viernes, 30 de abril de 2010

CIUDAD REGION Y LAS AGENDAS REGIONALES

Entre más leo las conclusiones del año pasado y durante este año sobre los resultados ´de lo discutido y planeado en cada una de las reuniones sobre las agendas regionales, ya sea en Armenia, Cartago, Manizales y Pereira, llego a la misma conclusión, mucha demagogia, mucho protagonismo por parte de sus expositores, mucha academia, pero ninguna acción concreta. Cierto es que se están tratando temas importantes, pero no son temas de fondo y mucho menos se esta haciendo algo o tomando decisiones estructurales al respecto que agilicen la puesta en marcha de tan ambiciosos planes, hoy no quiero aparecer como enemigo de las agendas, ni mucho menos, es todo lo contrario.

El calificativo del Triangulo del Café, se debe a eso, al Café, cuando Colombia era miembro importante de la Organización Internacional del Café (OIC), la riqueza en esa región corría por las trochas, caminos, calles, y avenidas de las principales ciudades del Viejo Caldas, hoy día es muy diferente, la pobreza amenaza esa región y se asienta en el Norte del Valle, es decir las agendas regionales se deben de revisar y darles aplicabilidad mientras sea tolerable dicha situación.

Quindío, Caldas y Risaralda, no son viables sin Armenia, Manizales y Pereira y lo contrario es también valido; miremos el caso más critico, el de Pereira, donde el problema de empleo es estructural y lleva casi 20 años gestándose; desde el mismo momento en que el campesino pobre comprendió, y muchos campesinos ricos, que ya no les era rentable sembrar café, por los altos costos de producción, la intermediación y los bajos precios del grano a nivel mundial, además de una reducida demanda a nivel nacional, las cafeteras fueron abandonadas y muchas dedicadas al pastoreo y el turismo principalmente.

Frente a esta situación al campesino pobre, no le toco otra alternativa que vender su finca, y mudarse a la capital, compro o alquilo una casa, busco empleo y se puso a educar a sus hijos; cuando éstos adquirieron la mayoría de edad, unos buscaron trabajo en lo que fuera, pero muchos abandonaron el país ya sea hacia Canadá, Estados Unidos y recientemente España, Francia y en general hacia Europa, lo anterior genero un nuevo “boom económico”, ya que a través de las remesas que ingresaban al país, los ingresos de las familias de origen campesino y urbano se incrementaron y nuevamente el progreso surgió, fruto de esa aparente nueva bonanza, a la capital del Risaralda empezó a llegar gente de todo el país, especialmente del Eje Cafetero y Norte del Valle a asentasen y buscar empleo, al mismo tiempo y de una manera espontánea el progreso le cambio la cara a la ciudad, se construyeron grandes avenidas, centros comerciales, el comercio aparentemente floreció, y el sector rural empezó lentamente a acomodarse al turismo ecológico, las fincas hoteles, los ecohoteles, etcétera.

Con los nuevos fenómenos de desplazamiento forzado, resultado de la lucha del Gobierno en contra el terrorismo y el narcotráfico, desde hace unos años, la migración hacia esa ciudad y en menor proporción a Armenia y Manizales, se incremento y se agudizo el problema de seguridad y desempleo en la capital del Risaralda, y si a esto le aunamos la caída en las remesas derivado de la última crisis económica mundial, Pereira se vio sumergida en un mar de problemas socioeconómicos, teniendo claro que necesitará por lo menos otros 10 años para salir de la actual crisis.
Nadie duda que Pereira ha intentado muchas cosas para atenuar en parte el flagelo del desempleo que por supuesto desencadena todos lo males que aquejan a cualquier sociedad en el mundo subdesarrollado, a invertido en los conglomerados urbanísticos, donde no todos son de construcción de vivienda de interés social, en polos de desarrollo (Aeropuerto Matecaña y parques logísticos) sin entender aún que eso tampoco le solucionara el problema del empleo productivo y sostenible.

Desde principios de este siglo XXI han sonado en círculos políticos, sociales y académicos el tema de las ciudades región y las agendas regionales y turísticas, será esa la alternativa para solucionar los problemas de movilidad, seguridad y crecimiento sostenible en el Eje cafetero y Norte del Valle.

Ante la ausencia de planteamientos serios sobre desarrollo urbano y fomentar volver de la ciudad al campo, generar polos de desarrollo sostenibles, convertir en autosuficiente al campo, crear micro bolsas agrícolas, estimular la inversión productiva en las mismas, se hace inaplazable que las autoridades responsables de planificar en forma responsable el crecimiento y desarrollo de ciudades región en el eje cafetero y norte del valle lo hagan través de la creación de un ente supraregional liderado por los alcaldes ( 4 Secretarios de Hacienda y 4 Jefes de Planeación), la primera acción a seguir es el replanteamiento de sus P.O.T. (Planes de Ordenamiento Territorial) inicialmente al interior de sus territorios para facilitar ese tipo de inversiones, hay que votarle el miedo a la reglamentación sobre los usos de suelo, pero se hace necesario ir mas allá en el sentido de enlazarlos o darles transversalidad, es decir que tengan el principio de integración de ciudad región, que impacten en cada uno de los planes de desarrollo tanto en Armenia, Cartago Manizales y Pereira. Por que lo que si esta muy claro es que los POT, no deben de terminar en los límites geopolíticos departamentales, más aún deben de involucrar los planes de los municipios vecinos de su misma región, sin que estos pierdan autonomía.

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