Frente a la enorme
encrucijada en la que se encuentra la ciudad de Cartago en el Norte del Valle;
los dejados consejos nos sugieren que lo esencial es exigir, a los disímiles candidatos
para la próxima Alcaldía, haber cultivado por largos años por lo menos 3 hábitos:
ser responsables, practicar un liderazgo proactivo sin caer en la egolatría y ser
coherentes en la administración personal.
Este último hábito, que
rápidamente se convierte en costumbre, no es otra cosa que saber priorizar, con
base en el conocimiento de los grandes temas de ciudad, lo importante sobre lo
urgente.
Es urgente entonces trasladar
la actual Plaza de Mercado ubicada a escasos metros del emblemático Parque de
Bolívar; prerrequisito para dinamizar el centro comercial, financiero,
hotelero, religioso y cultural que resume lo histórico de la ciudad.
La iniciativa permitirá identificar,
aparte de la necesidad avanzar hacia el diseño de un nuevo Plan de Ordenamiento
Territorial (POT) de cuarta generación, la vocación productiva de la ciudad -
aunque algunos la tienen muy clara -; y con toda seguridad todas esas
actividades antes mencionadas deben ser incluidas para que hagan parte de esa
visión.
Materializadas en programas y proyectos - realizables - consignados,
y no solo para cumplir un requisito legal, en los distintos Programas de
Gobierno (PG) además de estar disponibles al examen público.
Menciono lo anterior por
cuanto observamos con complacencia que la opinión pública - en la calle y las
redes sociales - antes de juzgar candidatos ya exige primero conocer los PG.
Indicio inconfundible de estar
avanzando, el ciudadano del común, hacia la madurez política - celebramos con
entusiasmo esa iniciativa -; que no es otra cosa que estar asumiendo un rol
diferente a la critica despiadada, la burla, la injuria y la calumnia; que solo
expresan pobreza intelectual en cabeza de sus autores materiales y bajeza en
los autores doctos.
Es importante entonces no
abandonar el ya antiguo proyecto de construir un liviano Terminal de Transporte
Terrestre de Pasajeros (TTTP) acorde a las necesidades del municipio y la
región; que deberá estar sujeto en rigor a un marco jurídico - alianza público
privada - que deberá reglamentar su funcionalidad y auto sostenibilidad. Y lejos
de convertirse en fortín burocrático.
Decisivo para impulsar el
desarrollo urbanístico equilibrado y la proyección en el ordenamiento de la
ciudad. En especial en lo relacionado con la infraestructura vial y la
movilidad.
Entendiendo éste último tema
como el que más afecta - por la ansiedad y estrés - la salud mental tanto al peatón como al
conductor como consecuencia del enorme caos diario, sin solución aparente a la
vista, en el centro de la ciudad.
Problemas recurrentes
originados principalmente por la demora en
la aprobación de corredores viales – para el sistema de transporte público y
vehículos pesados - aunada la carencia de un moderno sistema de semaforización
y reposición de la malla vial.
Sin olvidar los principales
responsables, basados en lo cultural y en las competencias, que en su orden
son: la estrechez mental para observar - cada uno de nosotros - una correcta
cultura ciudadana, Planeación Municipal, el Instituto de Transito y Transporte
y la Secretaría de Gobierno.
El multimencionado TTTP hace parte de los grandes desafíos que tiene
que enfrentar la siguiente administración; e igual compromiso y responsabilidad
debe tener ese gremio de nuestro municipio y ojalá del norte del valle para alcanzar
su construcción.
No cabe duda que la asociación
de los transportadores locales es el ente llamado a liderar este tipo proyecto;
entonces hay que asumir, con visión futurista, el reto de crear y articular tres
(3) tipos de redes internas: Red férrea (ferrocarril del pacifico), red fluvial
(rio cauca) y red de carreteras y avenidas que para nuestro caso son (avenida
del Río, de Santa Ana y avenida Flor de Damas).
El gran reto es articularlo
con las cadenas de transporte alrededor del Aeropuerto Internacional de Santa
Ana y/o la futura zona franca o parque
logístico; mejorando la conectividad de
la región y fomentando políticas de desarrollo territorial subregional.
Para finalizar recordemos un
poco la historia del Terminal, la que empezó a cristalizarse por allá en el año
2005 cuando se compró el predio, tiempo
en que empezaron los problemas; en especial por su ubicación que era, y es,
contraria a la lógica del desplazamiento de los futuros usuarios de la misma,
ya que estudios han demostrado que en su mayoría son trabajadores y/o estudiantes
que viajan a diario a la vecina Capital del Risaralda.
Lo anterior nuevamente nos
lleva a pensar en la también vieja posibilidad de construirlo en esa zona donde
históricamente se ha conocido, aledaña a la hoy casi que recuperada, como Estación
de Ferrocarril y que tal parece – de darse la iniciativa - dinamizara la economía
de mercado en las comunas 1 y 2.
Con ese nuevo uso del suelo,
se terminaría de recuperar socialmente el parque Jorge Eliecer Gaitán y así
mismo se avanzaría como zona de inclusión el sector de Bellavista tan duramente
golpeado por los diferentes fenómenos sociales.
Buscándole una solución
desde esa fecha, el pasado 31 de julio de 2013 vencieron las facultades
otorgadas por el Honorable Concejo Municipal mediante acuerdo No. 019 de julio
de 2012, “por medio del cual se autoriza al Alcalde que en representación del
Municipio de Cartago, Valle del Cauca, realice las actividades necesarias para
la disolución y liquidación de la Sociedad Terminal de Transporte Terrestre de
Pasajeros de Cartago S.A.” por falta de decisiones… ¿Qué pasó con el control
político?
Lo que nos lleva a concluir,
con el riesgo de equivocarnos, nunca se creó una comisión para el seguimiento y
la ejecución de lo allí aprobado, tampoco se presentaron informes sobre el
avance del plan de acción a seguir y se desconoce si se tiene previsto vender
el lote y a qué precio el metro cuadrado.
Continuando con la historia
y partiendo de la única información disponible al 31 de diciembre del 2011;
dicha sociedad posee un patrimonio que asciende a $488 millones representados en el lote, y a la fecha de
hoy, se estima podría tener un valor comercial cercano a los $2.500 millones de
pesos; frente a un pasivo, para esa fecha acumulado de $445 millones
(representado en gastos de funcionamiento: nominas más gastos generales entre
otras arandelas); cifra hoy cercana a los $500 millones de pesos.
Recordemos también que el predio rural en ese entonces medía
31.000 mtrs cuadrados, menos los 8.000 vendidos a INCO – Instituto Nacional de
Concesiones - para la construcción de la
doble calzada; quedan a la fecha 23.000 metros cuadrados - los que están clasificados en el P.O.T. como
terrenos en expansión urbana.
En todos los casos las 1.314
acciones del Municipio de Cartago en esa sociedad valoradas, para esa fecha, en
$657 millones expresadas en ese lote de terreno están inmersas en un limbo jurídico
donde “la cuña que más aprieta, es la del mismo palo”.
Por ahora debemos de
realizar el ejercicio mental de hacer “borrón y cuenta nueva”; lo importante de
toda esta macondiana historia es que si, a futuro, existe la voluntad política; la próxima
administración con toda seguridad deberá, por fin, entregar – tal vez bajo la
figura de una alianza publico privada APP- un terminal de transporte liviano y
amigable con el medio ambiente. Amanecerá y veremos.
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