domingo, 6 de mayo de 2012

LOS MIEDOS Y LAS OBSESIONES DEL ALCOHÓLICO


Es probable que usted insista, sin motivo alguno, en importunar a un familiar, vecino, amigo, conocido simplemente porque no son como usted quiere que sean, o a una compañera (o) de trabajo porque considera que es inepto y perezoso, entre otras razones válidas solo para usted compañero Alcohólico.

También intima a su novia, amiga o compañera intentando demostrar que no es lo que ella aparenta ser, entonces la juzga y le hace la vida insoportable.

Usted actúa de esa manera, guiado por la confusión y el miedo de aceptar que probablemente  son iguales o mejores que usted, sea el caso de los primeros.

O por la obsesión de controlar a su esposa, novia, o amiga con privilegios; negándose, usted, a aceptar la suerte que tiene el tenerla a su lado; sin reconocer que todo el merito lo tiene ella, al aceptar dormir muchísimas noches aguantando el hedor alcohólico de tremendo borrachín.

Tampoco ha pensado que independiente  de lo tanto que lo hayan soportado en especial ella su esposa o amiga, y resultado de su irritante comportamiento, esté seriamente pensando en como será el futuro que le espera a su lado.

Salvo que el licor se lo quite todo, usted tiene una oportunidad, y si se lo propone (aceptando que tiene  un problema con el alcohol) puede darle un giro de 180 grados a su vida. Pues siempre hay una esperanza para comenzar una vida nueva, pero alejado del Alcohol.

A pesar de todo, usted tiene el derecho de reconstruir o empezar  una nueva vida, un nuevo trabajo, una nueva relación de pareja, nuevos proyectos y seguramente recuperar la salud sicológica y física perdida fruto del abuso con la botella de licor.

Uno si comprende, cuando un alto funcionario de un organismo monetario internacional, disfrutando de los honores y en la época dorada de su vida, no solo por el prestigio de su cargo sino por la dignidad que le otorga la edad; como en un par de minutos lo pierde todo, por el hecho irracional de acosar sexualmente a una camarera en un hotel diez estrellas que fácilmente podría ser su biznieta, dada la diferencia de edad.

Hoy comenzando semana y antes de entrar, finalizando el mes, en el Programa de Recuperación a través de los Doce (12) Pasos; abordaré el tema de los Defectos de Carácter propios de una mente confusa y enferma por el abuso del alcohol, que no es otra cosa que el desbordamiento de los instintos y las pasiones.

No sin antes destacar que no soy especialista en el tema del Alcoholismo, que tan solo he padecido el flagelo de esta enfermedad y que hoy quiero compartir una solución.

Hoy no pretendo abrir la caja de pandora de las miserias del ser humano, solo busco mostrarle a la luz de mi poca experiencia aunada la de cientos de miles de alcohólicos que se han recuperado de esta terrible enfermedad, que lentamente mina y acaba con la esperanza de vivir y luchar para cada día ser mejores en cuerpo y espíritu.

Son siete (7) los principales Defectos de Carácter que se manifiestan en la personalidad del borrachín, aclarando que se obtiene este deshonroso titulo, no por la calidad, cantidad y frecuencia con que se consuma licor.

La Soberbia: Se manifiesta en una actitud egocéntrica donde el sujeto afectado se ama demasiado a si mismo, llegando a despreciar a Dios y a las demás personas que le rodean, es aquel tipo de personaje cree que puede hacerlo todo, es el más listo, el más perfecto y el resto son solo unos tontos, gusta de llamar la atención y crees que todo lo mereces.

La Lujuria: Simplemente es buscar de manera desordenada el placer sexual; es buscarlo por si mismo, no te importa ofender a tu pareja; ciertamente esta es una forma de vida, de origen machista, en la cual no se es hombre si no se tiene una mujer o sino se tienen más de dos mujeres al tiempo.

Cuantos casos de violación no son fundamentados en una mente alcohólica que ya no controla los sentidos y se desborda hasta la locura para satisfacer un deseo irracional y asesino.

La Gula: Es comer y beber sin medida, el enfermo alcohólico bebe en exceso y se emborracha, hace y dice tonterías que en sobriedad nunca haría. Se adquiere la mala  costumbre que piensas nada más que en comer.

La Avaricia: Es la desbordada ambición de tener cosas materiales, dinero, vestidos, joyas, bienes muebles e inmuebles sin importar lo que tengas que hacer para conseguirlo.

La Envidia: Martin Emilio Rodríguez acuñó una buena frase en la que describía dicho defecto de carácter… el ciclista decía. “En Colombia la gente se muere es de envidia…”

Es la aterradora sensación de sentir tristeza cuando a otro le va bien, o alegría cuando les va mal, se es envidioso cuando te comparas con los demás, en su físico, forma de actuar, vestir, caminar, como se relaciona, y con quien se relaciona, en la suerte del vecino que cambió de vehículo, o si adquirió una nueva propiedad, entre otros.  

 La Pereza: es descuidar las obligaciones, como lo son atender la familia, el trabajo, los negocios o compromisos adquiridos recordemos uno de  los síntomas del alcohólico cual es faltar al estudio o al trabajo, inventando excusas que solo ocultan la tembladera y la resaca de un monumental guayabo alcohólico.  

Esta es solo una breve reseña de los principales defectos de carácter, que lentamente minan nuestra personalidad; nos hacen debiles, los que se adquieren a lo largo de toda un vida dedicada al consumo incontrolado del alcohol.

Para salir temporalmente de ese infierno terrenal solo existen dos opciones la cárcel o el hospital; para terminar definitivamente con ese sufrimiento existen dos alternativas, el cementerio o Alcohólicos Anónimos. Amanecerá y veremos.

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