solo exigía resultados en combate – “el fin justifica los medios” -. Entonces
todos somos culpables y esa es una de las principales razones para terminar ésta
guerra fratricida entre hermanos.
Quedó entonces claro que la única
intención fue manipular a la opinión pública - en parte lo lograron - para intentar
acabar con las aspiraciones de millones de colombianos, esa gran mayoría, que
genuinamente anhelamos la Paz negociada.
Con toda seguridad estas
elecciones pasarán, a la olvidadiza historia, como las más polémicas; y por tal
razón, dicha experiencia, deberá ser
tomada como beneficio de inventario positivo.
Sin perder de vista, que una
parte de la opinión pública erróneamente se movió y se mueve, sin entender el
porqué, hacia el conflicto armando en parte por los efectos de la calculada
campaña mediática en manos de los guerristas; más el marcado analfabetismo político
y/o la corta memoria histórica de sus partidarios.
Afortunadamente el resultado
de los dos debates presidenciales patrocinados principalmente por RCN y Caracol
nuevamente despejó el camino en la intención real de iniciar mañana (hoy) el largo
camino del postconflicto en que los partidos mucho tienen que aportar; una vez
sea aprobado por los todos los colombianos lo acordado en la mesa de negociación
en la Habana - Cuba.
A pocas horas de decidir en
la urnas el futuro creíble de la Patria; tenemos muy claro que mucho tenemos
que aprender sobre esa nueva etapa - el
Postconflicto - por lo pronto cumplamos con el deber democrático de acudir a
las urnas.
Ya tendremos tiempo para
pensar cuales serán los próximos cuatro Presidentes que deberán atender esa
magna tarea, resaltando que de los cuatro restantes candidatos en los pasados
debates presidenciales la que acertó en el embozo del marco económico del postconflicto
fue la economista Clara López Obregón que si bien es cierto no es suficiente si
la haría merecedora, a futuro, a tenerla en la cuenta para esa alta dignidad; ¿Y
porque no, también, a la aguerrida abogada Martha Lucia Ramírez? Amanecerá y
veremos.
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