Nadie duda que en los comienzos de la historia de nuestro país político éste se vistiera de rojo, o mejor enarbolaba el trapo rojo.
Esa hegemonía lentamente fue desapareciendo, acelerándose después de la firma del cese al fuego a lo que los dirigentes de la época decidieron llamar “frente nacional” supuestamente como la única formula para apaciguar la sangrienta violencia partidista; puesto que la realidad en el quehacer institucional esa violencia prosigue hasta nuestros días, y que dejó (para esa época) cientos de miles de victimas, de ambos bandos, en su mayoría pobres del campo y de las ciudades.
Ahí se generó la primera gran migración del campo a la ciudad, familias enteras fueron desplazadas físicamente o por medio de pasquines originando la primera gran redistribución de tierras en el país, dando cabida a esa generación de grandes terratenientes; años después se intento la primera reforma agraria que nunca funciono.
Ese intercambio para gobernar, rápidamente se convirtió en un lucrativo negocio donde cachiporros y godos se alternaban el poder político y económico.
A principios de la década del 70 finalmente el Partido Liberal sucumbió, dejando a un lado sus principios e ideología, cuando quedo atrapado por las diferentes bonanzas empezando por la marimbera; ya que los ríos de dinero empezaron a fluir desde la clandestinidad a los bancos privados y públicos y por supuesto permeo el Estado y a la sociedad colombiana de esa época convirtiéndose en esa primera fase de penetración y adoctrinamiento en un nuevo estilo de gobernar basado en el clientelismo.
Como historia, ya le llegará el momento en que sea juzgada por las futuras generaciones tema que seguramente no será abordado con el mismo apasionamiento con que lo hicieron nuestros ancestros.
Como principio de renovación, también esta muy claro que en la actualidad existe una favorable intención de reunificar, convocar y fortalecer nuevamente éste partido fraccionado por las circunstancias y la avaricia de sus antiguos dirigentes de talla nacional.
Es así como el actual presidente del Partido Liberal Rafael Pardo Rueda intenta fortalecerlo con la vigilancia lejana pero atenta del Presidente Juan Manuel Santos Calderón y de Germán Vargas Lleras, todos de origen liberal y pesos pesados cada uno en representación de sus respectivas colectividades.
Oportunidad que nace como consecuencia del trastabille del Partido Social de Unidad Nacional resultado de los numerosos escándalos que enfrentan sus gestores pero en especial el ex presidente Álvaro Uribe Vélez.
Algunos avezados analistas se atreven a decir que los días de “La U” también están contados (Aquí se hace referencia también a la situación que enfrenta el PIN). Ya que el orfebre político sique trabajando lento pero seguro.
Ubicándonos en la década del 50, y conforme al interés del día de hoy comenzando semana, rápidamente nos encontramos que a nivel departamental “ordenaban” lideres regionales como Francisco Eladio Ramírez, Gustavo Balcázar Monzón y Carlos Holmes Trujillo. Todos liberales hasta el tuétano.
A nivel municipal, y siguiendo las directrices de los dos últimos jefes departamentales y en el mismo orden, fungían como jefes políticos Fabio Salazar Gómez e Ignacio Londoño Uribe (q.e.d).
De este último podemos afirmar que fue el gran Patriarca de la política liberal municipal, al punto que mientras la mayoría, sino todos, de los liberales por oportunismo buscaron nido en el recién nacido partido de la U (el de Uribe Vélez), “el tigre” siempre defendió su postura ideológica y se mantuvo alejado y receloso, del orgulloso paisita al que siempre advirtió como una amenaza para su partido liberal.
Le siguen en orden cronológico Luis Carlos Restrepo, considerado el último gran gamonal, pero sin la estatura política de Londoño, existen otros como, Carlos Alberto Cardona, Virginia de Marulanda, Jairo Vargas entre muchos otros liberales de vieja data y que sentían como propio su partido.
Ubiquémonos en la historia más reciente de este partido con Julio Cesar Castro, Juan Eccehomo Caliman, Mario Javier Jordán, Álvaro Carrillo y muchos otros que se me escapan; ahora si ubiquémonos en el escrutinio del 2004 que para esa votación el Partido Liberal obtuvo 2.307 votos.
Ante tremendo fracaso, solo podemos concluir que esa histórica baja votación se debió a que la mayoría de sus militantes buscaron refugio seguro en otros movimientos políticos; nuevamente por conveniencia y principalmente en el recién fundado Movimiento Popular Unido o MPU.
Ya en las últimas elecciones del 2007 se alcanzaron 5.193 votos es decir se obtuvo un crecimiento del 125% de esa votación, donde los más votados fueron Roberto Moreno 1.222 votos; Álvaro Carrillo 1.057 votos (hoy candidato a la alcaldía por ese mismo partido); Mauricio Martínez 730 y José Gabriel Orrego 372 votos; de estos dos últimos y aunque inhabilitado sigue militando el primero en la U; y el segundo nuevamente aspirando para el concejo por la Alianza Social Indígena. ASI.
Como se podrá observar este partido históricamente ha sido la cantera política de donde surgen la totalidad de los modernos y algunos desparecidos movimientos políticos llámense, MPU, convergencia ciudadana, PIN, ASI y la U.
Queda entonces un enorme reto por parte del liberalismo a niel nacional de asumir nuevamente el liderazgo como colectividad.
La tarea para este partido es titánica, por cuando y si quiere recuperar su esencia como partido, tendría que “repatriar” a la mayoría de los dirigentes políticos que se encuentran principalmente en el Partido Social de Unidad Nacional, Cambio Radical, Alianza Social Indígena y en el Partido de Integración Nacional, situación ésta que pareciera un imposible por el grado de compromiso y del beneficio mutuo obtenido por pertenecer a esos movimientos políticos desde hace casi más de 10 años.
A nivel local existe igual expectativa, con la diferencia del otro partido tradicional, ya que el reto es aún mayor por la historia que le antecede en liderazgo, aunados los mismos problemas de organización y disciplina ya que no posee una estructura solida, recordemos que el ultimo presidente del Directorio Liberal Municipal en medio de ésta última contienda electoral terminó alejándose de ese partido y apostándole a la ASI en el mismo local donde funcionaba el aviso rojo.
Entonces no existe un Directorio Municipal Liberal, ni un cohesionado Comando de Juventudes Liberales; conocedores del tema hacen sus cábalas y concluyen que el partido liberal necesita, si desea competir, por lo menos unos 10.000 votos… Entonces le espera un trabajo muy duro para llegar al primer cargo del Municipio de Cartago en el Norte del Valle… ¿De donde los sacará? Salvo un milagro o alguna adhesión o alianza estratégica que le sume votos. Amanecerá y veremos.
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