sábado, 12 de septiembre de 2020

ALCOHOLISMO, TABAQUISMO Y DROGADICCIÓN

El uso de la marihuana, así sea una sola vez, es reconocido por importantes figuras públicas a nivel mundial, entre muchos otros, como Bill Clinton… Y a nivel nacional, hoy citaremos, solo a Juan Manuel Santos Calderón.

Para usted, atento y respetado lector, el número de veces no importa; más adelante lo entenderá; y es el asunto, de actualidad, que nos ocupa hoy.

ENTENDAMOS EL MENSAJE… NO POLÍTICO

Alejándonos del evidente manejo político que los motivó en su momento tal declaración y como ciudadanos que deben dar ejemplo…

Hoy lo que interesa es que hayan reconocido, primero, ante sí mismos y luego ante la opinión pública; la existencia real de un problema social, o mejor de una enfermedad social con consecuencias impredecibles y casi siempre catastróficas.

DEL USO MÉDICO DE LAS DROGAS ILEGALES

De hecho, en no pocas oportunidades, éste último - el estratega - no ha dudado en manifestar la necesidad de legalizarla. Enfrentando la doble moral de las instituciones y el público en general.

Basado en principios científicos y de rendimientos económicos para el Estado; lo hizo, la propuesta, despojado de principios moralistas, y sin el manto de la hipocresía que siempre lleva al discurso populista; muy en boga en estos aciagos días…

Lo que está fuera de discusión es que tanto el alcoholismo, el tabaquismo y la drogadicción no diferencian: edad, credo, raza, sexo, estrato social, nivel educativo y estado civil entre otros.

Los tres, que deberían ser clasificados como pandemias, de manera indiscriminada y desconcertante afectan a toda la población; al punto de concluir que el 99% es vulnerable al ataque de este jinete, con tres cabezas, del apocalipsis.

EL NEGOCIO DE LAS MULTINACIONALES

Como una primera conclusión… Detrás del alcohol, tabaco y las drogas ilícitas se articulan complejas multinacionales que mueven trillones de dólares anualmente; dinero que fluye a lo largo de una sofisticada red bancaria mundial para finalmente, esos recursos, terminar en paraísos fiscales.

EL CONSUMO EN CIFRAS

Está estimado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, dato para 2018, más 3 millones de personas – la mayoría hombres – pierden la vida por el consumo excesivo del alcohol.

Para el 2017… Ocho (8) millones fallecen por el consumo de tabaco – clasificado como enfermedad respiratoria crónica - y de las complicaciones de todo tipo y del costoso tratamiento.

De otro lado “se calcula que aproximadamente 230 millones de personas (5% de la población adulta en el mundo) consumió alguna droga ilícita, al menos una vez durante el 2010”. Fuente: Naciones Unidas – informe mundial sobre las drogas 2012.

DEL CONFLICTO DE INTERESES

Desde el punto de vista Institucional, el Gobierno Central, deja entrever que existe una intensa pugna - en el Congreso de la República sobre el manejo que se le debe dar a las drogas ilegales - existen partidarios que abogan por su legalización.

Otros de la oportunidad de seguir siendo manejadas, bajo los criterios de contrabando y/o bajo la tutela de economía legal y/o ilegal.

En el asunto que nos ocupa hoy…Nuestros empresarios/políticos se niegan aceptar o miran hacia otro lado; sobre las consecuencias del creciente consumo de alcohol, tabaco y drogas - con fines no médicos – que están generando un enorme problema de salud pública con implicaciones a nivel económico y social. 

Seguramente en el papel, que puede con todo, están diseñadas estrategias para enfrentar esos 3 flagelos que hoy atacan la sociedad colombiana en general; tal parece termina primando el interés particular; siempre logrando conservar el actual estado de las cosas y para el beneficio de unos pocos.

En todos los casos el reto debe seguir siendo el desestimular, desde un nuevo modelo educativo, la exposición al tabaco, alcohol y de sustancias psicoactivas.  La otra pregunta es ¿Qué se ha hecho para prevenir o mitigar el efecto de esas pandemias? Creemos que NADA.

DEL MERCADEO MASIVO

Todo lo contrario, ya comenzó la costosa publicidad en los grandes medios de comunicación televisivos y de prensa hablada y escrita, invitando al consumo bebidas alcohólicas – tipo cerveza – iniciando el círculo vicioso.

Que supuestamente se justifica, por el impuesto al consumo que genera y que tiene como destino la financiación de la salud pública; hoy prácticamente privatizada y con un grave impacto directo en la clase media, emprendedora y trabajadora. Donde, actualmente, es mejor no enfermarse.

¿ES USTED UN ADICTO?

Para entender un poco más el tema que nos ocupa hoy, empezaremos por definir ¿Qué es una adicción? En lo que tiene que ver con el consumo excesivo de alcohol, tabaco y drogas de uso médico y no médico.

Aunque en si, la palabra adicto no debe de ser estigmatizada, por aquello que se puede ser adicto al trabajo, al deporte y a la lectura entre otro tipo de hobbies; sin perder de vista que, todos en exceso, tienen un componente patológico que se debe revisar.

Entonces ¿Qué es ser adicto?... Es toda persona que ha adquirido una costumbre o hábito, así sea social; consciente, o no, y que no puede liberarse de él y como consecuencia ha perdido la confianza y la esperanza en todo y por supuesto en sí mismo.

Obviamente este es el caso extremo, donde el “enfermo” requiere de un tratamiento “no convencional” con terapias de choque y en instituciones muy especializadas.

Lamentablemente el resultado siempre es el mismo…tras decenas de tratamientos e igual número de recaídas, nunca se recuperan, salvo un milagro; que solo se da cuando, el enfermo, acepta que tiene un grave problema.

Hoy no nos detendremos en esos desahuciados casos que lamentablemente vemos a diario en nuestras calles, personas, sumidos en la miseria, el abandono, el miedo, la soledad y la angustia.

Que son solo la punta del iceberg, ya que son muchas familias que sufren, que en el mejor de los casos realizan inmensos esfuerzos económicos para intentar su recuperación.

Siendo la mayoría de los casos, inútil el esfuerzo, debiendo llegar a la triste determinación de asilarlos o aislarlos; evitando una muerte inminente o la deshonra familiar; en una sociedad que vive, mayoritariamente, de las apariencias de todo tipo.

Para llegar al doloroso adjetivo de adicto es necesario conocer su definición… “Dicho de una persona: Que está dominada por el uso de alguna droga o por la afición desmedida a ciertos juegos”.

Poniendo en grave riesgo, con el uso de la droga, la salud y finalmente su vida; y de las personas que los rodean: padres, esposa, hijos y amigos…

Basta recordar tragedias, sobre todo la más reciente, que se registran a diario…Es entonces necesario, primero, repasar los niveles de consumo ocasional hasta llegar al nivel de consumidor habitual o permanente.

Realidad que se debe enfrentar despojados del cinismo y la hipocresía; tomando distancia de la habitual negación, en el sentido que el problema, realmente, existe en las calles de nuestras ciudades.

FASES DE LA ADICCIÓN

Primera fase: Consumidor leve o moderado, para el caso del Alcohol, es aquel que consume una o dos veces al mes, no ingiere más de 5 tragos por ocasión y no bebe por situaciones de riesgo (significa esto que no lo hace, antes de hacer un negocio, presentar un examen, un informe, conducir algún vehículo, etc.).

Para el caso de las drogas, es aquel que lo hace uno o dos veces al mes, generalmente paseos, fincas o cualquier lugar solitario, y para el tema del tabaco se fuma 1 o 2 cigarrillos diarios.

Segunda fase: Consumidor excesivo y abusador, para el primer asunto, es aquel que suele beber una o dos veces a la semana, consume mas de 5 tragos por ocasión, se emborracha con frecuencia, presenta problemas físicos o sociales, problemas interpersonales o de familia, llegar bajo los efectos a laborar o estudiar, presenta bajo rendimiento laboral o académico, aumentan los problemas familiares y económicos.

En ocasiones ingiere grandes cantidades de alcohol en un corto periodo de tiempo sin ninguna justificación (estar alegre o triste) y consume en situaciones de riesgo.

Para el caso de las drogas, las consumen diariamente, dos o tres veces; para el tabaco, frecuencia diaria y hasta una cajetilla en el día.

Tercera fase: Consumidor dependiente, ya hay una dependencia física y sicológica, cuando no consume alcohol, drogas o cigarrillo, presenta episodios de fiebre, temblor, dolor de cabeza, depresión, ansiedad, convulsiona, es ya una etapa terminal; en esta etapa el adicto consume para dejar de sentirse mal y no para sentirse bien.

Queda claro que el alcohólico, drogadicto o el fumador empedernido, deben ser declarados “enfermos sociales”, y ser tratados como tales, ya que de manera urgente necesitan ayuda y no solo sentir, por ellos, conmiseración.

La acción a emprender debe de ir más allá de una simple amonestación,  infracción pedagógica, de retención transitoria o aislamiento. Lo anterior significa que el Estado y la sociedad civil, deben de prestarle especial atención y recursos, a este problema de Salud Pública que enfrenta el país.

Máxime ahora que el ciudadano del común enfrenta el reto del confinamiento, con las implicaciones en temor, ansiedad o depresión; opción que se ha convertido en el principal método para detener la pandemia del COVID-19; además del uso del tapabocas y del lavado de manos frecuente.

Ese cuentico de que el que se toma una cerveza, se fuma un bareto o un cigarrillo diario y no tiene ningún problema; está ya más que revaluado; ya que las consecuencias en el mediano plazo económicas y sociales son enormes. Amanecerá y veremos.


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