”Reparamos
directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el
hacerlo implicada perjuicio para ellos o para nosotros”.
Imposible no atender la cita
mensual para llevar el mensaje de Alcohólicos Anónimos; En el paso anterior
elaboramos una lista de todas aquellas personas a las cuales les habíamos
causado daño.
La intención era la sincera
búsqueda de la tranquilidad espiritual personal además de la mejor manera de
reconstruir relaciones rotas o deterioradas.
Cuando la realidad es otra
(siguen los fracasos y las decepciones), tal vez por no incluir a todas las
personas y si las incluimos no damos ese paso ya sea por miedo, olvido,
orgullo, rencor o cualquier otra circunstancia; entonces obviamente algo deja
de funcionar en nuestro interior.
Lo anterior podría
llevarnos a concluir que a pesar de estar dentro del programa que busca
recuperar al enfermo alcohólico, creemos que este ha fracasado porque no logramos
obtener lo esperado. Entonces debe de quedar claro que más erróneo que llegar a
esa conclusión.
No puede haber tiempo ni
espacio para desanimarse, todo lo contrario es una prueba más que se va en la dirección
correcta, solo es necesario replantear alguna estrategia y seguir adelante.
Frente a un aparente
fracaso, lo más seguro es que no lo sea; éste hay que entenderlo como una prueba
más a la que nos somete ese Ser Superior (como cada uno lo conciba) y no es
otra cosa que señalarnos que en algo estamos fallando.
Regresando al programa, hay
que recordarle al enfermo alcohólico, antiguo borrachín, que el camino por
recorrer es largo y que la recuperación es lenta pero segura en la búsqueda de
esa nueva vida; pero animo amig@ mí@, debes entender que solo has perdido una
batalla, más no la guerra contra ese monstruo de mil cabezas, que se denomina
Alcoholismo.
Entonces es el momento de
hacer una pausa y preguntarnos ¿Qué es lo que verdaderamente está sucediendo en
esa mente privilegiada, pero confusa del Alcohólico? ¿Por qué a pesar de tener
periodos de mucha tranquilidad y sosiego… de repente estalla se confunde y
confunde a los demás?
¿Porqué sigue pasando
rápidamente de la alegría y euforia, a la tristeza o ira? ¿Porqué ante una
amenaza siente miedo y ese miedo se convierte en odio y rencor?
Lo anterior significa que
hay muchos “detonantes” sutilmente escondidos en la mente del enfermo y a los
cuales está expuesto constantemente, la ansiedad principalmente.
Es común encontrar dos
comportamientos opuestos cuando se trata de “reparar” y dependen de la
naturaleza sicológica del victimario frente a su(s) victima(as).
La primera reacción después
de agredir física y/o sicológicamente, es intentar reparar obsequiando cosas
materiales como auto, viajes, joyas, entre otros; O frente al arrepentimiento,
asumir una actitud excesivamente dócil al punto de humillarse ante las personas
a las cuales hizo daño; pero, contrario a lo esperado, más temprano que tarde termina
desplomándose su autoestima; por cuanto las “victimas” terminarán cobrándole
con altos intereses todos sus excesos y arbitrariedades; esa baja autoestima o
auto conmiseración lo llevará nuevamente a la bebida.
La clave es no intentar
comprar respeto, cariño y mucho menos amor; pero mucho menos buscar lastima en
terceras personas. Es decir como dice el popular refrán “...Ni mucho que queme
al santo ni tan poco que no lo ilumine”.
El programa dice
textualmente que se necesita… “Buen juicio, capacidad para escoger el momento
oportuno, valor y prudencia – estas son las cualidades que necesitaremos al dar
el Noveno Paso”.
Es importante resaltar… Primero
hay que reflexionar cuidadosamente sobre cada caso, porque en la lista que
hemos elaborado sobre las personas que hemos lastimado, también puede haber
Alcohólicos (no declarados) con iguales o peores problemas de carácter que los
nuestros. Y frente a esos casos, al dar ese paso… en lugar de resolver el
problema lo que terminamos haciendo es agravarlo hasta el extremo de poder producirse
un hecho circunstancial mas grave.
En todos los casos, este
noble acto (intentar reparar la agresión verbal o física) lo debemos de
realizar cuando juzguemos estar seguros de poder mantener una sobriedad
permanente, a otros (los no alcohólicos) podemos acudir inmediatamente y con un
sincero abrazo pedir perdón y lograr la reconciliación.
En otros casos es
aconsejable dejar pasar un buen tiempo (inclusive años) antes de hacer
reparaciones; y en el más extremo de los asuntos habrá personas a las cuales
nunca será posible ponernos en contacto directo con ellas, por un daño colateral
causado de manera irreparable.
En la mayoría de los casos
y en las condiciones normales, lo más aconsejable es recomendar al enfermo
alcohólico que después de una profunda reflexión y para dar ese paso, busque
lugares y situaciones apropiadas como por ejemplo a la hora del almuerzo o en
la cena y cuando se está en compañía de familiares o amigos, pedir la palabra y
simplemente manifestar que ha reconocido que tiene problemas con el Alcohol y
que para empezar a enfrentar su dificultad ha decidido ingresar a un programa
de recuperación.
Tenga la plena seguridad
que frente a esa valerosa decisión, encontrará diversas reacciones desde
alegría, desconcierto, escepticismo y hasta la negación por parte de las
personas que le rodean. Pero no se desamine ya ha dado ese primer paso.
Ha éste paso solo se llega
cuando estamos dispuestos a confesar lo peor de nosotros mismos, si embargo es
necesario tener mucha prudencia al momento de buscar nuestra tranquilidad, para
que no le vayamos a crear infiernos a las demás personas involucradas.
Tampoco podemos dejarnos
asfixiar por remordimientos excesivos ante quienes hemos perjudicado, pero
también debemos de entender que las enmiendas deben de ser francas y generosas
en sentimiento, a lo mejor con una mirada sincera, un beso y un fuerte abrazo
será mucho el camino recorrido en el camino de obtener el perdón.
Lo más importante es tener
muy claro que la reparación se logra cuando vencemos el miedo de enfrentar a
aquellas personas a las que les causamos daño, como también a aquellas que nos
lo hicieron, tal vez con el solo propósito de defenderse de nosotros.
Finalmente el espíritu del Noveno
Paso no es otra cosa que la disposición para aceptar todas las consecuencias de
nuestras acciones pasadas, y al mismo tiempo asumir la responsabilidad por el
bienestar de los demás. Y lo único que no puede olvidar es humildemente pedir
perdón. Amanecerá y veremos
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