“Continuamos
haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocamos lo admitíamos
inmediatamente”.
Relacionado con el asunto que nos ocupa hoy, un poco más adelante lo comprenderá, y para todos aquellos que tienen el privilegio de ser conscientes y concientes de la realidad que les rodea.
Deben de haber llegado a muchas conclusiones, entre otras, que el
virus llegó para quedarse y seguirá mutando en busca de un nuevo huésped.
LAS
ALARMAS QUE SE PRENDIERON
Lo
anterior no nos debe llevar a falsas alarmas, por suerte los científicos, de primera
línea, siguen escudriñando para descifrar ese genoma, si es que ya no lo han
logrado, para producir nuevas vacunas buscando llevar a la inmunidad de rebaño de toda una población.
Más allá
del éxito financiero de las farmacéuticas, que seguirán produciendo vacunas con
una efectividad del 95% o más; y el COVID-19 y sus nuevas cepas no pasaran de
ser un simple resfriado que se detiene con agua de panela y limón.
Sin embargo, siempre hay un costo relativo derivado de la inoculación del biológico, de hecho, es imposible eliminarlo de la ecuación; y sobre lo que ya se han empezado a pronunciar los científicos.
Y es que, en estos casi dos años de pandemia, la expectativa de vida de la población mundial, que la ciencia había
logrado aumentar durante los últimos treinta años, tal parece se ha perdido.
¿DISMINUCIÓN
DE LA EXPECTATIVA DE VIDA?
¿Qué en
cuantos años?… Aún no se sabe a ciencia cierta: cinco (5), diez (10) quince
(15) o veinte (20) años… Todo depende de una multiplicidad de factores que van desde
lo genético hasta lo ambiental.
Pasando
por las preexistencias en salud: hipertensión, diabetes, VIH, cáncer y
enfermedades respiratorias entre muchas otras. Aparte de los resultados de los estudios
que a su vez dependen de la edad, raza, sexo, educación y de los buenos hábitos
encaminados a mantener una mente y un cuerpo sano.
MAYORES
RECURSOS PARA LA SALUD PÚBLICA
Lo
anterior significa que, dentro de los próximos 10 años, la salud global deberá enfrentar
el mayor desafío, más comprometedor para los países pobres y en vía de desarrollo,
de destinar muchísimos más recursos económicos para atender, y prevenir, la
avalancha de nuevas patologías o de las ya preexistentes.
Para
concluir ¿Se dispararán los indicadores, a nivel mundial, de morbilidad y mortalidad
y en que segmentos de la población? ¿Afectará más a la población pobre y
vulnerable?
En
reto es aun mayor, retomando la expectativa de vida, y de lo que deben hacer
los gobiernos, para más de 300 millones de personas que han caído en las garras
del alcoholismo. Léase… Borrachos aceptados, hipócritamente, por la sociedad de
consumo.
Lo
anterior, como corolario, para recordarles que esta enfermedad denominada Alcoholismo
no discrimina por edad, raza, sexo, escolaridad, estado civil, religiosidad, orientación
política o sexual o condición socioeconómica.
EL SUMISO
O DESAFIANTE ALCOHÓLICO
Solo es
necesario observar, a los ojos del enfermo alcohólico, para comprender lo que pretende
esconder tras su mirada; y que delata esa versión ansiosa, orgullosa, glamurosa,
intentando mostrarnos lo que no siente o definitivamente no es.
O
cuando nos observa de manera desafiante por encima de nuestro hombro; frente a esa
actitud retadora, si logramos no distraernos; rápidamente comprendemos que ese
pobre ser, sufre en su laberinto.
Y cuando
al final del día enfrenta la soledad en su habitación, así esté rodeado de sus
seres más queridos; llega a la misma conclusión, que definitivamente está en el lugar equivocado…No se
haya, no encaja.
Se
siente inferior a las situaciones o retos que le impone el día a día; igual
sucede con las personas que le rodean…Con esa actitud, frente a la vida, lo
único que pretende, instintivamente, es crear una muralla sicológica para
defenderse de sus miedos.
De las
inseguridades, que lo asaltan continuamente, frente a una sociedad que
hipócritamente lo acepta, y a sus espaldas lo juzga y como si lo anterior fuera
poco lo induce a que siga bebiendo.
EL
DÉCIMO PASO
En el
décimo paso, si has sido honesto consigo mismo, y sin intentar darle gusto a los
demás; lo anterior significa que el antiguo borrachín ha aprendido varias cosas:
La
primera, reconoce su impotencia frente al alcohol y no es otra cosa el haber entendido que, con solo una copa de licor, puede desencadenar una serie
de episodios, borracheras, que lo llevarán de nuevo al infierno de su existencia.
La
segunda, acepta su responsabilidad frente a un episodio inesperado de ira
justificada o no; de un arranque de mal genio que lo lleva a estropearse el día
entero y/o de las personas que lo rodean.
LA
DEPRESIÓN
Dando
inicio a episodios de odio y rencor hacia todo lo que se encuentre en su
entorno; padecimientos físicos como: dolores de cabeza, náuseas, insomnio y
hasta fiebre, es decir a estados de depresión y angustia.
Recreando
y viviendo de nuevo, en un par de segundos, un pequeño infierno dantesco donde todo
lo cree perdido, para terminar en la desolación y la amargura, y como única
salida regresar a la bebida. Cerrándose en un círculo vicioso entre la angustia versus una falsa calma, adquirida, en medio del licor.
EL
DERECHO A REACCIONAR
Pero
no siempre es así, siempre y cuando esté recorriendo el camino correcto mediante
la recuperación y hacia una vida sana lejos del alcohol.
Expliquémoslo
de la siguiente manera: Si alguien intenta engañarnos, y lo logra, o pretende
burlase, y no lo logra; y/o busca, con sus acciones, vengarse de nosotros.
¿Será que no tenemos derecho a enfadarnos y reaccionar?
Claro
que tenemos derecho a irritarnos, o a encolerizarnos si es preciso, el proceso
no es nada fácil; la clave está si por unos segundos, activando el paso décimo,
realizando un rápido auto examen.
La
clave está en reaccionar de manera inmediata ante esos instintos agresivos;
llamar a la calma, frenando en seco, ahogarnos con el aliento y calmarnos. Lo
anterior solo se logra si se ha hecho un verdadero inventario personal de nuestros
defectos de carácter.
La siguiente
amenaza del enfermo alcohólico, antiguo borrachín, es la constante exposición a
trastornos emocionales, entre otros, como: celos, envidia y uso frecuente de la
mentira.
Que no
son otra cosa, y solo buscan, el auto engaño – nada más cruel que mentirnos a
nosotros mismos – y a los demás, aunque no siempre se logra, sin pretender
buscar una solución definitiva: por aquello que el bebedor empedernido ve, y
siente, la vida con angustia, duda y temor.
DOMÍNATE
A TI MISMO Y GOBERNARÁS TU MUNDO
El programa enseña que es necesario practicar el dominio de nosotros mismos, pues quien no se gobierna será el eterno esclavo de sus defectos de carácter como la soberbia, ira, mentira, lujuria, avaricia, gula, envidia y la pereza.
AUSENCIA
DE AMOR PROPIO
La
cuarta amenaza es no confesarnos a nosotros mismos que solo hemos amado a unas
cuantas personas, que la mayor parte de la gente nos era indiferente, siempre y
cuando no reprocharan nuestros actos. Más el silencio cómplice de los padres, la
pareja o los hijos.
Por
esa misma razón, y en cuanto al resto de nuestras actuaciones, buenas o no, tampoco
nos importaba lo que “los otros” pensaran. Reconocer lo anterior significa como
verdad irrefutable, que las demás personas, valen mucho, y más aquellas que
están a nuestro alrededor.
SACRIFICIOS
PARA VIVIR EN PAZ
Otro
asunto para resolver es plantearnos si es posible recuperarlas, y si debemos de
hacerlo; por aquello, y es lo que hay que entender, que habrá situaciones que no
volverán a la normalidad por heridas causadas que nunca sanarán, en esas personas igual, o peor, de enfermas.
Más razonable es reconocer que en
muchos casos una despedida – cadena de sufrimiento que se rompe - es, para bien
de las partes, sin retorno; entonces aceptar la pérdida nos mantendrá sanos
emocionalmente, lo que significa vivir tranquilos y en paz.
REGRESANDO
AL CUARTO PASO
Antes
de continuar recordemos que en el cuarto paso hicimos nuestro primer inventario
de nuestros defectos de carácter, lo anterior no significa que las cosas hayan
terminado ahí.
Todo
lo contrario, ese acto de reconocer los errores indica que es solo el comienzo
de una larga lista de nuevos inventarios; y qué cada vez tenemos que hacer uno mucho
mejor, más completo y profundo inventario – de esa zona oscura - de nosotros
mismos, si realmente queremos, encontrar la libertad esperada.
EL HÁBITO
HACE LA COSTUMBRE…
Lo que
hoy debemos señalar es que creando hábitos y costumbres logramos “manejar
automáticamente” los inventarios instantáneos, que solo se logran si lo
intentamos hacer en medio de una inesperada perturbación emocional.
Ese
inventario instantáneo nos permite enfrentar situaciones inesperadas que
afectan nuestro ánimo, como por ejemplo un ataque de ira, cuando alguien nos
reclama, nos hiere, nos contradice o no hace lo que nosotros ordenamos hacer.
Es ahí
donde debe de entrar a actuar automáticamente el paso décimo, ese inventario
instantáneo que nos lleva rápidamente a la conclusión que no todas las situaciones
son como nosotros queremos que sean y que las opiniones de las demás personas
valen y en muchas ocasiones, más que la de nosotros mismos.
PARE,
TOME ALIENTO Y CUENTE HASTA DIEZ.
Es ahí
donde la experiencia adquirida a través de cualquier programa de recuperación, nos
sugiere tomar una pausa hacer una reflexión y entender que no hay espacio para
la angustia, la ira o el rencor.
Entendiendo,
siempre, que no tenemos la verdad revelada y que una opinión contraria a la
nuestra a lo mejor es una buena idea que seguramente nos dará otras
perspectivas frente a una determinada situación.
POCOS,
PERO BUENOS AMIGOS
Cuando
se logra la sobriedad entendemos que no es necesario tener muchos amigos para
sentirnos bien, y que seguramente seguiremos rodeados de seres que sufren y
pretenderán seguirnos lastimando para ellos poder sentirse bien, aunque sea por
un solo instante.
Frente
a eso hay que cultivar el buen juicio, la tranquilidad y rápidamente resolver
posibles conflictos emocionales que cada día nos hará crecer como persona y
fortalecernos como seres humanos entendiendo que cultivar la paz interior es la
mejor defensa frente a la principal amenaza. VOLVER A BEBER.
Este
paso nos guiará al ejercitar el dominio de nosotros mismos, recuerda el proverbio…”
Quien se domina a sí mismo es capaz de persuadir a otros sin oprimirlos”. Amanecerá
y veremos.
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