Hasta la fecha y salvo se
decida lo contrario el próximo lunes 9 de julio, de la presente vigencia fiscal,
en la que se espera sea la última Asamblea de Accionistas y ya van 5 reuniones;
tal parece que la realidad jurídica (como entidad económica productiva no ha
existido ya que no ha operado como una empresa prestadora de servicios) del Terminal
de Transporte Terrestre de Pasajeros de la ciudad de Cartago en el Norte del Valle
se circunscribe en ser activo intangible. Leamos el porqué.
La historia comienza hace 7
años, por allá en el mes de marzo de 2007 cuando se constituye dicha sociedad
conformada de la siguiente manera: Valor acción $500.000.oo pesos total
acciones emitidas 3.200 para un patrimonio de $1.600.000.000.oo de pesos.
En ese primer acuerdo de
voluntades, se sentaron a la mesa de negociaciones 13 inversionistas a saber:
(1) el municipio; (9) transportadores; y (3) socios intelectuales.
El Municipio de Cartago adquirió
1.314 acciones valoradas en $657.000.000.oo representadas en el terreno o lote
para construir dicha obra; 286 acciones valoradas en $143.000.000.oo en manos
de empresas transportadoras de la ciudad y la región y 1.600 acciones valoradas
en $800.000.000.oo representadas en unos derechos “intangibles” que no son otra
cosa que el diseño y el plan maestro.
Técnicamente el municipio
era el socio mayoritario con un 41.08%; el gremio de los transportadores con 8.92% y
el otro 50% representado en 3 socios que son algo así como los socios industriales.
Independientemente de cuanto
tiempo se hayan demorado los socios capitalistas (vale la pena anotar que más
de un año después no todos los socios habían cancelado el valor total de las respectivas
acciones) todo nos lleva a concluir que el único recurso que ingresó inicialmente
como flujo de caja (efectivo) al proyecto fueron los $143.000.000.oo diferidos a casi dos años.
Con la anterior cifra más
los $191.294.300.oo (ingresados en el ultimo año) que se relacionan con la indemnización
por parte de Ainco por la compra de una fracción del lote destinado a la construcción
de la doble calzada, se llega a $323.294.300.oo que fueron destinados en un
100% para gastos de funcionamiento (nominas y gastos generales) dejando en cero
la inversión.
Lo anterior significa que el
proyecto dio inicio con profundas limitaciones
económicas para invertir; de hecho se intentó capitalizar la sociedad con la emisión
de otras 3.200 acciones pero ante la ausencia de un estudio de factibilidad que
garantizara la viabilidad financiera, ningún nuevo inversionista atendió la invitación
y mucho menos los accionistas fundadores.
Si bien es cierto los
ingresos (efectivo) periodo 2007-2011 ascienden $323 millones de pesos; las
deudas según el balance general están representadas en unos gastos diferidos y en un pasivo corriente que asciende a la
suma de $595 millones.
Si a lo anterior se le suma
que desde la apertura de las deliberaciones el Alcalde Municipal objetó la constitución
de dicha sociedad por la existencia de unos derechos (acciones) sobre-valorados
en $800 millones de pesos y que hacen parte del “activo intangible” que no
representan capital pagado (en efectivo); lo que determinó desde un comienzo una
débil estructura financiera para el citado proyecto convirtiéndolo en inviable desde
su inicio.
Siete años después y sin
conocerse realmente en que consiste el famoso diseño y plan maestro, se puede concluir,
con riesgo de equivocarme, que los teóricos de dicho proyecto pensaban no construir
un Terminal de Transportes sino un mega-centro comercial con una área destinada
para el propósito del gremio transportador (construcción de un terminal).
Se llega a la anterior conclusión
(el centro comercial), ya que a ultima hora, y a partir de las reuniones de
accionistas, en abril y mayo, y ante la negativa del señor Alcalde para reinvertir
en dicho proyecto (evitando incurrir en un mayor detrimento patrimonial) además
limitado financieramente por la actual situación económica del municipio (atención
al déficit) y frente a la reiterada exigencia de liquidar la sociedad; un grupo de accionistas
que representan casi el 34% de las acciones insisten en la construcción de un
centro comercial, vender los locales (sobre planos), los recursos percibidos
colocarlos para ser administrados a través de una fiducia y en menos de 6 meses
empezar la construcción de dicha obra en el lote que aportó el municipio, de
esta manera se construiría un Centro Comercial con un Terminal de Transporte.
La pregunta es la siguiente…
¿se hallarán inversionistas en la región? interesados en comprar locales comerciales
en el actual lote donde desde hace un poco más de 7 años se intenta construir la
obra.
Igual… ¿Tendrá la citada empresa
con experiencia certificada como constructora de centros comerciales el
suficiente musculo financiero para atender acreencias cercanas a los $600 millones
y emprender en 6 meses las obras?
En el caso que se hiciera realidad
la construcción del centro comercial, tal parece al mejor estilo de Unicentro-Pereira…
¿existe en la región norte-vallecaucana el ingreso per-cápita para demandar
productos y servicios que le permita ser viable en el mediano plazo?
Otra inquietud ¿podría dicho
centro comercial competir con los centros comerciales de la vecina ciudad
capital del Risaralda?
Volviendo al 5 de marzo del
presente año, estas razones (Iliquidez del proyecto) y muchas otras más
sirvieron para que el abogado Álvaro Carrillo, se opusiera a aprobar los estados
financieros desde esa primera asamblea general de socios, al tiempo que
solicitara la disolución y liquidación de la sociedad por considerar que no era posible
financieramente.
Pero como el propósito del abogado
Álvaro Carrillo, es la construcción de un Terminal de Transportes Terrestre de Pasajeros,
de hecho hace parte de las propuestas en su Programa de Gobierno y se encuentra
marcado en el Plan de Desarrollo 2012-2015 que se ajuste a la realidad económica
de la ciudad y región, a propuesto en repetidas ocasiones invitar a los
actuales socios para que hagan parte de ese nuevo proyecto, en un lote diferente,
aprovechando las bondades de la ley 1508
de 2012 o de las alianzas público privadas.
En conclusión y ante la férrea
oposición del Alcalde el pasado 24 de mayo
fue aprobado la disolución de la sociedad Terminal de Transportes quedando
pendiente por resolver la liquidación de la misma.
El pasado miércoles 20 de
junio, a falta de quórum nuevamente quedó aplazada la votación sobre la liquidación
de dicha sociedad Terminal de Transportes de Cartago.
Nuevamente se solicitó y antes de la próxima reunión, se
haga llegar al municipio el borrador del acta la cual deberá ser revisada por el grupo asesor para así proponer
las aclaraciones pertinentes si fuere necesario.
Quedó en el ambiente la sensación
sobre el tema del terminal en el sentido que se debe de manejar con responsabilidad
social ya que el Municipio y la Región necesitan una obra que solucione el
problema de movilidad local y de la región; a su vez que se articule con otra
gran obra como lo es el Aeropuerto de Santa Ana.
Finalmente se dejó sobre la
mesa la posibilidad de liquidar acordada y voluntariamente la sociedad, decisión
que favorecería a todos los inversionistas. Amanecerá y veremos.
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