sábado, 24 de septiembre de 2011

LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN…UNDÉCIMO PASO…FORTALEZA PARA CUMPLIR

Hace once meses adquirí el compromiso personal de llevar el mensaje mensual de Alcohólicos Anónimos, aclarando que no soy un experto en el tema, para todos aquellos que aún sufren (y muchas veces sin entender la razón de ello) entonces ésta es una cita con usted que no se puede aplazar.

La vida está llena de oportunidades y retos, saber enfrentarlos con una actitud mental positiva y con serenidad son la razón de ser del enfermo alcohólico que busca recuperarse; donde la intención es cambiar su forma de vida.

Las evidencias y los hechos nos indican que para el antiguo borrachín, no todo está perdido, a lo mejor no pueda recuperar sus mejores amigos o su familia; pero si puede salvarse del infierno personal que lentamente e irremediablemente lo llevará a un hospital, cárcel o a perder lo más preciado la vida.

Ya en este onceavo peldaño, sentimos que cada vez llegamos más alto y diariamente nos superamos, todos los que aceptamos y practicamos el programa de A.A. nos convertimos en personas proactivas y aprendimos a enfrentar la vida, recibimos con mente abierta todas las cosas buenas y malas que nos acontecen en el día a día durante esas 24 horas.

Adquirimos la costumbre de hacer una pausa y reflexionar sobre todo lo que nos acontece; ya no somos esos caballos locos desbocados pendiente abajo dirigiéndonos inconscientemente al fracaso.

Todos los días oramos y damos gracias por las bendiciones recibidas de aquel Ser Superior que nos guía y siempre nos demuestra lo tanto que nos ama.

La disciplina adquirida en el programa logra que nuestra mente reaccione y actué frente a los diferentes acontecimientos, de tal manera que ya no caemos en un desbordado entusiasmo o en excesiva nostalgia.

Procuramos y generalmente realizamos el balance diario de todo lo que nos ha sucedido, para así evitar volver a la bebida bajo la errónea y absurda justificación de celebrar lo bueno o para tranquilizarnos de lo malo que nos ha ocurrido.

Aprendimos que de los errores se obtienen grandes resultados y que una pérdida o derrota, es seguramente el preámbulo de algo muy bueno por suceder.

Por fin somos seres libres de ataduras, ya no nos dejamos dominar por el miedo, la angustia, el rencor, el odio, y demás pasiones y defectos de carácter propios del antiguo fanfarrón, mentiroso y arrogante borrachín.

Lo anterior no significa que esos fantasmas hayan desaparecido, por el contrario siempre deambulan por ahí y cuando menos lo esperamos nos acechan. ¿Cuantas veces y en medio de la madrugada nos despertamos sobresaltados y acompañados de la ira o el miedo?

Afortunadamente el programa de A.A. nos ha preparado y ha puesto en nuestras manos y en nuestro corazón dos escudos poderosos que constituyen la oración y la meditación, armadura o blindaje que nos protege de las adversidades repentinas.

Solo aquellos que tenemos mente abierta y fe en ese Ser Superior, hemos entendido la poderosa eficacia de la oración y su efecto tranquilizador que nos invita a conciliar nuevamente el sueño y rápidamente encontrar paz, para que al día siguiente nos levantemos con la convicción que la felicidad y el éxito siempre estarán ahí y nos acompañarán en el logro de nuestras metas.

El undécimo paso nos dice…”Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consiente con Dios, como nosotros lo concebimos pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla…”.

Como la clave de este paso se centra en la oración, la intención de hoy es sugerirte, que busques y utilices una oración a marera de lectura o cántico, independiente de tus creencias o apegos o la idea que tengas sobre ese Ser Superior.

Sin embargo, en la literatura de A.A. sin ser una exigencia, se sugiere la siguiente oración que hoy deseo compartir con ustedes:

“Dios, hazme un instrumento de tu paz –que donde haya odio, siembre amor-donde haya injuria, perdón-donde haya discordia, armonía-donde haya error, verdad-donde haya duda, fe-donde haya desesperación, esperanza-donde haya sombras, luz-donde haya tristeza, alegría. Dios, concédeme que busque no ser consolado sino consolar- no ser comprendido, sino comprender- no ser amado, sino ama. Porque olvidándome de si mismo, me encuentro; perdonando, se me perdona; muriendo en Ti, nazco a la vida eterna. Amén.

El mensaje que contiene el anterior texto y para no olvidar, es que en los momentos más críticos por los que estemos pasando, es necesario hacer una pausa y entender que “es mejor consolar que ser consolado, comprender que ser comprendido, amar que ser amado” y si lo logramos eso significa que estamos dando bien el undécimo paso.

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