Como era de esperarse ya en la recta final de ésta polarizada campaña política, plagada de rumores…incontables rumores….como resultado del conflicto de tantos intereses en juego entre los que se aferran al poder y los que van tras de el; donde muchos fueron los invitados, algunos insisten en imposibles y muy pocos serán los elegidos.
Los pronósticos indican, conforme a los últimos movimientos políticos a nivel departamental y municipal ya sea pública o a puerta cerrada, que solo dos aspirantes tienen la probabilidad de competir en igualdad de condiciones en las elecciones del próximo 30 de octubre y se espera que la diferencia va a ser muy estrecha y de eso deben de estar muy conscientes y preparadas ambas campañas, hay que madrugar a votar para marcar tendencias.
Hoy me ocuparé de revisar las diferentes candidaturas intentando descifrar la imagen que proyecta el candidato con base en el trabajo de cada grupo asesor y el impacto que genera en el ciudadano del común.
El balance es bien diverso con los siguientes resultados: una campaña ganando diariamente espacio político, otras estancadas y el resto sometidas a un lento pero progresivo desgaste; son solo pronósticos para que usted atento y respetado lector juzgue y saque sus propias conclusiones.
Empecemos por las estrategias que han logrado inclinar la balanza en las preferencias de los sufragantes, mejorando los indicadores de popularidad por parte del voto de opinión.
Empecemos con el Partido Liberal, solo para citar un par de ejemplos y es el impacto del diseño y color de la publicidad, además de la estrategia (no es nueva) de lanzar la campaña del candidato desde el núcleo de las comunas, la convocatoria fue un éxito en la Comuna Uno (Parque Lucas Arana Yusti) demostrado claramente que es uno de los fortines políticos del candidato; logrando despertar el fervor popular por el trapo rojo.
Dicha candidatura posee una estructura solida y en crecimiento, apuntalada en el voto popular que históricamente a triunfado en las elecciones locales; con el transcurrir del tiempo ha recibido importantes adhesiones y alianzas estratégicas que van a mejorar la proyección en votos para el día de elecciones.
Por el lado de la U y la ASI, sigue concentrado el candidato en demostrar que “somos Cartago” y que su Programa de Gobierno apunta al crecimiento y desarrollo de la ciudad, se apuntala en una estructura compuesta de 34 concejales, una senadora y un representante a la cámara; muchos de ellos con muy buena experiencia política que dan garantía de convocatoria al momento de citar a elecciones.
Los hechos y no solo las buenas intenciones marcan la diferencia entre los que se consolidan y los que pierden cada día simpatizantes.
La mayoría de las campañas, con el tiempo que lo decanta todo, han venido a menos y otras solo están “cañando” esperando el momento de los acuerdos; al punto que algunos, enseñoreados por un imaginario triunfalismo, exigen más de lo que pueden entregar en las urnas.
Finalmente todo se circunscribe, visto desde los centros de poder, al “calculo” de los votos que cada candidato espera obtener… para así evaluar el peso político que se tiene.
Es absurdo y suicida políticamente intentar llegar, solo hasta el final, si en las proyecciones no se superan los 5.000 votos, ingenuo pretender ganar por ejemplo… una alcaldía con ese caudal electoral, una cosa es el orgullo, otra la sensatez y audacia en las decisiones.
El candidato por el PIN, tiene en común con los dos más opcionados candidatos, de origen liberal y con una carrera política de varios años, elegido concejal y ahora diputado.
Posee una estructura política liviana, apoyada en los votos que espera le coloque el senador por ese partido; con una ferviente militancia para alegrar la próxima contienda pero sin el caudal de votos necesario para legar al poder, las estimaciones lo ubican con alrededor de 5.000 votos; tiene la oportunidad histórica de inclinar la balanza a favor de cualquiera de los dos anteriores candidatos ¿a cual votará?
El sentido común advierte que los escogidos son el abogado Álvaro Carrillo y el economista Jesús (chucho) Villamil, el primero ofreciendo el cambio y proponiendo reestructuraciones administrativas y políticas y el segundo llamando a la prosperidad y la continuidad en los planes, programas y proyectos de la actual administración municipal.
Entonces a que se debe el “desgaste” de candidaturas que empezaron, como todas, con ilusiones y mucho entusiasmo y ahora mantienen un bajo perfil y otras que intentan afanosamente con bombos y platillos mostrar un caudal político que deja algunas dudas.
Si observamos al resto de los aspirantes, en sus intervenciones públicas ya sea en auditorios o en la plaza pública; la mayoría da la impresión de estar dictando una conferencia a un grupo de estudiantes de postgrado o para recoger fondos destinados a entidades sin ánimo de lucro, el común denominador es que el mensaje no tiene profundidad e impacto político.
El consenso afirma que les hace falta fuerza en el mensaje y claridad en la propuesta, abunda la improvisación (imposible montar una campaña coherente en menos de tres meses).
Del resto de candidatos para la alcaldía, los más desinflados son: la candidatura por el MIO y por el Polo Democrático Alternativo, adolecen del marketing político; la publicidad exterior visual es muy limitada para que llegue e impacte el subconsciente del electorado, candidaturas éstas que no han mostrado, poder de convocatoria…pasivas muy pasivas.
Le sigue Cambio Radical su principal talón de aqules, y se repite casi que en los demás candidatos, radica en que no cuenta con una estructura política solida, se apuntala en un buen discurso que recuerda a la izquierda burguesa romántica, es lento y pausado al estilo Mockus, le falta fuerza a su discurso académico acompañado de cifras y porcentajes que llaman la atención del voto de opinión educado que lee tendencias e histogramas.
Su error de cálculo se origina en la creencia que cuenta con el apoyo de la totalidad del gremio del sector salud conformado por las familias de vigilantes, secretarias, enfermeras, médicos, paramédicos de las diferentes clínicas, centros médicos y consultorios, sector éste que siempre ha mostrado apatía hacia la política.
El candidato por el Partido Conservador, sorpresa para ellos que no contaban con esa inconsulta postulación, lo que determinó el distanciamiento de un sector de la militancia azul no comprometido con la candidatura oficial.
Con un discurso noble que llega políticamente haciendo hincapié en la transparencia y la honestidad, y el énfasis en el fomento y desarrollo de lo micro empresarial convirtiéndose en sus principales cartas de presentación, al igual que los anteriores no posee una organización que lo acompañe, su estrategia apunta a la franja abstencionista, que está cerca del 52% la población apta para sufragar, excelente reserva política de ese partido a futuro.
Avalado por AICO, y emprendiendo una candidatura tardía (tal vez por estrategia aguardó hasta hace menos de tres meses para oficializar su aspiración), nos encontramos con una figura fresca pero desconocida en la ciudad, cuya mejor carta de presentación es su preparación académica y su amplia experiencia laboral.
A pesar de su excelente hoja de vida, no logra proyectar una imagen de liderazgo que genere cambios, carece igualmente de un mensaje que inspire fuerza y contundencia; el resultado… no logra entusiasmar el voto de opinión, con mucha empatía con el voto universitario.
También se concentra en un discurso al mejor estilo del Polo, con esencia académico pero sin propuestas claras y puntuales que generen transformación; prefiere la dialéctica en un discurso apoyado en la dignidad, el respeto y el decoro del actuar institucional.
Si logra llegar a ese esquivo voto de opinión y alcanza una votación cercana a los 3.000 votos; y de decidir radicarse en la ciudad, seguro se perfilaría como un buen candidato de opinión para las elecciones del 2015.
Resultado de lo anterior así la mayoría de los protagonistas se rehúsen a confirmarlo, pero es lo que la opinión pública percibe, muy pronto esa decisión estará en muy pocas manos y todos aquellos que puedan y sepan moverse en los sutiles intríngulis del arte de hacer política definirán el destino de la ciudad durante los próximos 4 años o quizás más. Contienda que podría denominarse el Armagedón político. Amanecerá y veremos.
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