Nunca está de más, y mucho
menos para empezar, que el ciudadano del común en la ciudad de Cartago en el
Norte del Valle le dé, distintamente, el respaldo al nuevo agente especial de Emcartago el ingeniero electricista Néstor
Ricardo Aragón García.
Debemos creer, e
independiente de la reciente y patética forma de atacar con morbo su hoja de
vida, existió un estudio previo por parte de la Superintendencia de Servicios
Públicos Domiciliarios que permitió su posesión; aparte del encargo que el
mismo Presidente de la República en el sentido que su misión era recuperarla para devolverla como, lo que es, patrimonio de los cartagüeños.
Seguramente obedeció, su nombramiento,
ha muchas razones; entre otras, su amplia experiencia en el sector eléctrico -
periodistas locales ya lo han mencionado - y en empresas con idéntica orientación
como la nuestra y en sus unidades de negocio, las que aún le quedan, para
nuestro caso como: energía, acueducto y alcantarillado, es decir con
experiencia en el sector del servicio
público y privado. ¿Ventaja o desventaja para la ciudad?
Basados en sus primeras
declaraciones, nuevamente quedó claro, que uno de los costos variables que más
demanda liquidez para Emcartago es la forma como accede a la compra de energía -
en bloque o en bolsa – y que por supuesto afecta, por lo costosa, la estructura
financiera y su auto-sostenibilidad por lo menos en el mediano plazo 10 años.
Tiene claro que
por ahora es imposible determinar si con la actual capacidad instalada, como
comercializadora de energía, soportaría una demanda futura del servicio en una
frontera de 10 años.
Ahora entendemos que
derivado del desafortunado manejo financiero y comercial, durante las últimas
administraciones, Emcartago en la actualidad no está en las condiciones administrativas
y técnicas para determinar - en su nicho de mercado - la demanda total y actual
por el servicio y el consumo en sus unidades de negocios y en los sectores
residencial, industrial, comercial y oficial; solo dispone de una cifra tímida que
casi el 50% de los actuales usuarios no facturan o no tiene medidores; mucho
menos estimar una potencial demanda futura digamos en 10 años.
Solo sospecha, es decir sin
disponer de cifras exactas, las pérdidas en distribución y transmisión en las
redes de energía, acueducto y alcantarillado, derivado de este último, y haciendo
hincapié en ello, en algunos sectores de la ciudad se están presentando hundimientos
en las vías y zonas públicas.
Al no poder cuantificar la
relación costo beneficio en cada una de esas tres unidades de negocio acuden a
los ingresos por la facturación del servicio de alcantarilladlo que termina “subsidiando”
el mal funcionamiento, fugas y perdidas, en las otras dos - para de esta manera
evitar la iliquidez de la operación en el inmediato plazo.
Como finalmente esos
ingresos, no son suficientes, el problema se traduce y se resuelve
temporalmente mediante alzas “moderadas” - evitando generar pánico - en las
tarifas, hecho que se comprueba revisando el comportamiento de estas durante
los últimos cinco años e incrementos supuestamente en mas del 100% frente al
registro histórico, contrario a lo manejado en la formula; lo que obliga a
pensar en una errónea o amañada, a favor de la empresa, lectura en el terrero.
Afectando de manera directa
al usuario, en especial el residencial en los estratos 1, 2 y 3 que ven con
angustia e impotencia las alzas y la forma como deben de desplazar el consumo
de otros bienes o servicios también de primera necesidad –alimentación,
educación, salud y vivienda entre otros - para poder atender la factura de servicios públicos.
Estamos hablando del 50% de
los usuarios que tiene el servicio, el medidor y le facturan… ¿y el otro
porcentaje qué? Sin mencionar el tema del manejo de los supuestos subsidios y
subsidios cruzados a los estratos mencionados, contemplado en la ley 142 de
1994.
Con solo este enfoque es
prácticamente imposible que la empresa, como algunos especulan, intente
recuperar el manejo del servicio aseo y el alumbrado público en especial por la
aparente deuda que Emcartago tiene con esos operadores privados.
Y es que desde lo teórico, de darse esa remota
posibilidad serviría de base para consolidar
una empresa solida que lograra competir con otras que ya venden energía en la
ciudad, en especial a los grandes consumidores. Pero entonces es mejor…”No
hablar más de la soga en la casa del ahorcado”.
Es una realidad que la mayoría
de los interesados en el tema, sospechan o conocen pero que taimadamente
ignoran. Faltan entonces las cifras oficiales de la Superintendencia de
Servicios Públicos Domiciliarios para finalmente entender que es lo que va a
pasar con la otrora “Joya de la Corona”.
Lo más seguro es que,
Aragón, se haya informado de las recomendaciones del abogado Jaime Alberto
Mendieta Pineda - como interventor externo -, seguramente le dará mucho peso en
el análisis, y en un nuevo diagnostico determinará el tipo de reingeniería que
se le debe de hacer, a las tres unidades de negocios, sin perder de vista la
facturación y el seguimiento al comportamiento de los flujos de caja - recaudo -
históricos y los actuales que dos veces en el mes - por aquello de los ciclos
de facturación - le entran a la empresa.
Reconocemos quedó un tufillo
de duda, tal parece, en su última rueda de prensa dejó entrever la - aunque
lejana - posible escisión de alguno de los tres (3) componentes; lo que según
nuestro criterio, y desconociendo la gravedad del problema integral de la
entidad; si bien es cierto, presumimos, lejos estaría de suceder lo mismo de lo
que hoy acontece con el 35% de las acciones de Teléfonos de Cartago S.A.
E.S.P.; la debilitarla - a Emcartago - y con toda seguridad en el largo plazo tener
que buscar una nueva privatización.
Situación que significaría,
como municipio, seguir perdiendo en ese otro tipo de categoría - sin grandes
empresas públicas - aumentando la desigualdad social por el encarecimiento del
servicio privatizado. Lo anterior no deja de ser solo una alerta temprana.
También manifestó “y a
riesgo de equivocarse” que la intervención podría durar aproximadamente solo 4
años; no entendemos si esa cifra salió del primer informe preliminar enviado a
la Superservicios - lo dudamos -, o lo hizo para aclimatar el ambiente tenso en
la cosa publica; frente a tal declaración opinamos que se apresuró en
determinar el tiempo de transición, expliquemos el por qué.
Presumimos que las
siguientes cifras no hacen parte del primer borrador del diagnostico antes
mencionado; cuando Aragón García se aventura a proyectar un cifra cercana a los
$50.000 millones de pesos como costo aproximado para atender la necesaria
modernización de la infraestructura de
acueducto y alcantarillado, cifra difícil de asimilar en una estructura
financiera imposible para el municipio y lentamente ejecutable como
apalancamiento por parte de la Superservicios, bajo esta premisa es difícil que
dicha entidad “devuelva” sin tener un retorno asegurado en la inversión en
menos de 5 años. Y sencillamente se olvide de semejante desembolso realizado;
sin olvidar el costo de modernización y ampliación del actual sistema eléctrico
y que tal parece no contempló en la pasada socialización y con menos de una semana
de posesionado.
Para que usted atento y
respetado lector juzgue donde queremos llegar como opinión publica, un dato le
puede servir como punto de referencia y son los 13 años que duró la
intervención de EMCALI.
También hay que reconocer el
trabajo realizado por Mendieta dada su especialidad y en esa corta - menos de un año - primera fase de intervención
administrativa, ya que el análisis se centró en la contratación, que se veía
reflejada en una nomina sobredimensionada y que para nadie era un secreto
incidía en el desequilibrio financiero - gastos de funcionamiento y
administración – que tal parece, hoy día, ya no se presenta en Emcartago.
Finalmente el futuro de
Emcartago está en manos de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios
la encargada de ponerla nuevamente a funcionar como una empresa eficiente y
eficaz; con una verdadera vocación social y medioambiental - recordemos el tema
pendiente sobre la Escombrera Municipal - lo que podría tardar más de 5 años…
entonces ¿Importa el tiempo, en esperar, para ser devuelta en su totalidad al
municipio para su manejo? O ¿importará más el apetito burocrático?
Nos tendremos que
acostumbrar, de lo que queda, a la privatización de su principal servicio; o por
el contrario nos dedicamos a engordar la gallina de los huevos de oro; sin
pensar, posteriormente, sacarla a la plaza de mercado. Amanecerá y veremos.
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