sábado, 11 de mayo de 2013

EL ¿PORQUÉ? DE LA DISMINUCIÓN EN EL RECAUDO


La pregunta recurrente del ciudadano interesado es: A casi año y medio de posesionado el actual gobierno ¿por qué no se inician obras de importancia estratégica?  Terminal de Transportes, Aeropuerto, Vivienda y Vías entre otras.

La respuesta oficial, a la par de lo sucedido en la pasada vigencia fiscal, se debe al comportamiento decreciente en el recaudo de los principales impuestos (predial, industria y comercio y sobretasa  a la gasolina) aunado el creciente déficit fiscal (2011 y 2012….); y tal parece conservando uno y otro la tendencia.

Gratamente sorprende entonces la noticia de la promesa de terminación, en menos de 45 días, de la obra inconclusa en el puente de la calle 14, sector República de Francia, Comuna 4. Cuya inversión asciende a casi $175  millones.

Surge entonces la siguiente pregunta ¿por qué solo actúan, si y solo si, cuando median múltiples denuncias públicas por obras no iniciadas o inconclusas?

Se confunde, para bien, la opinión pública por el inusual corto tiempo de respuesta del mandatario el Abogado Álvaro Carrillo, para reiniciar las obras, dando a entender que sí existe el recurso financiero para invertir; otras versiones apuntan a que la plata la tienen amarrada. ¿Quién toma esa medida?... ¿por qué congelan los recursos?... ¿Convenio de reciprocidad con el banco? O ninguna de las anteriores.

Son múltiples las “quejas y reclamos” por parte de los habitantes de la Ciudad de Cartago en el Norte del Valle; frente a la realidad de un municipio haciendo lentamente crisis desde lo económico y social.

Y por supuesto con secuelas en lo político; no en trato directo con las próximas elecciones para Congreso de la República, que dicho sea de paso tal parece que el abstencionismo podría llegar a ser alto en relación a la campaña pasada; cuando “votamos” un Representante a la Cámara de la ciudad y un Senador oriundo de un hermano municipio. Igual se cree que en esta ocasión la comunidad lo hará pero en otro sentido, por el grado de descontento que reina en el contexto político y la forma como se están “montando” las maquinarias.

Volviendo al tema que nos ocupa hoy, la mala noticia ya había sido anunciada, por la Secretaria de Hacienda, la Contadora Pública Ángela Viviana Rivas Barragán a través de una adusta entrevista; manifestando que el valor recaudado durante el primer trimestre (enero-marzo), había sido inferior a lo presupuestado; explicando que en parte se debía a los días festivos del puente de Semana Santa.

Recordemos que en ese trimestre ingresa casi el 70% de lo recaudado durante todo la vigencia fiscal. Dicho en otras palabras, la alta funcionaria, dejó entrever que los contribuyentes, la última semana de marzo, en lugar de pagar impuestos se dedicaron a “gastarse la platica” en el dichoso puente festivo. Vaya disculpa sobre un tema tan neurálgico y complejo como son las finanzas públicas de nuestro municipio.

Con una nueva salida en falso, dejó la impresión que al actual equipo económico o quien haga las veces le quedó grande el encargo, la dejaron sola,  no se deja asesorar o todas las anteriores.

Intentemos entonces entender las posibles causas, del porqué de la disminución en el recaudo de los Ingresos Corrientes de Libre Destinación (ICLD).

Aunque no esta bien “hablar de la soga en la casa del ahorcado” empecemos recordando que es deber del Gobierno Municipal, desarrollar una actividad de carácter económico, orientada a la obtención de los medios que le permitan satisfacer las diferentes necesidades colectivas en Educación, Salud, Vivienda, Servicios Públicos, Vías y Empleo entre muchas otras; y una de las maneras para lograrlo es incrementando el Gasto Publico, lo que no se hace, a través de la inversión bruta de capital (obras de infraestructura).

El sentido común sugiere que del lado del mercado de bienes y servicios; como consecuencia de la ausencia de inversión, no hay contratos, entonces no hay pagos, entonces disminuye el circulante que mueve la microeconomía de la ciudad (librerías, droguerías, tiendas, almacenes entre otros).

Resultado de lo anterior se afecta el consumo de las familias (disminuyendo la calidad de vida) y afectando el otro lado de la ecuación: el comerciante que ve disminuido sus ventas y rentabilidad, para ajustarse sacrifica empleo y finalmente cierra el establecimiento (a la espera que mejoren las condiciones de mercado) entonces se reinicia el ciclo económico generando una localizada micro-recesión.

Conclusión: Entonces hay que romper la alcancía, y el gasto familiar destinado para el pago de impuestos se desplaza para comprar huevos, arroz  y aceite entre otros.

La otra razón, del no pago de impuestos, es el manejo de las finanzas públicas del municipio; una sana disciplina fiscal significa, no solo  “ahorrar” y disminuir gastos generales o de funcionamiento como se ha venido haciendo hasta la fecha (válido para la contabilidad de una micro empresa).

Salir del estancamiento significa la puesta en marcha de una mezcla de políticas agresivas en todos los frentes económicos, como la amnistía para el pago de impuestos (cero intereses) no paños de agua tibia.

También lo es la puntualidad en los pagos y trasferencias; la demora (semanas o meses) o cesación de estos, obliga el endeudamiento del funcionario o contratista, para atender sus necesidades básicas (recuerde, casi todos tienen hijos y algunos varias familias) debiendo los afectados recurrir al crédito (bancario o cuenta gotas) con las ya conocidas consecuencias.

Creemos que se frenaría la errática tendencia en el recaudo, aplicando un planificado programa de fiscalización tributaria, a la par de un  proceso de depuración contable, y un vigilado manejo de la cartera morosa (cobro persuasivo y coactivo).

La acción inteligente del gobierno debe ser, acercarse sin temor al comerciante asesorándolo en la obligación de pagar lo justo; en lugar de favorecer taimadamente (por acción u omisión) la evasión y elusión de impuestos.

Por la fragilidad en estas políticas, es notorio que el comercio organizado esté evadiendo impuestos, si lo quiere comprobar, salga de compras y tome nota en cuantos establecimientos comerciales le entregan factura sin que usted la exija; en el mejor de los casos, si lo reconocen, le preguntarán ¿Señor, necesita factura? Entonces qué podemos esperar del comercio no legalizado, y tal parece abunda en la ciudad.

Finalmente, la disminución en el recaudo de impuestos, tiene una relación directa con la credibilidad y la imagen positiva del gobierno y del gobernante; si el contribuyente encuentra que las finanzas se manejan con transparencia, equidad y existe el riguroso blindaje de los recursos a través de una solida infraestructura tecnológica y de Tesorería, el usuario pagará oportunamente sus impuestos.

Lo contrario, cuando desconfía del destino de los mismos; a futuro  podría negarse a pagarlos (siendo esto más delicado que la intención de una posible revocatoria del mandato – a la que me opuse por improcedente, sin ser gobiernista) ya que el contribuyente ha llegado a la conclusión que “esa plática se perdio” o no tiene la garantía que esos nuevos recursos tengan la destinación para las urgentes necesidades del municipio. Amanecerá y veremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario