sábado, 21 de mayo de 2016

LA DESESPERADA JUGADA DE URIBE

Empecemos mencionando algunos líderes mundiales que, con sus acciones, cambiaron la historia de sus pueblos y algunas veces el destino de la humanidad; estos son  según nuestro criterio: Margaret Thatcher (Estadista neoliberal), Karol Józef Wojtyla (Santo), Simone de Beauvoir (Escritora), Simón Bolívar (Libertador), Eleonora Roosevelt (Activista de derechos humanos), Mahatma Gandhi (Iluminado), Ana Frank (Victima de los nazis), Ernesto Guevara de la Serna (Guerrillero), Malala Yousafzai (joven activista y premio nobel) y Adolfo Hitler (Genocida) entendamos que cada uno desde su perspectiva proclamó su verdad.

Entendiendo que algunos de esos nombres tienen eventualmente  alguna relación con el gran comunicador - al punto que se hizo nombrar el Gran Colombiano - el expresidente y Senador Álvaro Uribe Vélez.

También suponemos, que en su tiempo libre, abrevó de algunas (o todas) de las anteriores bibliografías, incluso repasó la de él, y seguramente le han servido de base, para elaborar su actual estrategia política con la clara intención de impedir la paz; con el único propósito, como en el pasado, de hacerse de nuevo el amo de la guerra ¿Será posible? ¿Habrá algún trastorno siquiátrico en su manera de maquinar su historia? 

Frente a esa inocultable realidad algunos politólogos, siquiatras, sociólogos y antropólogos manifiestan que ese tipo de liderazgo, Uribe no es el único, nace, crece y se reproduce gracias a, según ellos, por ser víctimas de la violación de sus derechos, del incesto de sus principios y la usurpación de su poder.

Hipótesis asombrosamente mágica, para algunos historiadores, que tal parece dió  inicio con esa desesperada aventura ya hace un poco más de 524 años, cuando los primeros colonizadores fueron presidiarios, vagos, borrachines, asaltantes, violadores y en general canallas cuya única intención era el poder y las riquezas; aunque existen evidencias que los primeros “agasajados” fueron los  vikingos por allá en el siglo VIII.

Volviendo a la fecha oficial del descubrimiento; con siniestras actuaciones rápidamente se alcanzó el holocausto indígena, por parte de los recién llegados conquistadores, todos escudados bajo el signo de la cruz; convirtiéndose esos execrables hechos en la más colosal herejía por parte de la iglesia católica.

Lo más pintoresco es que los recién llegados, españoles a caballo, se acompañaron, en sus faenas, con los recién comprados pergaminos: monjes y ministros espirituales, principes y princesas, condes y condesas; éstas, para la ocasión acompañadas de febriles duquesas, virreyes y plebeyas, todo servido de la mano de esclavos para empezar a colonizar lo que posteriormente fue llamado el nuevo reinado de granada. Como resultado, de esa orgia de sangre (por las violaciones) y muerte, da inicio a toda una nueva raza multiétnica, engañosa y hoy difícil de interpretar.

Volviendo a la actualidad, ahora, no tenemos otra intención que acudir al aviso – en rechazo al llamado de Uribe a la resistencia civil – hoy como siempre  ayudándonos en este menester,   aprovechamos y rendimos un nuevo homenaje al inmortal Gabo… Y después del apartamiento de uno de sus libros, de nuevo damos uso a una frase…que por fortuna, hoy creemos cae como anillo al dedo del corazón.

Para hacerlo nos apoyamos en una de sus obras, y en relación  al asunto que nos ocupa hoy, la del escritor Gerald Martin en su generoso libro “Gabriel García Márquez - Una Vida”  exactamente en la pg. 349; abro un pequeño paréntesis  aprovechando su desprendida paciencia para invitarlo a leer o releer, la que para muchos adeptos, es su obra cumbre “Cien años de soledad” aunque Gabo insiste que su mejor obra es “El Otoño del Patriarca”.

Regresando y como prefacio al asunto que nos ocupa hoy; en su argumento, Martin, refiriéndose al inmortal Gabo…destacó…”Pasó el peor día de todo aquel proceso de escritura con la muerte del coronel Aureliano Buendía, en el capitulo 13. Al igual que les ocurre a muchos escritores, vivió el final  de su personaje principal como una pérdida personal, casi un homicidio”… tal parece - según la pluma de sus estudiosos - tiene mucho que ver la muerte como recuerdo conmovedor en la infancia del nobel… Tal parece le causaba horror.

Un poco más allá en la misma página, y refiriéndose (Martin) al personaje central de la obra Cien años de Soledad; reconozco que absorto en esa lectura y en la búsqueda de una prueba documental para acompañar el mensaje de hoy, todo por la gracia del azar, me tropiezo con la siguiente revelación que calma mi ansiedad por descubrir una pequeña parte del origen de la verdad…“Aureliano es solitario, egocéntrico y despiadado, nada puede interponerse en el camino de su ambición personal.”

Fue entonces la anterior frase, la que me llevó, por fin,  ha entender el porqué de la tarea de Uribe y de la infinita ingenuidad conque millones de compatriotas por comodidad, necesidad o fatiga tercamente insisten en acompañarlo como ciegos y sordos siguiéndolo con júbilo, cada uno por su lado, al verdugo de la paz y la reconciliación.

En la recta final de este camino y en la búsqueda del primer acuerdo de PAZ; cabe la pregunta ¿Cuantos “Aurelianos”  hacen parte de la actual lista de protagonistas donde muchos buscan regresar a la guerra y otros intentando no sepultar la paz?

Somos definitivamente un país macondiano que goza, sufre y llora por Shakira, Sofía Vergara, James Rodríguez, Mariana Pajón, Nairo Quintana y Catherine Ibarguen por mencionar solo algunos; un país abatido por la carga ancestral de pasiones no liberadas y enfermedades no asistidas.

Un país político donde la traición, la marrulla, la malicia, el engaño y el truquito son el coctel que acompaña el pan nuestro de cada día; somos débiles narcisos, hipócritas, envidiosos  y arrogantes.

Hacemos parte de un pueblo citadino con la obligación de volver los ojos al mágico rural único lugar donde nace, crece y vive este poderoso país; donde la globalización le exige que el fusil y las minas antipersona se conviertan en el machete y el azadón como los únicos instrumentos para alcanzar la verdadera PAZ.

Cuando será que todos los Aureliano Buendía… con apellido Uribe, Gaviria - el José Obdulio - Jiménez, Cabal, Márquez, Santrich, Londoño, Castellanos, Velásquez, Rodríguez, Ramírez, Chamorro y muchísimos más; aparte de los “dignos“ representantes del Establecimiento que, hoy y en cierto modo para no estorbar, me niego a nombrar… silencian los fusiles y entonan canticos de paz.

Porqué entonces insistir en una falsa arrogancia, hoy del Eln, que ya no está en la medida de su estatura económica y militar;  que los hace ver ridículos a nivel nacional e internacional.

Finalmente y por el bien de la patria debemos evitar  que  la suerte de millones de colombianos, quede en las manos de unos cuantos radicales dogmáticos que tal vez ven con amor filial, a Uribe,  tal vez por la ausencia en su niñez y adolescencia de una figura paternal buscando que los proteja de todo mal.


Debemos  seguir apoyando el inmenso clamor por la PAZ para este poderoso país cansado de guerras sin fin; donde se asesinan humildes hermanos entre si; en una guerra que no es la nuestra; si de los dueños del poder, que insisten, sin vacilar en torpedear un acuerdo que tiene como propósito alcanzar la paz y la prosperidad. Amanecerá y veremos.

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