No cabe la menor duda que la lectura del anterior interrogante, causa sorpresa a muchos y molestia para algunos pocos.
Sorpresa por cuanto nadie espera, así en frio y en directo, que alguien lo aborde de semejante manera, y con la única disculpa de intentar ayudarle, le llame la atención, lo intente poner contra la pared para esculcarlo interiormente y darle a entender que posiblemente esté por enfrentar el reto más grande de su vida. DEJAR DE BEBER.
Molestia por cuanto usted en su interior está convencido que lejos está de serlo y siente pánico y vergüenza que algún día se entere, su familia y amigos, que hace muchos años navega en un mar de Alcohol.
Peor aún, tenga usted la plena seguridad que sus familiares, vecinos, amigos, y conocidos, en las pasadas fiestas de fin de año, comprobaron o llegaron a la conclusión, que usted, ya se comporta como un Alcohólico, y por respeto, pena o pesar le ocultan una verdad que es conocida por todos los que le rodean.
En este orden de ideas y si usted, respetado y atento lector, es lo medianamente inteligente para entender que en la mayoría de los casos su peor enemigo, es usted mismo; fácilmente concluirá que muchos de sus problemas los pudo haber evitado, si hubiera controlado emocionalmente ese animal interior que interviene en su vida, y al que algunos llaman conciencia, personalidad, intelecto, ego, entre muchas otras calificaciones.
Repasemos un poco y miremos hacia el pasado, para encontrar el porqué razón acudió al licor (los ingenuos primeros tragos) y que en términos generales lo hizo para sentirse bien o para salirle al paso a “algo” o “alguien” que lo hacía sentir inseguro.
A lo mejor ya había tomado muchos traguitos, cuando por primera vez salió a bailar, en el día de su matrimonio, cuanto tomo prestado el auto, o la moto de su mejor amigo(a); o cuando intentando demostrar ser muy guapo, enfrento su primer “torete” en una alegre corraleja de fin de semana, arriesgándose a recibir gratuitamente la primera cornada de su vida. Lo digo porque las otras cornadas (de cornudo) son inevitables a lo largo de la existencia, entonces no se mortifique más por eso.
Igual hoy no voy a juzgarlo, aunque interiormente usted y yo sabemos que está enfrentando serios problemas con el alcohol. Pero bueno la conclusión se la dejo solo a usted.
Hoy para comenzar, y cada 4 semanas, le dedicaré unos minutos para intentar poner sobre la mesa un tema que es ya un problema de salud pública, y es el Alcoholismo, su presencia en la sociedad de consumo no distingue edad, sexo, religión, condición civil, política, ni situación socioeconómica; y que afecta a miles de familias en la ciudad de Cartago en el Norte del Valle.
Para finalizar hoy enunciaré 12 preguntas, que solo usted puede contestar, y que no es necesario las comparta (la respuesta) con alguien. Puede mantenerlas en el anonimato, por ahora. Y son las siguientes:
1. ¿Ha tratado de no beber por una semana (o más) sin haber logrado cumplir el plazo?
2. ¿Le molestan los consejos de otras personas que han tratado de convencerle que deje de beber?
3. ¿Ha tratado alguna vez de controlarse cambiando de una clase de bebida a otra?
4. ¿Ha bebido alguna vez por la mañana durante el último año?
5. ¿Envidia usted a las personas que pueden beber, sin que les ocasione dificultades?
6. ¿Ha empeorado progresivamente su problema con la bebida durante el último año?
7. ¿Ha ocasionado su modalidad de beber, problemas en su hogar?
8. ¿En reuniones sociales donde la bebida es controlada, trata usted de conseguir tragos extras, o se convierte en mesero para acercarse al licor?
9. ¿A pesar de ser evidente que no puede controlarse, ha continuado usted afirmando que puede dejar de beber por si solo cuando quiere hacerlo?
10. ¿Ha faltado a su trabajo el último año a causa de la bebida?
11. ¿Ha tenido alguna vez “launas mentales” a causa de la bebida?
12. ¿ha pensado alguna vez, que podría tener más éxito en la vida si no bebiera?
Ahora, determine usted mismo su resultado; Si contestó SI a cuatro o más preguntas, si es así, las probabilidades son que tiene un serio problema alcohólico, o que lo tendrá en un futuro cercano. Amanecerá y veremos.
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