Es probable que usted insista,
sin motivo alguno, en importunar a un familiar, vecino, amigo, conocido simplemente
porque no son como usted quiere que sean, o a una compañera (o) de trabajo
porque considera que es inepto y perezoso, entre otras razones válidas solo
para usted compañero Alcohólico.
También intima a su novia,
amiga o compañera intentando demostrar que no es lo que ella aparenta ser,
entonces la juzga y le hace la vida insoportable.
Usted actúa de esa manera,
guiado por la confusión y el miedo de aceptar que probablemente son iguales o mejores que usted, sea el caso
de los primeros.
O por la obsesión de
controlar a su esposa, novia, o amiga con privilegios; negándose, usted, a
aceptar la suerte que tiene el tenerla a su lado; sin reconocer que todo el
merito lo tiene ella, al aceptar dormir muchísimas noches aguantando el hedor alcohólico
de tremendo borrachín.
Tampoco ha pensado que independiente
de lo tanto que lo hayan soportado en
especial ella su esposa o amiga, y resultado de su irritante comportamiento,
esté seriamente pensando en como será el futuro que le espera a su lado.
Salvo que el licor se lo
quite todo, usted tiene una oportunidad, y si se lo propone (aceptando que
tiene un problema con el alcohol) puede
darle un giro de 180 grados a su vida. Pues siempre hay una esperanza para
comenzar una vida nueva, pero alejado del Alcohol.
A pesar de todo, usted tiene
el derecho de reconstruir o empezar una
nueva vida, un nuevo trabajo, una nueva relación de pareja, nuevos proyectos y seguramente
recuperar la salud sicológica y física perdida fruto del abuso con la botella
de licor.
Uno si comprende, cuando un
alto funcionario de un organismo monetario internacional, disfrutando de los
honores y en la época dorada de su vida, no solo por el prestigio de su cargo sino
por la dignidad que le otorga la edad; como en un par de minutos lo pierde todo,
por el hecho irracional de acosar sexualmente a una camarera en un hotel diez
estrellas que fácilmente podría ser su biznieta, dada la diferencia de edad.
Hoy comenzando semana y
antes de entrar, finalizando el mes, en el Programa de Recuperación a través de
los Doce (12) Pasos; abordaré el tema de los Defectos de Carácter propios de
una mente confusa y enferma por el abuso del alcohol, que no es otra cosa que
el desbordamiento de los instintos y las pasiones.
No sin antes destacar que no
soy especialista en el tema del Alcoholismo, que tan solo he padecido el
flagelo de esta enfermedad y que hoy quiero compartir una solución.
Hoy no pretendo abrir la
caja de pandora de las miserias del ser humano, solo busco mostrarle a la luz
de mi poca experiencia aunada la de cientos de miles de alcohólicos que se han
recuperado de esta terrible enfermedad, que lentamente mina y acaba con la
esperanza de vivir y luchar para cada día ser mejores en cuerpo y espíritu.
Son siete (7) los
principales Defectos de Carácter que se manifiestan en la personalidad del borrachín,
aclarando que se obtiene este deshonroso titulo, no por la calidad, cantidad y
frecuencia con que se consuma licor.
La Soberbia: Se manifiesta
en una actitud egocéntrica donde el sujeto afectado se ama demasiado a si
mismo, llegando a despreciar a Dios y a las demás personas que le rodean, es
aquel tipo de personaje cree que puede hacerlo todo, es el más listo, el más
perfecto y el resto son solo unos tontos, gusta de llamar la atención y crees
que todo lo mereces.
La Lujuria: Simplemente es
buscar de manera desordenada el placer sexual; es buscarlo por si mismo, no te
importa ofender a tu pareja; ciertamente esta es una forma de vida, de origen
machista, en la cual no se es hombre si no se tiene una mujer o sino se tienen
más de dos mujeres al tiempo.
Cuantos casos de violación no
son fundamentados en una mente alcohólica que ya no controla los sentidos y se
desborda hasta la locura para satisfacer un deseo irracional y asesino.
La Gula: Es comer y beber
sin medida, el enfermo alcohólico bebe en exceso y se emborracha, hace y dice tonterías
que en sobriedad nunca haría. Se adquiere la mala costumbre que piensas nada
más que en comer.
La Avaricia: Es la
desbordada ambición de tener cosas materiales, dinero, vestidos, joyas, bienes
muebles e inmuebles sin importar lo que tengas que hacer para conseguirlo.
La Envidia: Martin Emilio Rodríguez
acuñó una buena frase en la que describía dicho defecto de carácter… el
ciclista decía. “En Colombia la gente se muere es de envidia…”
Es la aterradora sensación de
sentir tristeza cuando a otro le va bien, o alegría cuando les va mal, se es
envidioso cuando te comparas con los demás, en su físico, forma de actuar,
vestir, caminar, como se relaciona, y con quien se relaciona, en la suerte del
vecino que cambió de vehículo, o si adquirió una nueva propiedad, entre otros.
La Pereza: es descuidar las obligaciones, como
lo son atender la familia, el trabajo, los negocios o compromisos adquiridos recordemos
uno de los síntomas del alcohólico cual
es faltar al estudio o al trabajo, inventando excusas que solo ocultan la tembladera
y la resaca de un monumental guayabo alcohólico.
Esta es solo una breve
reseña de los principales defectos de carácter, que lentamente minan nuestra personalidad;
nos hacen debiles, los que se adquieren a lo largo de toda un vida dedicada al consumo incontrolado
del alcohol.
Para salir temporalmente de ese
infierno terrenal solo existen dos opciones la cárcel o el hospital; para
terminar definitivamente con ese sufrimiento existen dos alternativas, el
cementerio o Alcohólicos Anónimos. Amanecerá y veremos.
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