La pregunta recurrente del
ciudadano interesado es: A casi año y medio de posesionado el actual gobierno ¿por
qué no se inician obras de importancia estratégica? Terminal de Transportes, Aeropuerto, Vivienda
y Vías entre otras.
La respuesta oficial, a la
par de lo sucedido en la pasada vigencia fiscal, se debe al comportamiento decreciente
en el recaudo de los principales impuestos (predial, industria y comercio y
sobretasa a la gasolina) aunado el creciente
déficit fiscal (2011 y 2012….); y tal parece conservando uno y otro la
tendencia.
Gratamente sorprende
entonces la noticia de la promesa de terminación, en menos de 45 días, de la
obra inconclusa en el puente de la calle 14, sector República de Francia, Comuna
4. Cuya inversión asciende a casi $175
millones.
Surge entonces la siguiente
pregunta ¿por qué solo actúan, si y solo si, cuando median múltiples denuncias
públicas por obras no iniciadas o inconclusas?
Se confunde, para bien, la
opinión pública por el inusual corto tiempo de respuesta del mandatario el
Abogado Álvaro Carrillo, para reiniciar las obras, dando a entender que sí existe
el recurso financiero para invertir; otras versiones apuntan a que la plata la
tienen amarrada. ¿Quién toma esa medida?... ¿por qué congelan los recursos?...
¿Convenio de reciprocidad con el banco? O ninguna de las anteriores.
Son múltiples las “quejas y reclamos”
por parte de los habitantes de la Ciudad de Cartago en el Norte del Valle; frente
a la realidad de un municipio haciendo lentamente crisis desde lo económico y
social.
Y por supuesto con secuelas
en lo político; no en trato directo con las próximas elecciones para
Congreso de la República, que dicho sea de paso tal parece que el
abstencionismo podría llegar a ser alto en relación a la campaña pasada; cuando
“votamos” un Representante a la Cámara de la ciudad y un Senador oriundo de un hermano
municipio. Igual se cree que en esta ocasión la comunidad lo hará pero en otro
sentido, por el grado de descontento que reina en el contexto político y la
forma como se están “montando” las maquinarias.
Volviendo al tema que nos
ocupa hoy, la mala noticia ya había sido anunciada, por la Secretaria de
Hacienda, la Contadora Pública Ángela Viviana Rivas Barragán a través de una adusta
entrevista; manifestando que el valor recaudado durante el primer trimestre
(enero-marzo), había sido inferior a lo presupuestado; explicando que en parte se
debía a los días festivos del puente de Semana Santa.
Recordemos que en ese trimestre
ingresa casi el 70% de lo recaudado durante todo la vigencia fiscal. Dicho en
otras palabras, la alta funcionaria, dejó entrever que los contribuyentes, la
última semana de marzo, en lugar de pagar impuestos se dedicaron a “gastarse la
platica” en el dichoso puente festivo. Vaya disculpa sobre un tema tan
neurálgico y complejo como son las finanzas públicas de nuestro municipio.
Con una nueva salida en
falso, dejó la impresión que al actual equipo económico o quien haga las veces
le quedó grande el encargo, la dejaron sola,
no se deja asesorar o todas las anteriores.
Intentemos entonces entender
las posibles causas, del porqué de la disminución en el recaudo de los Ingresos
Corrientes de Libre Destinación (ICLD).
Aunque no esta bien “hablar
de la soga en la casa del ahorcado” empecemos recordando que es deber del Gobierno
Municipal, desarrollar una actividad de carácter económico, orientada a la
obtención de los medios que le permitan satisfacer las diferentes necesidades
colectivas en Educación, Salud, Vivienda, Servicios Públicos, Vías y Empleo
entre muchas otras; y una de las maneras para lograrlo es incrementando el
Gasto Publico, lo que no se hace, a través de la inversión bruta de capital
(obras de infraestructura).
El sentido común sugiere que
del lado del mercado de bienes y servicios; como consecuencia de la ausencia de
inversión, no hay contratos, entonces no hay pagos, entonces disminuye el
circulante que mueve la microeconomía de la ciudad (librerías, droguerías,
tiendas, almacenes entre otros).
Resultado de lo anterior se
afecta el consumo de las familias (disminuyendo la calidad de vida) y afectando
el otro lado de la ecuación: el comerciante que ve disminuido sus ventas y
rentabilidad, para ajustarse sacrifica empleo y finalmente cierra el establecimiento
(a la espera que mejoren las condiciones de mercado) entonces se reinicia el ciclo
económico generando una localizada micro-recesión.
Conclusión: Entonces hay que
romper la alcancía, y el gasto familiar destinado para el pago de impuestos se
desplaza para comprar huevos, arroz y
aceite entre otros.
La otra razón, del no pago
de impuestos, es el manejo de las finanzas públicas del municipio; una sana
disciplina fiscal significa, no solo “ahorrar”
y disminuir gastos generales o de funcionamiento como se ha venido haciendo
hasta la fecha (válido para la contabilidad de una micro empresa).
Salir del estancamiento
significa la puesta en marcha de una mezcla de políticas agresivas en todos los
frentes económicos, como la amnistía para el pago de impuestos (cero intereses)
no paños de agua tibia.
También lo es la puntualidad
en los pagos y trasferencias; la demora (semanas o meses) o cesación de estos, obliga
el endeudamiento del funcionario o contratista, para atender sus necesidades
básicas (recuerde, casi todos tienen hijos y algunos varias familias) debiendo
los afectados recurrir al crédito (bancario o cuenta gotas) con las ya
conocidas consecuencias.
Creemos que se frenaría la errática
tendencia en el recaudo, aplicando un planificado programa de fiscalización
tributaria, a la par de un proceso de depuración
contable, y un vigilado manejo de la cartera morosa (cobro persuasivo y
coactivo).
La acción inteligente del
gobierno debe ser, acercarse sin temor al comerciante asesorándolo en la
obligación de pagar lo justo; en lugar de favorecer taimadamente (por acción u
omisión) la evasión y elusión de impuestos.
Por la fragilidad en estas
políticas, es notorio que el comercio organizado esté evadiendo impuestos, si
lo quiere comprobar, salga de compras y tome nota en cuantos establecimientos
comerciales le entregan factura sin que usted la exija; en el mejor de los
casos, si lo reconocen, le preguntarán ¿Señor, necesita factura? Entonces qué podemos
esperar del comercio no legalizado, y tal parece abunda en la ciudad.
Finalmente, la disminución
en el recaudo de impuestos, tiene una relación directa con la credibilidad y la
imagen positiva del gobierno y del gobernante; si el contribuyente encuentra
que las finanzas se manejan con transparencia, equidad y existe el riguroso
blindaje de los recursos a través de una solida infraestructura tecnológica y
de Tesorería, el usuario pagará oportunamente sus impuestos.
Lo contrario, cuando
desconfía del destino de los mismos; a futuro podría negarse a pagarlos (siendo esto más delicado
que la intención de una posible revocatoria del mandato – a la que me opuse por
improcedente, sin ser gobiernista) ya que el contribuyente ha llegado a la
conclusión que “esa plática se perdio” o no tiene la garantía que esos nuevos recursos
tengan la destinación para las urgentes necesidades del municipio. Amanecerá y
veremos.
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