domingo, 26 de febrero de 2012

¿CUANTOS ALCOHÓLICOS SOMOS?

La verdad la cifra es incierta, sin embargo acudí a un par de compañeros del grupo de A.A. (Alcohólicos Anónimos) JJ. y Norberto, caros amigos, a propósito espero no haber quebrantado el principio del anonimato; a los que acudí en busca de acompañamiento y como siempre me aceptaron; siendo estas las cifras estimadas en el Municipio de Cartago en el Norte del Valle, pertenecen y acuden a las reuniones diarias 70 miembros activos (60 hombres y 10 mujeres aproximadamente).

Con la anterior cifra, irrisoria por lo demás solo hemos identificado los enfermos alcohólicos que han tenido el coraje de aceptar su enfermedad y enfrentan continuamente el reto de superar (muchos con éxito) sus tragedias personales y profesionales.

En este punto insiste en recordarme uno de ellos J.J. “…Mientras el Alcoholismo viaja en un Ferrari último modelo matando a diario miles de personas alrededor del mundo; Alcohólicos Anónimos (A.A.) se desplaza en un Renault 4 modelo 80 salvando unas pocas almas…”

Quedaría por contactar aproximadamente, unos 80 miembros que en el pasado hicieron parte de los grupos (funcionan 6 en la ciudad) y por diversas circunstancias no volvieron o algunos regresan esporádicamente para llevar con su testimonio unos renovados modelos de vida digna, alejados del consumo del alcohol; pero también sin perder de vista que muchos de ellos siguen atormentados y náufragos en un mar de alcohol.

Intentando acercarme a la cifra representativa, que incluye a todos aquellos que aún se niegan a aceptar esa dura realidad, y de la cual se estima es un poco más del 10% de la población, lo que nos sugiere podrían ser 13.240 enfermos alcohólicos o mejor borrachines que de alguna manera sufren y hacen sufrir a sus familias y seres queridos.

Ahora si la anterior cifra la multiplicamos por 4 (Numero promedio de personas por unidad familiar) estaríamos hablando de 52.960 ciudadanos del común que son victimas de los efectos colaterales del abuso del alcohol.

Lo que queda claro es que, el alcoholismo, no distingue edad (entre los 8 y los 90 años); religión (Católicos, protestantes, budistas, musulmanes, judíos, entre otros.); raza (Blancos, negros, indios, mestizos, mulatos, entre otros.); género (heterosexuales, bisexuales y homosexuales entre otros); nivel social (desde el estrato 0 hasta el 10); nivel educativo (analfabetas, bachilleres, universitarios, filósofos, abogados, médicos, sacerdotes, sicólogos, ingenieros, arquitectos, economistas, contadores, administradores de empresas, sociólogos, entre otros); estado civil (soltero, casado, viudo, separado, unión libre), monstruo de mil cabezas que ataca (la botella de licor) de manera indiscriminada y desconcertante; estudiosos del tema afirman que el 95% de la población podría considerarse vulnerable al ataque de esta enfermedad.

Este problema de Salud Pública no se queda ahí, ya que para muchos individuos es solo la primera fase de una pronta y desconcertante cadena de adicciones, una botella de alcohol en muchas ocasiones va de la mano del tabaquismo y la drogadicción y estos a su vez arrojan especialmente a la juventud al abismo de la delincuencia y la prostitución.

Es triste y alarmante, y de hecho ha llamado la atención nuevamente a las autoridades civiles y militares, me refiero al repunte en las estadísticas sobre muertes violentas, así como los accidentes de transito y las riñas callejeras, cifras que afectan en un rango de la población por edad entre oscila los 12 y los 18 años de edad, enésimo campanazo de alerta.

Si bien es cierto, se hace urgente desarrollar planes de contingencia por parte de las autoridades para frenar una nueva oleada de violencia, también es necesario volver los ojos al sector educativo para que desde allí nuevamente se adelanten campañas para dar a conocer los riesgos del consumo del alcohol, tabaco y las sustancias psicoactivas.

Desde el punto de vista Institucional, y con esto no pretendo endosarle el problema al actual gobernante de los Cartagüeños, el abogado Álvaro carrillo; el problema radica en que no se le ha dado la importancia a la catastrófica dimensión de sus efectos a nivel económico y social en la comunidad.

Hoy en pleno proceso de la elaboración del Plan de Desarrollo, donde se tocan los temas fundamentales como educación, salud, infraestructura, agua potable y saneamiento básico, deporte, cultura, turismo, vivienda, seguridad ciudadana, entre otros.

No pueden faltar recursos, ni espacio ni tiempo para que a través del Programa de Gobierno: Cartago Moderna, Competitiva e incluyente se tenga el firme propósito y la intención de desarrollar estrategias que conduzcan a luchar contra esos 3 flagelos que hoy atacan la sociedad cartagüeña en particular y al país en general.

En este orden de ideas, y volviendo a lo que nos interesa localmente, revisando su Programa de Gobierno encuentro en el eje 6 DESARROLLO SOCIAL; donde se señalan las propuestas institucionales, y frente al problema del alcohol, en el Sector Salud se detalla el siguiente punto a desarrollar en el temario. “….Proyecto sobre salud mental y tratamiento y control de las enfermedades para la reducción en el corto plazo del consumo del alcohol y las sustancias psicoactivas…”. De igual manera pero tímidamente en el sector POBLACIÓN VULNERABLE Y LIMITADA FISICA “…Fomento y creación de red de participación ciudadana en convenio con ICBF, casa de justicia, inspecciones de policía, fiscalía, cruz roja, bomberos, defensa civil, secretaria de gobierno, Sena, cajas de compensación en la lucha contra la violencia intrafamiliar, las adicciones, prostitución infantil y consumo de sustancias psicoactivas…”

Realizando la lectura juiciosa de dicho Programa de Gobierno, me lleva a concluir, que no son suficientes las buenas intenciones, sino que en la identificación de la problemática que hoy nos ocupa, se hace necesario no solo incluir los dos anteriores sectores, por el contrario el esfuerzo debe de ser de toda la institucionalidad.

Lo anterior me lleva a concluir que se hace urgente e importante, y ante la escasez de recursos, articular todos los sectores y actores sociales: no solo del lado de la Institucionalidad sino que participen activamente la fuerza pública, la iglesia, el sector privado, la academia, los gremios y en general la sociedad civil para que actúen rápidamente intentando contrarrestar el efecto nocivo de la ocurrencia de dichos desordenes aceptados hipócritamente por una sociedad de consumo y que ignoran las profundas repercusiones socioeconómicas de una sociedad que naufraga en el alcohol.

Si finalmente estas buenas intenciones son llevadas a la práctica, se hace igual de necesario el concurso y ejemplo de usted frente a su familia; si allí en la intimidad del hogar no se da ejemplo cualquier esfuerzo es nulo; ya que nuestros hijos imitan el actuar de nosotros como padres… por ello… le recomiendo a usted atento y respetado lector…Abuelo si decidió beber, tómese unos pocos tragos, y evite emborracharse frente a su familia... Y recuerde que ALCOHÓLICO no es solo aquel individuo que bebe a diario o cada ocho dias....Amanecerá y veremos.

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