sábado, 22 de octubre de 2011

EL BALANCE DE LOS FOROS Y DEBATES

Como era de esperarse y resultado de la enorme polarización que caracterizó ésta campaña, donde predominaron las diatribas (que solo recogen indignación por lo mal hecho, rencores por los abusos de poder y miedo de perder) entre y contra los dos principales protagonistas con mayor opción de llegar al primer cargo del municipio.

Contrario a éstos desagradables hechos, siempre he estado del lado de los que opinan que la mejor forma de adelantar con éxito una campaña política, es la estrategia de la sana y enriquecedora confrontación de ideas.

Por ello cuando los protagonistas se apoyan en su plataforma ideológica y en general sobre las propuestas consignadas en los diferentes Programas de Gobierno que no es otra cosa que la viva expresión de su inventario intelectual aunado a la experiencia en lo público; es cuando finalmente triunfa la sensatez sobre la irracionalidad.

Lo que no podemos perder de vista al momento de elegir nuestro próximo gobernante, es dejarnos guiar como borregos por la sola y manipulada valoración moralista (por aquello de la doble moral de los colombianos) que nos lleve a decidir cual es el mejor, basados en el corolario de conceptos que van desde la lucha de los contrarios, el yin y el yang, lo positivo y lo negativo o la eterna disputa entre ángeles y demonios.

La realidad que nos impuso esta campaña electoral fue el abuso de la publicidad, el despilfarro de recursos en convocatorias, lanzamientos y relanzamientos, cierres y recierres de campañas, la dominación a través del mercadeo de cupos, promesas y exigencias puerta a puerta y el manoseo de los más vulnerables por las diferentes campañas.

La intención siempre fue avivar los prejuicios de una sociedad que desde hace más de 20 años ha estado expuesta y corrompida por los 7 jinetes del apocalipsis y donde nadie absolutamente nadie se salva.

Está entonces claro que el escaso debate que se dio alrededor de las ideas, a pesar de todo les dió la oportunidad, a los candidatos, de mostrar la fibra con la que están hechos, para que de esta manera el ciudadano del común medianamente ilustrado en esos temas se hiciera una idea y por supuesto supiera a que atenerse y lo que puede esperar de cada uno de ellos.

Finalmente el próximo 30 de Octubre, se espera que usted atento y respetado lector solo y libremente (dentro del cubículo y frente al tarjetón) decida la suerte del próximo gobernante para de esta manera entregarle en suerte los destinos de la ciudad; de ahí la importancia de elegir el que integralmente demuestra ser el mejor.

Hay dos razones muy sencillas; la primera, todos conocemos las propuestas y la personalidad de los 7 candidatos; y la segunda, un poco más de los 126.000 ciudadanos aptos para votar conocen de cerca los resultados (aciertos y fracasos) de los 4 últimos Alcaldes (el suspendido y los tres últimos encargados) durante la vigencia fiscal 2008-2011. “…Por sus obras los conoceréis…”.

Saber interpretar el mundo (nos exige entenderlo) que nos rodea significa asumir el reto de apropiarnos de una nueva visión cosmopolita y glocalista donde la realidad es que la institucionalidad a nivel local, regional y nacional camina hacia grandes transformaciones que le permitan dar ese giro de 180 grados y así poder enfrentar los desafíos que nos impone una económica globalizada.

Hoy me dedicaré a intentar interpretar la imagen que proyectaron los candidatos agrupados en dos grupos, los políticos y los académicos.

Antes de entrar en materia, la primera impresión que se tiene sobre asistencia a los foros y debates; es que si bien es cierto hicieron presencia, en algunos casos, delegados de la academia, los gremios, el clero, la fuerza publica, y en general las fuerzas vivas y la sociedad civil; brillaron por su ausencia los principales representantes de cada uno de esos importantes sectores económicos y sociales como centros y formadores de opinión.

Uno podría concluir a riesgo de equivocarse que poco o nada les interesa ejercer ese liderazgo transformador y pareciera que se niegan a participar en el presente y el futuro de la ciudad de Cartago en el Norte del Valle, o simplemente asumen la actitud de permanecer agazapados o amparados en el…dejar hacer…dejar pasar.

Queda entonces la duda de su papel protagónico para hacer parte del cambio, la transformación o la continuidad; surge entonces el primer interrogante ¿Que es lo que realmente les interesa?

Volviendo a los foros y debates observemos como quedó la imagen que cada candidato intentó proyectar.

Empecemos con el grupo de los “políticos” encabezados por el candidato por el partido de la U y la ASI, seguido por el Partido Liberal, el PIN y por último el avalado por el Partido Conservador todos sin excepción encarnan la imagen del político tradicional con el pleno conocimiento de lo público, entonces el primer balance arrojado indica que cuando tuvieron la oportunidad de ser servidores públicos unos perdieron el año y otros acertaron.

Recordemos del primero que entre otros cargos fue Gerente de Incavi y de las Empresas Municipales; el segundo fue concejal y Personero; el tercero fue concejal y diputado y el último se desempeño como alcalde (no por elección popular) de nuestro municipio. Como reza el refrán… “…por sus obras los conoceréis…”.

Haciendo parte del “otro” grupo y en representación del sector académico y profesional está el candidato por AICO, el de Cambio Radical y el Polo Democrático; todos tienen en común su inexperiencia en lo público, lo que los faculta para emprender críticas hacia el ejercicio de dicha actividad y de la cual desean hacer parte como ordenadores del gasto.

Del primero se le reconoce su amplia trayectoria laboral y su formación profesional, sus detractores le endilgan que cuando desempeño estratégicos cargos a nivel nacional; y pudiendo hacerlo, nunca se acordó de su ciudad natal para gestionar y traer recursos para invertir principalmente en obras en el sector cultura y turismo uno de sus principales objetivos de su actual campaña.

Del segundo se le conoce por su brillante carrera profesional, cofundador de varias clínicas en la ciudad y dedicado en el pasado y actualmente a la construcción de vivienda como urbanizador.

La tercera es ingeniera civil contratista del estado en el pasado, actividad que abandonó, como ella misma lo afirma debido al flagelo de la corrupción; dedicada desde hace muchos años a la labor social desde la iniciativa privada.

Intentando realizar una gran conclusión sobre el mensaje que nos enviaron los participantes en los diferentes foros y debates, donde la principal causa de los problemas económicos y sociales, se encuentra en la crisis política de grandes proporciones que enfrentan los “lideres” de nuestra ciudad.

Todos llegan y quieren convertirse a cualquier precio en los nuevos jefes políticos locales y regionales y terminan despreciando a la mayoría de la comunidad que lo eligió.

En materia económica afloran los desequilibrios fiscales, el retroceso del empleo formal, la creciente corrupción y el permanente clientelismo al punto que algunos candidatos hablan de múltiples carteles en la contratación.

Otra de las grandes conclusiones en el desarrollo de los foros y que los candidatos dieron a entender es el abuso del poder, que no solo es fuente de desigualdad, es también motivo de ineficiencia.

La última conclusión derivada del desarrollo de las campañas es que de los 7 candidatos solo dos tienen la mayor opción de llegar al primer cargo del municipio.

Uno de ellos es el abogado Álvaro Carrillo, nacido y criado en la ciudad y con la suficiente estructura política para enfrentar la gran maquinaria del candidato oficial, el economista José de Jesús Villamil, del cual se dice que su principál debilidad es el ser costeño.

El primero cuenta con el apoyo popular de su Partido Liberal y sobre el segundo se cierne la sombra de las acciones y omisiones de su mentor; finalmente debo concluir que la suerte está echada. Amanecerá y veremos.



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