lunes, 19 de abril de 2010

PRESUPUESTO PARTICIPATIVO COMUNITARIO

Será que las Juntas Administradoras Locales, las Juntas de Acción Comunal, la institucionalidad, la sociedad civil, los gremios, las Ongs, habrán entendido el real significado del PPC, o Presupuesto Participativo Comunitario, déjenme decirles primero que no fue un invento del actual alcalde de los Cartagüeños, y no por eso se le deba restar importancia a su iniciativa, todo lo contrario lo ubica entre los lideres locales con mayor conocimiento y preocupación por la problemática social y económica del municipio, como tolerarla y lo mejor como combatirla desde sus orígenes, y es involucrando al ciudadano del común en la solución de sus necesidades y de paso utilizar adecuadamente unos recursos públicos, para atender tantas falencias comunes y relacionadas, es tener la convicción de entender que se pueden hacer bien las cosas; y empezar a luchar contra el miedo de actuar, la apatía y el conformismo; padres de la injusticia social, la inequidad, la corrupción y el clientelismo.

Muchos siguen sentados muy cómodos en sus oficinas, y soportan con estoicismo las criticas y aún así hacen poco o nada por mostrar gestión, o en sus casas, o en parques, solo esperan que el gobernante de turno ejecute su presupuesto, esperando que se equivoque e inmediatamente salir a denunciarlo; nadie duda que eso es un derecho al que se tiene, como funcionario, veedor, o como un habitante observador de una realidad cotidiana; como ciudadano hay que reflexionar sobre que actitud decidimos adoptar para vencer la pereza y actuar por las causas positivas, sin dejar de señalar las negativas, todos podemos tomar la decisión de cambiar de paradigma, por que cuando nos dedicamos a trabajar en lo personal, buscando réditos principalmente en lo político (tal parece que muchos desean a toda costa convertirse rápidamente y sin mérito alguno en Concejales, Diputados y Alcaldes) definitivamente se pierde el norte; algunos terminan despreciando al pobre e ignorante, olvidando sus orígenes y otros dedicados a escalar puestos apuntalados, en el arte maquiavélico de la injuria y la calumnia; debiendo primero actuar como un leal servidor para una comunidad que lo está necesitando en ese trabajo social silencioso.

En un principio la elaboración de un Presupuesto Participativo Comunitario, se ve asociado directamente a la ejecución de obras y no a la puesta en marcha de un pensamiento colectivo donde la unión hace la fuerza; donde el gobierno municipal pone los materiales, maquinaria, la asesoría profesional de su equipo de gobierno y la comunidad aporta la mano de obra, así de sencillo; el sentido recóndito de dicha forma de gobernar, no está precisamente en pavimentar calles, y en general todo lo que tenga que ver con la infraestructura vial y la movilidad, o el amueblamiento urbano (parques, calles y avenidas, etcétera.) nadie duda que eso es estupendo, por que se logra mejorar la calidad de vida del ciudadano del común, el de a pie.

La idea que se quiere imprimir hoy, es trascender en ese concepto para llegar a otro más significativo, y es no quedarnos con solo la obra, a partir de ahí la obligación de la misma comunidad será cuidarla y respetarla, y es aquí donde se llega al principio de pensar y actuar propositivamente y de manera colectiva, que no es otra cosa de formarnos en una sana cultura de solidaridad, donde todos trabajan hacia un mismo objetivo.

Esta forma de solucionar los problemas se ha venido aplicando en diversos países y no solo son los países pobres o en vía de desarrollo los únicos que no tienen resuelto para su población muchos o la mayoría de las necesidades básicas, son también los países ricos e industrializados, que tienen que sortear problemas de cinturones de miseria en las grandes urbes o en sus campos, resultado de migraciones, hacinamientos, donde camina a prisa la mendicidad, desnutrición, analfabetismo, la violencia en todas sus manifestaciones, drogadicción, el alcoholismo, es decir la lista es muy larga y no se terminaría de enumerarlos todos.

Si ningún presupuesto en ningún país es capaz de darle solución a todos los problemas, entonces que diremos de los centros poblados, o pueblos que no se proyectan con la misma velocidad y están congelados en el tiempo y sin la misma calidad de servicios que tienen las grandes ciudades, refirámonos primero a estas últimas, interpretando la dinámica de su crecimiento poblacional, donde nos encontramos que también están lejos de resolver los problemas de manejo del ecosistema, del agua potable, de los residuos sólidos, la movilidad, y la seguridad, sin mencionar el empleo productivo; al punto de poder concluir que el progreso, debido a la mala distribución del ingreso, trae de la mano la miseria en una parte de esa población, para no ir muy lejos tenemos ejemplos muy cercanos, en capitales, de esa cruda realidad.

Como resolver o intentar solucionar tantos problemas con un limitado presupuesto, frente a la urgente necesidad de desarrollar polos de desarrollo sostenibles, y es donde debemos de seguir insistiendo en que es la sociedad civil y los que hacen parte del gobierno local, son los que deben de apoyar esas iniciativas, donde la comunidad aporta parte de ese esfuerzo en la consolidación de no solo obras como las mencionadas, sino en sembrar un pensamiento colectivo en el sentido que si todos aportamos un grado de arena en la construcción de una nueva ciudad lo lograremos.

¿Pero como empezar a hacerlo? Primero dando ejemplo, y citando solo algunos modelos de conducta. Si el problema que tenemos en el barrio es que pasa muy tarde o en ocasiones no pasa, ni la cuadrilla del aseo o el camión recolector de las basuras, entonces enseñemos a nuestros hijos a no arrojar basuras en la calle, y sacar las bolsas de la basura en el momento en que sea el tiempo de la recolección, no convirtamos en basureros públicos nuestros parques, calles y avenidas, evitemos el hedor que sale de ellos, que deterioran el medio ambiente y la salud publica; señalemos oportunamente los problemas de iluminación en los sitios públicos, evitemos que se apodere la delincuencia de esos lugares, hagamos un buen uso del 123 como herramienta para combatir la inseguridad; enseñemos a nuestros hijos el ahorro del agua y la energía; combatamos el incremento en los hurtos a residencias, que es el resultado de la muda complacencia de la comunidad del sector, que observando una situación extraña no denuncia a las autoridades; si hay sobrecostos en la Salud o Educación o mala calidad de las mismas ya sea privada o publica, hagámosla saber a través de los medios de comunicación; es decir así como se conforman brigadas de vecinos para pavimentar una, dos o tres cuadras aportando la mano de obra y ver realizado el sueño de tener la cuadra pavimentada o el parque construido, organicemos esfuerzos no solo para generar ideas ( el Presidente de una junta de acción comunal debería de disponer de varios proyectos de inversión para ejecutarlos a lo largo de un período de gobierno) sino para realizarlas en bienestar de una comunidad.Se hace pues necesario actuar en beneficio de nuestra cuadra, barrio y ciudad.

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