sábado, 11 de octubre de 2014

TEMA DE CIUDAD - LA AVENIDA DE SANTA ANA

Al final no es tanta la polémica sobre la construcción y mejoramiento, o no,  de la Avenida de Santa Ana; y de cara a la posibilidad de perderse-como muchos otros recursos-alrededor de $14.500 millones en ese tramo de 4 kilómetros contemplado en el proyecto; donde no cabe duda de la importancia en dicha obra para la modernización y descongestión vial en la ciudad de Cartago en el Norte del Valle.

La iniciativa se canalizó desde lo gubernamental y sirvió como promesa de campaña del Gobernador del Valle del Cauca, el político Ubeimar Delgado B. que buscaba el favor para sus protegidos: los hoy Congresistas Javier Mauricio Delgado M. (Elegido Senador con 1.662 votos) y Álvaro López G. (Votado Representante a la Cámara con 2.736 sufragios) en la ciudad.

Conclusión: aparentemente cumplió la oferta el gobernador, de la misma manera los cartagüeños que los votaron; esperemos que desde Cali no voten al cesto del olvido el citado proyecto por ausencia de trámites legales o por recónditos intereses regionales-diferentes al norte del valle- en manos de la dirigencia conservadora.

Frente a esta célebre polémica pueden ocurrir dos sucesos: en primer lugar la tala selectiva de 148 arboles necesaria para la construcción de la avenida; o el archivo del proyecto.

En este último caso el gobernador exigirá el reembolso del recurso financiero de las regalías que por supuesto será ejecutado en el centro o sur del departamento. En todos los casos la(s) obra(s) se ejecutará(n). No hay duda al respecto.

Para abordar el tema que hoy nos ocupa, me hago acompañar de una reflexión válida para a los que los arboles no les deja ver el bosque.

Y se puede explicar como lo que se piensa o dice, cuando alguien no puede ver una situación en su conjunto, porque está obstinadamente prestando atención solo a los detalles.

Detalles que para nuestro caso son los 148 arboles de diferentes especies forestales ubicados sobre el corredor vial de la carrera segunda desde la calle 21 hasta la cercanía del CAI de Santa Ana; más comúnmente denominada la Avenida de Santa Ana y abandonados a su suerte desde el momento en que fueron plantados, salvo cuando hay que hacer obligadas podas porque sus ramas estorban en la vía.

Hoy cobra importancia el tema, por aquello del debate que se adelanta-entre los hasta ahora dedicados y escrupulosos ambientalistas, frente a los pragmáticos reformistas-los primeros con el argumento de si, con la prevista tala, se va ha perpetrar un apocalíptico arboricidio.

O si la obra, bien ejecutada, permitirá descongestionar esa ruta principal y de paso insertarnos y establecer la conexión vial con los departamentos del Choco, Risaralda y Quindío.

En este orden de ideas los que observamos el bosque, desde la perspectiva de la planeación geoestratégica local, entendemos que tiene influencia-la avenida- y también hacen parte de esa visión el Aeropuerto Internacional de Santa Ana, el Parque Logístico, el Terminal de Transporte Terrestre de Pasajeros, el cambio de sentido vial de la carrera tercera, la Avenida del Rio y la Avenida Flor de Damas entre otras; dejando como capitulo aparte la modernización de la malla vial del casco urbano del municipio; recursos que deben salir del efectivo recaudo de la sobretasa a la gasolina.

Por aquello del importante papel que deben desempeñar los gestores sociales a través de las diferentes veedurías ciudadanas debemos de tener en la cuenta y entender la posición de los quejosos ambientalistas que poco les falta por proponer un plan padrino para el manejo, mantenimiento y tratamiento de cada una  de las 146 especies forestales-dos están en pésimo estado- el resto en peligro de desaparecer como consecuencia de la puesta en marcha del multimencionado proyecto.

¿Cuánto cuesta anualmente esa hipotética propuesta de mantenimiento y tratamiento de los arboles? Primará la relación costo ambiental versus el enorme benéfico vial en la subregión.

Dicho en otras palabras, es preciso asumir el costo ambiental de talarlos versus el beneficio vial de crear una avenida que hace posible articular un plan maestro vial local con uno subregional y permitiendo mayor conectividad a nivel nacional.

Desde mi punto de vista-que seguro es bien diferente del rígido ambientalista y sin dejar de serlo-debo reconocer que cuando me desplazo por ese sector casi siempre ignoro la presencia de ébanos, vinillos, samanes, acacias y almendros entre otras especies forestales que sobreviven en ese ecosistema; de hecho me cuesta diferenciar un samán de un acacio, lo anterior es todo un reto, aprender, para alguien que francamente se empeña en  la protección del medio ambiente.

Menos entiendo que tipo de densidad de follaje poseen-la sombra que dan-; de su estado físico-es decir el tipo de daño que presentan- como por ejemplo: Inclinado, raíces descubiertas, daños mecánicos, heridas en la base del tronco que si lo comprometan en más del 30% quedan expuestos a las inclemencias del clima y a la acción depredadora del hombre que lentamente los debilitarán, permitiendo una larga agonía.

Desconocer su estado fitosanitario no es otra cosa que no verificar ni importarle al transeúnte  la presencia de plagas, enfermedades o pudrición localizada en la base del árbol, sin control, que cuando se presenta en más del 50% del tronco se considera un individuo muerto. ¿A que organismo ambiental local o movimiento ciudadano le ha interesado esto, durante los últimos 20 años?

Ahora entiendo que lo anterior-la verdadera amenaza de esas especies-está muy ligado a la edad y a las podas severas, que finamente afectan su desarrollo y duración; también quedan expuestos al ser derribados por causas naturales, aumentando la posibilidad de causar, al caer, daños materiales o en vidas humanas. La realidad es que ni siquiera se prenden las alarmas-para su protección- cuando hay accidentes y pérdida de vidas humanas.

En los dos casos-preservación o tala- se debe garantizar la conservación en buen estado, de las obras de intervención, en por lo menos 20 años o más. Ojo con esto.

Basados en un estudio fitosanitario, contratado por el Municipio de Cartago, que determinó el estado de los 148 arboles de diferentes especies forestales ha continuación compartimos parte de las conclusiones.

Concluye el documento que “el 98% de los arboles verificados presentan algún tipo de daño, lesión o disturbio en su fisiología y morfología que afecta en menor o mayor grado su tasa funcional y desarrollo vegetativo.” ¿Durarán 20 años más, como hasta ahora, sin ningún tipo de intervención oficial?

No satisfechos con lo anterior nos dimos a la tarea de clasificar y analizar parte de la anterior información y nos encontramos con el siguiente resultado en los arboles de diferentes especies forestales: enfermos 106, buen estado fitosanitario 35, sanos 5 y en mal estado 2; lo anterior significa que el 73% de las especies no poseen expectativa de vida en el mediano plazo superior a10 años. ¿Existe un estudio serio para recuperarlos? O es solo calentura de la oposición reflexiva que enfrenta todas las actuaciones desde lo institucional.

El problema tampoco radica en cual será su destino, como cadáver de árbol, y si la madera terminará como asiento, sillón, butaca o mesas en fincas y casas campestres, o como leña seca para dorar arepas, o descomponiéndose lentamente en el sitio donde nació y fue derribado o en las manos de un aprendiz o experimentado grabador o tallador de madera. Eso finalmente no tiene importancia.

Si observamos detenidamente los simples argumentos de los líderes quejosos y sus seguidores, nos encontramos con una declaración común y es el repetido argumento que presumiblemente, y como siempre, se van a robar parte de la plata.

Esa hipótesis entonces nos sugeriría que las obras quedarán inconclusas o requerirán de un pronto mantenimiento porque la calidad y las especificaciones técnicas de la capa asfáltica, bermas y separadores entre otros están por debajo, en sus especificaciones, de los mínimos estándares requeridos para este tipo de obra.

¿Porque entonces no proponer la creación de una veeduría ciudadana para hacerle un seguimiento serio y responsable a la ejecución de la obra? O como siempre…mucho Tilín Tilín y nada de paletas.


Para terminar… y dándole la razón a los quejosos… Un par de preguntas dirigidas a los políticos y recién elegidos  de turno. ¿Están preparados para cambiar paradigmas? O ¿Pesará más la ambición, el clientelismo y la burocracia? Amanecerá y veremos.

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