martes, 27 de abril de 2010

CON EL SOL A LAS ESPALDAS

A estas alturas del debate presidencial están ocurriendo varias cosas; La Primera, las metidas de pata monumentales de algunos candidatos, pero en especial las de Nohemí Sanín Posada, ex diplomática y de la que se esperaba pujara por la segunda vuelta, algo que esta muy lejos de ocurrir, entre muchas otras fue, la burrada, cuando confundió de manera aterradora el Himno de Antioquia por el Himno Nacional en una intervención que realizo hace unas semanas en Medellín, otra salida en falso fue en el último debate presidencial, donde acuso a Santos de ofrecer el Ministerio de Defensa a un funcionario publico, lo grave es que convirtió un desprevenido comentario que le hizo una novata asesora de campaña en su intención de ganarle “puntos” a la candidata a la presidencia, cuando llena de preocupación le conto el “bombazo” que su padre, el Director Nacional del Sena, había almorzado con Santos y éste le había ofrecido dadivas y puestos, el resto ya todo el mundo lo conoce, en todo caso fue un sorpresivo chisme político, quedando ambas Laura y Nohemí como tremendas chismosas.

La segunda, son los reiterados desplantes que ha sufrido el Actual presidente Álvaro Uribe siendo el principal, la negativa de aprobar, en este gobierno, por parte de el Senado de los Estados Unidos el tan implorado TLC con Colombia, se dice que entre publicidad, asesorías, protocolos y antesalas se ha gastado el País (público y privado) más de US$5.000.000.oo ¿entonces que hay detrás de todo esto? la respuesta es un cumulo de errores y malas intenciones por parte del gobierno, asesores y ministerios, que entre otros son: la parapolitica, la yidispolitica, los falsos positivos, la mala aplicabilidad de la ley de justicia y paz con la extradición de los principales jefes paras, el desplazamiento masivo de campesinos pobres, el agro ingreso seguro, la emergencia social, la chuzadas del das al parecer ordenadas desde la Casa de Nariño, claro que en esa casa entra y sale mucha gente.

Las reacciones al interior de la institucionalidad son básicamente que la Corte Constitucional, declara inexequible la Emergencia Social, por errores garrafales de forma y fondo; la Corte Suprema de Justicia no quiere nombrar Fiscal, y va en camino el proceso adelantado contra los multimillonarios subsidios que el gobierno entrego a familias millonarias de la costa y en general en todo el país.

Algunos se atreven a afirmar que después del 7 de agosto y ya sin la embestidura de presidente a Uribe Vélez lo juzgará la Corte Penal Internacional por delitos de lesa humanidad, al igual que a su cúpula militar y otros civiles en la sombra.

Volviendo al debate presidencial; lo que se observa, independiente del fervor verde que crece como espuma cada día y que se perfila como el gran cambio de paradigma en la forma de gobernar un país, que si bien es cierto gusta por su estilo fresco, descomplicado, con una imagen de profesor universitario de clase media, inocente y hasta ingenuo; que vende la idea de la “legalidad democrática” que no es otra cosa de hablar de una sana cultura ciudadana, transparencia en la administración de los recursos, mensajes que llegan y calan en el voto de opinión que no sale a la calle por andar navegando en la internet. Frente a una propuesta que insiste en la seguridad democrática, es decir más guerra, donde Santos, representa la oligarquía, el acartonamiento, la audacia, el poder tras el poder durante los últimos 50 años; aquí el problema radica en que en ninguna de las dos alternativas; partiendo del hecho que de alguno de los dos sale el próximo Presidente de la República, se habla de como combatir la pobreza absoluta y la miseria, ninguno de los dos se atreve a plantear que hacer para generar un desarrollo sostenible en el país, ninguno habla de la inversión extranjera con responsabilidad social.

Como se ven las cosas los que van a votar por Mockus y Fajardo son aquellos guiados por el anhelo del cambio y esperan el advenimiento de la ciencia y la tecnología para salir de pobres, nadie duda que la educación y la salud son unas de las grandes falencias de nuestro país, los que se la juegan por Santos, le apuntan al fin de la guerrilla y continuar con el crecimiento económico en el sector industrial como una refinada herencia de Uribe, es decir se ampliara la brecha entre ricos y pobres.

Ninguno de los dos le apunta, por falta no de dinero sino de voluntad política, a combatir el flagelo de la pobreza y a extrema pobreza. Los indicadores afirman que países como Ecuador, Venezuela, México, Brasil y Perú, ostentan unas significativas tasas inferiores de pobreza en el continente si las comparamos con Colombia, como van las cosas tocara esperar mínimo otros cuatro años más para ver que algo se haga en contra de la pobreza y la Miseria en este atribulado País.

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